La puta madre, será posible 2/3.
Fue un pelea muy despareja, me cagaron a piñas, pero ninguno se la llevó de arriba, agradezco a Dios nuestro señor, que no me dejaron llegar a mi machete, sino habría cinco muertos en el pueblo.
La puta madre será posible que todo sea siempre en contra 2/3.
Sigo contando, Silvia, la diosa de las diosas, la hija del intendente, me pidió sino podía dar una vuelta a la plaza montada en el caballo.
_Y vos sabés andar a caballo.
_Noooo, quiero que vos me lleves.
_Bien, ahora querés.
_Siii, puede ser.
La tomé de la cintura y de un envión la senté sobre la encimera, me subí de un salto y muy despacio arrancamos a dar una vuelta alrededor de la plaza, además de sus compañeras, vinieron a ver todos los que estaban en la escuela y los muchachos de básquet, creo que dentro de ese grupo está el novio de esta condenada chica.
Luego de dar toda la vuelta a la plaza, la volví a bajar, ella me dio un beso en la mejilla y se fue muy oronda para con sus amigas.
A mitad del camino, cuando volvía del pueblo, entre mi casa y la escuela, una camioneta de esas grandes, me cruzó, tuve que parar, se bajaron cinco muchachos, son los de básquet, me bajé del caballo y cuando le iba a preguntar qué pasaba me tiró una piña el que estaba más cerca que por esquivarla me pegó en el hombro, me dolió, yo le pegué una patada en el estómago con todas mis fuerzas, se me vinieron los otros cuatro, me pegaron por todos lados, yo cada vez que reaccionaba le rompía la nariz o la boca a uno, fue una pelea muy despareja, me cagaron a piñas pero ninguno se la llevó de arriba, agradezco a Dios nuestro señor, que no me dejaron llegar a mi machete sino habría cinco muertos en el pueblo, la puta madre será posible que todo sea siempre en contra ,.
En la entrega de diplomas y boletines yo aparecí con algunas lastimaduras, mis hermanas se ocuparon de maquillarme bastante para que no se notaran los golpes que me habían dado, tendrían que ver a los cinco energúmenos, todos emparchados, con vendas y curitas, no sé quién dijo algo, el caso es que Silvia, la diosa de las diosas, me vino a preguntar qué había pasado.
Yo muy suelto de cuerpo le dije.
_Esos cinco hijos de puta, señalándolos con el dedo, cobardes, cagones de mierda, me emboscaron en el camino, los cinco contra mí, todo porque a vos se te antojó dar una vuelta en el caballo del bruto campesino.
Lo dije bastante fuerte para que todos se enteraran y me fui a la mierda, acá no vuelvo más.
Con mi hermana Etelvina el sexo es un tanto peculiar, lo hacemos dentro del baño, nosotros tenemos un baño afuera de la casa, es un escusado, dentro de las paredes y la puerta hay un armazón de madera con un agujero donde ponemos el culo y cagamos en un pozo hecho en la tierra, ahí sentado con mi pantalón y calzoncillo bajos, mi hermana Etelvina se sube a mis piernas y se la mete, ella lo único que no tiene es bombacha, nos miramos a los ojos, nos besamos, le toco las tetas, así estamos un buen rato, ella acaba varias veces, yo las dos de rigor, a veces el olor a mierda nos retrasa el orgasmo ja ja.
No quise ir más al colegio, una vez vino la directora a ver porque no concurría a las clases, ni se bajó del auto, cuando me acerqué me miró la facha de arriba abajo, debe haber pensado, con éste me acosté, qué horror.
_Hola directora, qué la trae por acá, en qué puedo ayudarla, qué hermosas tetas que tiene. (Deslenguado)
_Toro, por qué no venís a las clases, por lo que veo enfermo no estas.
_Es que si vuelvo voy a querer tener sexo con mi directora y ella ya no quiere saber nada más conmigo.
_En serio Toro tenés que venir al colegio.
_Usted se sacrificaría y me entregaría el culo le dije, muy educado no estuve.
Es que no quería decirle que su colegio está preparado para los que tienen dinero, los hijos de pobres no pueden concurrir porque son muy mal tratados.
_Bueno si te arrepentís te vamos a estar esperando me dijo y salió cagando con el auto, tan delicada que me baño en tierra.
Así se pasaba el tiempo, madrugar, desayunar, a trabajar en el campo, almuerzo, varias veces sexo con mis hermanas, tanto en los galpones como en el maizal o en el baño ja ja.
En casa teníamos tres habitaciones, una para mis viejos, otra para mis hermanas y otra para los varones.
Yo dormía en la cama de abajo de una marinera doble, arriba dormía mi hermano Juan, en otra cama solo dormía mi hermano Roberto, en muchísimas noches los escuchaba coger, Juan lo acomodaba a Roberto al costado de la cama, arrodillado y se la metía sin compasión, a lo bruto, me acuerdo que en un principio “el Roby” se quejaba, después nunca, le veía el culo a Juan y la pija colgando de Roby, algunas noches cuando Juan parece que no quería saber nada Roby me la chupaba, se arrodillaba al costado de la cama, yo me daba vuelta y se tragaba todo, algunas veces al levantarme pisaba la leche que mi hermano había dejado en el suelo ja ja, estaba obsesionado con cogerlas por el culo a mis hermanas, lo que pasaba es que era todo tan precario y con poco tiempo que no había muchas oportunidades, la puta madre será posible que todo sea siempre en contra .
La primera vez fue como siempre con Teresa, Teresita, en el maizal, ella me había dicho que después de almorzar iríamos a tener sexo, lo tenía todo planeado yo, anoche cuando Juan se la metía por el culo a Roby me agarró la obsesión, de hoy no pasaba mi ganas de meterla en un culo.
Antes de salir para el maizal pasé a buscar algo de crema de la leche del ordeñe, pensé en usarla como lubricante ja ja.
Y después de hacerle una buena comida de concha, de meterle un dedo primero, dos dedos más tarde en el culo Teresita estaba descontrolada, se había vuelto loca del placer, bufaba, gemía, gritaba, se movía para todos lados, la hice poner arrodillada, agachada, que levantara bien el culo, le enchastré el culo de crema de leche, me embadurné mi pija también, y la puerteé, apoyé la punta en su asterisco y empecé a empujar.
_Pará, pará, alcanzame ese marlo me dijo, se lo puso en la boca, dale ahora empujá.
Yo apreté mi pija contra su culo y fue entrando, ella bramaba, gemía, gritaba mordiendo con fuerza el marlo aguantaba el dolor, tampoco empujé a lo bruto, fui muy despacio, luego de un rato se la pude meter toda, ella había llorado por el dolor, no creo que lo haya disfrutado.
Con el pasar de los encuentros sexuales sí que lo disfrutaba, me parece que goza tanto o más que si se la meto por la concha.
Con mi otras hermanas no fue tan traumático el tema, claro ellas sabiendo cómo era la cosa se preocuparon en dilatarse al máximo el esfínter, en la cama de alfalfa entraba por los dos agujeros de mi hermana Amelia, con Juana tampoco tuve problemas, ella al agacharse me deja a libre elección por dónde meterla, con la que tuve problemas fue con Etelvina, además que tiene el orto bien cerradito es incómodo sentada frente a mí en mis rodillas, se me doblaba mucho la pija, hasta que la hice sentar en mis rodillas pero los dos mirando la puerta del baño, así fue un poco más sencillo, igual me dolía la pija, ya le vamos a buscar mejor la vuelta.
A unos meses después de cumplir los 18 lo fui a ver a don Ignacio, el señor del banco, quise que me diera una plata para yo poder comprar una chacra, dije que iba a comprar mi propia tierra no, el que me vendía la chacra era el viejito don Nicanor, él me la quería regalar, que con su jubilación ya tenía suficiente, que ya no podía ni andar y yo que siempre le ayudé, que siempre le aré la tierra y cultivé sin cobrarle nunca un centavo sería el agraciado, además me dejaba una vaca, una pareja de chanchos para poder tener crías, gallinas y algunas herramientas de labranza, quería ir a un geriátrico, que con lo que cobraba lo iban a cuidar muy bien, además tenía un amigo ahí, la verdad es que la plata que me dio el banco no era mucha comparada con el valor de la chacra, don Nicanor tendría un dinero que le vendría muy bien para pasar sus últimos días, yo algunos domingos lo visitaba, no duró mucho, el amigo todavía sigue…
Me dio el dinero, un préstamo sobre la chacra, tenía que trabajar 16 horas por día para poder pagar las cuotas, pero compré mi propia tierra, lo único que hacía era trabajar, de la mañana a la noche…
Mis hermanas me venían a visitar por las noches, les pegaba cada cogida que las dejaba de cama, mi madre se puso celosa y dijo que ella también vendría a visitarme, cuando venía se iba sin poder caminar, pero voy a contar cómo pasó…
Nunca me había imaginado tener sexo con mi madre, mis hermanas me lo mencionaban dos por tres, yo no quería hacerles caso, creí que me estaban cargando.
Teresa me había dicho que la esperara bien temprano ese día, que no fuera a trabajar, que me bañara, me dejó un perfume para que me pusiera, que no fuera bruto con mamá, yo no le quería creer.
Cerca de las nueve de la mañana apareció en su caballo un tordillo percherón, con su vestido de paisana, uno azul argentina, una trenzas largas, un poco maquillada, me madre parece que venía a una fiesta de campo, voy a tratar de no defraudarla pensé.
Apenas se bajó casi corrió a abrazarme, yo estuve un buen rato apretándola, sus pechos se clavaban en el mío, y como di por cierto lo que me había contado Teresa me separé un poco y la besé ardientemente, no tuvo ningún reparo y nos empezamos a meter lengua, cuando casi nos asfixiábamos, la alcé entre mis brazos, y como si fuera la recién casada de luna de miel la entré en mi rancho, directamente a la cama, la acomodé muy despacio, con amor y cariño, le levanté el hermoso vestido y le saqué la bombacha, azul más intenso, le empecé a hacer una comida de concha que se volvió casi loca, se retorcía y gemía, gemía tan fuerte que su caballo afuera relinchaba, mordí, lamí, chupé esa concha de dónde salí hace casi 19 años.
Acabó varias veces, después nos desnudamos mutuamente, le subí sus piernas a mis hombros y se la fui metiendo suavemente, más gemidos, más bramidos, más relinchos, nos mirábamos a los ojos y nos entregábamos todo el amor que se puede dar entre madre e hijo y amantes.
No paramos de tener sexo por dos horas, almorzamos una tortilla que tenía de anoche y dos churrascos a la plancha, más sexo.
La hice poner arrodillada al costado de la cama, en cuatro, le salivé su culo, le metí un dedo, dos dedos y hasta un tercero, en ningún momento se quejó, se quejó sí cuando le metí mi pija, ahora su caballo afuera además de relinchar bufaba y pateaba el suelo, se debe estar imaginando que su dueña está sufriendo ja ja.
Ese día creo que acabé cinco veces, ella no sé cuántas, se fue cuando empezaba a anochecer, no quiso quedarse a cenar conmigo, me dio cosa, celos o pena que se fuera.
Me acuerdo patente cuando vino cada una de mis hermanas a visitarme, la primera en venir a verme y felicitar por mi compra fue mi hermana Etelvina, la más compinche mía.
Yo estaba en el medio del campo, casi llegando al mediodía, veo que viene Etelvina en su caballo, un alazán.
_Hola Toro, vine a visitarte, a felicitarte por la compra de tu chacra y a darte un premio.
La agarré por la cintura para desmontarla, ni dejé que tocara el suelo, la besé con pasión, decí que me acordé que no es Teresa, sino la tiraba en medio del maizal.
Fuimos abrazados besándonos hasta la casa, pensé que iba a ser la primera vez que cogeríamos sin olor a mierda ja ja, yo tengo el baño bien retirado de la casa, claro no sentís olor pero cuando llueve te cagás mojando si querés ir a cagar ja ja.
Era una novedad el verla desnuda, me imagino que para ella también verme en pelotas, aunque algunas veces cuando me bañaban me vieron, tiene un cuerpo precioso, unos pechos no muy grandes pero redonditos y preciosos, una cola dura y sensual, le subí sus piernas a mis hombros, es la pose que más me gusta, es que así puedo meterle toda mi pija sin que le duela, y estuvimos cogiendo como dos horas, hasta por el culo se la metí, ya somos una pareja experimentada, me contó que mis hermanos ya duermen juntos.
Así fueron apareciendo una a una mis hermanas y mi madre, caían a diferentes horarios y en distintos días, dejaba de hacer lo que hacía y enfilábamos para la cama, un placer poder gozar de cuatro mujeres hermosas y muy queridas para mí, aflojaba un poco el agobio de tener que trabajar tantas horas.
Parece que mi padre y mis hermanos se avivaron de lo que estaba pasando y nadie va más pudo venir a visitarlo al Toro, la puta madre será posible que todo sea siempre en contra .
Pasaron muchos meses, me levantaba muy temprano, ordeñaba la vaca, desayunaba y con mi caballo nos íbamos a arar la tierra, o a desmalezar, siempre iba conmigo mi caballo al que llamaba Negro, porque era todo negro con un tobillo blanco, estaba hasta el mediodía, venía trayendo marlos para los chanchos, almorzaba, le daba de comer a las gallinas, volvía a ordeñar a la vaca, llevaba la leche diaria a un almacén de ramos generales, dónde sacaba algo de comida, pasaba buscando los desperdicios para los chanchos, volvía al campo, cuando estaba anocheciendo volvía a mi casa, cenaba y destruido me dormía, de las cuatro de la mañana hasta las ocho de la noche me la pasaba trabajando.
Ya estaba cansado de pajearme, no había mujer de la familia que no había pasado por mi mente en mis masturbaciones…
Pensé que tenía que conseguirme una compañera, una que se ocupara de la cocina, de limpiar y sobre todo de tener sexo conmigo, así que el sábado fui al baile del pueblo…
Está frente a la plaza, como la comisaría, la iglesia, la municipalidad, el colegio, todo lo importante del pueblo está frente a la plaza central, ahora mucho más linda, pusieron unos juegos para los pibes y unos canteros de flores, hay bancos dónde vienen a darle de comer a las palomas los viejos, de noche dicen que son para las parejas, me dijeron, yo nunca vine en pareja y menos de noche.
Es el club del pueblo en dónde se hacía el baile, de día se puede almorzar, tomar un aperitivo, los viejos vienen a jugar a las cartas, se practica básquet, lucha, baile, un poco de todo, aclaro que siempre para los hijos de los que pueden pagar todo, yo no podría.
Un sábado cada tanto hay bailongo, la muchachada pudiente no viene a este baile, ellos van a una confitería en otro pueblo, más moderna, en el baile meta chacareras, zambas y chamamés, soy buen bailarín, también con cuatro hermanas no iba a aprender no, suerte que no vinieron ellas, no me iban a dejar hacer lo que vine a hacer, conseguir una compañera ja ja.
Amplia pista de baile, mesas rodeándola, escenario, cantina, baños, no falta nada, las paredes bien altas recién pintadas, todavía tienen el olor a cal, no hay que arrimarse mucho, te queda la ropa blanca ja ja.
Visto que los muchachos sacaban a bailar a una, después a otra chica, y que no están ninguna de mis hermanas, no sé cómo voy a hacer para apalabrar una gurisa, me parece que no es tan fácil conseguir compañera…
Me gustó una chica que bailaba con todos los muchachos, no era nada rechazadora y como todos iban a sacarla a bailar, yo también fui, al estar bailando con ella se lo dije…
_Te quiero proponer si no querés ser mi compañera, mi pareja, que nos vayamos a vivir a una pequeña chacra que tengo…
Me quedó mirando extrañada, en principio parece que creyó que era una broma, pero cuando me vio tan decidido, tan serio, tan boludo, lo consideró…
Bailamos toda la noche, no hubo quien nos separase, comimos empanadas y tomamos cerveza, le conté de mi chacra, que me tenía que deslomar para poder pagar la cuota del banco, pero que dentro de dos años iba a ser de nosotros, que después podríamos buscar tener hijos, yo bien vivo, lo tenía todo pensado…
Estela aceptó…
Con el tiempo pensé que ella puso una cara como de que “si no hay otra cosa”, es mejor que ser la sirvienta de mi familia…
Me contó que en su casa la hacían trabajar como una esclava y que estaban viendo la de juntarla con un señor muy mayor, barrigón, feo como pegarle a la madre, todo porque tiene algo de plata.
Estela, una preciosa chica, debe tener menos años que yo, creo que todavía no es mayor de edad, con una cintura de avispa, un culo firme, unas tetas importantes, morochita de ojos negros, pelo negro, le llevaba como una cabeza de altura, me acuerdo esa noche, nuestra primera noche, yo la llevaba en la encimera de mi caballo, ella se dejaba hacer, noté que muy nerviosa no estaba…
Cuando en la cama matrimonial se la metí dijo haaa, pero no como Teresita que chillaba y lloraba porque le dolía, igual estuvimos cogiendo como cuatro horas, quedó destruida…
No tuvo nada de vergüenza que la desnudara, ella me desnudó a mí, estaba tan caliente que apenas desnudos me puse entre sus piernas y se la metí, como dije no le dolió para nada y dale que te dale, mis dos polvos seguidos reglamentarios, cuando se me volvió a parar se subió a mí, se la metió y me comenzó a cabalgar, debe montar mucho a caballo, se muevo como toda una jineta.
Así comenzó mi vida en pareja, con compañera, con mi mujer, con el amor de mi vida, con la hembra que daría hasta el aire que respiro por ella, yo todas las noches sexo con entrega total, por la mañanas más sexo, desayuno y a trabajar…
Los días se me hacían más cortos, más livianos, solo porque pensaba en ella, mi Estela, la razón de mí vivir, la mujer que nubla mis pensamientos, la que pronto será la madre de mis hijos…
Continuará.