La putita deliciosa de mi vecinita

Pequeña, delgadita y mal atendida por la ausencia de su marido, que mejor que un vecino comedido como yo.

LA PUTITA DELICIOSA DE  MI VECINITA

La primera vez que la vi iba caminando con esa delicadeza tan linda, tan delgadita pero bien formada,  con sus zapatitos de tacón se veía tan esbelta tal  vez media 1.70 mts. Tan seriecita, su piel era blanca, me encanto esa hermosura sin ser supermodelo tenia bien puestas sus curvas, en ese momento deseaba tenerla entre mis brazos, abrazarla, besarla,  hacerla mía, pero imagine que a su marido que iba  caminando a su lado no le perecería bien.

Esa lindura era una vecinita que llego a vivir a mi colonia hacia algún tiempo, cuando la miraba pensaba, se debe haber casado muy pequeña porque tenia dos niños uno como de dos y otro como de tres y pienso que ella aun,  no llegaba a los 18 añitos,  su marido también se veía muy joven.

En ese tiempo yo tenía 26 años y estaba soltero, mido 1.77  no soy atlético pero tampoco me veo mal.

Cuando pasaban junto a mi los saludaba respetuosamente,          con un hola y una sonrisa, poniendo siempre mi atención y  mirada en ella, a lo cual me correspondían de igual manera.

Así pasaron los días y yo la saludaba con una atención especial, hacia ella, por su parte ella lo sabía y parecía no molestarle sino al contrario, nos buscábamos la mirada mutuamente.

Unos meses después empecé a verla siempre sola, caminando por la calle, en el mercado, siempre con sus hijos de la mano.

Cierta ocasión iba con sus niños y algunas bolsas con mandado, no podía con toda la carga, al verla le ofrecí mi ayuda pero ella amablemente y con una linda sonrisa no la acepto.

Así pasaron otras semanas mas,  cuando ocasionalmente nos encontrábamos, nuestras miradas parecían buscarse, yo seguía viendo que siempre andaba sola, sin su marido, cierto día me arme de valor y le pregunte por el,  me platico que tenia seis meses que se había ido a trabajar a estados unidos, para poder mejorar su economía, a buscar el sueño americano.

Mis pensamientos dieron vueltas inmediatamente saque mis cuentas, seis meses sin marido,  son seis meses sin macho o sea sin tener sexo.

Ojalá y le valla bien conteste por cortesía,  a todo esto tenemos tiempo de vecinos y no se tu nombre, me llamo Laura, contesto con una angelical sonrisa, que tal yo soy Luis, le dije acariciando suavemente  su mano sin soltarla.

Desde ese día empezamos a ser amigos, empecé a caminar por los lugares donde ella solía andar, solo para encontrarme con ella.

Cuando la veía en la calle como siempre le ofrecía mi ayuda o llevarla de raite o simplemente acompañarla, pero sin enojo ella nunca aceptaba.

Un día me encontraba en una tienda haciendo unas compras cuando la veo llegar, nos saludamos discretamente como siempre, yo seguí  con mis compras pero la veía inquieta, al salir de la tienda se me acerco para despedirse de mi, dejando un papel en mi mano al soltarme, tenia escrito un numero de teléfono y las palabras llámame en dos horas.

Salí gustoso esperando que pasara el tiempo, llegado el momento marque ella me contesto, el corazón me dio un salto de gusto, comenzamos a platicar de cualquier cosa duramos buen rato hasta que le pregunte por que nunca aceptaba mi ayuda.

Respondió que no es que no quisiera, solo que no se atrevía por que  la gente era muy chismosa y no quería tener problemas con  su marido.

Me pareció justa su respuesta, pero me atreví a decirle y si te invito a salir  fuera del pueblo, donde no nos conozca nadie, irías conmigo.

Quedo en silencio unos segundos y solo escuche su vocecita nerviosa, tal vez  si.

Concretamos una cita entonces le comente apresurado.

El próximo sábado viene mi suegra y se lleva a los niños para estar con ellos todo el día y  si puedes ese día estaría bien.

Ok conteste gustoso.

Por fin la tendría un rato para mi solo.

Yo llegue primero al lugar de la cita.

Minutos después la veo bajar de un taxi y dirigirse hacia mi auto.

Traía un vestidito rojo pegadito, que le llegaba arriba de la rodilla, con un escote que marcaba sus ricos pechos nada grandes pero si muy paraditos, zapatito de tacón poco maquillaje y su pelo rizado suelto se veía húmedo se notaba que se acababa de bañar se veía como para comérsela.

Subió al coche, me saludo solo de mano, pero me dijo con una gran sonrisa, tenemos todo el día vecino.

Salimos del pueblo donde vivíamos,  maneje por la carretera varios kilómetros platicando amenamente, yo ya sabia a donde la iba a llevar, cuando pasamos por un motel sin preguntar nada gire el volante y me metí, ella volteo como asombrada  pero no dijo nada, nos indicaron la habitación, y en tres minutos estábamos entrando al cuarto.

Se bajo un poco tímida mirando para todos lados, la tome de la mano para darle valor y la guie hasta sentarnos en un sillón.

Le dije no te preocupes solo platicaremos o lo que tu quieras hacer aquí nadie podrá vernos para ir con el chisme a tu marido.              La tome de la cintura apretándola suavemente hacia mí, me acerque a su boca y comiéndome sus labios la bese, solo para ver que terreno estaba pisando.

Ella cerró sus ojos y con un lindo suspiro correspondió mi caricia, se notaba en su actuar, ingenuidad pero también, la urgente necesidad y la ansiedad que tenia de calmar sus ardores,  ocupaba  ser usada por un hombre.

Todo estaba listo.

La solté y me dirigí a la puerta de entrada habían llegado a cobrar la habitación.

Cuando regrese se había acostado boca abajo en la cama, su cabeza en la almohada con los ojos cerrados, se veía hermosa sus esbeltas y lindas piernas, su cintura delgadita, así como  sus nalguitas paraditas como si fuera una invitación al placer.

Me senté en la orilla de la cama, y aprovechándome de su necesidad, Puse mi mano en su pantorrilla y comencé a acariciarla suavemente, su primer suspiro no se hizo esperar, mmmm seguí acariciando sus muslos, que piel tan suavecita,  comencé a subir lentamente su vestido, ella ayudo levantándose en poquito dejando al alcance de mi mano su rico trasero, cubierto por un bikini de encaje negro.

Le acaricie las nalguitas sobre su bikini, seguí acariciándola toda, ella empezó a apretar la almohada con sus manos.

--- murmuraba  con su vocecita hayy papiii hayy papi ya no me hagass sufrir.

Deslice uno de mis dedos bajo el calzoncito, pego un leve reparo, cuando mis dedos se deslizaron por su rajita, estaba totalmente empapada, apretaba sus piernitas y enseguida las volvía a separar, para dejarse acariciar, todo el ambiente  olía a sexo a lujuria,  y yo estaba con la verga al tope.

Termine de quitarle su vestido, desabroche su brasier dejando su espalda descubierta, se le erizo la piel, y así boca abajo como estaba, empecé a comérmela a besos, desde su cuello pasando por su espalda sus nalguitas sus piernas  y todo lo que se podía  besar y mordisquear en ese momento, ella solo se dejaba manosear y se retorcía de placer,

haayyy mmmm siii que ricoooo papiii.

Me puse de pie y rápidamente me desnude, me acerque a su cara yo estaba de píe, ella abrió los ojos y entendió mi petición, se enderezo un poco poniéndose de lado y tomando con su mano mi palo empezó a masajearlo ya estaba durísimo y sin mas me empezó a regalar una mamada riquísima, chupaba desde las bolas hasta la punta de la cabeza, mientras yo le sobaba su panochita con gran placer, estaba hinchado su botoncito parecía que iba a reventar, en su pecho tenia unas tetitas pequeñas y los pezóncitos rositas también pequeñitos, se los acariciaba y pellizcaba estaban duritos como queriendo pelea, mientras ella seguí mamando.

De pronto empezó a convulsionar, me vengooo noo paress hayyyyy  oommmmgggg  siiiii papiiii  hayyyyyy.

La acaricie hasta que termino su orgasmo y sus convulsiones,  lentamente me subí a la cama, acostándome boca arriba ella se hinco en mi cara viendo mis pies,  empezó con un movimiento como de péndulo, rozando con su panochita mi boca dejándome saborearla a placer, yo sacaba mi lengua y cundo ella se hacia para adelanta lamia su conejito y al regreso la acariciaba toda su humedad terminando de lamer el hoyito del apretado culito.

Así  estuvimos unos minutos para terminar colocándonos  en un delicioso 69,  le quite su bikini y fue cuando comprobé la que había sentido con mis dedos, tenia su panochita bien rasuradita, sus labios vaginales también eran pequeños, y estaban hinchados amoratados, abrí sus piernas y comencé a devorar esa ricura de pequeños y rosados labios, metí lengua al mismo tiempo que le separaba sus nalguitas con mis manos, haciendo círculos desde su culito, hasta terminar en su rico y empapado botoncito que en verdad estaba hinchado como que iba a reventar.

De vez en vez introducía un dedo en su panochita y otro en el culito,  esto la hacia que se retorcía gimiendo de placer mmmmm  haaaaggggggg.

Ella por su parte hacia lo suyo, seguía metiendo y sacando mi verga de su boca, se  atragantaba,  mientras me masajeaba y acariciaba las bolas con sus manos.

De repente empieza gritar entre pequeñas convulsiones.

---ssssiii papiii siiii hayyyy

Me abrazo   fuertemente sabia que estaba obteniendo su segundo y abundante orgasmo, si vino en mi boca dejándome saborear el exquisito  elixir de su calentura, era delicioso  ooommmgggggg.

Devore todo lo que expulso y me voltee ya sin perder tiempo,  puse una almohada bajo su cintura ella ayudo alzándose un poco, me puse frene de ella y levantando sus piernas me invito a penetrarla.

---ya no me hagas sufrir mass papi comemee papiii hazme tuya.

De un solo empujón metí toda mi verga dentro de ella.

Soltó un gritito entre placer y dolor

Hummmm   haayyyy quee ricoo siii damelaaa.

Empecé un mete y saca, moría por cogérmela,  le propinaba piquetes profundos, mientras la agarraba de la cadera me inclinaba para mamar sus pechitos erectos, estaba riquísima mi vecinita, ella  movía su cadera de una forma única, era escandalosa gritaba pedía mas y no dejaba de moverse.

Sentí que llegaba por fin mi venida, la apreté fuerte hacia mí para enterrársela toda, ella se percato y se movió y grito aun mas para ayudarme a terminar, siiiii siiii  papiiii damelossss,  la abrace para no salirme de ella y le solté mi leche en su chochito, fueron varios latigazos que inundaron si interior.

---hhaayyyy lauritaaa  haayyy que rico cogesss,

Ella se movía como podía porque la tenia abrazada fuertemente pero también empezó a tener contracciones se estaba viniendo junto conmigo mmmm hayyyy  hayyyy.

Después de unos minutos, quedamos uno al lado del otro, gire un poco y la abrace ella se acurruco en mi pecho y nos quedamos quietos abrazados con nuestras piernas entrelazadas, sin darnos cuenta nos dormimos un rato.

Cuando despertamos comencé a comérmela a beso, especialmente esas lindas tetitas de color rosa, sin darme cuenta las vi  y estaban llenas de marcas de mis labios su piel era muy sensible.

Me miro con una sonrisa y acariciándome el pelo   me dijo, hey se ve que te gustan mis pechitos, y mira como me  los dejaste lo bueno que mi marido no esta, yo sonreí y seguí mamándolos como un bebe mama de su madre.

Luego la hice que se pusiera boca abajo, y me fui directo a su culito le bese y mordí sus nalguitas, y abriendo sus cachetes enterré mi cara en su culito, lamí y bese su ojetito rosado, ella reacciono y me dijo que haces Luisito.

Eso nunca lo había probado papii, me estas calentando otra vez hagggg.

Esas palabras me encendieron bastante, cuando siento su mano en mi palo nuevamente, comenzó a masajearlo yo me puse boca arriba,  me deje querer y en unos instantes estaba nueva mente listo para la pelea, ella se enderezo con una sonrisa limpiándose los labios y se subió gateando sobre de mi se acomodo la verga en la entrada de su puchita y elevándose un poco se ensarto solita nuevamente,  uufffff quee ricoooo papiiii.

Comenzó a moverse como si me quisiera arrancar la verga,  se  había movido en verdad delicioso, era un torbellino, se movía en círculos, adelante y atrás de un lado al otro, subía y  bajaba recorría toda verga por todos lados, la abrace fuertemente de la cadera y la sentaba en el palo solo para que no se saliera, cerraba sus ojos y gritaba papiiii papiiii siiiii esa era su palabra de agradecimiento papi.

En un movimiento y con la calentura al tope la levante un poco y la centre con mi verga en el culito, ella sin decir nada se dejo caer poco a poco hasta devorarla por completo suspiraba jadeaba y gemía como queriendo llorar pero la verdad era puro placer.

Empezó nuevamente con su sube y baja desenfrenado haciendo círculos con sus nalguitas y enterrándose mi palo hasta el tope.

Se vino nuevamente en esa posición, pero  no se detuvo siguió ensartándose sola otro rato mas.

Hasta que por fin, estalle dentro de ella me hizo terminar de una manera riquísima haayyyy papiiiii siiii echameloosss que ricooo.   Me dejo reposar un poco y se desmonto despacito note como escurría  de su culito un chorro de lechita.

Nos volvimos a recostar abrazados durante algunos minutos, después nos enderezamos y  nos dirigimos a la regadera, bajo el chorro de agua caliente nos besamos nos jabonamos mutuamente.

Habían pasado varias horas desde que llegamos y estábamos más que satisfechos.

Nos vestimos y arreglamos para salir del motel, maneje nuevamente hacia el pueblo y la baje en una esquina discreta, nos despedimos solo de mano con la promesa de tener pronto otro encuentro como el de ese día.

Cuando la deje comprendí que a pesar de su discreción y timidez a mi vecinita le encantaba la verga, era toda una putita a mi disposición mmmm.

Nota: este relato me lo platico un amigo íntimo y me pareció muy candente espero les haya gustado.

Después les platicare mi propia historia con este amigo.