La red púrpura III

La llegada al chalet dispara las oportunidades, es momento de ir maniobrando.

Descubrí hace años que puedo desarrollar ciertos vínculos con otras personas, no puedo ordenar ni leer pensamientos claros, es algo mas inconsciente, pero puedo notar y transmitir sensaciones, preocupación, excitación, miedo, asco, etc… Os relataré otro día como aprendí esto, por ahora solo os contaré que para ello necesito que la otra persona y yo pensemos en un mismo sonido, y en ese instante puedo entrar en sus mentes y no solo leer, sino escribir también.

La mañana del domingo empezó con el ruido del molesto timbre de la casa.

Salí del cuarto donde había dormido y abrí la puerta, saludando a la parte del grupo que faltaba: Lucia, el novio de Cris, al que llamábamos Font, y Clara con su novio Carlos. También salieron de sus cuartos Cris y Marta, saludaron al resto, pero mantenían un discreto silencio de palabras y miradas conmigo, una mezcla de vergüenza o duda, que pronto se olvidó cuando me vieron actuar con naturalidad como si ayer no hubiese existido.

La casa era propiedad de los padres de Lucia, y tras la muerte de estos un año atrás, la hija la había heredado, se trataba de un pedazo de chalet en una ciudad veraniega del mediterráneo, la cual dejaba bien claro en que estilo de vida había vivido la joven Lucia...

A parte de dos pisos, el hogar tenia 5 habitaciones una piscina decente y un mirador con hamacas que daba un poco de intimidad al estar en un rincón menos transitado de la casa.

No tardo la propuesta de ir a la playa a pasar la mañana, por parte de Clara, a todos menos a Carlos nos apetecía, así que fuimos, y quedamos en volver para comer una barbacoa a medio día.

Conforme llegamos a la cala, nos pusimos a tomar el sol todos a excepción de Cris y Font que se fueron a darse un baño entre cosquillas y juegos típicos de una pareja melosa. Marta y yo mirábamos la representación de Cris con una pequeña sonrisa de entre nosotros, era bueno ver que había recuperado tan pronto la complicidad con Marta.

-¿Marcos me pones la crema por la espalda?- la pregunta de Clara me sacó de mis pensamientos.

-Claro.

Me dispuse a ponerme a horcajadas sobre el culo de Clara mientras ella no solo se desabrochaba la parte de arriba del bikini sino que además se la quitaba y la dejaba a un lado

Clara era una chica esbelta y mona, tenia el pelo castaño y un culo respingón curtido en torneos de pádel y otros deportes a los que era aficionada, con unas tetas de tamaño normal, un poco mas grandes que las de Marta, pero lejos de la maestría de Lucia. Lo mejor de ella era ese carácter juguetón que tenía,  era bastante abierta de mente, y segura de si misma, quizás era esa seguridad lo que hacía que no pudiera sugestionarla nunca.

-Gracias- dijo girando con una sonrisa mientras me frotaba amistosamente la pierna, dándome las gracias.

Me bajé de ella y acto seguido Lucia me pasó el bote, en un gesto pidiéndome que también le diese crema a ella. Aquello me extrañó ya que ella solía ser mas cohibida, pero al parecer el pequeño empujón que le di hacía ya un par de semanas la habían desinhibido.

Me puse encima de su culo también, y mientras me ponía crema en las manos ella estando bocabajo se quitó la parte de arriba y la dejó al lado.

Por un segundo me quede paralizado, luego me di cuenta que se me había puesto cara de bobo y me fije si Clara me había visto, nada, estaba mirando al otro lado, luego me giré a mi derecha y vi a Marta clavando su mirada en mi.

Me miraba con una mueca traviesa, como diciendo “estas salido!”, yo le sonreí dándole a entender que me había calado y acto seguido tras ponerme crema en las manos, empecé a extenderle el protector solar por la espalda. Cerré los ojos y me concentré, en el silencio debía encontrar algún sonido que nos conectase para poder sintonizar con ella. Tras unos segundos pude distinguir como una de sus manos rascaba la toalla, era un sonido áspero y cercano, era perfecto.

Conecté y fui calentándola, su misma piel empezó a erizarse al principio, era increíblemente fácil gestionarla de tan cerca, sugestionar en distancias cortas y con intimidad es sencillo, lo difícil es sincronizarse y tener intimidad.

Los segundos corrían a mi favor, y cada vez movía mas la cadera, síntoma de su humedad, acentué mas mi masaje, el cual estaba siendo muy largo ya.

-Me estás dejando muy relajada, me encanta, sigue por favor- dijo con un tono adormilado.

Marta me miraba fijamente y sin desviar mi mirada de la suya, a la vez que esgrimiendo una mueca picara, pasé mis manos por los laterales del cuerpo de Lucia palpando los lados de aquellas enormes tetas que estaban estrelladas contra la toalla. Lo hice fugazmente, de arriba abajo, pero tras un par de pasadas por los lumbares devolví mis manos a los costados de la cintura y fui subiendo lentamente, notaba la expectación de Marta, que no se creía lo que veía, la tensión de Lucia, que estaba cachonda pero le parecía excesivo, y se sentía culpable por no decir nada, hasta que volví a llegar a sus tetas. Creía que me iba a detener, pero en vez de ello se levantó un poco, dejándome abarcar más, eran tan grandes que aun metiendo mas la mano, no llegué a sus pezones.

-Me voy a molestar a los tortolitos, alguien me acompaña?- dijo Clara ignorante de lo que pasaba a su lado.

Lucia se levantó desincronizándose del todo conmigo y dijo:

-Te acompaño, me vendrá bien- a la vez se levantaba apurada poniéndose el bikini sin que le viera y yo me separaba en silencio.

-Yo me quedo- dijo Marta.

-Y yo- afirmé, sosteniendo su mirada entre mechones negros.

Se levantaron y se marcharon, y Marta atacó.

-¿Sabes poner un poco de crema sin sobar demasiado?- dijo mientras escudriñaba un guiño.

-Normalmente no, pero contigo haré una excepción- respondí mientras me ponía la crema sobre mis manos.

-Ya veo que se te da bien hacer excepciones conmigo…

Esta vez lo había dicho sin mirarme, como con miedo a que su expresión la delatara. Me acerqué a su oreja y le susurre:

-Lo de anoche no fue porque no me atrajeses, y lo sabes

Ella dudó un segundo, quería un poco mas de adulaciones y fingió no tragárselo.

-Y te lo agradezco, estaba fuera de mi misma, pero no tienes porque poner excusas, soy consciente de que no atraigo a todo el mundo, jejeje

Me incliné hacia delante respirando profunda pero suavemente cerca de su oído mientras deshacía un nudo en su trapecio. Usé el sonido de mi respiración como puente y observe que ella ya estaba cachonda, pero lo acentué.

Noté como le estaba alarmando mi erección encajada entre sus nalgas, tener mi miembro sobre aquel trasero esculpido por un genio, era el paraíso.

Se había desabrochado la parte de arriba del bikini, lo cual me impedía acercarme a sus tetas, pero sabiendo lo caliente que ella estaba, le levanté un hombro descaradamente, poniéndola de lado dejando a la vista sus preciosos pechos. Retiré la parte superior del bikini y la dejé volver a su forma anterior.

-Así mejor- declaré mientras ella se había quedado con los ojos como platos por la maniobra.

-Y que… ¿te han gustado?- soltó a modo de queja amistosa.

-Perdona ¿qué dices?-dije inclinándome sobre ella y acercando mi cara a la suya.

-¿Qué si te gustan mis tetas?- dijo con un tono mas alto mientras se giraba y descubría que mi cara estaba a un palmo de su cara.

-Perdón ¿me lo puedes repetir?- dije dejando claro que la había oído la primera ver, y acercando mi boca a dos centímetros de sus finos labios.

Le di mi sonrisa mas picara y la bombardee con sugestión, ella entornó los ojos, sin cerrarlos y clavando su pupila en mí, se acerco abriendo sus labios, ladeo la cara y noté su húmedo músculo abriendo mi boca, disfruté con todas mis ganas de la sensación, pero no le correspondí, dejé que su lengua recorriera mi boca con pasión, hasta que se paró, al notar que yo no le seguía el juego, a penas empezó a avergonzarse de haber vuelto a tomar la iniciativa conmigo, le devolví el beso.

Sin separar mis labios de los suyos fui acomodándome a su lado, su mano acomodada en mi nuca se entrelazaba entre mis mechones mientras nuestras bocas no se daban tregua, ella desataba las ganas contenidas desde ayer, y yo las que tenía desde hacia meses.

La fui tumbando boca arriba me y sin alejarme pasé a besar su cuello mientras me fijaba si habían visto algo nuestros amigos, mire a ambos lados y no les logre encontrar, estábamos en una cala algo separada de las masas, no muy grande ni bonita pero intima, así que aproveché y tras limpiarme las manos de crema en su vientre plano, la baje hacia su entrepierna para darle un masaje circular sobre la tela del bikini.

Noté como exhalaba un leve gemido, mientras mis lametazos recorrían su terso cuello, su firme clavícula y finalmente llegaba a sus pechos. Otra vez poso su mano en mi nuca, tras dar unos besos suaves por la zona, rodee con mis labios su pezón.

Sentía como deseaba que lo devorase, así que esperé un poco dejando que mi húmedo aliento la derribase. Ella se mordía los labios, me apretaba la nuca hacia su cuerpo pero no decía nada, tras torturarla unos segundos me lancé y devoré chupando y lamiendo su pezón.

-Joder!- suspiro en voz alta.

Seguí disfrutando, mientras que mis dedos notaban una gran humedad entre sus masajes. Sentí que se acercaban Lucia y compañía y me separé de golpe, antes de que vieran nada.

Marta se giró de inmediato, intuyendo lo que ocurría, y tras abrocharse la parte de arriba se fue a dar un baño.

Conforme llegaban observé que Font no estaba y Cris estaba muy seria.

-Donde va esta? -dijo Lucia aludiendo a Marta, que se había ido de inmediato a darse un chapuzón.

-A darse un baño, donde está Font?

Callaron un segundo dejando que respondiera Cris

-Hemos discutido- dijo como una respuesta, mostrando poca disposición a revelar nada mas.

Tras un breve silencio incomodo Lucia fue al agua a bañarse con Marta donde acabaron jugando a aguadillas un rato, después de unos minutos nos acabamos volviendo a la chalet

Carlos nos había preparado pasta con salsa de quesos que estaba para chuparse los dedos, y como hacia buen tiempo decidimos sacar una pesa afuera y comer la lado de la piscina.

Ya no estaba Font y Cris al parecer se había ido tras él para ver si lo pillaba en la estación de autobuses y así discutir.

El resto decidimos disfrutar del día, tras el banquete, Marta se fue a dormir la siesta a su habitación, y Carlos y Clara se metieron en una minisauna que tenía la casa.

Lucia y yo estuvimos charrando sobre si estarían o no follando ahí dentro, me comentó que se podía espiar por una ventanilla del techo, subimos por un lado y mas o menos podíamos verles.

Tenían la sauna apagada o casi sin calor y efectivamente, ellos ya habían empezado a darle al tema.

Carlos estaba sentado un una bancada de la sauna, mientras Clara de rodillas delante de él, le sujetaba la polla inhiesta e introducía su cabeza entre sus piernas en lo que parecía una buena comida de huevos.

Nosotros seguíamos mirando ocultos tras la ventanilla, cuando él dirigió la cabeza de su chica hacia la punta de su glande. Clara degustó su premio dando vueltas con su lengua alrededor como su fuera un dulce, y enseguida empezó a subir y bajar la cabeza devorando golosa el pene de su amante.

Por el hueco de la ventanilla apenas podía ver uno, y nos íbamos turnando Lucia y yo, mientras nos reíamos de lo porno del momento. Deje que ella acaparara la visión y enseguida decidimos dejarles mas intimidad.

Fuimos entonces a la zona de hamacas que estaba resguardada del resto del chalet, en un rincón apartado.

-Joder con Clarita, menuda experta!- bromee yo, a sabiendas de que no era el único que estaba caliente.

-Se la veía disfrutar si.

Nos acomodamos juntos en una hamaca de lana amplia, aunque quedamos muy pegados, Lucia se la veía energética, excitada, así que decidí sacar un tema que me rondaba.

-Oye, que ha pasado esta mañana con Cris y Font?

-Pffff, no sé, la verdad, a saber. Me ha parecido oír algo de otra tía. El tío va un poco de casanova y Cris ya me comentó que sospechaba de otra chica.

Por la forma de la hamaca, nos íbamos juntando, hasta que quedamos casi de costado cara a cara, yo con bañador y camiseta y ella con una camiseta y el bikini debajo.

-Menudo par…-decidí asaltar otra duda- y ya que estamos en materia… donde esta Luis?

Lucia me miró con media sonrisa, como reconociendo mi perspicacia, percibió que suponía que no era un imprevisto lo que le había dejado sin venir.

-¿Se nota que hemos roto?

-¿Roto? Que va! Creía que habríais discutido o algo, no sé… se te nota un poco mas desinhibida eso si.

-¿Desinhibida?

-Si no sé… la forma de hablar, esta mañana no te ha molestado mi magreo en la playa… esos detalles- dije bromeando y preparándome para los dos puñetazos cariñosos que me dio, a modo de queja amistosa.

-Buenas manos, he de reconocer- me guiño un ojo

Se puso mirando hacia arriba, por lo que yo me quedé totalmente de lado, apoyando mi mano sobre su vientre.

-¿Estás bien? Por lo de Luis digo…

-Si… se lo dije yo, le pedí algo de tiempo, últimamente estábamos raros.

-¿En que sentido?

Se notó como dudaba, pero en cierto modo, lo visto en la sauna le había abierto el apetito de sexo, y le antojaba hablar

-Últimamente en la cama notaba que me faltaba algo…

Sin que llegara a apreciarlo metí mi mano por debajo de la camiseta y empecé a hacer recorridos erráticos con las yemas de mis dedos sobre su vientre.

-…no sé, pienso que Luis no me compensa tanto como hace unos meses, él quiere algo mas calmado, y cariñoso y a mi a veces me apetece probar algo mas intenso… la verdad es que me siento como una zorra por dejarle así- dijo mirándome con cara de cordero degollado esperando que la contrariara.

-Es normal, tampoco has tenido ocasión de conocerte sexualmente, a lo mejor es una fase, tampoco des por perdido para siempre lo vuestro, pero date un tiempo para lo que has dicho, probar…-y tras ello bromee guiñándole un ojo, como ofreciéndome para la vacante.

-Jajajajajaja, anda que no tienes peligro tú!

Nos reímos pero no dejé de acariciarle la tripa, y mientras nuestras risas se desvanecían yo iba subiendo lentamente mis caricias hasta que mi mano llegaba muy cerca de sus pechos.

Me sostuvo la mirada con la boca ligeramente entreabierta, nunca la había visto tan sexy, en su interior se debatía entre dejarse llevar o no. El sonido de un grillo me fue suficiente para establecer un puente y darle un ligero empujón, para que la excitación fuera lo mas genuina posible.

-¿En qué piensas?- dijo mientras me posaba una mano debajo de mi camiseta, palpando la forma de mis abdominales.

-Me preguntaba que es lo que te pone tanto de mí- respondí de coña mientras ella volvía a reírse y yo me quitaba la camiseta.

-Mmmmm a ver… tienes un cuerpo musculoso en general, sin pasarse, eso está bien- respondió juguetona- pero de ti me quedo con tu culo.

Le dirigí una mano cerca de mi culo, dejándola por debajo del bañador. Ella se mordió el labio y metió la mano amasándome con ganas un glúteo.

-¿Y de mi? ¿con que te quedas?-preguntó, a sabiendas de cual sería mi contestación.

Como única respuesta le dí un magreo grotesco en las tetas, con la mano que estaba dándole caricias.

-Ja… que original- respondió casi molesta, y girando la cara.

Le volví la cara hacia mi y le dí un pico.

-También me gustan tus labios…

Le volví a dar otro pico pero esta vez continué con mi lengua por una mejilla, su cuello y lentamente fui subiendo hasta su oído y tras jugar con su lóbulo de susurre:

-Va no te enfades conmigo, que me porto bien.

Acto seguido, mi mano bajo de sus tetas hasta su vientre, la metí por debajo del bikini y mientras le lamia la oreja y el cuello empecé a masturbarla lentamente.

No hacía falta sugestión, estaba encendida, su mano se metió por mis bermudas y agarro con fuerza mi miembro iniciando un agradable vaivén que no tardó en ponerlo duro.

Giró su cara buscando mi boca  y en el giro la hamaca de desestabilizó y los dos caímos al césped, nos reímos por nuestra pastosidad y estando yo boca arriba ella se puso ahorcajadas encima mío, me miró fijamente y se quitó la camiseta.

Aproveché para incorporarme un poco y empezar a besar su busto, apenas se había quitado la camiseta me puso una mano en el hombro, como controlando que no me pegase demasiado a su pecho, eso me molestó. Inmediatamente le pase una mano por la espalda y comencé a sobarle el culo, y manejar el movimiento de su cintura parecía que le gustaba, la sugestioné para lograr que sintiera aun mas placer, su movimiento pélvico hacia rozar nuestras entrepiernas, aun separadas por la ropa.

Quería que no olvidase este polvo fácilmente, y cuando empezó a gemir y llevar ella el ritmo de sus caderas, introduje mi mano entre sus nalgas y con el dedo índice empecé a estimularle el ano simplemente rozándolo.

Ella se mordía el labio inferior, cerraba los ojos y levantaba la cabeza, pronto me alejo de su pecho y me tumbó del todo, de un tirón me bajo el bañador y se quitó la parte inferior del bikini.

-Quítate la parte de arriba también.-dije obteniendo como única respuesta un gemido y su indiferencia.

Se encajó el pene en la entrada de su vagina y se dejó caer, los fluidos permitieron que fuera una penetración completa. Pensé que no me había oído, así que fui a retirarle con la mano que estaba en su culo, la tela que le quedaba, pero con un gesto diligente, me cogió la mano de la muñeca y la devolvió a su culo.

Resultaba que la dulce niña Lucia era una mandona en esto del sexo, veía su temor de quedarse de nuevo sin orgasmo, pero no iba a tolerar esa actitud, yo no era su novio, ni lo iba a ser.

-Así que quieres jugar a “ver quien manda” eh- dije mientras me incorporaba.

Me presiono para que volviera a estar tumbado, posición en la que ella hacia todo el movimiento y controlaba todo, pero esta vez no me pillo desprevenido, cogí sus manos y las llevé a su espalda, saqué mi polla y la tumbé a ella boca arriba sujetando sus manos por encima de su cabeza.

Entonces intenté metérsela, pero ella empezó a moverse, intentando liberarse y me fue imposible, así que cambié de estrategia.

Moviéndome rápido me puse a un lado suyo de rodillas y cogiendo su pelo a modo coleta dirigí su boca a mi verga. Estando a cuatro patas ella se negó a abrirla, de golpe y sin avisar le metí mi dedo índice por el ano, provocándole un grito mudo de dolor, momento que aproveché para introducirle todo lo que pude el miembro y, acto seguido, eliminar la sensación de dolor de su mente.

Todavía sorprendida por mi maniobra, y viendo a que estaba dispuesto, empezó a mamar como ella sabía.

-Así me gusta, ahora te voy a explicar las normas- aumenté el ritmo de su cabeza, e intenté que se tragara hasta la mitad.

Ella me miró y yo seguí explicando.

-Veo que eres un poco egoísta, así que vamos a seguir estas pautas, si quieres tener el mejor orgasmo de tu vida, primero tendrás que satisfacerme a mi.-tras decir esto le saqué mi verga de la boca para que respondiera.

-Vale, pero saca el dedo que me molesta.

Cedí, me separé de ella y continué:

-No me va eso de mandar, pero para empezar, hasta que yo no te ocupes de mi, no me ocuparé de ti. Así tendrás mas paciencia.

Mantuve toda la sugestión que pude, en ese momento veía como ella solo tenia ganas de mandarme a la mierda, pero por suerte Lucia era tremendamente fácil de manipular.

-Y segundo, siempre que puedas mi miraras a los ojos. De acuerdo?

-Vale.- dijo escuetamente,

Acto seguido atraje su cabeza, pero en vez de penetrarla, da dirigí a mis testículos.

-Lame!

Ella calló y sacando su calida lengua empezó a acariciarme y darme besos con cariño.

Fui dirigiendo sus lamidas por mi pene, el escroto, el perineo, incluso las nalgas, ella tomó una pequeña iniciativa y abriéndome los cachetes pasó la lengua por mi esfínter, dándome unas curiosas cosquillas.

Acto seguido me di la vuelta y le volví a introducir la verga a través de los labios, fue entrando lenta, notando como sus carnosos labios y su lengua le daban la bienvenida, hasta que con medio mástil incrustado Lucia cerró los ojos pidiéndome una pausa.

La saqué y la volví a meter, esta vez relajando la garganta de mi amiga, el placer era enorme.

-Dime una cosa mientras te follo la garganta… ¿Luis te folla?¿O te lo follas?

Retiré el pene lo justo para oírla decir

-Yo lo follo a él.

Reintroduje mi polla en su garganta sintiendo otra vez la húmeda presión por todos lados, y su mirada irascible.

-¿Y es por eso que ahora le estas poniendo los cuernos?- volví a retirarme

-Estamos en un descanso…-dijo quejándose dubitativa.

-Pero si no le has dicho nada de verte con otra gente el se lo va a tomar como que seguís teniendo exclusividad…-ella se quedo muda y yo volví a la carga.

Relajé su garganta del todo, la encendí, y embestí con toda mi verga, llegando casi a metérsela entera. Entonces la sugestión hizo efecto, ella me miró y hundió su cabeza del todo, deje de manejarla.

Ella sacó la cabeza susurrando:

-Joder la tuya es mucho mas grande

y sin mediar palabra volvió a atacar, se la metió, la lamió, empezó a acelerar el ritmo y yo no podía mas, me pajeaba con fuerza y velocidad.

-Voy a correrme, trágatela.

Formó un sello con los labios alrededor de la punta de mi polla y me miró juguetona mientras aceleraba el ritmo y descargaba en su boca toda la carga.

Extasiado me dejé caer sobre el césped y ella se puso a mi lado:

-¿Me vas a dejar con este calentón?

Sonreí y le acaricie el cabello. Dirigí una de mis manos a su entrepierna y comencé a masturbarla.

Poco a poco ella se fue relajando, se tumbó mirando al cielo, dejando que las holas del césped la acariciaran, cerró los ojos, para solo sentir mis besos en su cuello y mi mano acariciando su clítoris.

Esgrimiendo una sonrisa, deshizo el nudo de su bikini, por una vez era generosa, abrió los ojos para ver mi reacción y se retiró la última prenda.

La imagen majestuosa de aquellos pechos casi me paralizó.

-Oh la la!- dije al ver sus generosas tetas.

Lucia rió brevemente y yo dirigí mis besos al sur. Introduje los dedos en el interior de su vagina y mis labios sin prisas comenzaron a besar la superficie de su delantera.

Los gemidos empezaron a escucharse mientras ella empezaba a sentir lametazos rodeando sus sensibles pezones. Introduje el tercer dedo en su húmedo sexo, a la vez que aprisionaba su pezón derecho con mi mas sentido chupetón.

-Ahhhh!- no pudo contenerse.

Eliminé de su mente el resto de pensamientos para que solo sintiera el placer y se concentrara en disfrutar. Empezó a gemir mas y mas, algo que ella sabia que nunca hacía, pero ahora no era capaz de pensar, solo podía disfrutar.

Mi polla pedía guerra de nuevo así que cambié de posición para penetrarla de nuevo, esta vez a lo misionero. Estocada tras estocada ella exhalaba mas y mas aire. Yo estaba sobre ella pegado notando aquellos pechos clavarse en mi piel firmes. Mi lengua viajaba por su cuello, mientras mis embestidas eran cada vez mas profundas, pasaron los minutos, y todas las sensaciones no hacían mas que aumentar, aquella chica de varios años menos estaba haciéndome gozar del mejor polvo del año, su coño me recibía húmedo, su cuerpo inconsciente se movía al son de mi cuerpo, sus brazos me rodearon y sus piernas también. Empezó a empujarme para que me moviera mas rápido, mis lametazos dieron paso a chupetones el su cuello, su mano recorrió mi espalda hasta agarrar mi culo y clavar con placer sus dedos en mi nalga.

-Ahora! Fuerte, mas fuerte!! Por favor!!!!!!

Me hizo gracia la educación en esa circunstancia, pero aceleré. La noté al limite, su tierno cuerpo jugoso, moreno y joven empezó a convulsionar erráticamente, abrió los ojos, gimió y con un beso evité que gritara y avisara a los demás.

Noté como se corría abundantemente, su mano rodeo mi nuca y me beso me regaló sus labios y su lengua, llevó mi mano a su pecho, intentando agradecerme el orgasmo, pero yo la lleve a su mejilla la acaricié y seguí besándola.