La realidad supera la imaginación - por Genio

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

¡Qué nervios! Estaba totalmente desesperado por qué llegase ya, por verla, por admirarla. Todo estaba lleno de gente, pero para mi no había nadie, no sentía el bullicio que debía haber en esa sala, yo tenia puestos todos mis sentidos en aquella puerta, la puerta por la que tenía que aparecer la mujer que tanto me había cautivado. Salía gente por ella, pero cada vez que se abría se cerraba con una pequeña desilusión en mi rostro.

Una mujer atravesó la puerta de la sala de espera. Perfecta, bajita pero hermosa, con un cabello negro, largo y fino, con un cuerpo…., pero ¿era ella?, después de todo solo la conozco por fotografía. Me miró, esos ojos no daban lugar a dudas. Esa mirada me derritió, me hizo volar hasta ella para abrazarla, para recorrer su cabello con mis manos. Mis labios se posaron levemente sobre su frente, rozando sus párpados, mis dedos recorrían su rostro sin querer perder ningún detalle de tal perfección. Encontré sus labios, estaban llenos de deseo, llenos de pasión. Sentí sus manos rodeando mi cuerpo, apretándose contra mi, lo que me permitió sentir sus pechos, duros, dispuestos a cada una de mis fantasías. Creo que ella también notó mi excitación, me miró, sonrió y se juntó más a mi cuerpo, apoyando su cabeza sobre mi pecho mientras yo acariciaba su espalda sobre la fina tela de la blusa que la protegía.

Su piel se erizaba a la vez que la mía. Volvía a buscar su rostro con mi mirada, a cruzar nuestras miradas y a fundirnos en un beso donde las protagonistas pasaron a ser los labios, las lenguas…jugando golosamente la una con la otra sin ser conscientes de los movimientos de las manos sobre los cuerpos. Recorrí su culo, apretándolo, sobándolo…Terminé levantándola con las dos manos en su culo y sus piernas rodeándome, presionándome… Los aplausos y silbidos del resto de gente nos devolvió a la realidad, separándonos, mirándonos y riéndonos. ¡Qué sonrisa!