La puta mas barata

Sucedio de todo esa noche. Me vendí sin recibir un peso y termine planeando una aventura de sexo.

LA PUTA MÁS BARATA

Hace aproximadamente seis meses, llegó un nuevo vecino para ocupar el apartamento que se encuentra en frente del que yo vivo. Es un hombre con un muy buen cuerpo pero con una cara no tan bonita, es mas, se podría decir que de cara es feo. Algo extraño es que llegó solo y es extraño porque es un apartamento un poco grande, como para una familia de cuatro integrantes. Este nuevo vecino se llama Marlon, es un hombre trigueño, cabello ondulado negro, mide como 1.85mts y como dije anteriormente de muy buen cuerpo.

Desde que lo vi me gustó bastante. La cara no es bonita, pero tiene algo que atrae y si a eso le sumo que el cuerpo me fascinó de inmediato, eso explica tanta atracción. El me comenzó a hablar, me saludaba, nos encontrábamos en el ascensor, en las afueras del edificio. Un día me invitó a pasar a su apartamento y yo acepté sin pensarlo dos veces. Desde ese día tenemos sexo. No son todos los días pero no dejamos de tener sexo por lo menos tres veces a la semana y los días que no nos acostamos es porque estoy con mi esposo o es porque él está con otra mujer.

Cuando salgo con mi esposo y se saludan con Marlon, me excita como también me excita que Marlon tenga otras mujeres y que luego tenga sexo conmigo. Con Marlon solo es una relación de sexo y solo nos vemos en su apartamento. El me invita a seguir, tomamos algo y enseguida estamos teniendo un sexo espectacular. Es un hombre dominante, le gusta tomar las riendas cuando me esta penetrando y eso me encanta. Hemos tenido sexo en todos los sitios de su apartamento, en la habitación, en la cocina, en el balcón y lo hemos hecho de muchas maneras, inclusive hay días que me recibe con un cuchillo en la mano, me sube la falda y con el cuchillo me rompe las medias y la tanga y me penetra así, yo completamente vestida, eso le encanta. Ha habido días en que he tenido dos hombres en mi cuca; un día mi esposo me hizo el amor antes de salir al trabajo y cuando estaba saliendo para irme al trabajo, Marlon me tomo del brazo, me metió en su apartamento y me penetro también. Y hubo otro día que fue lo contrario, Marlon me cojió y luego mi esposo. La única diferencia en ambas situaciones es que mi esposo no sabe que en frente hay un hombre que se esta comiendo y cojiendo a su mujer de una forma espectacular.

De esta forma pasaron alrededor de dos meses. Me di cuenta de muchas cosas acerca de Marlon. Era muy buen amante, le gustaban las mujeres aunque era casado, su esposa estaba en el extranjero, tenía buen dinero, aunque tengo que decir que me di cuenta que el dinero que tenía era de dudosa procedencia, tenía dos escoltas que lo acompañaban cuando salía y cuando el traía a otras mujeres a su apartamento o cuando hacía fiesta o invitaba a sus amigos. Uno de los escoltas me gustó también. Era un moreno alto con un cuerpo espectacular, el otro era inclusive más bonito de cara, pero no me gustó. El escolta moreno que me encantó se llamaba Héctor Orlando y estoy segura que desde un comienzo yo también le gusté a él.

Cuando estaba en el apartamento de Marlon y también se encontraba Héctor Orlando, me fascinaba y también me excitaba que Marlon me besara, me tocara las piernas y el culo y por otro lado Héctor viendo y yo coqueteándole. Era un juego que me gustaba, aunque sabía que no podía tener nada con Héctor porque como escolta de Marlon no podía hacer nada conmigo y poner en juego de pronto su trabajo, aunque ambos queríamos que pasara algo.

Todo iba normal, bueno, normal es un decir para describir una relación con un amante, hasta que un día todo cambio e hice cosas que nunca pensé que llegaría a hacer por mas que me guste el sexo con varios hombres, por mas caliente y fogosa que sea.

Un día como a las seis de la tarde llegaba del trabajo a mi apartamento y entrando al edificio estaba Héctor. Me sorprendió bastante porque nunca lo había visto en ese sitio, siempre estaba adentro del apartamento con Marlon. Cuando nos encontramos en la entrada del edificio me dijo que me estaba esperando porque Marlon quería que fuera a una fiesta que había en su apartamento. Le dije que no podía, que mi esposo me estaba esperando y que mañana tenía que trabajar.

Cuando tenía sexo con Marlon, solo era eso, sexo. Me esperaba afuera de su apartamento, entraba, teníamos sexo y ya, pero ahora me estaba invitando a una fiesta y por lo que me había dado cuenta, esas fiestas eran hasta la madrugada.

Le dije a Héctor que no podía, pero el dijo que no era un invitación sino una orden de Marlon y que como sea me tenía que llevar a la fiesta. Al final acepté pero insistí en que no me podía demorar. Héctor me dijo que eso ya no era problema de él ni mío sino que eso dependía de Marlon.

Acepté por algunas razones. La primera porque fue Héctor el que me llevó y la verdad con solo verlo iba a cualquier parte. Otra de las razones fue la curiosidad de saber como eran las fiestas de Marlon y la última razón fue que pensé que como era una fiesta, podía coquetear mucho más con Héctor. Comencé a coquetear con Héctor desde que subimos juntos al ascensor; le toqué uno de los brazos y me di cuenta que tenía muy buen músculo, él me miró extrañado y le dije que desde hace rato quería tocarlo para ver si semejante musculatura era de verdad. Me contestó

  • Claro que es verdad y si pudiera le mostraba mas, a lo que respondí

  • Pues si me gustaría comprobar si el resto sigue siendo real o mentira y a usted no le gustaría comprobar nada?

Me miró de arriba abajo y no dijo nada. La puerta del ascensor se abrió y nos dirigimos al apartamento de Marlon, yo estuve un poco nerviosa pensando en que mi esposo de pronto saliera. Héctor toco el timbre y la puerta se abrió, entré y Marlon me saludo con un beso en la boca y con una apretada de culo bien rica.

Después del beso me di cuenta como eran las fiestas de Marlon. Había cinco amigos de él y había cinco mujeres que se notaba que eran prostitutas. Estaban bailando en la sala del apartamento, había mucho licor también. Al ver esto pensé en irme pero Marlon me tomó del brazo, me llevó a la sala, me presentó e hizo que me sentara al lado de uno de sus amigos. Marlon me dijo, siéntate acá y disfruta un rato de la fiesta que luego hablo contigo. Me senté con su amigo pensando en que mas tarde iba a bailar y a estar con Marlon, porque la verdad me gustaba estar con el y siempre y cuando la fiesta estuviera buena, con excelente música y con buen trago, todo estaba bien.

El amigo de Marlon se llamaba Juan Carlos. Era un hombre maduro, de 46 años, bajito y gordito. No era feo, tenia cara bonita, pero el cuerpo si era todo lo contrario del cuerpo de Héctor. Juan Carlos tenía barriga, sus brazos eran gordos y sin nada de músculo marcado y su pecho se le notaba por encima de la camisa pero por lo gordo, no por ejercicio.

Me sirvieron un trago y comenzamos a hablar con Juan Carlos, él comenzó con cosas pasadas desde un comienzo. Comenzó diciéndome que le gustaría poner su cara en mis piernas, yo me reí pero no me gustó el comentario. Pensé que estaba muy pasado y ahora si tuve intenciones serias de irme, no importaba si no me veía mas tarde con Marlon. Ese día llevaba algo sencillo pero que me hacía ver sexy. Tenía una blusa blanca de botones y de manga corta, una chaqueta negra de tela, minifalda negra ajustada y como a dos manos arriba de la rodilla, medias y zapatos de tacón negros.

Juan Carlos me dijo que la minifalda que traía me quedaba muy bien, pero que se me veía mejor levantada y diciendo esto me coloco su mano derecha en mi pierna. Cuando él hizo esto, le retire su mano de mi pierna y me paré, no le dije nada, pero no me gustó lo que hizo. Deje el trago en la mesa y comencé a buscar la salida. Cuando iba saliendo, Marlon me tomo del brazo y me preguntó

Que paso? Por que se va tan rápido??

Por que su amigo se sobrepasó conmigo, me puso la mano en la pierna

Y entonces para que trae semejante minifalda para mostrar esas piernotas.

Usted lo está justificando??

Mire, ellos son mis amigos y les dije que la iban a pasar bien. La situación es la siguiente. Usted se queda y atiende muy bien a Juan Carlos, haciendo lo que el le pida o yo le muestro unos videos de nuestros encuentros a su esposo, usted verá. Allá esta la puerta de salida, pero aténgase a las consecuencias

Quedé fría, me tomó por sorpresa, nunca pensé que esto me fuera a pasar. Chantajeada por uno de mis amantes y sobre todo, tenía que estar con otro hombre que no me había gustado. Se me pasaron mil cosas por la cabeza, miré a Héctor como pidiéndole ayuda, pero él con otra mirada me dijo que no podía hacer nada. Llegué a la conclusión que no tenía alternativa, Marlon era el tipo de hombre que no le importaba mostrarle esos videos a mi esposo y estaba segura que esos videos si existían. Me devolví y me senté nuevamente al lado de Juan Carlos.

Estaba un poco confundida, Marlon no era el primer amante que tenía pero si era el primero que me estaba chantajeando, eso nunca me había pasado. Yo sabía como ocultarle a mi marido los amantes de turno, pero no sabía como manejar una situación en donde el amante que tenía vivía en frente y que estaba dispuesto a chantajearme. Muchas cosas se me pasaron por la cabeza. Pensé en salir y asumir las consecuencias, pensé en ir a buscar el video, pensé en que como Marlon tenía esos videos, me podía chantajear mas adelante con cualquier otra cosa y eso me preocupó más en ese momento.

No sabía que hacer, así que como no podía pensar tranquila en ese momento, hice lo que Marlon me había ordenado, pensé que por lo menos en esa noche, no tenía mas opciones. Ya estando al lado de Juan Carlos otra vez, el me apretó nuevamente mis piernas y me dijo: ya escuchó a Marlon, así que se porta bien o le va mal.

Cuando terminó de decir esto me soltó las piernas me tomó por la espalda y me dio un beso en la boca, obviamente le respondí, no tenía opción. Juan Carlos me dijo que ya que no me quedaba de otra, podía tener dos opciones, una era pasarla mal, amargada, aburrida y sufriendo y otra era gozar.

Mientras Juan Carlos me seguía diciendo un montón de cosas y me seguía acariciando las piernas, la segunda opción que me ofreció él me hizo pensar. La verdad no tenía opciones, esa noche me tocaba hacer lo que se me ordenara, así que por que no pasarla bien. Por qué no hacer lo mismo que estaban haciendo las demás chicas, gozando, tomando trago y pasándola bien.

Así comencé a seguirle el juego a Juan Carlos. El me decía cosas pasadas y yo le respondía con otra, le coqueteaba, me reía. Él me acariciaba las piernas, yo lo dejaba y comencé a darle besos. Antes no quería tomar trago, pero ahora si, comencé a tomar trago y comencé a divertirme y a gozar.

Con Juan Carlos bailábamos y mientras lo hacíamos, nos besábamos y él me acariciaba las piernas y el culo. En un momento me levantó la falda y me acarició el culo. Me lo apretó fuerte y me beso. Cuando terminó el beso, me voltee y seguimos bailando, pero esta vez yo de espaldas ante él con la falda levantada y froté mi culo en su pene. No se porque se dio ese cambio en mi, pero de pasar a estar preocupada y aburrida, pasé a convertirme en una prostituta mas de las que estaban ahí. Mientras restregaba mi culo en Juan Carlos, miraba a Héctor y le coqueteaba con los ojos y con mi boca. Que rico todo eso, lo estaba disfrutando.

En un momento del baile, Juan Carlos bajo hacia mi cintura, me subió de nuevo la falda, me agarró por el culo y comenzó a besarme la cuca por encima de las medias y de la tanga. Haciendo esto me tiró en el sofá, me dejo de besar la cuca y comenzó a besarme la boca mientras me acariciaba las piernas. Yo lo detuve y lo invité a seguir bailando, pero Juan Carlos ya no quería.

El se sentó en el sofá y me dijo que me sentara encima de él. Yo lo hice. Comenzó a acariciarme las piernas, me abrió la blusa y comenzó a chuparme las tetas. Luego me dijo que me quitara las medias y la tanga, pero que me dejara los tacones y el resto de la ropa. Aparte de estar gozando, yo estaba un poco caliente, así que hice lo que Juan Carlos me dijo. Para hacerlo un poco más interesante, comencé a bailar y a seducir a Juan Carlos, mientras me quitaba las medias y la tanga. Aunque también eso tenía una segunda intención y era seducir a Héctor.

Mientras me quitaba las prendas que Juan Carlos me había ordenado que me quitara, el se abrió el cierre de su pantalón y sacó su pene erecto. Cuando yo ya estaba sin medias, sin tanga y con el resto de mi ropa colocada y vi su pene erecto, no quise chuparlo, solo sentarme en el. Hubo un momento de duda porque iba a tener sexo con un hombre pero en medio de gente. Nunca había hecho eso y me hizo dudar por un momento, pero no puse cuidado y me senté encima de Juan Carlos. Que delicia lo que sentí cuando su pene se introdujo en mi cuca. De inmediato comencé a cabalgarlo. Lo hacía rápido y fuerte, Juan Carlos me apretaba el culo y me acariciaba las piernas. Mientras yo lo cabalgaba, el solo abría la boca en signo de que le estaba dando placer. Yo llegue rápido, pero Juan Carlos no. Debía ser por el trago que había consumido él. Así que continué cabalgándolo hasta que llegara. Lo hacía igual de rápido e igual de fuerte. Hasta que por fin llegó. Me lleno la cuca de semen, nos dimos un beso y me levanté.

Noté que a nadie le había importado lo que paso entre Juan Carlos y yo, unos estaban en lo mismo, y los otros tomando trago y bailando. Tomé mis medias y mi tanga y me fui al baño para limpiarme.

Cuando salí del baño me encontré con Marlon. El me dijo:

Se da cuenta que la paso bien, no era para hacer tanto escándalo cuando le tocaron una pierna. Después le hicieron mucho más que eso y usted gozo como perra

Pues si, la verdad si gocé, pero ya me voy para mi apartamento

Listo, después usted y yo hablamos

Y el se fue para su habitación con una de las mujeres que estaban en su apartamento. Fui a despedirme de Juan Carlos pero estaba dormido en el sofá, el resto de personas estaban teniendo sexo, nunca había visto una orgía y en ese momento no tenía cabeza para pensar en lo que estaba viendo.

Me dirigí hacia la puerta para irme, pero Héctor me tomó del brazo y me dijo que si podía hablar conmigo un momento que en ese momento tenía tiempo por que todos estaban ocupados. Su jefe no saldría de la habitación sino hasta la mañana y el resto se quedaría ahí en la sala y luego se irían hacia el resto de las habitaciones, entonces podía hablar conmigo.

Le dije que claro, que habláramos un rato. El me llevó hacia la habitación del servicio. Era un cuarto pequeño, con baño, con una ventana que no proporcionaba ninguna luz y una cama. Era decente y bonita, pero obviamente se notaba que era destinada para el servicio. Entramos y Héctor cerró la puerta con seguro. Nos sentamos en la cama y comenzamos a hablar. Héctor me pidió disculpas por lo que había pasado, me dijo que el no había podido hacer nada, que lo entendiera que si el se entrometía haría disgustar a Marlon. Le dije que no había ningún problema, que lo entendía y que él no tenía la culpa de nada.

Me comenzó a explicar cosas de su trabajo y me dijo que desde el momento que me había visto, yo le había gustado mucho.

Mire Susana, yo soy casado y tengo hijos, pero usted me gusta demasiado, usted me inspira sexo y muchas cosas mas. Como me gustaría tenerla cerca todos los días

Tu también me gustas, inclusive a veces cuando tengo sexo con Marlon, pienso en usted

Héctor se rió y me dijo que yo era muy bella. Cuando dijo esto le tome la cara y le di un beso en la boca. Comenzamos a besarnos, primero fue un beso normal, pero la pasión iba aumentando, hasta que me abrazó fuerte y el beso ya era bien apasionado.

Me tumbó en la cama y comenzó a besarme el cuello, me abrió la blusa y me besaba el pecho mientras que me acariciaba mis piernas. Yo me perdí en placer en ese mismo instante. Héctor me quitó mi blusa y mi brasier de una. El se quito su camiseta y comenzó a apretarme las tetas, me mordía los pezones, me chupaba las tetas, me las juntaba y me besaba en medio de ellas. Me pasaba la lengua por los pezones. Mientras me lamía un pezón, me apretaba y acariciaba con su mano el otro. Abrí mis piernas y el se colocó en medio y me seguía lamiendo los pezones, comenzó a chupármelos como queriendo sacar algo de ellos. Yo solo gemía, suave, pero gemía de placer.

Volvió a besarme el cuello y la boca, luego comenzó a bajar, chupo mis tetas y luego comenzó a besarme el estomago y el ombligo. Pasaba su lengua por todo mi estomago, luego me comenzó a quitar las medias y la tanga, me quitó también los zapatos, solo me dejó la falda. El se quito sus pantalones, solo quedo en boxers. Comenzó a besarme los pies, subió con su lengua por mis piernas, me beso los muslos, me los apretó y me los chupó. Se comenzó a acercar a mi cuca, me besaba por los lados mientras me agarraba las tetas. Yo gemía de placer y quería que me chupara la cuca, con mis manos comencé a acariciarle su cabeza y comencé a dirigirlo hacia mi cuca. Por fin empezó a chupármela. Me estremecí, él me la chupaba como queriendo sacar algo también, me la frotaba con la boca, me metía su lengua. Comenzó a darme lenguetazos. Duró un buen tiempo y me hizo temblar de placer.

Cuando me terminó de chuparme la cuca, se puso de pies y se quito los boxers, luego se tiró encima de mi, me abrió las piernas y me lo metió durísimo. Comenzó a penetrarme y a clavarme muy duro. Mientras lo hacia no me beso ni nada, solo me apretaba las piernas y me miraba la cara. Cada vez que yo gemía y que ponía cara de placer o emitía algún sonido de placer, él me lo metía mas duro y me apretaba más las piernas.

que rico!!! Que rico!!!! Aaahhh aaahhhhh aaaahhhhh ahhhhh que rico

que cuca tan rica tienes!!!! Me encantas Susana

aahhhh ahhhhh ahhhh culeame culeame

ogggo ooooggggg mamasota!!!! Te amo Susana!!

Aahh ahhh yo tambien te amo!!!

Diciendo esto, tome mis piernas con mis manos y las abrí lo mas que pude, Héctor continuo clavándome mas y mas duro, luego con mis manos le apreté el culo y le di unas nalgadas. El me dio descontrolado, me estaba partiendo en dos, se corrió y me llenó la cuca con su semen. Yo también tuve mi orgasmo. Que delicia!!!!!

Me lo saco, se acostó a un lado mío y nos dimos un beso. No nos dijimos nada, me levante me coloqué mis zapatos de tacón para ir al baño, me quité la falda porque me incomodó un poco para limpiarme. Tenía semen de dos hombres en menos de dos horas, pero que rico!!!

Me demoré un poco en el baño mientras me limpiaba y porque me senté en el excusado a pensar en lo que había sucedido y mas aún en lo que había sentido y estaba sintiendo con Héctor.

Cuando salí, vi que Héctor tenía otra vez una erección y se estaba acariciando su pene, cuando me vio salir del baño se levanto me tomo por lo hombros me volteo de espaldas a el, me recostó en la pared y me lo metió desde atrás por la cuca. Comenzó a clavarme otra vez bien duro, yo solo gemía. Luego me llevó a la cama, yo me puse en cuatro y el otra vez me penetro durísimo. Cada clavada que me metía era durísima y también lo hacía rápido. Imagínense un aplauso rápido, hagan la prueba y aplaudan bien rápido. Así sonaba mi culo con cada clavada que Héctor me metía, así sonaba mi culo mientras el me hacía el amor yo estando en cuatro. Mientras me clavaba, me acariciaba las tetas y también me pagaba nalgadas, unas fueron bien fuertes.

Me lo sacó y me volteó, me abrió las piernas y me lo metió otra vez. No se tumbo encima mío sino que el me lo metió, se quedo sentado en la cama y yo si acostada, con las piernas abiertas. Me lo metía duro, durísimo y me estrujaba las tetas. Yo gemía y gritaba de placer, el no decía nada.

Comenzó a clavarme desesperado, noté que estaba a punto de llegar, cuando el también sintió eso, se tiro encima mío por completo, siguió metiéndomelo hasta que volvió a llenar mi cuca con su semen. Yo ya había tenido mi orgasmo, también fue muy intenso.

Nos besamos, comenzamos a vestirnos, al comienzo no nos dijimos nada, pero Héctor rompió el silencio, diciéndome:

Estoy enamorado de usted

Creo que yo también, pero usted sabe que eso no puede pasar

Yo se, usted esta casada y yo también, pero quiero que nos veamos seguido, vamos a Cartagena este fin de semana

Yo no sabía que decir, pero estaba tan perdida que le di un beso y le dije que si. Ese fin de semana nos íbamos a ir de vacaciones sin importarnos muchas cosas, no importaba mi esposo, no importaba su esposa, no importaba lo que pudiera decir Marlon. Estábamos dispuestos a comenzar una aventura sin importar nada.

Ese hombre, Héctor, me fascinaba y lo que había sentido teniendo sexo con el fue muy intenso, quería arriesgarme, quería probar si era sentimiento o si era puro sexo. De cualquier forma, estaba dispuesta a probarlo.

Esa noche fui prostituta sin cobrar un peso y quedé comprometida con un hombre para iniciar una aventura de sexo o de amor, ese fin de semana se descubriría.