La Quinta (II)
El vértigo de entrar en el sexo, ha cambiado toda mi relación social.
Esa noche salimos con Carlos, solos, era la primera vez desde que salí de mi represión , hacia dos semanas que solo lo hacia con el, ninguno de los otros amigos cortaban o entraban en nuestros juegos, mi ropa normal, todo aparentemente normal, pero ambos sabíamos que ese momento era importante para ambos, por lo menos así lo percibía.
Fuimos a un boliche, (que había sacado de Internet), todos éramos del palo, nos intrigaba como era esto de la comunicación con otras personas que ya pertenecían a este mundo al cual recién me atrevía entrar .
Yo quise ser mujer , la magia no alcanzaba ¿Cuál era mi verdadero lugar?
Los besos y arrumacos homosexuales, que veíamos, eran bien diferentes, cada uno daba o recibía indistintamente, no había posición dominante.
Yo era sumiso, (me encanta serlo), pero Carlos se sentía molesto, una pareja se acerco , directamente nos invitaron a una fiesta , Carlos le pregunto de que trataba, la explicación fue directa, todos contra todos.
En ese momento creí comprender como era Carlos, me miro y tomándome del brazo, me retiro de ese lugar.
Me llevo a la quinta, me pidió que me maquillara y pusiese la ropa de mujer que teníamos bajo llave en la habitación de el.
Me vestí , mi pelo corto, no me ayudaba mucho, pero al verme en el espejo, tampoco era un mamarracho , me habían comprado un calzón especial, para mantener el pene apretado y que no sobresaliera.
Era una mujer, (eso parecía), cuando Carlos me abrazo y empezó a besarme, me empece una vez más en sentirme su esclavo, lo desnude, arrodillado, lo mame, como a el le gusta, hasta sacarle la última gota, me desnudo, franeleandomé, mi calentura era sideral, ya desnudo mi falo suelto se puso erecto, cuando lo tomo en sus manos, me di cuenta , de su batalla contra el deseo de mamarlo.
Su boca se abrió y empezó a chuparlo haciéndome gozar, estaba arrodillado, yo le movía la cabeza, acariciándolo, le dije que estaba por acabar y no lo saco, la leche le entro y siguió relamiéndome hasta dejar todo limpio, puso mis dedos en su culo y me pidió que lo penetrara, tome la vaselina que tantas veces habían usado conmigo ese verano.
Su agujero empezó a dilatar, sus gemidos y pedido de que lo ensartaran, no me dejo dudas, que es lo que tenia que hacer.
Fui apoyando me falo en ese agujero estrecho, entrando de a poco, sentía como lo abrazaba como lo gozaba, no tarde mucho en acabar, todo mi leche estaba en sus entrañas.
Mis besos en su cuello, el dormirse adentro y sacarlo, pidiéndome que lo hiciera otra vez, me desconcertaba, ¿Era yo el puto dominado esa noche?, su hembra?, su macho?, cuando me beso el me lo dijo, somos una pareja especial.
Ahora me toca a mi, me dio vuelta y me hecho un hermoso polvo.¿ Fue el acto de preparación para poder ir a cualquier lado y actuar en pareja?
Estamos entrando en este mundo del sexo homosexual, me gusta mi decisión, me gusta decir que hoy mi pareja a la que siempre querré atrás mío, goza también como yo lo hago, todo fue pasando vertiginosamente después de ese beso disparador, en este momento que voy a titular como segundo episodio pasaron solo tres meses, tengo en claro que vamos a sufrir por esta elección, de salir de ese armario de represión a este mundo "raro" de goce.
En la facultad, ya saben todos que somos parejas, no reprimo más mis gestos amanerados, por eso de que me gusta más dar la imagen de mi verdadera identidad que la mentira que cubría esta mi verdadera vida.
Carlos sigue siendo mi hermoso macho, pese a que yo ya se que tiene su veta de "marica", pero las cosas van tomando forma.