La red púrpura II
Un día de fiesta para un grupo de chicas, otra manipulación, otros objetivos.
Sucedió que…
Ya era sábado, el verano se agotaba pero las noches parecían ser las mas calurosas, Marta y su grupo de amigas habían salido de fiesta, y estaban en un local cerca de la playa. Eran en total 6 chicas de entre 24 y 26 años, compañeras universitarias de derecho y ADE, alguna ya licenciada, y a diferencia de Marta, sus compañeras habían salido con ganas de pelea, sus armas eran vestidos escotados, y el maquillaje sus pinturas de guerra, aquellos bombones bailaban en el pub mientras localizaban candidatos.
Todo aquel juego frívolo y juguetón de sus amigas no la contagiaba demasiado, y puesto que ellas lo sabían tampoco tenían demasiada complicidad, el grupo estaba muy unido, pero en asuntos de ligar sabían que Marta, la mayor de todas, estaba en otra liga. A primera vista su figura llamaba la atención, casi tenia un cuerpo 10, tenia una figura fina, unos pechos normales, y el tipo de curvas elegantes que hacían que todo vestido le quedara perfecto, había sido modelo un par de veces y se había pagado la carrera trabajando de relaciones publicas en la sala VIP de un club en el que ganaba mucho mas de lo que jamás ganaría gracias a la carrera. Pero si hay que hablar de lo que volvía locos a todos los chicos de ella, eran dos cosas, para los lascivos… su culo, perfecto, respingón, casi increíble, ella lo sabía porque siempre había acaparado la atención de todos sus novios y ligues. Y para los mas exigentes su mirada, no sus ojos, que eran bonitos de por si, grandes grisáceos y siempre maquillados con una espesa línea en el contorno, no, era mas bien su mirada, escondida entre su pelo perfectamente liso y negro, desenfadada, pasiva. Lejos de disfrutar de sus atributos como las demás amigas, Marta tenia una personalidad algo conflictiva consigo misma, no solía gustarle sentirse deseada, casi le daba asco, siempre le envolvía un halo de desagrado cuando daba rienda suelta a su sexualidad, y el constante acecho de chicos con sonrisa de pega le agotaba…
Unos minutos bailando en el centro del local y cada una tenía su presa, "el morenazo del polo", "el que baila como un pato", "Mr Colgate"… habían sido identificados, clasificados y evaluados; ahora solo faltaba cazarlos. Para Marta? era momento de sentarse y tomar algo con Cris, la única compañera que tenia novio y se iba a relajar un rato.
Mientras la esperaba en la mesa, y al haberse separado del resto, un par de veces se acercaron chicos para intentar ligar, ella los rechazó con una sonrisa, aunque tuvo menos paciencia con un gabacho un tanto pesado que no se fue hasta ver llegar a Cris.
-¿Tu no atacas?- pregunto Cris mientras llegaba con un mojito al rincón donde se había sentado Marta
-No por el momento- intentó ser amable, la verdad es que ese circo le aburría un poco.
-¿Seguro? el moreno del fondo con la camisa a rayas lleva un rato mirándote.- dijo la amiga con una amplia sonrisa.
Sabía que Cris intentaba animarla, siempre intentaba participar en ese mundillo del que hacia un año se había retirado al sacarse novio, la verdad es que se notaba que en parte lo añoraba. Pero ahora se limitaba a bailar con Marta, beber y cotillear con sus amigas cuando alguna de estas se arrepentía de su elección o fingían haberse arrepentido tras un claro rechazo.
Ante la pasividad de Marta Cris reaccionó
-Aiss que seca eres últimamente- dijo con un deje cariñoso, mientras se levantaba- voy a buscarte algo de alcohol.
Marta aceptó con una sonrisa la queja y buscó con la vista al chico que su amiga le había indicado, ya no estaba donde antes, extrañada alargó un poco mas el cuello oteando mas ávidamente entre el grupo de chicos en el que antes se encontraba el guaperas.
-¿Buscas a alguien?- le sorprendió la voz de un apuesto chico que se había sentado sigilosamente cerca suyo
Tras el brinco del susto y llevarse una mano al pecho, Marta sonrió y recuperó la voz
-Joder que susto!
-Perdón- dijo el moreno sacando a relucir la mejor de sus sonrisas- ¿te estabas fijando en alguno de mis amigos?- dijo el chico recuperando la conversación mientras señalaba con la vista hacia su grupo.
Marta no pudo evitar la picaresca
-¿Eso es lo que quieres? ¿presentarme a tus amigos?- se dibujó una sonrisa en el rostro de Marta
-No, lo cierto es que no- El chico respondió mirándola perdiendo la sonrisa pero sin llegar a estar serio.
El sonido de una copa posándose enfrente de Marta les despistó. Cristina, con una sonrisa mas que amplia, la dejó cerca de su amiga y se giró para irse dejando claro que no quería interrumpir.
-Creo que he visto a Marcos por ahí, voy a ver si lo encuentro, esto se ha llenado!
Marta observo a su alrededor, la verdad es que aunque el pub tenia algunas mesas, ahora el espacio restante estaba abarrotado. Le invadió una extraña sensación de apatía, la verdad es que no sabia porque había salido ese día, no tenia ganas de fiesta.
Sonrió pegó un trago a su mojito y se miro a su acompañante
-Lo siento, pero en realidad… -estaba pensando en una excusa, cuando el chico le interrumpió.
-Tranquila, estaré por ahí, mi nombre es Tono- con una sonrisa educada se levantó y le dio un beso en la mejilla, despidiéndose de ella.
Acto seguido se perdió en la multitud y Marta se quedó con una pequeña sensación de estar cometiendo una estupidez. Las horas pasaron y aunque salió a bailar con Luisa y Rocío que no habían tenido suerte, seguía dándole vueltas a aquel chico, si bien no solía congeniar con nadie ese era un momento para darle una oportunidad.
Mientras iba al cuarto de baño sintió que se le taponaban los oídos. Se extraño cuando escucho nítidamente un sonido gutural, como un canto tibetano, de estos que retumban entre montañas, pronto se le destaponaron los oídos y empezó a sentir cierto sofoco. había cola en la puerta del cuarto de baño, así que se coló por una puerta que ponía privado, era un cuarto de baño que usaban a veces los trabajadores del local, sus amigas y ella lo usaban desde hacia un tiempo cuando descubrieron que estaba siempre abierto y casi nunca iba nadie.
Entró y se dirigió a la pila para lavarse la frente, a penas había una luz encendida, lo que hacia que gran parte de la habitación estuviera en penumbra, el ruido de la música le impedía despejarse del todo, ya que el baño tenia parte del techo abierto y no estaba insonorizado. Se miro al espejo y vio una imagen que le dejó petrificada.
Su amiga Cris había encontrado a Marcos, vaya si lo había encontrado! estaba de rodillas realizando una majestuosa felación a su amigo. Aquello dejo paralizada a Marta, lo que estaba viendo era impensable, Cris jamás había puesto los cuernos a su novio, y tampoco se sabía de ella que hubiese tenido la tentación.
Y sin embargo ahí estaba, tragándose el sable de Marcos, Marcos! un amigo del grupo al que nadie le había visto como algo mas que un buen compañero. Marta no había visto a su amigo como un candidato sexual hasta ahora, al verlo sin camiseta apreció que realmente estaba en muy buena forma, y notaba que ya había entrado encendida a los aseos, era eso lo que su cuerpo pedía, y sin embargo, ella no quería ceder, se sentía manipulada...
Mientras tanto observaba atónita como ese trozo de carne entraba una y otra vez en su garganta, era la primera vez en su vida que observaba a alguien hacer una mamada en directo, para que no la vieran se puso en una esquina de los baños donde no había luz, sus pezones se erizaron, y al ver que Cris le masturbaba con las dos manos mientras se la tragaba imaginó el tamaño del pene que su amiga debía estar gozando.
Su garganta salivaba como diciendo estar dispuesta, y Marta se llevó su mano a acariciarse su húmeda entrepierna, aquellos dos estaban en su mundo y con la protección del ruido y la oscuridad Marta se sintió invisible.
Marcos apoyaba una mano en la nuca de Cris mientras esta, empleándose a fondo realizaba largos movimientos circulares con la cabeza hacia adelante y atrás con los ojos cerrados, mostrando una faceta casi perversa que nada tenía que ver con la dulce novia que solía ser.
Marcos levantó la mirada dirigiéndola a Marta, y esta apenas tuvo el tiempo justo para retirar su mano de la entrepierna para que su amigo no viera lo que estaba haciendo. Se quedo de nuevo petrificada, cachonda pero incapaz de moverse.
El joven le sonrió y al ver que Marta no huía, le hizo un gesto para que se acercase.
Primero ella se escandalizó, aquello no iba a suceder! imposible, ya había sido muy fuerte pillarles en medio de la faena, tendría una anécdota que hablar con él otro día, no pensaba dejar que Cris le pillara también, eso sería demasiada vergüenza…
Pero al fijarse de nuevo en lo concentrada que estaba su amiga en su labor, sus pies fueron acercándola a la pareja sin saber bien que iba a hacer.
Marcos apretó con una mano a su amante para que tragara mas cantidad, y Marta ahora ya a un paso de ellos podía observar aquella polla que ahora muy a su pesar, sabía que le apetecía.
Realmente sentía que no quería hacer nada, solo verlo de cerca, todavía se sentía manipulada, odiaba esa sensación, hasta que la mano de su amigo al que siempre había visto como no suficientemente guapo para ella, le sujetó la nuca y la acerco, plantando un beso que fue correspondido cuando la lengua de Marta entró violenta en la boca de Marcos.
Aquello le supo a gloria, llevo ella su mano a la nuca de él, haciendo mas agresivo el beso, sus lenguas frotaban haciendo sentir placer que la joven estaba buscando. Se encontraba desatada, frenética como nunca antes. En ese instante se separó con una preocupación, ¿Cómo había reaccionado Cris a su participación?
Rápidamente miró hacia abajo y observo que su amiga seguía con los ojos cerrados, abstraída en su mundo, que era prácticar la mejor de sus felaciones, aquello sorprendió a Marta, que sin saber porque, apoyo su mano en la cabeza de Cris, y la hundió todo lo que pudo en la polla de Marcos.
Aquello le dio un placer extra al chico, y a Marta le hizo desconectar, eran dos preciosidades dando placer a un hombre que, ella sentía que no era merecedor, era un pensamiento elitista, y no del todo formado, pero en ese segundo de cordura Marta se despegó de esa situación y salió corriendo del baño.
Fue a la barra del bar a pedir algo, necesitaba una botella de agua, sentía otra vez fuerte el sofoco y la sed. En aquel momento, sintió como si todo le diera vueltas, y notó una mano que le rodeaba la cintura, rozando descaradamente su culo.
-Hey! donde estabas?- identificó aquel pésimo acento del gabacho y cambiando de objetivo, fue a salir del pub.
El francés la siguió, ofendido por no tener la mas mínima palabra por respuesta. Seguía preguntando con cada vez menos modales mientras los dos llegaron a la salida, ahí en el espacio entre las dos puertas del local, se tropezaron con el moreno de la camisa de rayas de antes, Tono.
Aquello obligó a Marta a parar durante un segundo, se encontraba cada vez más y más encendida, no podía soportarlo. El chico moreno iba a decir algo, cuando ella notó que el francés ya había metido una mano por debato de su vestido magreándole su escultural culo, lejos de cabrearla, aquello de dio el impulso que necesitaba para acercar la cabeza del moreno y besarle con la misma lujuria con la que había besado a Marcos hacía un minuto.
El Francés se dio por satisfecho con el magro y se retiró para ahorrarse la bofetada cuando terminara el beso de Marta con el otro chico. Pero la delicada mano de la joven se lo impidió agarrándole de la muñeca.
El gabacho la miró, ella dejo de besar al moreno y girándose le plantó un beso igual que el anterior al imbécil que la había puesto cachonda. Ninguno de los chicos daba crédito.
Cerrando los ojos, Marta se separó de ambos, estaba cometiendo otro error, volvía a hacerlo, quiso alejarse de todo, salió corriendo del local, los dos la siguieron. Intentando estar sola, cruzo la calle, pero por desgracia para ella vio como la seguían.
Estaba acalorada, y al levantar la vista, vio, como si de una respuesta se tratara, el mar acariciado por una luna llena.
-¿Estas bien?- pregunto uno de los chicos
Ella se quitó los zapatos de tacón, los tiró a un lado y corrió hacia el mar. El francés la siguió todo lo rápido que pudo, mientras el moreno recogió los zapatos, y fue tras ellos, mas preocupado por ella que frenético por follarla.
Al llegar a la costa, una ola rota limpio los pies de Marta, esta se arrodilló y se lavó la cara, ignorando todo el maquillaje.
Enseguida llegó el francés y la abrazó por detrás.
-Eres la mujer mas bella que he visto en mi vida!- aquel piropo le resultó patético, pero era inútil, el agua que tanto buscaba no hizo nada, estaba encendida, así que se giró y comenzó a besarle.
El moreno había llegado justo a su lado, al ver al francés abrazarla lo iba a separar, se encontraba preocupado pero cuando observo que ella le correspondía, algo le jodió de la situación.
Se consideraba a si mismo una persona madura, y creía tener posibilidades con la chica, realmente en otras circunstancias lo habría logrado, pero ella parecía drogada, fuera de sí.
Dejó los zapatos que había recogido y se dio media vuelta, Marta lo vio y abandonando al pervertido francés, se levantó y fue tras el moreno.
-Te necesito- espetó la chica, sin saber como continuar- os necesito a los dos…
El moreno dudó, por un lado la deseaba, pero por otro, sentía asco de tener que compartirla.
-Por favor…-la última apelación de la joven fue acompañada de un beso profundo y de un magreo del paquete del chico.
Cuando el francés trato de unirse, la joven lo detuvo con la mano sin dejarle acercarse, dejando claro quien era el favorito. El moreno no pudo evitar soltar una sonrisa, y el rechazado aceptó con una pequeña risita forzada de educación, dando un paso hacia atrás.
Marta casi podía verse reflejada en los ojos de su amante, sabía como la veja, él tenia delante a una preciosidad enfundada en un bonito vestido que se ceñía a su perfecta figura, esas curvas iban a ser para el, y mientras la joven se levantaba el vestido separándolo de su cuerpo le atravesaba con una penetrante mirada de deseo.
Aguantó unos segundos delante de él, dejándole que se recreara con su visión, la joven era preciosa, y tras quitarse el sujetador solo estaba tapada por unas diminutas bragas, delante de él, le sonrió e hincó las rodillas, abriéndole el pantalón.
Tono se apresuro a quitarse la camisa y con los pies se descalzó. Marta se encargó del resto, descubriendo su polla, ya casi erecta del todo, se miraron, ella se mordió el labio inferior con una pequeña sonrisa, y cerrando los ojos introdujo todo lo que pudo aquel miembro en su boca, por fin la Marta viciosa podía liberarse, la que no tenia complejos.
Engulló toda su polla con lujuria, quería oírle gemir, jadear, sentir su boca invadida, apretarla con los labios. Para el joven estaba siendo demasiado, su pene estaba casi en todo su esplendor, la mitad dentro de ella, y se estaba volviendo loco, le sujeto la cabeza con las manos y empezó a bombear, ella le cedió el control, y el empezó a follarle la boca mientras entrelazaba sus dedos entre mechones de cabello oscuro como el azabache.
Un escalofrío recorrió la espalda de Marta cuando sintió una boca morder suavemente una de sus nalgas, aquel baboso francés estaba gozando de su culo, se lo amasaba, lamía y palpaba, hasta que decidió quitarle las bragas.
Mientras por delante era irrumada, en su trasero el otro joven le clavaba la lengua en el ano, el cosquilleo que sentía fue desapareciendo para dar lugar a una presión mayor, intentaba clavarle la lengua. Marta estaba disfrutando, nunca le había gustado lo que le hacían, pero aquel día estaba dispuesta a experimentar mas, el gabacho detectó la tensión de la chica, y decidió calmarla introduciéndole dos dedos en la vagina, sin cesar en su labor lingual.
-Voy a correrme- avisó el chico moreno, que no podía soportar mas aquella increíble mamada.
Ella saco la polla de su boca y apuntó a la arena, dejando que descargara su simiente mientras ella le miraba con poder. Apenas habían caído las últimas gotas, la joven se giró, tumbándose boca arriba y dejando que el gabacho se colocara para follarla en misionero.
El joven apunto con su miembro y lo introdujo de un golpe sin problemas, gracias a la humedad de la chica, la falta de un cuerpo especialmente musculoso por parte del amante, era suplida con un especial frenesí, que le daba energía ilimitada en sus caderas.
Marta dejó que su amante se pegara totalmente a ella en aquella playa, su torso se pegó a sus pechos, su lengua a su frágil cuello, y sus bastas manos recorrían todo el cuerpo de la joven por el costado, y de vez en cuando agarraban fuerte los muslos o el culo.
Sin embargo, y para su frustración, no lograba obtener mas placer, y el orgasmo de la joven parecía alejarse con su nuevo compañero. Como si le hubiese leído la mente, el moreno acudió, para colaborar, acerco su polla a la boca de la chica, ya que era lo único que podía hacer, y esta, decidió cambiar las tornas. Aparto al frenético francés, tumbo a Tono, y se introdujo con ganas aquel trozo de carne que volvía a tener vigor, en su coño.
Esta vez cabalgando estaba decidida a correrse, el moreno se enderezo alcanzando uno de sus pechos con su boca, mientras que el otro introducía su lengua entre los labios de la joven, para realizar un baile con sus lenguas.
Cuando notó que mientras le besaba le estaba intentando introducir un dedo por el culo, no lo impidió, de hecho tras probarlo empezó a disfrutarlo, cosa que jamás admitiría.
Unos pocos minutos la calentaron mas, aun sin éxito. Su movimiento de caderas parecía profesional, y los besos de su otro amante por todo el cuerpo le hacían estar en un pequeño éxtasis.
En ese instante, el joven moreno se puso de pié, alzándola en brazos y sin salir de su interior. Ella, apoyada en sus musculosos bíceps se aferró a él, abrazándole, percibiendo como éste, estaba apunto de eyacular en su interior. El francés no desaprovechó la oportunidad, se coloco detrás y con todas sus fuerzas intento penetrar aquel perfecto trasero que llevaba tanto rato preparando, aunque hubiese querido parar no podría haberlo hecho, la visión de aquel trasero digno de una modelo de lencería, era demasiado.
En su confusión Marta gritó, no pudo evitar que su amante en la retaguardia lograra meterle la punta a presión a través de su esfínter.
La bella joven miró hacia el cielo, estaba siendo invadida por delante y por detrás, y sostenida en el aire, mientras notaba los dos cuerpos presionarla y acoplarse a su anatomía lubricada por el sudor.
Las estocadas de Tono eran deliciosas, mientras que las del francés eran imperceptibles ya que no lograba introducir ni un centímetro mas, y no quería salirse, pronto sintió como ambos jóvenes lograban sincronizar sus orgasmos, llenándole a la vez sus dos agujeros, mientras los chicos liberaban sus gemidos, y la joven se quedaba, tal y como temía, a las puertas de su final.
Los tres quedaron petrificados un segundo, y tras ello se desplomaron en la arena, en silencio, la luna perlaba sus cuerpos con luz blanca.
Marta se encontraba mejor cuando acertó a gatear hasta el agua, y lavarse antes de ponerse de nuevo su vestido. En ese momento descubrió avergonzada que Marcos se encontraba a unos pasos, silencioso, con los zapatos, ella en ningún momento se detuvo, y fingió normalidad.
-Han recibido su ración eh! –le dijo el joven con un aire juguetón, mientras miraba a los amantes que su amiga acababa de agotar.
-Como Cris, no?- espetó con cierto sarcasmo.
Marcos soltó una pequeña risa, como si dijese “touche”
-Vamos Marta, os llevo en coche.
Una vez en rumbo, la joven observó a Cris dormida en el asiento de atrás, Marcos conducía hacia el piso de la playa, al que se suponía que tenían que ir al día siguiente con todo el grupo, pero con el amanecer en pocos minutos, era mejor idea, ir directamente allí a dormir.
Disimiladamente Marta clavaba su mirada en Marcos, realmente deseaba a aquel chico, todo el circo de esa noche para evitar caer en brazos de un amigo al que había considerado poca cosa, para al final quedarse a las puertas del orgasmo con un calentón inútil…
Llegaron con el cielo empezando a iluminarse, el chico paro el motor y respiró hondo, Cristina seguía dormida, y Marta observó que no se había subido la bragueta, seguramente después de un buen polvo con Cris se quedaría aturdido, pensó para si misma con una sonrisa.
-Antes intentaste que yo me uniera a vuestra fiesterilla… -dijo Marta incapaz de dejar de darle vueltas a la situación de antes- en que pensabas?
-No se, hoy no he pensado mucho lo que he hecho.
La chica, en verdad, buscaba una pequeña declaración que le sirviera de excusa para terminar lo que otros habían dejado a mitad. Pero la montaña no va a mahoma…
Se inclino desde la posición de copiloto y le agarro la verga a través de su bragueta entreabierta empezando una incomoda mamada.
-Para, para- dijo Marcos separándola- Esta no eres tu, has debido de beber mucho hoy, no voy a cometer mas errores.
Marta se quedó de piedra, y la cordura volvió a tomar el control de su cuerpo en ese instante, dando la excusa errónea de su amigo por cierta, no había bebido, pero si que es cierto que no era ella. Mañana pensaría con mas claridad.
Cada una durmió en una habitación, mañana llegarían el resto de nuestros amigos, y yo… mientras contemplaba en la terraza el amanecer, pensaba que había comprobado que a ellas dos también las podía manipular, las vacaciones se terminaban, pero que final iban a tener ese fin de semana!