La red de la Viuda negra

Una historia de una trampa

Entro en casa de mi hermano mayor para cuidar de su hija, el se alegrade verme.

Mi hermano tiene cuarenta años y tiene una hermosa esposa de su misma edad, pero tambien Rocio, una hija adolescente inteligentisima y tan bonita como su madre, ella es rubia de ojos verdes, de pecho grande y bien puesto y marcadas caderas y culito respingon.

Mi hermano hacia mucho que no salia por ahí y me pidió que cuidara de su hija, la verdad es que la jovencita tiene pinta de apañarselas sola, pero mi hermano es…extremadamente protector.

Cuando se fueron, la chica, parecia transformarse, me miró de manera… Femme Fatale.

-de modo que cuidaras de mi ¿no? – dijo sensualmente con sus finos labios.

-pues si ¿tienen miedo de que montes una fiesta mientras ellos no estan? – le dije bromeando.

-a lo mejor la monto igualmente… con lo que tengo – dijo ella riendo - ¿te apetece beber algo?

-creo que tomaré un refresco – le dije mientras me levantaba.

-yo tomaré un bourbon – dijo Rocio.

Me eché a reir, mi hermano era muy paranoico con la seguridad de su hija, sus bebidas alcoholicas estaban en un armario cerrada con dos combinaciones.

Pero ella la abrió como si nada.

-¿te apetece un whisky? Aquí hay Maccallan de 30 años, Alhmada, Napoleon…¡vaya!

Roció salió con una botella sin etiqueta.

-papa presumia de ellas, se las encontró mientras estaba en Nueva York, de forma accidental se encontró con un alijo de whisky de la ley seca y pudo sacar varias cajas.

-¿no se cabreará tu padre? – dije para adrementarla.

-¡que va! Tiene tantas botellas de ese tipo que no se enterará, tomate una conmigo.

-no deberias beber siendo tan joven – le dije.

Ella se sirvió un chupito y se lo bebió como si fuera lo mas normal del mundo.

-ya he bebido ¿y? ¿me vas a denunciar? ¿o vas a cacherarme para encontrar drogas o algo? – decia Rocio mientras se acariciaba el cuerpo por encima de su ropa.

Aparté la vista, esa jovencita me calentaba, pero ella me abrazó y me susurró.

-relajate,¿crees que soy virgen? Je, te voy a contar como fue mi primera vez, mi papa no me dejaba irme a la disco, pero fui a una fiesta de pijamas de una amiga, ella tenia un hermano mellizo, mientras ellas hablaban yo me fui al baño y me lo encontré lavandose los dientes, hacia tiempo que pillé a mi padre intentando con mi madre hacer un hermanito y sentia curiosidad, de modo que cerré la puerta y…

-creo que ya es suficiente – dije.

-¿Por qué?¿eres gay?

-no.

-¿no te gusto?

-eres preciosa, pero ¿Qué quieres demostrar? ¿a que viene esa obsesion? – dije intentando apartar mi mirada de sus pechos.

-papa me quiere, pero es muy sobreprotector, nada de chicos, nada de ir a bailar, nada de nada, la unica diversion que hay son Lisa y tu.

-¿Lisa?

-mi araña, pero no se lo digas a mi papi, es un secreto – dijo Rocio dandome un beso en el borde de mi labio – bueno ¿te enseño la casa?

Rocio me enseñó la casa de cabo a rabo, terminamos en su habitacion, muy bonita, ella se fue a ducharse, llevandose su pijama en la mano.

Yo curiosee el lugar, revistas, posters de sus idolos, lo que una chica normal tendria en su habitacion, pero se cayó un lapiz, al ir a recogerlo del suelo, noté como si me clavaran dos agujas en la mano, el lugar donde sentí la punzada empezó a enrojecer, no le di importancia.

Bajé a la sala y me puse a ver la tele, pasado un rato, empecé a sentir dolor, calambres y una ereccion, luego empecé a sudar, a tener taquicardias y unas horribles nauseas que me hicieron vomitar.

-¿te encuentras bien? – preguntó Rocio.

-n-no mucho, voy a tomarme un medicamento y luego a dormir.

Ella me agarró la mano y la miró con detenimiento.

-si vas a dormir no despertaras más, te ha picado Linda.

-¿Qué?

-es una viuda negra – dijo Rocio con tranquilidad.

-¡joder! ¡llama a una ambulancia!

-tranquilo, en mi habitacion tengo el antidoto.

Yo fui directo a su habitacion, pero ella subia las escaleras poco a poco, rastreé la habitacion en busca de un antidoto, pero no encontré nada.

Al entrar ella en su habitacion, la agarré de los hombros  exigiendole el antidoto.

-lo tengo, pero… quid pro quo.

-¿quie quieres? ¿salir de fiesta? ¡joder de acuerdo!

-no no no – dijo Rocio de forma picara.

-¿traer a tu novio aquí para que te folle? Ok

-casi, pero no – dijo Rocio sonriendo.

-¡QUE!-dije zarandeandola.

-papa me prohibe ir con chicos porque tiene miedo de que me violen, quiero saber si es tan desagradable como dicen, quiero que me abofetees, que me arranques la ropa y me uses hasta vaciarte dentro mia.

-de eso nada – dije tajantemente.

-entonces solo he de sentarme y verte morir.

La agarré del cuello y empecé a estrangularla, ella sentia la falta de aire.

-damelo – le exigí.

Ella me levantó el dedo medio.

Entonces la abofeteé, una, dos, tres veces, tirandola al suelo.

-¿has cambiado de opinion?

-veo que eres marica, que no se te levanta ¿Por qué dejar vivir un hombre defectuoso?

La agarré de sus largos cabellos rubios y me bajé la brageta sacandome la polla, una polla mas erecta de lo normal.

-muy bien putita, te voy a dar unas lecciones, primera leccion.

Se la metí en su boquita, ella hizo como si se resistiera, pero sumisamente me la chupó mientras yo le marcaba el ritmo agarrandola de la cabeza, el ritmo era tan fuerte que ella vomitó aún con mi polla metida.

En ese momento ya no era yo, la levanté jalandola de los cabellos y le arranqué el pijama, esos preciosos senos, grandes, firmes, con una aureola mediana tan rosada que parecia confundirse con su piel, mientras se los tocaba, sonreia y más que sonreí al ver su cara de asustada, empecé a chuparlos, morderlos con fuerza, ella se resistia, pero respondí a su resistencia mordiendo con fuerza, lo que hizo que se sometiera y dejandome saborear esos pechos, después la tiré de la cama y le arranqué sus pantaloncitos de pijama, su concha no tenia pelo y estaba cerradita, tan inocente, tan juvenil.

Ella me intentó rechazar, pero yo me metí entre sus piernas y empujé.

Force con rabia ese humedo agujero agarrando sus manos con una de las mias, ella no lloraba, más bien jadeaba.

-¡¿te gusta putita?!

-calla y dame con ganas, cabron

Me sentia lleno de fuerza, bombeé con rabia profanando ese hermoso cuerpo, viendo como sus pechos se movian al son de mi batuta, su cara de placer y su mirada verde llena de deseo.

Terminé dentro de ella, llenandola de leche hasta el ultimo rincon, en ese momento, fui consciente de lo que hice, espantado me fui de su habitacion.

Fuera de ella, mientras oia a Rocio llorar, empecé a pensar en las consecuencias de ese acto ¿Qué podia hacer? ¿secuestrarla y venderla como esclava? ¿matarla? ¡no! ¡Dios mio! No puedo hacer eso, decirle al juez que ella misma me provocó ¡joder! ¡suena tan a violador! Tendria suerte si fuese a la carcel, porque como se entere mi hermano (exboxeador de fama mundial) me muele a golpes.

-Tio, aquí tienes la medicina, gracias, ha sido intenso – dijo Rocio aun desnuda y chorreando mi semen por su concha.

No podia mirarla en la cara, pero ella se arrodilló y me inyectó el medicamento en el pene, para acto seguido hacerme una suave mamada para sacarme el semen.

-me gusta tu sabor tio, esté será nuestro secreto –dijo guiñandome un ojo.

Cuando mi hermano regresó, yo no podia mirarle a la cara, pero Rocio apareció diciendo una historia de que se lo pasó bien viendo la tele conmigo, mi hermano parecia muy contento.

Unos dias después, mi hermano me pidió que cuidase de su hija un mes, que me compensaria por las molestias, por que el tenia que hacer una gira para promocionar material deportivo, cuando se fueron, Rocio propuso ver un DVD, al ponerlo, vi que habia grabado su violación, me vi a mi mismo como una brutal bestia sometiendo a Rocio, la cual no se le veia la cara en ningun momento, salvo cuando me fui que se dirigió a la camara mientras lloraba en lagrima viva, mostrando los mordizcos de sus pechos y su concha, dejando escapar mi leche mientras decia abofeteandose que tenia que despertar, que era una pesadilla que no era real.

La miré aterrado, ella me respondió.

Hice unas copias, quid pro quo, tu me obedeces y yo no tengo por que denunciarte.

-d-de acuerdo.

-¡SE DICE SI AMA! >o

Agaché la cabeza y le respondi si ama, en ese  momento Rocio me dijo que preparase un piscolabis, porque vendrian unas amigas a visitarla.

Oia a las chicas llegar, se saludaron y empezaron a ver la tele sintonizando un canal de moda, no paraban de hablar de forma alegre, entonces oí el tintineo de la campana, acudí con los aperitivos al grupo de chicas, todas tenian la misma edad que Rocio, todas me miraron sorprendidas y con comentarios de “que nivel” “un sirviente para ella sola”.

-gracias tio, ve por unos refrescos.

Fui a la cocina a por los refrescos, al volver, vi que Rocio no estaba, las chicas me miraban.

-oye ¿tienes novia? – dijo una.

-no señorita – respondí.

-¿crees que Celia es guapa? Mirala, por que las chicas de su colegio no paran de decirle que es fea.

Me fije en la chica, tenia una mirada triste azul, su infantil cara pecosa tenia el pelo corto y castaño y unos labios carnosos acompañados por una nariz chata, le dije la verdad, que era guapa.

En ese momento apareció Rocio con un vestido de seda verde esmeralda.

-toma, seguro que te sienta mejor, a mi me aprieta el pecho.

-si, porque apenas tengo pecho – dijo Celia tristemente a pesar de que tenia un pecho mediano.

-¡a ver! ¡eres guapa! ¡da igual lo que digan esas zorras! Eres guapa y punto – dijo Rocio.

Celia no parecia estar tan segura.

-En ese caso, te lo dirá el – dijo Rocio acariciando mi paquete ante la mirada atonita de todas.

-o…

-¡SILENCIO ESCLAVO! >0

-si ama – dije sumisamente.

-bueno, primero hemos de comprobar tus manos – dijo Rocio cogiendo las manos de Celia, para llevarlas a mi paquete.

-acaricialo – dijo Rocio susurrandole al oido de Celia.

-s-se pone grande – dijo Celia cohibida.

-eso es porque tus manos son suaves, hermosas, pero no vamos a pararnos en las manos.

Rocio cogió un cuchillo y le rasgó la camisa enseñando el sujetador.

-¡EH! ¡¿QUE HACES? – protestó Celia.

-te he regalado un vestido, no te preocupes por esa ropa tan poco favorecedora – dijo Rocio cortando el sujetador de Celia.

Sus pechos fueron liberados, Celia queria taparselos, pero Rocio se lo impidió, queria apartar la mirada, pero no queria jugarmela con Rocio.

-miralos bien, pero no hables.

Los pechos de Celia eran medianos, tirando a pequeños, con unos pezones pequeños y unas aureolas pequeñas.

-ahora veamos que tal hueles, chicas, quitadle las bragas.

Como Celia tenia falda, no les costó mucho en quitarselas, Rocio me las mostró y las acercó a mi nariz.

-huelelas  - me ordenó.

¿Qué podia hacer? No tuve más remedio que olerlas, olian a…mujer.

-bien, ahora el veredicto – dijo Rocio mientras me bajaba la bragueta.

La tenia bien erecta y dura, que Dios me perdone pero me puse a cien.

Todas las chicas me la veian, sobretodo Celia.

-¿ves chica? Para el eres guapa, creo que merece un besito ¿no? – decia Rocio.

Celia miró a Rocio, pero la chica de ojos verdes cogió la de los ojos azules y la acercó a mi verga.

Noté sus dientes haciendome daño, no pude evitar un gesto de dolor.

-Celia, aunque está dura, es sensible, abre bien tu boca y acaricialo con la lengua, primero, cogela con las manos mientras que la besas y lames su puntita.

Celia, como hipnotizada por Rocio, obedecia las instrucciones, acariciaba mi entrepierna y lamia mi glande con la punta de la lengua, luego succionaba el glande y acto seguido la engulló, Rocio la ayudaba a marcar el ritmo.

Pero lo que más me ponia era que Celia me miraba de forma inocente de vez en cuando, estaba a punto de correrme.

-descarga dentro de su boca, esclavo.

Le llené la boca, me sentia culpable de corromper a aquella jovencita, pero oí las palabras de Rocio.

-metetela entera y muerde suavemente para exprimirla, sacale toda su leche.

Se la metió hasta el fondo y luego presionó para sacarsela lentamente, parecia sorprendida, escupió un poco de mi semen y lo miró.

-todavia está dura ¿eh? ¿ves Celia? Le gustas, esclavo, llevatela al cuarto de mis padres y hazla mujer.

-si ama.

Me llevé a Celia que temblaba como una hoja mientras sus amigas nos acompañaban, fuimos a la cama matrimonial y la tumbé suavemente en la cama.

Ella estaba asustada.

-esclavo, llevala al paraiso – dijo Rocio sonriendo.

-s-si ama.

Empecé a besarla era un beso torpe, al parecer Celia era primeriza, luego le besé las orejas, el cuello, empecé a besarle los pechos.

Esa parecia ser la debilidad de Celia, sus pechos eran muy sensibles, concentré ahí mis besos y mis lametones, sus pechos eran suaves y firmes, lamia los pezones con ganas, arrancandole un orgasmo.

Mientras ella jadeaba recobrando el aliento, besé el abdomen de Celia, luego le subí la falda, su concha estaba cerrada como Rocio, pero tenia algo de pelo, la penetré con mi lengua, saboreando su calido interior, pero también noté algo.

Su himen.

Lamí y chupeteé su clitoris, la chica jadeaba con fuerza hasta que le arranqué otro orgasmo.

Iba a dejarla, pero Rocio me dio una orden.

-follatela, a pelo.

Celia intentó detenerme, me decia que era su primera vez.

Miré a Rocio, pero repitió la orden.

La agarré de las manos y la penetré, Celia soltó una queja de dolor, pero después se dejó hacer, empecé a bombear despacio para que ella se acostumbrase, después, aceleré las embestidas a medida que Celia jadeaba, las chicas animaban a que la follase mas fuerte y asi hice, tomar aquella inocente muchacha su virginidad con fuerza, hasta que por fin descargué dentro de ella.

Iba a separarme, pero Celia me abrazó y me dio un dulce beso antes de caer dormida.

Cuando despertó Celia, todas la interrogaron sobre que le pareció, si le dolia y demas cosas.

Al final se fueron todas y Rocio me dijo que me fuera a dormir, que puede que mañana me llame para alguna cosa mas.

Continuara (¿alguna sugerencia?