La que faltaba, la hija mayor de Marta

Había superado la barrera del esfínter, pero ella todavía se quejaba. Y a mí me dolía de lo apretado que tenía el culo. Esperé sabiendo que la paciencia es la virtud de los que gozan. Con fotos.

LA QUE FALTABA, LA HIJA MAYOR DE MARTA

Lo que voy a relatar sucedió hace años, a poco de haber comenzado mi relación con Marta, y luego de lo que me pasó con Lu.

Para no tener que repetir las explicaciones de los parentescos sugiero que lean mis relatos anteriores.

Sólo diré que Marty es la hija mayor de Marta y como llevan el mismo nombre le llaman de esta graciosa manera. Marty por lo tanto es la hermana mayor de Lu y sobrina de Lucrecia.

En la época que voy a narrar andaba en sus veintinueve años, casada y madre de un niño de corta edad. Su esposo Julio era Ingeniero en Minas (minas de minerales, porque de las de carne y hueso no entendía mucho), Gerente de Explotación en una compañía extranjera que se beneficiaba con yacimientos en el sur de Argentina, por lo que su vida transcurría entre Buenos Aires, Río Gallegos en Santa Cruz dónde había oficinas de la compañía, el yacimiento propiamente dicho (una mina de oro que contaminaba todos sus alrededores y algo más con el cianuro de la lixivación), y frecuentes viajes a EEUU pues la central de su empresa estaba en Nueva York.

Se preguntarán por qué me extiendo contando las circunstancias de Julio, es que él juega un rol importante en esta historia.

Marty no era linda ni fea, apenas tenía la belleza de todas las mujeres jóvenes.

Cabello rubio pagado cash, el rostro demasiado largo para mis cánones de belleza, tetas pequeñas y muslos escuetos, en eso se parecía a Lu en lo de los muslos digo, porque Lu tiene unas soberbias tetas. Afirmo esto por haberlo visto a través de la ropa, usaba siempre vaqueros ajustados que le destacaban un espléndido culo, en eso se parecía a la mamá.

Nunca me llamó especialmente la atención, además era una mujer casada y madre. Siempre respeté la mujer de mi prójimo, aunque mi prójimo fuera boludo.

Cuando iba a Buenos Aires me instalaba en casa de Marta, y hacía poco tiempo que cogía también con Lu.

Los domingos era ritual que Marta juntara a todos sus hijos en su casa: Marty la mayor con su marido y su hijo, el segundo con su esposa (bellísima), la tercera que vivía sola, Carlitos con la novia de turno y Lu.

Cuando mi estada coincidía con un domingo encargaba la comida y la bebida a un buen restaurant, para aliviar el trabajo y los gastos de Marta, ya que ella no consentía que le diera nada de dinero. Y de paso no debía sufrir la cocina de mi amante, que no se destacaba en esa actividad, y que tampoco le gustaba.

Todos los hijos me aceptaban, no como padre que tenían el suyo, pero sí como el que le había cambiado la vida a su madre. Marta había cambiado tanto desde que yo la cogía bien que todos estaban asombrados y agradecidos.

Bien, a la historia, en un domingo normal, luego del almuerzo la reunión seguía con mate o café, medias lunas y mucha charla variada.

En un momento en que coincidimos solos en la cocina, Marty me dijo que quería hablar conmigo a solas, tenía que consultarme sobre algo que no podía decirle a su madre, me extrañó, porque si se trataba de un problema ginecológico nadie mejor que Marta que era su mamá y era mujer, además de ser muy buena ginecóloga. Pero no pregunté nada.

Quedamos en vernos al día siguiente en un bar, sin testigos.

El lunes a las 11 de la mañana estuve en el bar indicado, me senté y pedí café, al rato llegó Marty, cuando se sentó y pidió una gaseosa se ruborizó.

A ver piba cuál es tu problema.

Julio me engaña.

¿Y cómo lo sabés?

El sábado dejó su correo abierto y salió a pasear con el nene. Aproveché para meterme y me encontré con unos e-mail de una tal Guada. Eran muchos, también estaban las respuestas de él. Esa mina trabaja en la Compañía en Nueva York, lo asiste cuando él va por allá, y es su amante. Está muy claro en los correos. Por los correos me doy cuenta de que esa Guada es una putita, le dice todo lo que le va a hacer cuando vaya. Y Julio salió esta madrugada para allá.

Ajá, ¿ y qué es lo que la va a hacer Guada?

No seas malo Sergio, sabés que me da mucha vergüenza.

Piba, somos grandes. Quisiste consultarme a mí porque no querés que tu madre lo sepa, pero si no me contás todo no voy a saber qué decirte. A la mierda con la vergüenza.

Bueno.... le dice que quiere que Julio le chupe... bueno...la concha. Que ella le va a chupar...la pija...Que quiere que se la ponga por ...el culo. Puras asquerosidades le dice. Y él le contesta que está muy caliente con ella, y que le va a hacer todo lo que quiera.

Marty, querida, no son asquerosidades, esas cosas hacen las mujeres y los hombres cuando hacen el amor. ¿Ustedes qué han hecho?- Marty pareció tranquilizarse, pero estaba roja en todo lo que se veía de su piel, cara cuello, brazos y manos.

Y... nosotros hacemos lo normal, me acaricia, me la pone en la concha, la sacude allí y acaba, ahora estoy tomando anticonceptivos, no queremos otro hijo por el momento.

¿ Y vos , acabás también?

A veces sí, algunas veces.

¿ Nunca te chupa la concha?

No.

¿Le chupás la pija?

No.

¿ Te cogió alguna vez por el culo?- Esto se lo dije pensando en el enorme culo de Marty.

No, nunca.

Bueno piba, tu marido es el típico boludo de doble moral. Su esposa es sagrada y sólo está para darle hijos. Su amante está para satisfacer todos sus deseos. Y esos matrimonios se van a pique sin remedio. He tratado a muchas mujeres que estaban en tu situación.

¿Y qué les aconsejaste Sergio?

Que vivieran su sexualidad naturalmente. Dios nos hizo mujer y hombre para que nos disfrutáramos a pleno. En el sexo nada que nos dé placer es malo, ese criterio genera parejas felices.

Sergio, ¿qué es el 69?, Julio le dijo a Guada que lo harían mañana.

Eso te lo explico después, seguro que para vos es otra asquerosidad, pero estás equivocada.

¿Y qué hago para recuperarlo?, a mí me educaron las monjas, no se nada de eso. La primera vez que tuve un orgasmo recién entendí que el sexo no era pecado. Dios no puede privarnos de una sensación tan linda.

¿Cuánto hace que no sentís un orgasmo?

Uffff... como seis meses.

Bueno querida, para recuperarlo tendrás que darle más de lo que le da Guada.

¿Y como hago Sergio? yo no entiendo nada de esas cosas.

Tendrás que aprender, leé algunos libros, si querés te los sugiero.

Ayyy, coger por libro, no creo que me salga. Prefiero que me lo cuenten. Lu me contó algo, está feliz desde que coge con vos. No te preocupes que no le voy a decir nada a mamá.

Ya que lo sabés, con Lu y con tu madre hacemos todas esas cositas tan placenteras.

El hijo de puta de Julio me puso los cuernos con esa Guada. Se los quiero retribuir con vos. Pero solamente para aprender y recuperarlo. ¿Me vas a coger para enseñarme todo? nada de amor, serán apenas unas clases, prometo ser buena alumna.

Chiquita, no esperaba esto, pero tampoco puedo negarme. Por salvar un matrimonio soy capaz de cualquier sacrificio.

¿ Y te parece que será un sacrificio cogerme y enseñarme a coger?

Seguro que no, pero esperá. ¿Qué tenés que hacer ahora y en el resto de la tarde?

Nada, el nene quedó con mi suegra hasta mañana.

Bueno, dejame arreglar.

Desde mi celular llamé a mi amigo Ernesto para pedirle prestado su departamento por toda la tarde. El departamento en cuestión está preparado para coger, ya lo había usado otras veces. Cuenta hasta con un estudio fotográfico precario, y un vestuario con lencería erótica. En el baño hay irrigadores para aplicar enemas. Una surtida colección de consoladores. Pantalla gigante para videos eróticos. En fin, todos los chiches a que se pueda aspirar. Y siempre llevo en mi llavero un juego de sus llaves.

Lo tenía libre afortunadamente.

Partimos hacia allí en mi auto.

Cuando estábamos entrando a la cochera me pareció sentir que Marty mostraba signos de arrepentimiento. Pero pronto vi que los había superado.

En el ascensor quedamos alejados. El rubor de Marty era extremo, sus mejillas eran dos tomatitos muy maduros.

Entramos, y la decoración la sorprendió, eran pinturas del arte erótico clásico, reproducciones claro, pero muy buenas. Serví dos generosos whiskys y le puse un vaso en la mano.

Nos sentamos en un sofá a beber y fumar. Acabado mi cigarrillo tomé un sorbo y me acerqué a besarla. Entreabrió su boca y recibió mi lengua, besaba bien, al menos no debería enseñarle eso. La abracé y jugueteamos con nuestras lenguas. Sopesé sus tetitas sobre la blusa, eran pequeñas pero muy firmes. Sentí como se erguían sus pezones. Mi verga comenzaba a tomar sus dimensiones de guerra.

La conduje al dormitorio y le pedí que se desnudara. Objetó la luz, con Julio cogíanen la oscuridad.

Le dije que se perdían algo muy bueno. Y que seguro con Guada Julio cogía a plena luz.

Se quitó la ropa.Esto fue lo que vi, hasta un piercing en el ombligo, la foto la tomé luego en el estudio de mi amigo. No me había equivocado antes, al apreciarla vestida.

Me desnudé yo y me lancé a comerle la concha para ponerla a tono. Le gustaba mi lengua en su clítoris.

No la dejé acabar y empecé mi enésima lección de felatio. Se resistió un tanto a poner mi verga dentro de su boca, pero al final claudicó. Mamaba muy mal, la fui perfeccionando, y le fue tomando el gusto a la mamada.

Cambié mi posición para poder comerle la concha a la vez. Le expliqué que eso era el famoso 69. En esa placentera posición llegó su primer orgasmo.

Como debía aprender a tragarse la leche para satisfacer a su marido me volqué en su boca y le ordené que lo saboreara y se lo comiera. Lo hizo sin protestar, y creo que la satisfizo.

Marty ya tenía experiencia en que la cogieran por la concha, pero era virgen del culo. Ese fue el objetivo siguiente y se lo anuncié.

Sergio, con esa pija me vas a partir al medio. Es mucho más grande que la de Julio.

No te asustes querida, voy a ser muy cuidadoso con tu culo. Es hermoso y merece el mejor homenaje. Te va a doler un poco al inicio, pero después ya no, y al final te va a gustar. Cuando te lo haga tu marido te va a parecer un juego.

Busqué el lubricante adecuado. Mientras acariciaba esas magníficas nalgas se lo fui untando en los alrededores del ano. Entre los sonidos del dolor de Marty introduje un dedo, el culo apretaba, era muy estrecho. Se quejaba pero noté que quería que yo siguiera.

El segundo dedo entró más aliviado. Fregando su clítoris le pedí que se relajara.

Pronto la dilatación era suficiente. Con una almohada bajo sus caderas le levanté las piernas. Le dije que separara sus nalgas y el ano se me ofreció brillante por la lubricación.

Apunté con cuidado mi tranca hacia el preciado agujerito. Presioné en vano, no entraba, las dimensiones eran muy desparejas.

Me puse más lubricante en el glande y volví al intento. Esta vez conseguí poner la cabeza. Marty gritaba de dolor, lo que me hizo dejar la cosa allí por un momento. Cuando dejó de gritar le puse algo más de mi verga. Había superado la barrera del esfínter, pero ella todavía se quejaba. Y a mí me dolía de lo apretado que tenía el culo. Esperé sabiendo que la paciencia es la virtud de los que gozan.

Volvía a empujar y le entró algo más, ya no se quejaba tanto. Con los dedos de mi mano derecha estimulé su clítoris y comenzó a moverse. Esto hizo que le entrara el resto de mi poronga.

Ya la tenía enculada totalmente. Me quedé muy quieto sintiendo el calor y la estrechez de ese culo imponente que se iba acostumbrando a la barra de carne que tenía incrustada.

Mis dedos regresaron a su concha y la excitaban. Se movía muy suave, muy lento, mi verga agradecida porque estaba gozando de un hermoso culo.

Marty empezó con orgasmos continuos, era igual que su madre y su hermanita. Se la metía y sacaba casi entera sin prisa y sin pausa. Le chupaba las tetitas lo que la estimulaba más aún.

Estuve unos veinte minutos gozando las delicias de ese culo. Al final quité mis manos y mi boca y me dediqué solamente a cogerle el culo. Marty seguía acabando a repetición. Le gustaba que la cogieran por el culo.

  • Dame más, maaaas fuerte, rompeme el culo, rompeme toda. Estoy gozando como una yegua. Julio nunca me cogió así. ¡¡Qué pija hermosa!! la quiero toda adentro. Sacamela por el ombligo.

  • Nena, te voy a llenar el orto de leche como te llené la boquita.

  • Siiiiii quiero tu leche adentro, haceme acabar de nuevo. No sabía que se podía gozar así.

Hubiera querido prolongar esa culeada hasta el infinito, pero la carne es débil. La verga me latía anunciando el lechazo que se aproximaba. No pude contenerme más y le llené el culo de semen caliente. Marty acabó otra vez a los gritos. Esta vez los gritos eran de placer.

Bien piba, ya aprendiste a mamar una verga, a que te coman la concha y a que te la den por el culo. ¿Te gustó todo?

Me encantó Sergio.

Ahora te las tenés que arreglar para hacerle todo esto a Julio. Así lo vas a recuperar y se va a olvidar de la mujer de Nueva York.

Pero vos me vas a seguir cogiendo, ¿ o no te gustó?

Pero, claro que me gustó. Sobre todo tu culito.

Lo vas a tener cuando quieras si ahora me cogés bien por la concha. Tenés la verga hermosa, es grande y caliente.

Fui por más bebida, necesitaba descansar un poco después de haber acabado dos veces. Con una mano sostenía el vaso y con la otra le tocaba el culo, bello, grande, suave y blanco.

Mi tranca estaba blanda, pero Marty se dio cuenta y con una mamadita algo más experta que la anterior me la puso dura en unos minutos.

Me coloqué boca arriba con la verga hacia el techo. La hice montar sobre mí y que se fuera metiendo la pija a su ritmo. La dejó entrar de a poco hasta tenerla entera en la concha. Esa concha estaba caliente y apretada como desmintiendo su maternidad. No hizo falta lubricante, el natural de Marty era más que suficiente.

Me cabalgaba con frenesí, entre gritos y nuevos orgasmos.

Yo abrazaba su culo y le marcaba el ritmo. Sube y baja. Sube y baja. Se inclinó para permitirme chupar sus tetitas, tenía los pezones muy duros.

Nunca supe si tenía un solo orgasmo muy dilatado en el tiempo, o si eran varios continuados.

Como sabía que se cuidaba me derramé dentro de ella sintiendo con inmenso placer cada chorro de leche que le regalaba.

Miré la hora y eran apenas pasadas las tres de la tarde. No habíamos comido nada. En la heladera encontré fiambre, pan y vino. Comimos algo y le propuse ver el estudio fotográfico de mi amigo. Era una habitación con un telón plateado que cubría una pared, y un placard en otra.

¿Te tomo unas fotos Marty?

Estás loco nos soy una modelo porno.

Mi querida, apenas unas fotos tuyas, para tenerlas de recuerdo de esta vez..

Pero estoy desnuda.

Así quiero recordarte, pero en el placard hay ropita sexy, buscá la que más te guste. Eso sí, que no te cubra mucho, quiero tener tu culo siempre presente, es lo que más me gusta de vos.

A regañadientes accedió, sabía que estaba en mis manos, y también sabía de mi discreción. Nunca se filtró de mi parte nada de lo que teníamos con Lu.

Eligió medias negras, portaligas al tono y unos ridículos zapatones de plástico traslúcidos.

Ubicamos una fea silla y la cubrimos con un trozo de la misma tela de la pantalla, yo quería fotografiar solamente su culo, pero ella insistió en salir entera, incluyendo el rostro. Había dejado a un lado el pudor y la pacatería. Una de las fotos que tomé ya la puse antes, las restantes son estas:

Quiso mostrar su concha, aunque a veces se la ocultaba con la mano. Al fin las fotos salieron buenas.

Con Marty seguimos cogiendo hasta hoy, ella recompuso su matrimonio. Julio le pidió perdón por el asunto con Guada, claro que luego que ella le demostró que podía coger igual que la mejor puta.

Tuvo una hija, y no sé si no es mía, por las dudas no me arriesgo a un análisis de ADN.

Hace unos días estuvo de visita en Mendoza con los dos niños. Pude disfrutar a pleno de su culo, ya no le duele y le gusta mucho, acaba tanto con mi verga en el orto como en la concha. Y sigue afirmando a rajatabla que la mía es mejor y más grande que la de su marido.

Volvimos a ver aquellas fotos de antaño, y me autorizó a publicarlas en esta página para ilustrar el relato de la primera vez que cogimos. Me dijo que si las veía Julio no le importaba. Habían acordado que serían una pareja abierta. Pues él seguía con algunas aventuritas por allí, y ella no quería ser menos. Quería mostrarle que hace años que le pone los cuernos.

Espero valoraciones y comentarios. Por supuesto que también los TERRIBLES de siempre.

Sergio.