La putita del nene, Brasil.
Bueno soy Camila de argentina tengo 21 años, y esta experiencia me paso a los 19 en las vacaciones de diciembre luego de un agotador semestre de facu, salimos rumbo a Brasil y conocí a un nuevo amigo. Cabe aclarar que soy nueva y es mi segundo relato, es medio corto perdón Espero que les guste. Beso
Hola como ya les dije me llamo Camila, tengo 21 años, y esto me paso a los 19, cuando estaba de vacaciones, soy rubia de ojos verdes, mido uno ochenta, soy delgada, de buen busto y buenas caderas, y admito que soy bastante putita. Espero que les guste
Bueno esto me pasó luego de no tener relaciones por unas semanas, estábamos en Brasil, eran los últimos dos días de residencia, y mis ganas de coger eran terribles. Me había masturbado en la ducha cuando mis papas se fueron a dar una vuelta por el centro de la ciudad, me puse una bikini que tenia de color celeste y me puse un vestido veraniego de color rosa, llame a mi mama y le dije que me iba a la playa. La cual me contesto:
- ten cuidado hija, no dominas bien el portugués y no sabes ubicarte.
- si mama, se me cuidar. Le conteste mientras miraba mi bronceado de hace varias semanas el cual me encantaba.
Salí a caminar por la playa hasta llegar a un lugar donde había rocas grandes en las cual no había nadie y estaba muy tranquilo. Me puse mis audífonos y me puse a escuchar música. A la media hora paso un vendedor de pulseras. Un negro flaquito de unos 15 años, el cual estaba sucio, se notaba que era humilde y se ganaba el dinero vendiendo pulseras. Me ofreció una pulsera, le dije que no tenía dinero, y creo que me entendió. Tenía un cuerpo flaco, pero sus ojos canelas eran encantadores. Estaba tan cachonda que me quede pensando en instantes si era cierto el mito de los negros, el cual hablaba una compañera de facu, que tuvo relaciones cuando fue de vacaciones a puerto rico. Aproveche el momento y vi que no había nadie, y Le pregunte:
- oye dime tu nombre.
Zuniño. Me contesto, al parecer entendía lo que le decía.
¿Voce como se llama?, algo así me dijo.
- Camila. Le conteste, busque de una forma u otra llamarle la atención y le dije:
- ¡me gusta esa pulsera! (señalándole una roja.)
- ¿me la puedes probar en mi tobillo?
- Si. Contesto con el movimiento de la cabeza.
Puse mi tobillo en su pierna muy cerca de su pene, y cuando me estaba poniendo la tobillera, me abrí de piernas mostrándole mi bikini. Vi que sus ojos de color canela se abrieron y se sonrojo y agacho su cabeza. Yo sonreí y con el mi pie, el cual tenía arriba de su pierna toque su pene, o eso creí que era, el me miro, y notando la indirecta, soltó la pulsera y me partió la boca de un beso. Me puse a mil, abrí los ojos y vi que no había nadie y entre las rocas había como un pocito el cual era un gran escondite, lo agarre de su musculosa sucia, y lo hice bajar conmigo, me acosté en la arena, y mientras me besaba me abría de piernas, y él me apoya la pija en la conchita la cual la tenia mojada, me levante el vestido y me saque la bikini de abajo, y él se bajo su short, y saco un pene fino pero de unos 19 cm erecto, muy buen pene para un nene de 15 años. me metió el pene hasta el fondo. Sentí toda esa verga dentro de mi concha, fue un placer hermoso. le decía:
- soy tu putita argentina, haceme tuya nene, volcame adentro. Él no sabía lo que decía pero me penetraba tan rápido que me dolía tanto, pero me excitaba sentir el ruido de sus bolas golpeando mis piernas. Al parecer era su primera vez. Mientras gemía, me di cuenta que me iba a cagar si quedaba embarazada así que lo aparte, y con mis tetas el empecé a hacer un turca. Le decía:
- quiero sentir toda tu lechita nene, toda tu lechita en mis tetas y cara. Le mame mi pija, hasta que me acabo dentro de la boca. Mmmm fue riquísimo, semen blanco medio acuoso pero delicioso, de lo muy putita que soy me lo trague todo. Y le dije:
- mmmm me encanta tu lechita negrito.
Besamos un rato hasta que él se subió su short y salió corriendo, sin ni siquiera saludarme no sé si fue por su corta edad y la inmadurez pero salió corriendo.
Yo me quede acostadita cansada y con un poco de dolor de piernas, la pija de ese negro me había roto la concha, lo cual fue hermoso y riquísimo.
A la semana me encontré con mi compañera de facu y le dije:
- El mito es cierto.
- Bastante putita somos. Me contesto sonriendo, pero a la vez lamentándose por la situación.
Yo estaba satisfecha, y no veía las horas de volver a Brasil.
Espero que les haya gustado mi experiencia, es un poco corta ya que es mi segundo relato, perdón por algunos errores, gracias por leer, y comenten si les gusta , que tengo muchas experiencias más y me encantaría contárselas, gracias a todo relatos! beso.