La recompensa del caballero

Tras rescatar a la princesa Liona de las garras de Freizard, Fly recibirá su recompensa...

LAS AVENTURAS DE FLY

LA RECOMPENSA DEL CABALLERO.

La fiesta que se realizaba en las ruinas del castillo del reino de Papunika, con el fin de celebrar la victoria de los discípulos del maestro Iván sobre el maléfico Freizard y la división de las llamas heladoras, estaba llegando a su fin. Bajo el cielo nocturno se podían ver jarras y vasos tirados por el suelo, al igual que algunos soldados que habían bebido demasiado. Fly y Pop, que habían dejado al viejo Matrif tumbado sobre la mesa de la comida pasando su borrachera, vieron regresar a Mam.

-Mam, ¿adónde habías ido?- le preguntó Fly cuando llegó junto a ellos- ¿Sabes? Crocodin y Jiunkeru parece que se han marchado.

-Sí, ya lo sé- dijo la muchacha con aire triste-. Me han dicho que se van al Castillo de la Roca del Diablo, a espiar los planes del Gran Mago Negro y su ejército.

-¿Y se van solos?- exclamó el pequeño caballero- Vayamos con ellos.

-No, es mejor que nosotros nos quedemos a la defensiva- repuso la joven maga con decisión-. Permaneceremos en Papunika en espera de noticias suyas y por si el ejército del Mago Negro ataca el país de nuevo. Después de todo, aún no lo hemos derrotado definitivamente.

Las palabras de Mam convencieron a Fly y asintió con la cabeza, serio.

-Bien, pues si vienen les estaremos esperando- dijo Pop con su habitual tono fanfarrón-. Mientras tanto, no me sabrá mal vivir durante una temporada en este magnífico palacio cuando esté reconstruido.

Fly y Mam le miraron de reojo y con paciencia.

-Ah, Fly, estás aquí.

Era la princesa Liona, quien llegaba junto a ellos acompañada de la sabia Eimy. Ambas sonreían.

-Liona- exclamó Fly alegrándose de su presencia-. ¿Dónde estabas? Desapareciste de repente.

-Sí, lo he estado arreglando todo para poder entregarte la recompensa del caballero- explicó la recién llegada.

-¿Recompensa del caballero?- preguntó el pequeño guerrero, ignorante de lo que aquello significaba- ¿Qué es eso?

-Según la tradición del reino de Papunika, la princesa rescatada de un gran peligro deberá corresponder en agradecimiento a su valiente salvador con la "recompensa del caballero"- explicó Eimy, como si lo recitara de memoria.

-Caramba, ¿y en qué consiste esa recompensa?- preguntó Fly curioso.

-La princesa agradecida accederá a hacer paf-paf con el caballero- contestó Eimy, tratando de no perder la compostura.

Liona se sonrojó, sin dejar de sonreír y mirando hacia abajo. Mam se tapó la boca con los dedos de una mano y también se le encendieron las mejillas, mientras que Pop puso cara de gran sorpresa.

-Caray, esta si que es buena- exclamó.

-¿Hacer paf-paf?- dijo Fly más confuso todavía- Una vez Pop mencionó eso, pero no quiso explicarme de qué se trataba. ¿Qué es? ¿Algo de comer?

-Fly, no preguntes que me da vergüenza- dijo Liona.

-Eh, yo ayudé a derrotar a Freizard- intervino Pop fervoroso-. También me merezco la recompensa del caballero.

Liona le miró dejando de sonreír.

-Sí, claro, bien mirado…- dijo cavilante- Sería injusto si sólo se la ofreciera a Fly. Qué le vamos a hacer. Pues entonces

-Un momento, si alguien le ha de dar la recompensa del caballero a Pop esa seré yo- exclamó Mam de súbito.

Todos la miraron. Ella trataba de estar seria, pero se le habían subido los colores.

-Está bien, la tradición permite que la princesa delegue este deber a la persona que crea conveniente- dijo Liona-. Entonces, Mam, tú serás quien le dará su recompensa a Pop.

Liona disimuló su alivio, al igual que Mam su entusiasmo.

-¿Estás segura, Mam?- dijo Pop sin poder creérselo.

-Tú a callar, no quiero ningún comentario- exclamó la joven maga girando la cabeza hacia otro lado.

-Escuchad, ¿no os olvidáis de mí?

El mago Matrif apareció entre los chicos y la princesa y la joven sabia.

-He oído todo lo que hablabais- dijo el recién llegado-, y creo que esa recompensa también va destinada a mí, ¿verdad, princesa?

La sonrisa babeante de viejo verde del mago hizo que Liona se espantara y retrocediese un poco.

-Sí, claro- dijo disimulando-. Delego este deber en Eimy.

La joven sabia recibió aquello más o menos como un rayo que le partía por la mitad.

-Pe-pe-pe-pero, alteza, ¿qué decís?- exclamó- No podéis hacerme esto.

-Es una orden de tu princesa, Eimy- respondió Liona con seriedad-. Además, has de saber que tu condición de sabia de Papunika te lleva a hacer algún sacrificio en algún momento u otro.

"¿Pero qué se enrolla esta cría ahora?", pensó Eimy mirándola de reojo, pero su semblante cambió al miedo cuando sintió la mano de Matrif paseándose por su trasero, debajo de su pequeña falda.

-Bueno, querida Eimy, ¿vamos allá?- dijo el viejo mago sin dejar de sonreír lujuriosamente.

-Si no hay otro remedio…- murmuró ella con la cabeza baja, y se marcharon juntos al interior del palacio.

-Vamos nosotros también, Pop- exclamó Mam agarrando el brazo del joven mago y marchando decidida hacia el edificio-. Cuanto antes acabemos mejor.

-Sí, tranquila, tenemos toda la noche…- dijo Pop con embarazo, poniendo su mano libre sobre la nuca.

Fly y Liona se quedaron solos.

-Ven, Fly, nos han preparado una habitación para nosotros- dijo ella contenta. Le cogió de la mano y se dirigieron al edificio.

-¿Qué ocurre? ¿Es que la recompensa no se puede dar con la presencia de testigos?

Liona escuchó aquello sorprendida. Sonrió.

-Fly, me encanta tu inocencia

Momentos después la pareja había entrado en una habitación decorada con gran ostentación, presidida por una cama de matrimonio.

-Bueno, ¿me vas a decir de una vez en que consiste eso de hacer paf-paf, y por qué me has traído aquí?- preguntó Fly impaciente.

Liona le contemplaba con una sonrisa maternal.

-¿Puedes sentarte en la cama?- le preguntó.

-Sí, claro- dijo el muchacho, y es lo que hizo.

La princesa se le acercó y se puso de rodillas ante él, colocando los brazos sobre los muslos del pequeño caballero y la cabeza sobre sus manos, mirando hacia arriba a los ojos de Fly.

-¿Cuántos años tienes?- preguntó Liona.

-¿Yo? Doce.

-Dos años menos que yo. Me gusta.

Fly la miraba con extrañeza.

-Según me han explicado los tres sabios del reino, hacer paf-paf es un juego muy divertido que se realiza principalmente entre un hombre y una mujer. Ya verás cómo te gusta mucho.

-¿De recompensa un juego?- dijo Fly aún más extrañado- Qué cosa más rara. ¿Y en qué consiste?

-Pues primero se trata de que separes las piernas- Liona se las abrió- y me dejes que te toque por aquí.

La mano de la princesa se movió por encima de la bragadura del chico, lenta y suavemente, recreándose en el bulto que iba formándose debajo de la tela.

-Estupendo, ya se está haciendo grande- exclamó Liona entusiasmada. Agarró el bulto.

Fly sintió una sensación muy extraña que no recordaba haber experimentado antes. Notaba un calor agradable por todo el cuerpo que se centraba en la zona que estaba tocando la princesa.

-¿Qué me estás haciendo, Liona?- preguntó con algo de miedo- ¿Qué está pasando?

-¿A qué te gusta lo que sientes?

-Ssí, pero

-Déjame vértela.

Liona, sin esperar el consentimiento de su amigo, le quitó los pantalones.

-Guau, Fly, eres bajito, pero

Contempló con placer el aparato en erección que había quedado al descubierto, largo y delgado, sobre un par de redondos testículos, todo aún sin rodear por el vello púbico.

-Liona, ¿Qué le has hecho a mi pito?- exclamó Fly al ver el tamaño de su pene, apuntando hacia arriba- Tú me has lanzado un conjuro, seguro.

-Sí, claro que te lo he lanzado- contestó ella ya sin poder resistirse a coger ese miembro que se mostraba ante ella. Aquel tacto suave y caliente le encantó-. Pero yo no soy la única que puede hacerlo; todas las mujeres pueden.

-¿Yyy lanzar este conjuro es hacer paf-paf?

-Pues en cierto modo sí. Pero ahora vamos a poner en práctica las lecciones de Eimy.

Fly vio cómo Liona acercaba su boca abierta a la punta del pene y acto seguido se lo introducía dentro.

-Li-Liona, ¿Qué haces…? ¡Uh!

Fly ya no habló más en los siguientes momentos. Dejó que su compañera le entregara aquellas sensaciones que le hacían sentir en el paraíso. Liona también gozaba con aquello, pasando de una indecisión inicial a un ritmo más seguro. Subía y bajaba la cabeza, haciendo entrar y salir el pene de su boca, mientras movía la lengua a su alrededor. Alguna que otra vez lo dejaba fuera para descansar por unos segundos, mientras lo restregaba con la palma de la mano cerrada a su alrededor, mirándolo con deleite y fascinación. Los gemidos de Fly le regalaban los oídos, hasta que finalmente este alcanzó el orgasmo. Liona sacó lentamente el pene de entre sus labios y encontró delicioso el esperma de Fly, tragándose el que se había quedado en su boca.

Se alzó quedando su cara a la altura de la de su compañero. Sonrió.

-¿Te ha hecho sentir bien?- le preguntó.

-Sí, ha sido increíble, Liona- contestó Fly aún no recuperado-. Así que esto es el paf-paf.

-No, esto es sólo el principio del paf-paf.

Dicho esto, le besó.

-Fly, ¿has visto alguna vez a una mujer desnuda?- le preguntó pícaramente.

-Pues… No. Lo máximo que he visto es a Mam en ropa interior.

-¿Pero ya sabes que los hombres y las mujeres son diferentes físicamente?

-Sí, el maestro Iván nos habló algo sobre ello.

-Entonces yo seguiré su lección.

Liona se puso de pie y, no sin timidez, pero con decisión, se fue quitando las telas que cubrían su cuerpo, mientras Fly la miraba fijamente y boquiabierto, hasta quedarse completamente desnuda.

-¿Te gusto, Fly?- preguntó ya desinhibida, gozando del ruborizado rostro inocente del chico.

Liona dio una vuelta para que él pudiera contemplar todo su sensual y virginal cuerpo. Su blanca piel hacía juego con su pelo rubio, tanto el de la cabeza como el del pubis.

-Eres… Eres muy bonita

-Gracias.

Liona se le acercó y se sentó a su lado. Ella estaba igual de enrojecida que Fly, y también le miraba con pasión.

-Tu cosita se ha vuelto a poner dura- dijo, y cogió el pene.

-Liona, no sé lo que me pasa…- susurró Fly- Creo que es el calor de tu cuerpo, que me hace sentir el deseo de estar más cerca de ti, y de tocarte.

-A mí me pasa lo mismo. Nadie me había dicho que yo también me sentiría así.

Liona ayudó a desnudarse a Fly, y juntos se pusieron sentados en el centro de la cama.

La princesa cogió las manos del caballero y colocó las palmas sobre sus pechos.

-Oh, qué suaves son- dijo Fly, y empezó a mover las manos instintivamente sobre ellos.

-Aaahn…- exclamó Liona.

-¿Te hago daño?

-No, al contrario…- contestó mostrando una sonrisa- ¿A qué a ti también te gusta?

-Sí

Liona se tumbó en la cama boca arriba, separando las piernas.

-Fly, ahora quiero enseñarte mi más preciado tesoro- susurró, sorprendiéndose a sí misma por lo que acababa de decir. Notó que ya no sólo se movía para recompensar a su amigo, sino también para buscar su propio placer-. Mira lo que tengo aquí.

Señaló sus hinchados y rojos labios vulvares.

-Oh, sí, ya sabía que las chicas no tenéis pito, ni bolas, ¿pero qué es lo que tenéis?- Fly acercó su cara y lo observó intrigado- Parece una especie de herida. ¿Puedo tocarlo?

-Por favor.

Fly palpó toda la longitud de la vulva de Liona con las yemas de los dedos, gustándole ese agradable calor que desprendía, y coló el índice y el medio dentro.

-Mmmh

Fly miró a Liona y le agradó la cara de éxtasis que había puesto.

-¿Te gusta que te toque aquí dentro, Liona?

-Sí, pero hazlo bien, así.

La princesa le enseñó cómo hacer feliz a una mujer en cuestión de sexo manual y oral.

-Esto está mojado… Pero sabe bien. Es como lo que me ha salido a mí antes de la punta del pito, ¿no?

-Sí, algo parecido… Mmmh… Fly, has aprendido rápido. Ooooh

-Bueno, estamos empatados, entonces- contestó esbozando una sonrisa mientras jugueteaba con sus dedos con el sensible clítoris.

Finalmente Fly consiguió que Liona llegara al clímax. Ella le miró con una sonrisa de satisfacción.

-Ven, Fly, ha llegado el momento de lo mejor.

-¿Mejor que lo que acabamos de hacer?- se sorprendió el chaval.

-Eso me han dicho. Dime, ¿por qué crees que los chicos tenéis pito y las chicas tenemos esta abertura?

Fly se miró los genitales de ambos.

-¿Quieres decir que es para que yo lo meta ahí dentro?- preguntó un tanto atemorizado.

-No hay nada que temer- le tranquilizó Liona mientras le acariciaba el pelo y lo rodeaba con sus brazos, sentados otra vez.

Se tumbó de nuevo boca arriba, volviendo a dejar las piernas separadas.

-Estoy preparada, Fly.

Fly, un poco inquieto, entró despacio en Liona.

-¡Ugh!- exclamó-. Está caliente.

Liona sonrió.

-Ya estás dentro. Ahora muévete.

-¿Que me mueva? ¿Así?

-Sí, eso es. Sigue haciéndolo.

Fly fue entrando y saliendo de la vagina de Liona. Fuera. Dentro. Fuera. Dentro. Fuera. Entonces miró hacia abajo y, espantado, vio su pene teñido de rojo.

-¡Liona! ¡Pero si estás sangrando!

La miró a la cara y vio unas lágrimas de dolor que salían de los ojos de su compañera.

-¡Dios mío! ¡Lo siento! ¡Yo no quería…!

Iba a salir del interior de la princesa, pero esta lo retuvo cogiéndole por los hombros con los brazos.

-No, no te preocupes, Fly- dijo ella sonriendo-. Esto suele pasarle a las chicas la primera vez que hacen paf-paf. Tranquilo, es algo normal, enseguida se pasa. Quizá debería habértelo explicado antes.

Fly la miró aún un poco intranquilo, pero vio la sinceridad en su mirada y volvió a posar su torso sobre los pechos de ella. Quiso calmar el dolor de la muchacha, y le acarició con las manos la piel que tenía a su alcance. Se metió un pezón en la boca, al tiempo que ella le abrazaba con todo su amor.

-Eres muy gentil, Fly

El chico inició de nuevo el movimiento, primero despacio, luego más rápido. Alzó la cabeza para ver la cara de Liona, y se alegró al ver la sonrisa de placer de la joven.

-Fly, mi querido Fly

-Liona

Ambos, perdido todo rastro de inquietud y miedo, se volcaron plenamente en la experiencia que estaban compartiendo. Fly arremetía fuertemente contra Liona como si le fuera la vida en ello, sintiendo el suave cuerpo de la chica bajo suyo y la deliciosa sensación de la estrechez de su vagina. Liona agarraba a Fly por su espalda. Aún sentía un poco de dolor, pero el placer que le estaba proporcionando su salvador hacía que no le importara.

-¡Ah, Fly, me viene, me viene!

-¡A mí también, Liona!

Los dos fueron envueltos por la oleada del placer máximo. Luego permaneció el uno encima del otro, exhaustos.

-Liona.

-¿Qué?

-¿Tú crees que el ejército del Mago Negro volverá a atacar Papunika?

-Los dioses quieran que no. Pero por si acaso habrá que ir pensando en hacernos con nuevas armas para defendernos.

-Yo espero que sí lo hagan- exclamó Fly con entusiasmo.

-¿Qué dices?- preguntó Liona extrañada.

-Así te rescataría de nuevo y me entregarías otra vez la recompensa del caballero.

La princesa le miró entrecerrando los ojos y con una gota de sudor en la sien. Pero entonces sonrió.

-Me parece que he creado un monstruo…- murmuró acariciando el pelo de Fly- Bueno, ahora que lo pienso, la tradición no especifica en cuántas veces hacer paf-paf consiste la recompensa del caballero. Y la noche es joven.

Se miraron a los ojos, sonrientes.

FIN