La Putita del Chat (2) (Final)

Ultima parte que relata mi encuentro con Vaquero en el Hotel... muy caliente!!!

Un día antes del encuentro estaba muy caliente, podría decir que prácticamente todo ese día tuve mi conchita bien mojada, sentía palpitar mi vagina, era algo increíble.

Quede con Vaquero de vernos en una estación del metro al norte de la ciudad, para de ahí dirigirnos al hotel donde por fin haría realidad mi fantasía. Por alguna "extraña" razón llegue puntual a la cita, él ya estaba ahí esperándome. Hizo exactamente lo que le pedí, pues le había mandado un mail con ciertas indicaciones:

Hice como que no lo conocía y comenzó a seguirme pues él no sabía dónde estaba el hotel, discretamente se acercó a mí para que nadie en la estación lo notara y me dijo al oído

-Hola putita- y de nuevo mi conchita palpitaba.

Yo me hice la tonta y seguí mi camino guiándolo al hotel, llegamos al lugar y pidió una habitación, entramos.

Me senté en la cama y me quite los zapatos, el hizo lo mismo. Enfrente de la cama había un espejo, me levanté y vi mi reflejo, me arregle un poco, preparándome para lo que vendría. Vaquero estaba en el mismo sitio sin decir nada, me volví hacia él y le lance cierta miradita que él entendió y se dirigió hacia mí

Comenzamos a besarnos con desesperación, Vaquero comenzó a manosear todo mi cuerpo como un loco, yo no hacía nada, más que dejar que hiciera lo que quisiera conmigo, mientras me decía al oído

-Estas bien rica, me encantas, eres una putita, eres mi putita, no sabes cuánto deseaba estar contigo, comerme tus tetas desde que me las enseñaste. Quiero tenerte, quiero cogerte, me vuelves loco, vas a ser mi zorra- me tenía hipnotizada con todo lo que decía.

desabroche mi falda y la deje caer para facilitarle las cosas; él me desabrocho el sostén por debajo de mi blusa y me quito las dos prendas, Vaquero se quito la camisa y yo desabroche su cinturón, ya estaba muy excitado, desabroche uno a uno los botones de su pantalón, jadeaba, baje el cierre y sus pantalones; su ropa interior ya no podía ocultar más su miembro erecto, metí mi mano para tomar su verga, le di unas cuantas jaladas y la observe, era realmente gruesa y suculenta; lo senté en la cama y acerque mis tetas a su cara… él suspiraba.

Una de mis tetas llego a rozar sus labios y entonces todo empezó

Las tomó con sus manos y empezó a chupar, lamia mis pezones y casi quería comerse una de mis tetas enterita. Yo estaba ya muy caliente, aunque mostraba mucha calma, pues quería seguir disfrutando de esa mamada de tetas tan deliciosa.

Mientras chupaba, me bajo la tanga, y con una de sus manos comenzó a tocar mi rajita, los dos teníamos ya la respiración muy entrecortada. Subí una de mis piernas a la cama para que Vaquero tuviera un mejor acceso a mi rajita, entonces sentí como fácilmente deslizó uno de sus gruesos dedos dentro de mi vagina, yo gemí de placer, no pensé que ya estuviera tan mojadita. Él me preguntó

-¿Qué quieres que haga?

me acosté en la cama, abriendo las piernas para que viera mi rajita depilada, el se quedo viéndola, después se puso encima de mí y siguió besándome en la boca, sintiendo nuestras lenguas, bajo a mis tetas y comió mis pezones, volvió a preguntar -¿qué quieres?-

Callé mis suspiros unos segundos y le conteste tomando su cabeza

-Quiero que chupes mi conchita- y le ayude empujando su cabeza hasta ella.

No era necesario, pues él estaba fascinado, beso mis muslos y luego sentí un golpe de calor en mi rajita, era su lengua que comenzaba a recorrer cada parte de mi conchita, haciendo énfasis en mi clítoris, lo mamaba de una forma deliciosa, me tenía loca, lamia de arriba abajo, recorría todo, yo coloque una almohada debajo de mi para subir mi cadera directamente a su boca y me moví cadenciosamente, restregando toda mi panocha en su rica y áspera lengua.

Después de un rato de una muy buena comida de concha, se acerco de rodillas a mi cara, poniéndome enfrente su rica y tiesa verga así que comencé a darle unas lamidas en la cabecita, luego recorrí el tronco con suaves lamidas, después empecé a comerme la verga

-aahh ahhh aassí putita, trágate mi verga, quiero ver cómo te la comes toda, que te llegue hasta la garganta- y eso hice, era riquísima.

Yo me quede acostada y el clavaba su verga en mi boca, Vaquero comenzó a moverse, bombeando mi boca. Me dijo que hiciéramos un 69. Él se acostó y yo puse mi concha en su cara. Dio inicio una buena sesión de lamidas, me metía los dedos en mi conchita de una manera espectacular. Yo mamaba su verga desesperadamente y me la metía lo más profundo que aguantaba.

Yo ya no podía más, necesitaba sentir esa verga en mi panocha, así que me quite de su cara, estaba decidida a montarlo.

-Ya no aguanto más, te necesito, quiero sentirte dentro de mí- dije.

Tome su verga y la restregué en mi rajita, toque mi clítoris con ella, era muy rico, dirigí la verga a mi entrada vaginal y lentamente fue entrando

-ahhh-, era lo más rico que había sentido hace mucho tiempo, era tan gruesa que me dolía, pero era muy placentero, llenaba cada parte de mi vagina, me llenaba como nunca antes ninguna verga lo había hecho.

Comencé a moverme como toda una puta, sentándome con desesperación sobre la verga, lo que sentía era muy intenso, no podía más que gemir.

–dime si te gusta- preguntó él.

-ahhh claro que me gusta, ahhh me encanta, está bien rica- apenas si podía hablar.

Él me sobaba las tetas y luego nos besamos, mientras sentía como entraba y salía su verga.

Después de un ratito, le dije q quería que me lo hiciera de perrito. Así que él se levantó y yo me acerque a la orilla de la cama. Poniendo mi culo a su disposición, me agache tanto que mis tetas se aplastaban con el colchón, separe bien las piernas para que Vaquero tuviera un acceso más fácil a mi panocha.

Me entro el miembro sin esfuerzo, y él comenzó a dármela tan duro que me hizo gritar de placer, se movía como un animal en celo, era increíble, nunca me habían dado tan duro en mi vida, me mojaba cada vez más, el aprovecho mi placer y sentí como había escupido en mi culo. Sentí uno de sus dedos masajear mi ano, yo me movía como loca y gemía tanto que pienso que me escucharon en todo el hotel. Cuando creí que eso era todo, introdujo su dedo en mi culo, mientras bombeaba con su verga mi conchita.

-¿Te estoy lastimando?- preguntó.

-Nooo, no pares, así… así…. me encanta, métemela toda, ahhh-

Fue lo más delicioso, me hizo tener un orgasmo, pero él no se vino.

Así que lo senté en la cama para mamarle la verga, era muy rica, me tomo de la cabeza y me hacía comérmela toda, hasta el fondo. Lo escuchaba gemir – ohhh así, así-

volteaba a ver su cara, lo estaba complaciendo, con una mano tomaba su verga para marcar el ritmo de la mamada y con otra acariciaba sus huevos.

De repente el me lanzó al sillón detrás de mí, me abrió las piernas y volvió a lamer mi conchita, succionaba mi clítoris, metía dos de sus dedos y movía la lengua de arriba abajo, era como estar en otro mundo, era demasiado placer.

Él dejo de comerme la conchita porque yo ya no podía más, estaba satisfecha, así que regrese a su verga y la mame como una hambrienta, hasta que me dijo que no faltaba mucho para que se viniera.

-¿Puedo venirme en tu boca?- preguntó

Yo seguí mamando su verga, luego la saque de mi boca y seguí masturbándolo pero yo tenía la boca abierta. Después él quito mi mano y él mismo tomo su verga para seguir con el trabajo.

-ohhhh ahhhh ahhh-

Soltó su leche, parte de ella cayó en mi boca y la demás en mis tetas. Era tibia y algo dulce, me la comí, embarre la lechita que estaba en mis tetas para masajearme con ella.

Después de eso me levante y me metí a bañar. Vaquero y yo terminamos satisfechos, salimos del hotel y cada quien tomo su camino, toda esa tarde pensé en él y en todo lo que hicimos, y cada vez que pienso en ello me pongo muy caliente y húmeda