La Química
Unos señores pechos, venia de tennis, jeans, y una sudadera azul; que disfrute la sensación de su contacto cuando me volvió abrazar, y en mi mente me repetía una y otra vez, la mirada a los ojos, la mirada a los ojos.
Corría el año 2010, deje de litigar pues se me metió a la cabeza estudiar un grado más y fue aceptado para cursar la maestría con una beca salario al 100% por la Universidad, por lo cual decidí cambiar un poco mi imagen, dejándome el cabello largo, la barba y el bigote, cambie la formalidad de la ropa, por ropa más casual.
Wero, Tintin y Wippo se alegraron de la oportunidad que me dio la vida y se lamentaban por la carga de trabajo que se les quedaba en el despacho, también iban a estar tranquilos de que ya no se tenían que andar repartiendo las clientas conmigo, con el clásico yo la vi primero.
Ya con mi vida más tranquila, entre las clases y el proyecto de investigación; recibo una llamada de un número desconocido; era mi viejo amigo de bachillerato Odie, invitándome a tomar un café el sábado con varios compañeros del bachiller, a lo cual acepte gustoso.
Me puse a stalkear a medio mundo de mis compañeros que tenía en el Facebook y a los que no también, debido a que no tenían mucha seguridad en sus cuentas pude acceder a sus fotos y ver que tan buenas se habían puesto mis compañeras, no busque a las que ya sabía que ni maíz palomas, porque sabría los resultados.
Antes de llegar al café pase al puesto de revistas; al salir me tope una mujer bajita, que serán 1.55, morena, cabello lacio corte tipo Mafalda, me abrazo con una efusividad que yo me saque de onda, me dice:
QUIMICA.- Guido, que no te acuerdas de mi.
GUIDO.- La mera neta, no.
Q,- Soy Vice, que no te acuerdas de mi.
En mi mente se me vino el recuerdo, de una chamaca plana por todos lados, cabello largo y con coleta, ojos negros y odiosa hasta la pared de enfrente, que digo odiosa, lo que le sigue, era de esas chicas que se sentían que lo sabían todo y sus calificaciones, mojigata hasta los dientes, con esas faldas largas que usaba, que nunca dudábamos que era de esas religiones extrañas.
Más que yo siempre la mandaba al carajo, sin tentarme el corazón. Sera que por ello que no me acordaba de ella; pero no manches la pienso a observar bien y aprecio que que defensa señores.
Unos señores pechos, venia de tennis, jeans, y una sudadera azul; que disfrute la sensación de su contacto cuando me volvió abrazar, y en mi mente me repetía una y otra vez, la mirada a los ojos, la mirada a los ojos.
Nos fuimos al café y llegaron pocos compañeros, Odie entusiasmado nos platicaba la idea reunirnos para diciembre a todos, que ya los había contactado por Facebook, watts, teléfono e irlos a buscar personalmente, y todos los detalles de la logística; como éramos pocos, El Gordo, Odie, Vice, Lissette, Wendy
Jonh y Daylin, al terminar la reunión, nos intercambiamos teléfono y Lissette, Wendy
Jonh y Daylin decidimos ir a echar unos tragos al kareoque, lo demás se fueron a su casa.
Unos días mas tarde, estaba trabajando en la sala del departamento, cuando me llega un mensaje de texto:
Q.- Hola, soy Vice, que ondas que te has hecho.
G.- Nada, realmente nada, intento concentrarme y nada, y tu?????????
Q.- Acabándome de mudar a la ciudad, mi hija va entrar a la primaria y estoy empezando a instalar mi laboratorio cerca de la casa de mis padres.
G.- Tienes una hija?????,
Q.- Si, soy madre soltera (carcajadas), mi difunto paso a mejor vida a la siguiente noche de bodas, o está en Alaska o en la casa de su mamá.
Pasamos un gran rato mensajeándonos, a pesar de que fiscalmente no es bonita, se había vuelto una mujer muy agradable; por lo cual quede de ayudarle a montar su laboratorio, que tanto nos íbamos a tardar si ordenábamos entre dos, así que quedamos que este fin de semana le echaba la mano.
Nos vimos en el local donde iba a montar su laboratorio, estaba conformado por cuatro piezas; la sala y recepción, el cuarto de laboratorio, una cocina y el cuarto de toma de muestras, todo hecho un verdadero desastre.
Ella iba vestida de tennis, jeans, playare vieja en cuello en V, con hoyos semi transparente, que dejaba lucir sus enormes pechos resguardados en un brasier morado; con plan con maña, le dejaba que ella moviera las cosas altas de los anaqueles, usando un silla y dando brincos para bajarse, me encantaba como tamboreaban esos senos, que muy fácil se liberaban, dejando a mi vista un enorme pesón negro como galleta oreo.
Q.- Qué, nunca has visto unos senos en tu vida (acomodándolos otra vez en el brassier)
G.- Si, pero los tuyos no.
Q.- Y es lo único que vas a ver, anda que tenemos mucho que ordenar.
G.- Yo flojito y cooperando.
Ese fin de semana, no terminamos por ordenar; así que continuamos el lunes, ya cerca de las seis de la tarde, ella había puesto mal unas cajas arriba de un anaquel, que por su mala posición y por mi cruce, se me cayeron al hombro, a lo que ella de inmediato atendió.
Q.- Anda quítate la camisa, que estas sangrando.
G.- No fue nada, solo un rozón, no me voy a morir por ello.
Q.- No seas necio y quítatela.
Me la quite y empezó a curar un corte que me había hecho; con alcohol y gasas; me senté y me empozo hacer un masaje en los hombros, maliciosamente recargue mi cabeza en sus senos, ese día iba igual que los otros, playera vieja casi transparente, lo único que diferenciaba era su brassier multicolor. No se cuánto tiempo paso, a lo que le dije, a mi me toca ahora, a lo que ella asintió, pero que fuera en su mesa de exploración,
Sin el menor recato se quita la playera, meda la espalda y se desabrocha el brassier, acostándose boca abajo empiezo a masajear su espalda desnuda, conteniéndome las ganas de tomarle sus senos con ambas manos y apretarlos, termino de trabajar su espalda y hombros, brazos.
G.- Pues hemos terminado
Q.- Aún no, te falta, (abriéndose el boto de los jeans y bajándoselos; dejando sus piernas descubiertas, y dejando a la vista una pantaleta color crema, torneo sus piernas, evitando su entre pierna, dentro de mi mente me digo, que no quiero malos entendidos con Vice y termino.
Q.- Pensé que te ibas a pasar de lanza, manoseándome.
G.- (Me lo dije) No, como crees, yo te respeto.
Q.- Ahh bueno, oye Guido; y haz tenido sexo solo por gusto, sin compromisos emocionales, solo si se te antoja alguien y te la comes.
G.- Claro, es lo más rico; más cuando las cosas son claras y las reglas del juego están claras.
Q.- Que bueno que pienses así, porque quiero que me cojas en este momento, no quiero hacer el amor, sino que tengamos sexo. (Se para enfrente de mí y me besa fuertemente, mientras su mano aprieta mi pene erecto sobre el pantalón)
Q.- Exijo igualdad de condiciones (me quita la playera, abre el cinturón y me baja los jeans con todo y trusa), no manches que sabroso estas (al ver mi pene erecto a la altura de su cara, comenzando a darme una mamada de locura, como si se lavara los dientes, estuve a punto de venirme en su boca) todavía no es hora de tomar lechita.
Le quité su pantaleta y me topé con un monte venus muy bien delimitado, con bello pero todo en orden; pero antes de comérmela, por fin pude comerme esos pechos que les tenía tandas ganas desde la primera vez que los sentí.
Q.- Ya luego te los sigues comiendo, te quiero sentir adentro.
Acomodándose en la cama de exploración, con las piernas abiertas, la penetro de golpe, cada embestida, ella empezó a gemir, y después a bufar de placer; tuvo un escandaloso orgasmo, enterrándome sus uñas en mi espalda, me dice:
Q.- No puedo seguir; Guido tengo novio y me voy a ir a vivir con él, anda bájate por favor.
Me salí dentro de ella, y a ver que seguía empalmado me hizo una rica rusa con sus pechos, bañándolos de semen. Me dio un beso en la puntita.
Q.- Perdóname, me gano el remordimiento.
Nos vestimos, la acompañe a su casa; tome un taxi para la mía, me puse a leer referente a mi tema de investigación de la maestría, cuando me llega un mensaje de texto.
Q.- Gracias por respetar mis decisiones.
G.- Sabes que a fuerza ni los zapatos entran.
Q.- Por eso me gustas y me caes bien.
G.- Gracias por permitir comemer esos ricos senos, upss, lo pensé o lo dije, jajajajaja
Q.- Estos (me manda una foto en sus pechos ocultos bajo su camisón de pijama)
G.- Si esos, me gusta que están paraditos.
Q.- La próxima vez que vayas al laboratorio te los voy a dejar que te los comas de nuevo, (foto, esta vez al descubierto), pero yo también me voy a comer a tu amiguito y quiero que te vengas en mi boca.
G.- Y todavía nos faltó mucho que hacer.
Y así, comenzó, esta relación de amigos con derecho; de un rico sexo sin compromiso, volviéndose el laboratorio que arde de noche y de día.