La reina de picas
Los pequeños detalles son la sal de toda relación, aunque uno no lo sepa...
La operación se había complicado un poco, así que las tres compañeras bajaron más tarde de lo habitual a los vestuarios. A pesar del cansancio, estaban contentas por vislumbrar el cercano fin de semana. Eso podía con cualquier tipo de dolor físico o cansancio mental.
Las tres se fueron directamente a las luchas entre risotadas y bromas. Eran dos rubias y una morena: Mónica, Cristina y Virginia, la morena. Virginia era la mayor: cuarentona con dos hijos, un cuerpo rotundo, voluptuoso, lleno de curvas. Mónica y Cristina eran más jóvenes, cercanas a la treintena pero un poco más alocadas en su carácter. Físicamente, apetecibles pero como todas las veinteañeras-treintañeras. En concreto Mónica no paraba de parlotear todo el rato y reírse como una cotorra argentina.
Salieron de las luchas entre las consabidas risotadas.
- Hija, yo no sé de qué te quejas. Pienso que tienes un cuerpazo. Más de una pagábamos por ponernos las tetas que tienes…
-¿Pero qué dices?... Si tú tienes unas tetas magníficas. Mira las mías, ya caídas…
-Eres una petarda…- le dijo Mónica, pegándole en el culo con la toalla.
-¿Qué vais a hacer este fin de semana?
- Antonio me viene a buscar para ir a cenar con unos amigos- dijo Virginia- ¿vosotras?...
-Pues no lo sabemos muy bien o nos acercamos al pueblo o al chalet…
En estas Mónica se fijó en el pubis de Virginia.
-Tía, ¡No me lo puedo creer!... mira, tan vieja, tan vieja que dice y fíjate. ¡Pero si vas completamente depilada!... ¿Qué pasa?, ¿Que va a haber fiesta con Antonio?...
Virginia se rió.
- Mira que eres… Y pega más voces que los de la entrada no han oído que me depilo… Me resulta más cómodo así y más higiénico. Me he acostumbrado y prefiero llevarlo así.
Mientras Mónica reía, Cristina se fijó en un pequeño detalle.
-¿Esto qué es, tía?
Justamente en el centro de su suave y afeitado pubis había un pequeño tatuaje. Se trataba de un as de picas con una Q inscrita dentro.
- ¡Ostiaaaass! pero tía, ¡Depilada y con un tatuaje!... ¡Tú trabajas de showgirl!- dijo con una gran carcajada.
-Una tontería,- dijo Virginia, con una sonrisa- el haber perdido una apuesta… Y la apuesta consistía en que el que perdiera, se tenía que hacer un tatuaje que le gustará al otro. Al final perdí yo y Antonio se empeñó en que me hiciera esto…y además aquí… cosa de tíos…
- ¡Si es que sois unos marchosos! …¿Y qué significa?...Es molón…
-Pues no tengo ni idea porque he tratado que Antonio me lo dijera y no dice ni “mú”. Me imagino que será algo de buena suerte, por lo del as de picas y todas esas cosas.
-¿Y la “q” que significa?
-Tampoco tengo ni idea. Cómo es pequeñito y va muy tapado tampoco le hice preguntas a Antonio. Si hubiese pedido que me tatuara “puta” o algo de eso, pues bueno… pero esto tampoco me importa mucho.
Mónica no hacía que más que mirar a Virginia y a Cristina con una cara un poco rara. No había perdido su alegría pero desde luego ella parecía que sabía algo que las demás no. Virginia se terminó de vestir: zapatos de tacón, tanga y sujetador blanco y vestido corto floreado.
- Chicas habláis como cotorras y me liais pero Antonio me está esperando en el parking así que como todavía ni siquiera estáis vestidas, os dejo ya. Pasad un buen fin de semana.
-Que vosotros también lo paséis bien. Nos vemos el lunes.
Virginia salió del vestuario y dejó a las dos compañeras que se seguían vistiendo. Quedaron en silencio hasta que de repente Mónica comenzó reírse y a menear la cabeza.
Pero tías, mira que sois pardillas… ¿En serio que no sabéis qué significa el tatuaje?
Pues no, tía, me imagino que alguna movida de esas buena suerte o algo de eso que ha dicho Virgi…
Mónica volvió a menear la cabeza.
-Desde luego Antonio es un poco cabrón…
-¿Pero de qué hablas?...
A ver, es un as de picas y en inglés se dice “ Queen of Spades ”… vamos, la " q" de dentro se refiere a eso.
Ya, gracias por la clase de idiomas…
-Joder tía, desde luego estáis en el mundo porque haya de todo. En el mundo anglosajón una “ Queen of Spades ” es una mujer que le gusta montárselo… a ver cómo lo digo… vamos, que le gusta montárselo con negros.
Cristina abrir unos ojos como platos.
-¿Cómoooo?
-Que sí…A ver son tías casadas que le gustan montárselo pues… con gente de color, con negros y se ponen esos tatuajes normalmente para que se sepa y que las busquen… Se suele llevar en el escote o en los tobillos. Evidentemente el marido de Virginia sabe lo que significa pero tampoco ha querido llevar su broma a tal extremo. A fin de cuentas, en el pubis, es el único que se lo va a ver.
-Joder tía, pero qué cabrón… Al final ha sido como si se tatuara “puta”. ¿Se lo decimos?
-No, no le digas nada. Mi norma es no meterme en rollos de matrimonios ajenos. Seguro que se termina enterando y tampoco quiero que Antonio se encabrone con nosotras. Como te digo, lo lleva en el pubis y el único que se lo va a ver va a ser él y su ginecólogo. Y su ginecólogo tiene 60 años y dudo que sepa lo que significa…
Virginia avanzó por el pasillo del hospital. Se fue despidiendo de todos sus compañeros. Al salir por la puerta hizo lo mismo con los de seguridad, cosa que aprovecharon enseguida para ver cómo se meneaba su culo bajo la fina tela del vestido.
-¡Joder tío, está que cruje!, ¡Vaya culo!
Andó presurosa, haciendo que sus nalgas bailotearan aún más y el vestido se subiera, dejando ver la parte superior de sus muslos. En el parking, entró saludando al vigilante, que también aprovecho para según venía examinarle la delantera y según se alejaba, examinarle la trasera. Fue avanzando por el oscuro aparcamiento hasta que entró en una de las partes más alejadas de la entrada. Echó una mirada hacia atrás. No había nadie. Estaba sola. Introdujo sus manos debajo del vestido y rápidamente procedió a quitarse el tanga. Se acercó hacia el coche donde estaba Antonio, se puso delante de él y cuidadosamente, como si hiciese una reverencia, se levantó el vestido, lanzándole un beso al aire. A pesar de su pequeño tamaño destacaba el famoso tatuaje del as de picas, negro sobre blanco… Se acercó a la ventanilla.
- Hola, cariño- dando un pico a su marido.
-Llegas un poco tarde.
-Ya, se nos ha complicado una operación… ¿Me subo contigo?
-Métete detrás.
Abrió la puerta y se metió detrás.
- Vamos a hacer lo que teníamos planeado…
-Por supuesto, cariño…- mientras decía se sacó el vestido por la cabeza y liberó los corchetes de su sujetador, quedando completamente desnuda. Los cristales de atrás estaban ahumados, nadie podía verla.
- Me gusta que las putas blancas vayan desnudas- dijo el acompañante de Antonio. Si alguien fuera filólogo, habría identificado el acento como guineano.
Separó con una mano de piel negra las piernas de Virginia.
Me encanta el tatuaje que te has hecho. Me gusta que asumas que eres una zorra. ¿Te gusta?
No importa si me gusta o no. Yo estoy aquí para hacer feliz a mi amo y a sus amigos. Soy vuestra esclava.
Me alegro de esas palabras aunque como me has hecho tardar voy a tener que castigarte un poco…- y a continuación comenzó a besarla metiéndole la lengua hasta la garganta- bueno, cornudo, tira para el chalet. Mis compañeros me están esperando y creo que están muy calientes…
Según salían por la puerta Antonio se despidió de los vigilantes. No les extrañó no ver sentada Virginia delante ya que iría detrás. Al salir a la calle, también vieron a Mónica y a Cristina que saludó con la mano. Mónica iba pensando al tiempo que devolvía el saludo: “Vaya cabronazo el Toni…”.
El llevar las ventanillas subidas y la música ligeramente alta impidió que las dos amigas oyeran el grito de Virginia cuando el guineano tiró de sus pezones casi para arrancárselos y fue penetrada analmente, sin preámbulos ni crema ninguna. El pollón negro, grueso como un vaso de refresco, se alojó de un solo golpe hasta los peludos huevos en su recto. Por un momento Virginia pensó que le habían desgarrado los intestinos. Sus gemidos eran música para Antonio.
Cuando ya cogieron el desvío de la autopista, Virginia había pasado del dolor al placer: su coño se había encharcado. Llegados al chalet, su matriz había recibido la primera de las muchas descargas que recibiría a pelo ese fin de semana. …
Por supuesto, todo esto indicaba que sabía perfectamente lo que significaba el tatuaje…