La residencia Universitaria I
El año pasado llegué a una residencia muy peculiar, con 21 años descubrí que era bisexual y cambió todo para siempre
Hola! Permitidme que me presente; me llamo Héctor, tengo 21 años y actualmente estoy en mi tercer año de arquitectura en la universidad, por motivos lógicos no diré en cual; por suerte para mi tengo que estudiar a 200 Km de casa, lo que me permitió independizarme de mis pesados padres y explorar el mundo en solitario con 18 años. Este curso, debido a que mis amigos con los que vivía terminaron ya su carrera, me quedé solo en mi piso y como no podía pagar 750 € al mes, me tuve que ir a una residencia.
Mi residencia es de chicos y chicas, no estando separadas las zonas, todos vivimos en dos grandes bloques de habitaciones separados por apenas unas decenas de metros. Los cuartos todos eran individuales y totalmente independientes, uno podía encerrarse y no salir hasta el día siguiente.
Llegar no fue nada fácil, casi todos los compañeros ya tenían su pandilla hecha y la integración con alguno de los 160 residentes resultaba algo complicada a priori, además decir que entre una semana más tarde que el resto por el tema del papeleo, lo cual no ayudaba a hacer amigos.
Recuerdo el primer día que subí a mi habitación con mis cajas de cartón llenas de trastos, salí del ascensor, puesto que vivo en un piso quinto y me encontré de frente con dos chavales que por lo que se ve eran veteranos de otros años. Nos saludamos amablemente y me acompañaron hasta mi cuarto que estaba justo al principio del pasillo. Que le voy a hacer era la única que quedaba libre.
Mis dos nuevos amigos, Ismael y Ricardo, me ayudaron a subir las cajas desde el coche, la verdad es que eran bastante majos y me transmitían buen rollo. Tras subir todas las cajas y la maleta, decidí bajar a la cafetería a por unas latas de cervezas fresquitas e invitarles, que menos podía hacer por ellos.
Estuvimos hablando de todo y de nada durante bastante tiempo, ellos sentados en mi nueva cama y yo en una silla que tenia el escritorio, la verdad es que me lo pase bien, pero hubo un momento en que me lo pase mejor. Sin saber cómo irremediablemente y como es lógico en nosotros, los jóvenes, apareció el tema del sexo.
- “Pues sabes, en esta residencia se folla mucho, tienes suerte, además tengo entendido que la proporción de mujeres es de 60 %, así que alguna caerá antes de que termines el año.
Nos empezamos a reír todos, Ricardo se levanto a tirar la lata a la papelera.
- “Tío Isma, no asustes al chaval nada mas llegar, deja que descubra las costumbres de esta residencia”
Les mire a ambos, estaba totalmente fuera de juego en la conversación, no entendía por donde iba el tema, parecía que hablaban en clave.
- “va venga Riqui cabrón, díselo anda que lo esta deseando el chaval, además parece majo.
Como no tenía ni puta idea sobre lo que iba el tema, decidí dejarles un momento a solas con la escusa de mear en el baño, como no, puse la oreja en la puerta a ver si entendía de que iba el tema.
- “va tío díselo, si tiene cara de que le va a molar el tema, además esta buenorro”
Ese comentario ya me puso en alerta sobre lo que trataba el tema, imaginé que era algo de sexo evidentemente pero no tenía claro que aún, decidí abrir la puerta y volver al cuarto.
Se hizo un incomodo silencio de unos treinta segundos, hasta que Ricardo tomo de nuevo la palabra,
- “Héctor, veras hay una cosa que debes saber, no se si querrás participar, pero este me ha insistido en que te lo cuente, hay una cosa que nosotros llamamos atlas”
- “¿atlas?
- “Eso es sí, hay una habitación muy grande que está vacía al final del pasillo de la ultima planta, no sabemos por que esta vacía, parece ser que lo usan como almacén de vez en cuando, entonces el año pasado un chaval consiguió que le dejaran una llave para meter sus cosas mientras estaba de vacaciones de navidad y el muy cabrón hizo una copia de la llave”.
La verdad es que estaba flipando con la historia, pero no se por que más que la historia en sí, estaba prestando más atención a mis nuevos amigos, me dedicaba a repasarlos con la mirada una y otra vez a ambos haciendo como que escuchaba atentamente, no estaban nada mal. Ismael mediría en torno al metro ochenta, pesaría a ojo unos setenta kilos y se le veía bastante fibrado, por el contrario Ricardo que era el que hablaba todo el rato, tenía un auténtico cuerpazo que sabía explotar el muy cabron, camiseta corta ajustada marcando abdominales, y pantalón vaquero en plan pitillo una talla más pequeños para marcar tema, medir juraría que mide casi un metro noventa y pesar pesaría bastante más que Isma, pero por que era todo musculo el chaval.
Continuó hablando Ricardo,
- “tenemos un grupo de diez personas que solo sabemos el secreto, tu serias la undécima, cuando alguno queremos follar, abrimos el grupo de wasap y ponemos atlas a la hora que queramos y los dos primeros que respondan quedan con el que escribe para follar, solo hay una regla, siempre se hace en tríos, es decir, dos tíos y una tía o al revés, nunca más ni nunca menos, si quieres tirarte a una tía tu solo hazlo en otro sitio”
Me quede un poco a cuadros con la historia que me estaban contando, sabia que estos sitios eran así pero vamos de ahí a montar orgias así había un mundo; me puse nervioso la verdad y ellos lo debieron de notar, por que hablo Isma poniéndome la mano en la pierna
- “no es obligatorio tío, tranquilo, es solo una forma de pasarlo bien nada más”
Ese comentario me tranquilizó un poco
- “no si a mí me mola la idea, si queréis yo puedo ser el undécimo, con tal de follar hago lo que sea”
Seguimos hablando ya de temas sin importancia y les di mi número de móvil para que me metieran en el famoso grupo, estuvimos hablando un rato más hasta que les acompañe a la puerta, quedamos en vernos al día siguiente en el desayuno.
Decidí ordenar cuatro cosas y dejar el resto para mañana, me daba pereza estar a la una de la mañana colocando ropa y cosas. Me iba a duchar, justo cuando sonó el móvil, me habían mandado un wasap, ya sin ropa desnudo salí del baño a por el a ver quien era. O sorpresa era Ricardo, os reproduzco tal cual el mensaje:
W: “oye tío, perdona si lo has pasado mal hablando de atlas, comprendo que pienses que estamos locos o algo así, si no quieres participar no hay problema de verdad, aun no te he metido en el grupo”
Me quedé pensando unos cinco minutos, sentado en la cama desnudo, hasta que decidí enviarle una respuesta,
W. “tío de verdad que me mola la idea, nunca he hecho un trio y me molaría probar, tengo mazo curiosidad por saber que se siente”
Juro que su respuesta tardo un minuto
W. “perfecto entonces, una duda solo y te dejo en paz, ¿eres hetero, bi o gay?
Tarde como diez minutos en contestar, me había matado la pregunta, ojalá no la hubiera hecho nunca. Mi mente siempre ha tenido curiosidad por experimentar con tíos, pero nunca me había atrevido a dar el paso. Mi imaginación empezó a pensar en como seria un trio con mis dos amigos nuevos, lo cual hizo que mi polla se empezara a animar; nunca he presumido de rabo, pero este mediría unos 19 cm y daba mucho juego a las tías, pero…. y con los tíos.
W. “siempre es bueno probar cosas nuevas no crees jajaja”. Esa fue mi respuesta, a la cual obviamente obtuve también contestación inmediata.
W. creo que ya se con quien te vas a iniciar en atlas, lo pasaremos bien juntos, que descanses, ah! Y cabrón, no te pajees esta noche, reserva tu leche para quien la quiera mañana.
Eso ya si que me mato del todo, que me querría decir con esto… ¿iba a follar mañana? ¿con quién? ¿dos tíos? ¿dos tías? ¿un tío y una tía?. Mi mente se empezó a rallar mazo así que decidí seguir su consejo muy a mi pesar y meterme en la ducha; al día siguiente se resolvería la duda seguro y espero que para bien,
Hasta aquí mi narración inicial, por favor se admiten comentarios, sugerencias, cambios, propuestas e incluso aportaciones vuestras para mejorar la historia, todo esto pasó el año pasado y cambiando cosas para que no me reconozcan como nombres y tal, juro que es real al 100%.