La Puta y el Cornudo XIII

Perdón por tardar con este capitulo pero ya no tengo tanto tiempo para escribir como antes

Así pasaron los meses, Jorge usando a Maria cada vez que iba a verla. Le daba cita con frecuencia, yo creo que mas de la debida, jeje. Nos dijo que era una niña, lo cual me gusto, ya que son mas dóciles que los niños y que el parto seria para Abril, a mediados.

Llegamos a Abril ya y Maria empezó a preparar todo para ir al hospital, por si las prisas, ya se sabe. Hizo una bolsa con cosas para llevar. Luego yo la revise. Las cosas para el niño se las deje pero las suyas las revise a fondo. Le quite un camisón que había metido muy normalito y le metí uno de encaje negro. Se quejo y me dijo que en el hospital daría la nota, a lo que la conteste que la que es puta, lo es a todas horas.

Les dije entonces que vendrían a pasar los últimos días en mi casa para que saliéramos juntos para el hospital cuando llegara el momento. Juan dormía en el suelo a los pies de la cama como buen perro y a ella le permití dormir en la cama conmigo por su situación.

Yo seguía aprovechando para utilizarles siempre que podía y para humillarles. Así le decía a Juan que era un maricón que no había podido ni embarazar a su mujer. Que otro seria el padre de su hijo, a lo que el me decía que esperaba que fuese yo el padre, mirando siempre al suelo y con vergüenza en su cara.

A Maria deje de usarla sexualmente ya que era bastante incomodo al tener una tripa enorme. Para el sexo usaba solo a Juan, pero me seguía sirviendo el todos mis deseos como mi perra.

La mañana del 18, me desperté incomodo. Me di cuenta que la sabana estaba empapada. Maria también se despertó y supimos que había roto aguas. Llame en seguida a Jorge y me dijo que salia para el hospital ya. Quedamos allí. Nos vestimos los 3 corriendo y salimos hacia el hospital. Al llegar a el, Jorge nos esperaba ya.

  • ¿Ya ha roto aguas la perra? - pregunto

  • Si. Me ha empapado la muy puta – dije

  • Voy a examinarla a ver como va. ¿El padre va a entrar en el paritorio?

  • Si – dije. ¿Donde me cambio?

Jorge se rio y me digo que acompañara a una enfermera. Juan se quedo solo mirando hacia el suelo por esta nueva humillación sufrida. La enfermera me llevo aun vestuario donde había una especie de pijama y me espero fuera de el. Al salir, me condujo al paritorio donde ya estaba Maria.

Gracias a Dios todo fue bien durante el parto. Yo estuve apoyando a Maria como si fuera su marido de verdad. En un momento dado, Jorge me dijo si quería ver como salia la niña y así hice, viendo entonces si, las mas profundas intimidades de Maria. Se llevaron entonces a la niña a limpiar y a Maria la llevaron a una habitación. Gracias a Dios la niña salio blanca, así se ahorraron un montón de explicaciones que hubieran tenido que dar si hubiese sido mulata.

En la habitación la estaba esperando ya Juan que se le veía tremendamente nervioso.

  • ¡Enhorabuena, cornudo! - grite para humillar mas a Juan

  • Muchas gracias – susurro este.

Juan fue a besar a Maria y decidí darles un momento de tregua saliendo de la habitación. Pasados unos minutos, Juan salio y empezó a llamar a toda la familia para anunciarles el acontecimiento. Yo entre a ver a Maria, y al ver que estaba dormida decidí respetar su descanso, pues había sido un día agotador para ella.

Por la tarde empezó a llegar su familia. Ya se habían acostumbrado a verme siempre con ellos. Creían que era un buen amigo suyo. Había un tío de Maria que sabia que había estado tirándole los tejos. Esto lo sabia por Maria. Lo hacia incluso delante de Juan. Por ello, le invite a tomar algo en la cafetería del hospital. Estuvimos un buen rato allí hasta que supuse que su familia se había ido ya. Entonces, le dije de subir a ver a Maria. Me dijo que se tenia que ir, y le dije que por supuesto, pero que debía despedirse de ellos.

Se llamaba Vicente y estaba soltero. Era bastante gordo y tenia muy poco pelo. Llevaba unas gafas de culo de vaso y Maria me babia contado que era un putero profesional. Su aspecto dejaba bastante que desear y por ello, no me extraña que se tuviera que ir de putas si quería hacer algo. Ademas, estaba sucio y olía bastante mal. Llevaba un traje dos tallas menor, por lo menos, de lo que le hacia falta, por lo que su aspecto era algo cómico si no tenias que estar cerca de el.

Era la de noche y la enfermera acababa de pasar, así que no lo volvería a hacer en un tiempo. Entramos Vicente y yo a la habitación y solo se encontraban alli Juan, Maria y la niña, esta ultima en una cuna.

  • Bueno – dijo Vicente. Yo me voy a ir. Solo venia a despedirme.

  • Venga hombre – dije. ¿No te apetece quedarte un poquito mas?. Seguro que Maria puede hacer algo para convencerte de que te quedes un ratito mas.

Maria me miro en ese momento con ojos de terror, y yo le devolví la mirada con una sonrisa en mi boca. Vicente insistía en irse ya que según decía era demasiado tarde para él. Maria entonces con una mirada miá, dejo ver un pecho suyo. A Vicente casi se le salen los ojos de la cara. Yo le mire sonriendo, y el me miro algo azorado.

Ante la invitación de Maria, pues no se tapaba el pecho, Vicente fue hacia ella. Se acerco a la cama y la cogió de golpe el pecho. Empezó a masajearlo como si le fuera la vida en ello. Entonces, a una orden miá, Maria le abrió la bragueta a Vicente y le saco la polla. Empezó a hacerle una mamada histórica. El pobre Vicente no aguantó mucho y se corrió enseguida en la boca de Maria.

  • No seas guarra y no dejes ninguna mancha – le dije.

  • Pero, ¿Como es esto? - me dijo Vicente que aun no se creía lo que había pasado.

  • Los 2 son mis perros y hacen todo lo que les ordeno – replique.

Vicente quedo maravillado porque su querida sobrinita y su marido eran 2 perros bajo las ordenes de una persona mucho mas mayor que ellos. Me agradeció mucho la experiencia y le prometí que mas adelante vendría un día a casa a cenar y podría usarlos todo lo que quisiera.

Así paso la estancia en el hospital, con algún escarceo que otro con un enfermero o con un visitante de otra parturienta. Por fin, dieron el alta a Maria y volvimos a nuestra vida normal.

En casa las cosas empezaban a ser como me gustaba a mi. Le dije que vinieran a casa a vivir hasta que considerase que se podían ir. Al principio deje a Maria dormir conmigo en la cama, hasta que considere que ya estaba bien, y en ese momento fue al suelo junto a su marido. Juan me comía la polla todos los días, hasta que se sumo a el Maria también.

La niña estaba en otra habitación y en cuanto lloraba, uno de los 2 salia corriendo para callarla ya que sabían que me gusta dormir bien.

Así pasaron los días. Un día se los ofrecí a unos vecinos de unos 75 años que sabia que hacia tiempo que no follaba. Era viudo hacia 4 años y había sido muy feliz con su mujer. Mande a la puta a su casa solo con un tanga rojo y unas medias con liguero, sin sujetador ni nada. Le dije que se las idease para traerlo a casa. No hizo falta mucha insistencia pues enseguida aparecieron los 2.

  • Hola Mario – dije nada mas verlo aparecer por la puerta.

Juan estaba desnudo a mi lado de rodillas en el suelo mirando hacia el suelo.

  • Hola Santiago. ¿Que es esto? - dijo extrañado de lo que pasaba.

  • Veras, he decidido que tienes que estar matándote a pajas ya que no te veo nunca con una mujer, así que mejor que hacerlas tu seria que te las hicieran otros ¿no?.

Su mirada se encendió de repente. Me dijo que en efecto, hacia años que no tenia el cuerpo de una mujer desnuda cerca de el. Yo le dije que eso no podía ser y que mis perros iban a remediar eso ahora mismo.

Juan se levanto y acompaño a Mario hasta el cuarto, yendo Maria detrás de ellos. Con delicadeza, Juan desnudo a Mario y lo tumbo en la cama. Maria se quito la poca ropa que llevaba y se tumbo al lado de Mario. Mario se lanzo como un poseído a las tetas de Maria y empezó a estrujarlas como si no hubiese un mañana.

Maria con mucho cariño, bajo entonces a la entrepierna de Mario y, cogiéndole la polla con las manos primero, empezó a chuparla. La polla de Mario ya no se ponía dura pero el disfrutaba de cada momento de la comida que le estaba haciendo Maria .

Le pregunte si quería algo para penetrar a Maria y le lleve unos dildos y unas bolas que tenia. Entonces empezó a mandar el sobre Maria. Primero, le metió primero las bolas en la boca

  • Lubrícalas bien pues luego irán a tu culo.

Maria empezó a chuparlas y cuando ya llevaba un tiempo en ello, Mario la dio la vuelta y empezó a metérselas una a una por el culo a Maria. Luego la dio la vuelta de nuevo y empezó a comerla el coño, mientras con su pulgar acariciaba su clítoris. Se notaban los años de experiencia de este hombre. Ahí se corrió Maria por primera vez.

A continuación, en la postura del 69, con un dildo empezó a follarse a Maria mientras esta le comía la polla., Así estuvieron hasta que se corrieron los 2, Mario en la boca de Maria a la que hizo tragar hasta la ultima gota.

Quedo agotado por la experiencia y yo le dije que con tranquilidad, cuento estuviera dispuesto se podía ir. Deje a los perros con el para que le vistieran y me fui al salón. Al rato , apareció vestido y vino a darme las gracias por la experiencia. Yo le dije que no había por que darlas y que cuando el quisiera, solo tenia que decírmelo y que allí estarían mis perros para el.

Me encanta dominar parejas porque me gustan las relaciones a largo plazo y creo que es lo mejor para algo así.