La Reina de las Noches Largas

Crónica poética sobre un encuentro sexual entre mujer y hombre

Hoy quise recuperar

el tiempo perdido

y volver a ser la novia

que vestía de blanco

las noches más frías.

Acerqué mi mano

a tu brazo fino

y dijiste no

cuando yo quería

ser la que tapaba

tu cuerpo desnudo

con mi piel vestida.

Sacudí tu cuerpo

con mis manos limpias

hasta que gritaste

mi nombre de pila.

Volviste a ser

un hombre encendido

cuando el camisón

se abrió en tiras

en el forcejeo

del amor obliga.

Tu mano derecha

apretó mi pecho

hasta que el dolor

aulló en mi lengua.

Sentí tu gran pene

entrando entre dientes

que se atrevieron

a morder lo tierno.

Sacaste el pene

con dolor intenso

mientras, sorprendida,

note tus tres dedos

explorando rápido

mi vagina seria.

Me asaltó el orgásmo

cuando descubriste

el punto genial

de mi anatomía.

Aquello no era

como había sido,

pero mejor eso

que nada en mi vida.

Me diste la vuelta

pensando que había

cuatro patas rápido

cuando no tenía

prisa por saciarte

como tú querías.

Tu mano golpeó

mis nalgas y dije:

pega lo que quieras,

mi culo lo pide.

Me estaba dando

por el masoquismo

en ese proceso

que una no mira.

Levanté las nalgas

cuando yo lo quise

y fuiste muy rápido

por donde querías

en un dale dale

que vi en los prados

cuando era niña

entre una yegua

y un aún potrillo.

Igual que la yegua

caí derrumbada

cuando empujabas

sin yo sentir nada.

Saliste jurando

que esto no era nada.

Yo juré después

cuando te marchaste.

Iría buscando

mejores amantes

para ser la Reina

de las Noches Largas.