La puta del portero

Venga dale fuerte, mi niño - me alentó para que iniciara el mete y saca. Y así lo hice, empecé a culearle rápido como un conejo Mi polla entraba y salía como un pistón de su entrada. Era tal la excitación, los nervios con la nueva experiencia que a los pocos instantes sentí como alcanzaba el clímax y me corrí como un gazapo.

Continuación de El portero y el vecino del octavo

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Durante días estuve escabulléndome del portero. Temía su represalia por haber follado con el vecino del octavo. Sabía bien lo animal que era y que me la tenía guardada. Pero era consciente de que tarde o temprano me encontraría con el.

Ocurrió una tarde de que regresaba a casa.

  • ¿Donde te metes zorra? - le oí decir.

Torné la cabeza y vi la suya saliendo por el hueco de la puerta de la portería.

  • Ven. Me dijo.
  • Tengo prisa Sandalio - le conteste intentando zafarme de él.
  • Ven quiero que veas algo que creo te va a interesar. No te haré nada te lo juro.

Decidí encarar la situación y me dirigí hacia donde se encontraba. Abrió la puerta para dejarme pasar y luego la cerró con llave. Me empecé a poner nervioso.

  • ¿Que pasa? - le pregunté
  • Has sido un niño malo con Sandalio. Con lo bien que me he portado con el señorito.- dijo con retintín.

  • Me violaste cabrón. Eso es portarse bien. - le respondí enojado

  • Ya te dije que eso fue al principio. Luego bien me buscabas para que te follase ese culito tragón. - añadió jocoso.
  • Bueno pero eso ya se acabó. Ahora tengo una polla que me lo sabe hacer mejor. Te enteras - contesté retador
  • Estas en mis manos Javi y harás lo que yo te diga.
  • Les diré a mis padres que me acosas - le amenacé
  • ¿A si? ¿Y también les hablarás a tus padres de esto?

Clickó en un archivo del ordenador y se puso en marcha un video. En la imagen estaba Sandalio barriendo en el garaje y luego aparecí yo en el plano, me acerque a él y comencé a frotarle el paquete mientras hablábamos. Se veía como me rechazaba apartandome con la mano y como yo volvía a insistir. Luego le seguía hasta perdernos en el rincón oscuro.

  • Ostia las cámaras de seguridad - pensé

Joder pues si que estaba en sus manos.

  • Tal vez a tus papas les gustaría verlo. ¿Saben que a su niñito le gustan los rabos?
  • Bueno puede ser simplemente una broma no veo que haga nada más que tocarte los cojones- argüí

Volvió a clickar en el ordenador. Apareció el garaje vacío. Luego el vecino del octavo y yo salimos en la imagen. Nos dirigimos al coche y entramos en el. A través de la luna delantera

se nos vio hablar y como en un momento dado Julio ponía su mano en mi muslo y me lo acariciaba para luego besarme mientras me magreaba el paquete. La luz se apagó en la imagen y el garaje quedó en penumbras

Al poco rato se abrieron las puertas del automóvil y la luz del aparcamiento se volvió a encender. Luego vi a mi vecino abrir la puerta trasera y bajar los asientos de atrás. Después a mi subiendome a la furgoneta. La luz del interior del automóvil se apagó pero la del garaje iluminaba lo suficiente para ver como estando los dos arrodillados me quitaba la camiseta y me besaba el cuerpo. Más tarde se incorporó y se vio solo medio cuerpo de Julio pero era lo suficiente para que se grabará como yo mismo le quitaba los pantalones. La luz del garaje se apagó de nuevo

Dio al avance rápido y en la penumbra sólo se intuía como a ratos el vehículo se bamboleaba.

Tras un tiempo la luz del garaje volvió a encenderse. Un nuevo personaje entró en escena al pasar al lado de la furgoneta miró a través de los cristales empañados. Reanudo su marcha y mientras se dirigía a su coche sacudía la cabeza y sonreía divertido. ¡Era el cura del cuarto! Se vio al coche abandonar el parking y de nuevo la oscuridad

De nuevo se aceleró la línea de tiempo, al fin las puertas de la furgoneta se abrieron y salimos del interior . En los últimos fragmento se me veía de espaldas palpandome el ojete mientras Julio se marchaba en su coche.

  • ¿Y esto qué te parece? ¿También una broma? - me dijo burlón- Esto no solo puede interesarle a tus papas, tambien podria gustarle a la esposa de D. Julio . Tal vez sacase en conclusión que a su esposo, aparte de saber hacer niños, le gusta también follarselos cuando están un poco creciditos.

Desolado le miré sin saber qué decir.

  • Bueno. ¿Serás ahora un buen chico?

Aquel hijo de la gran puta me estaba chantajeando y yo no podía hacer otra cosa que doblegarme a sus deseos. En caso contrario el escándalo que se iba a montar en el edificio podía ser de órdago a la grande. Mi padre me forraria a ostias, mi madre lloraría desconsolada y el matrimonio de Julio se iría a tomar por el culo.

  • ¿Qué quieres que haga? - claudiqué sumiso.

Se aproximó a mí y me agarró el culo

  • Nada especial. Que seas cariñoso conmigo cuando te lo pida, que me trates con respeto y consideración y…. Que me ayudes con alguna faenilla cuando te lo ordene. Si cumples con el acuerdo nadie se enterara de tus cancaneos.
  • Bueno vale.

Me di la vuelta dando por finalizada la conversación. Mientras me abría la puerta me dijo

  • Mira puedes empezar a ayudarme ahora mismo. Subele la prensa a Don Florencio del 5 D - me dijo mientras me tendía el periódico. - Y se amable con él.

En el ascensor iba de una mala leche que no me podía aguantar. Aquel hijo de la grandísima puta no solo quería seguir follándome sin ninguna consideración hacia mi persona, si no que además ahora tenía que ser su sirviente. Además a qué venía aquello de que fuese amable con el vecino, ni que yo fuera alguna vez desagradable con cualquier persona. Por un momento pensé dar la vuelta y decirle que yo no era la chacha de nadie. Pero luego me acordé de los videos que me obraban en su poder y desistí. Estaba en las manos del portero y no tendría más remedio que doblegarme al chantaje, por lo menos hasta que encontrase una forma de librarme de él.

Llamé al timbre del vecino del quinto y después de unos instantes oí una voz gritando en la casa

  • YA VOY.. YA VOY

El ruido de varios cerrojos me indico que estaban al fin abriendo la puerta. Cuando se abrió me encontré a mi viejo vecino en bata y en pantuflas en el quicio de la puerta.

  • Vengo a traerle el periódico de parte del portero - le dije tendiendoselo
  • Muy amable por tu parte. - me contestó recogiendole.
  • Bueno pues adiós - le dije con la intención de largarme.
  • Espera, espera muchacho. No te vayas que te voy a dar una propina.
  • No es necesario. - le contesté deteniéndome y volviendo la cabeza.
  • Si hombre, si. Faltaria mas.

Me acerqué con la mano extendida para librarme de él lo antes posible. Se echó la mano al bolsillo de la bata y pareció extrañado.

  • Vaya no tengo dinero aquí.
  • No se preocupe. Ya le he dicho que no es necesario
  • No por Dios. Déjame que lo busqué para darte una propi. Pero no te quedes a la puerta. Hala pasa, pasa.

Tras entrar en la casa cerró la puerta tras de mi. Me quedé ojiplático viendo la decoración de la vivienda. Era tan recargada y tan...femenina que no me lo esperaba. Bueno o tal vez si. Mi vecino era un viejo solterón que pasaba de muy largo de los sesenta sino de los setenta. Y tenía fama entre los vecinos de ser un poco amanerado. Pero aquello se escedía, parecía el palacio de una reinona.

  • Pasa a la cocina -me dijo empujándome con una mano en la espalda, pero tan abajo tan abajo que por centímetros no me la colocó en el culo.

Después de recorrer un largo pasillo llegamos a la cocina. Trasteó entre unos tarros que tenía en la alacena sin éxito. Abrió todos los cajones con el mismo resultado. Al fin pareció caer en la cuenta.

  • Aguarda que lo tengo en la habitación - me dijo emprendiendo la marcha pero se detuvo y añadió - ¿Te apetece beber algo? ¿Un refresco? ¿Una Coca-Cola?
  • No, no se moleste.
  • No es molestia ¿Que quieres?
  • Bueno una Coca-Cola - le dije para intentar acabar cuanto antes y largarme de una puta vez.

Sacó la botella de la nevera, la abrió y tras coger un vaso del escurre-platos del fregadero los colocó en la mesa.

  • Anda siéntate. No te quedes ahí de pie como un pasmarote. Vuelvo enseguida.

A toda marcha salió de la cocina y a los pocos minutos ya estaba de regreso.

  • Toma - me dijo tendiendome un billete de 20 Euros.
  • Es mucho - le dije
  • No tengo menos suelto. Cógelo y no me hagas un feo.
  • Vale, vale - le dije cogiendolos y levantándome con la intención de irme.
  • Espera no te vayas, hazme un poco de compañia y asi nos vamos conociendo un poco. Estoy muy solo y tengo pocas visitas. Voy a beber una cervecita contigo.

Se levantó y trajo su cerveza y otra Coca-Cola para mi sentándose despatarrado en una silla.

  • Uff que calor ¿Verdad? - dijo mientras se abanicaba con la mano.
  • Si un poco - le contesté tras dar un sorbo al botellín.
  • Perdona que no me haya presentado me llamo Florencio. Floro para los amigos - dijo con una sonrisita - ¿Y cual es tu nombre?
  • Javier, pero todo el mundo me llama Javi
  • Me ha dicho Sandalio que eres un chico muy cariñoso y servicial.
  • Bueno yo……
  • Pero lo que no me había dicho que además eras un chico muy guapo.

No me gustó la sonrisa que se dibujó en su cara. ¿Que coño le habría contado el cabrón del portero de mi?. La situación me comenzaba a inquietar.

  • ¿Tienes novia?
  • No - le contesté sonrojandome
  • Ya….

La forma en que dijo aquel ya me hizo temer que Sandalio se había ido de la lengua

  • Yo tampoco. No tengo novia ni esposa. Y nunca la he tenido - dijo con una sonrisa picara.
  • ¿Siempre ha vivido solo?
  • No verás….

Y comenzó a contarme su vida. De que había vivido con su madre mientras vivió. A su muerte compartió el piso con varios “amigos” digamos íntimos. De su trabajo como registrador de la propiedad. Y un sinfín de anécdotas.

Mientras hablaba yo le observaba. Bajo la colorida bata de motivos florales vestía un pijama brillante de un rosa pálido. Despatarrado como estaba, a traves de la abertura de su bata se le veía un considerable bulto en el paquete que reposaba sobre el asiento.Era un hombre de estatura media y complexión normal  con un poco de barriguilla y eso si con un culazo enorme. Tenía pelo abundante repeinado hacia atrás y de ese color castaño cobrizo tan habitual en los tintes baratos. En el labio superior sobre unos labios gordos y carnosos un bigotillo fino que evidentemente también teñía. Pero lo que más llamaba la atención de su persona eran sus manos. Unas manos pequeñas, delicadas, femeninas.

  • Así que siempre me gustaron los hombres, desde muy chico.

Yo que no había seguido con atención la conversación mientras lo miraba me quedé sorprendido sin saber qué decir.

  • ¿Y a ti también te gustan los hombres? - me pregunto sin más.
  • Yo...yo..no..no. Que va….
  • Pues no me ha dicho eso el Sandalio - me dijo con una sonrisa torcida que hizo que su bigote se ladeara.

Me removí azorado en la silla mientras me sonrojaba hasta las orejas.

  • No te avergüences mi niño. Es algo muy normal. Y más en estos tiempos. Ahora la sodomía no está penada y hasta la Santa Madre Iglesia es lasa con esos pecados. Si no preguntale a nuestro vecino el cura.
  • ¿El cura también…?
  • Si hijo mio. El cura es un muy buen amigo mio, intimo podría decirse. Pero esos siempre han practicado el vicio nefando con deleite. A Dios rogando y por el culo dando - se rió divertido
  • Joder pero en este edificio…. ¿Cuántos .... como… nosotros ….hay?
  • Más de los que imaginas. Algunos en el armario como tu Julio y otros en el escaparate como yo. Hay quien tira a pelo y a pluma a otros solo les gusta la pluma y cuanta más mejor. Corren buenos tiempos para la mariconería en este país gracias a Dios.

Me quedé mirándole sin saber que hacer ni qué decir. Al fin él rompió el silencio

  • Ven acercate quiero verte bien, mi ojos ya no son lo que era,

Me levanté y sumiso camine hasta situarme próximo a él, entre sus piernas. Levantó las manos y me cogió la cara.

  • Eres una belleza Javi. Vas a traer a los hombre locos te lo aseguro. - me dijo cariñoso

Luego fue bajandolas acariciando mi cuerpo y evitando mi sexo llegó a mis muslos desnudos.

  • Que piel tan suave y tan firme. Y sin un pelo. ¿Te depilas?
  • No que va. Es que me sale poco

Me manoseó las piernas para después agarrarme el trasero

  • Que culito tan delicioso, pequeño pero duro y respingón

Al fin me acarició el paquete. Cuando me iba a desabotonar el pantalón se detuvo y me pregunto

  • ¿Me permites?

Yo afirme con un movimiento de cabeza

Con parsimonia continuó su labor hasta que dejo caer mis pantaloncillos a los pies. Luego aproximó su nariz al calzoncillo y aspiró fuertemente.

  • ¡Que bien oléis siempre los jóvenes! - exclamó

Con delicadeza me bajó los calzoncillos y dejó mi sexo al descubierto. Estaba tan cortado por aquella extraña situación que tenía la picha más encogida de lo habitual. Florentino se quedó mirándola.

  • Que colita tan pequeña. Parece la de un querubín. Y sin apenas pelitos. ¡Que delicia!

Con el índice y el pulgar me apartó la piel para descubrir el capullo que estaba totalmente tapado. Me miró a los ojos y se la metió en la boca.

Entonces si que se me empezó a empinar. Dios aquella boca era increíble Sus labios carnosos y suaves, la carne mollar de su lengua y el ritmo que imprimió  a la mamada hicieron que pronto me calentara. En un momento estiró mas las mandíbulas y se engulló de paso mis huevos. ¡Tenía todo mi sexo en su boca!.

Mientras me la chupaba su bigotillo peinaba mi pubis. Se la sacaba, bajaba lamiéndome el palo, subía y se la tragaba de nuevo. Me estrujaba el glande con los labios como amamantándose, para luego jugar con su lengua escurridiza con él. Joder era un auténtico maestro felador, sin duda me estaba haciendo  la mejor mamada de mi corta experiencia.

Con una mano empezó a acariciarme entre las piernas y sus delicados dedos buscaron mi entrada. Cuando se clavaron en mí y empezaron a follarme con suavidad empecé a gemir como una perra

  • Así don Florentino. Que bien lo hace - le animé entre jadeos
  • Por Dios hijo, llamame Floro. No ves que te estoy chupando la polla - me dijo divertido sacandandose el rabo de la boca.
  • Si Floro chúpamela bien - le dije cuando reanudó su labor

Con el dedo estimulándome la próstata y aquella boca de ensueño dando gusto a mi polla comprendí que no podría aguantar mucho. Y así fue. Se me subieron las pelotas, se me comenzó a hinchar la verga y estallé en una inacabable corrida. Floro se afanó en tragar toda la leche que manaba y no dejo de estrujarme la polla hasta que extrajo la última gota.

Temblando como un azogado me abracé a él para no caer. Pero mis piernas, temblonas por el orgasmo, fallaron y se vio obligado a cogerme y sentarme sobre su pierna. Me acurruqué en su pecho mientras mi corazón latía desbocado.

Tras recuperar la compostura le mire a la cara, aún se relamía como un gato goloso y me sonrió con ternura. Agradecido por la magnífica mamada que me había hecho le empecé a acariciar el enorme bulto que descansaba sobre la silla para luego introducir mi mano por la abertura del pantalón y agarrar su sexo en medio de una considerable mata de pelos. Le tanteé los cojones que me parecieron enormes y luego fui en busca  de su polla.. Para estar flácida parecía de buen tamaño o mejor de gran grosor. Empece a masturbarle y asi estuve durante minutos, pero aquello no acababa de despertar.

  • ¿No le gusta lo que le hago? - le pregunté al fin extrañado.
  • Si cariño. Lo haces muy bien. Pero a partir de los setenta la cosa ya no funciona como antes.  Cuesta mucho se se me empine si es que acaba haciendolo. Pero de todas las maneras disfruto mucho con tus caricias. - me explico tranquilizandome
  • Si quiere se la chupo. A lo mejor así……….
  • Solo si tu quieres.
  • A mi no me importa. Ya lo he hecho muchas veces con Sandalio. Y ….. con Julio. Me gusta.

Me incorporé y Floro aprovecho para desabrocharse los pantalones y dejarlos en los tobillos. Me arrodillé entre sus piernas y me dedique a observar su sexo.

Como ya había comprobado con mis manos tenia una polla flácida pero muy gordota y con mucho pellejo arrugado, me recordó a esos perros chinos llenos de michelines. Una fronda rodeaba todo su sexo las canas que se veían atestiguaban que esa zona no se la teñía. Todo su sexo era muy oscuro. Pero especialmente los peludos cojones. Me habían dicho que los viejos tenían los huevos grandes. Pero aquel escroto era espectacular tan grande como un pomelo e hinchados como un globo.

Sin descapullar me la metí en la boca y empecé a mamar el blando mamelón. Durante minutos desplegué todo mi arte felatoria pero fue inútil. Aquello no revivia. Se había hinchado levemente pero tan levemente que apenas se notaba. Ya estaba cansado de chupar aquel rabo flojo.

  • ¿No se lo hago bien D. Florentino?
  • Si,si. Pero por lo que más quieras criatura no me trates de Vd . Y llámame Floro. Que creo que ya nos conocemos lo suficiente
  • Entonces ¿Qué pasa Floro? - le pregunté preocupado
  • Que la muy zorra hoy no quiere levantarse. Qué quieres que haga. Cada vez le cuesta más empinarse, y que se ponga dura y alcancé todo su explendor  es un infrecuente milagro. No se puede llegar a viejo, hijo. Tu lo haces muy bien pero este rabo ya no es lo que era. Cada vez me crecen mas los cojones pero cada vez me sirven para menos.
  • Si que tienes unas pelotas enormes- le dije
  • A todos los viejos nos pasa igual. Mucho cargador y un cañón de mierda.
  • Entonces ¿Qué quiere que le haga?- le pregunté solicitó
  • ¿Quieres darme por el culo? - me preguntó para animarme.
  • Nunca lo he hecho - le confesé
  • Así que eres virgen.
  • Bueno por delante si - le aclaré
  • Y te gustaria metermela
  • No lo se. A mi me gusta mucho que me follen.
  • A mi tambien - me dijo sonriente.
  • Es que no se si sabre - le confesé
  • Veras como si. Es muy fácil. Me la clavas en el culo y la sacas y la metes. Da gustillo.

Me quede sopesando la proposicion tampoco el follarme al viejo marica era una cosa que me volviera loco . Pero le debía una.

  • Anda ven - me dijo tras incorporarse de la silla.

Se acabó de quitar los pantalones del pijama y recogiendo la bata dejo el culo al aire. Joder tenia unas posaderas tremendas. Gordas como las de una negra y peludas como un oso

Se recostó sobre la mesa y tras mojar sus dedos empezó a andarse el agujero. Yo le miraba como se preparaba para mi. La verdad es que estaba un poco azorado. Los miedos del estreno me imaginé. Cuando considero que ya estaba bien mojado me dijo

  • Anda clavamela. - apartando las cachas con las manos y dejando la entrada expedita.

Me acerqué y me entretuve mirando el culo. En medio de aquellos rechonchos glúteos una raja peluda  en la que sobresalía un abultado y negro ano. Se notaba que por aquel orificio se había colado mucha polla. Recordaba el coño de una vaca.

  • Venga Javierin follame.- me animo

La escena me había calentado y tenía la polla como una barra de hierro. Acerque la punta al ojete y empujé. Entró con tanta facilidad como un cuchillo en mantequilla caliente. La verdad es que era estancia muy grande para picha tan pequeña. Pero daba gusto el sentir aquellas carnes calientes alrededor de mi polla.

Cuando la tuvo dentro aquel culo comenzó a moverse y estrujarme el rabo de una forma que nunca pensé pudiera hacerse con aquella parte del cuerpo. Joder que bien lo hacía el viejo maricon. No le funcionaria la polla pero aquel culo estaba a pleno rendimiento.

  • Venga dale fuerte, mi niño - me alentó para que iniciara el mete y saca.

Y así lo hice, empecé a culearle rápido como un conejo Mi polla entraba y salía como un pistón de su entrada. Era tal la excitación, los nervios con la nueva experiencia que a los pocos instantes sentí como alcanzaba el clímax y me corrí como un gazapo.

  • Lo siento. ¿He ido muy rápido, verdad?
  • No te preocupes ricura. Es normal en los primerizos. Pero lo has hecho muy bien. ¿Has disfrutado?
  • Si...Pero tu…..
  • No te preocupes. Hay otras maneras. Podemos jugar un poco ¿Quieres?
  • ¿Como? - le pregunté intrigado
  • Veras….

Se acabó de desnudar del todo y bamboleándose como una mujer se acercó a la nevera. Busco en su interior y tras encontrar lo que buscaba la cerró y volvió a mi lado.

En sus manos traía una tarrina de mantequilla y un pepino. Pero que pepino, yo nunca había visto uno de semejantes proporciones. Me los tendió y se volvió a recostar sobre la mesa.Tornó la cabeza y me dijo

  • Untame bien de mantequilla

Cogí una buena proporción del ungüento y empecé a esparcerselo por el culo. Luego me centré engrasando el ano. Tenía el ojete tan cedido que bien podría haber colado la mano entera en su interior.

  • Ahora embadurna el pepino y metemelo por el culo

Embadurné el verde vegetal y tras colocarlo en la cancela empujé. Entró con una facilidad asombrosa.

  • Uffffffff - - exclamó Floro
  • ¿Te he hecho daño?
  • Que va. Es que está muy frío. Pero dale que ya lo caliento yo
  • Pero es que es muy muy gordo Floro.
  • No te preocupes churumbel que pasos mayores han entrado ya en esta iglesia.

Entonces sin reparo empecé a follarle con aquel pedazo de pepino. El Floro comenzó a gritar y gemir como una zorra calentorra

  • ¡Joder que gusto!
  • Ya me enamore de él en la frutería. Tan rugosito, tan duro. Estaba esperando la ocasión para jugar con él, pero es mejor que juguemos los dos juntos
  • Dale fuerte,dale

Le follé con saña mientras la mantequilla se derretía y resbalaba por sus muslos. Le trajiné durante minutos en la que el viejo bujarrón disfrutó como una loca. Sin querer se me escapó y se le salio del culo. Tenía el agujero abierto como nunca me podía imaginar y lo que más me sorprendió fue su interior carmesí.

  • Floro lo tienes muy abierto. Me cabría la mano - le dije admirado.
  • Prueba a ver si puedes - me dijo divertido

Ni corto ni perezoso uni los dedos y empecé a empujar. Entro con toda facilidad.Cuando mi muñeca traspaso el esfínter  Apretó el culo y la aprisionó en su interior

  • Mmmmmmmmmmmmmmmmm - suspiro el mariconazo
  • Floro Suéltame me haces daño - le grite mientra con la mano que tenía libre le di tremenda azotaina

Aflojó la presión y conseguí sacar la dolorida mano. Joder aquel culo tenia la fuerza de una boa constrictor. Durante unos segundos me froté la mano para recuperar la circulación.

  • Fóllame con el pepino, no te detengas ahora - me apresuró

Se lo clave de tremenda estocada en venganza por el daño que me causó en la mano.

  • AYYYYYYYYYYYYYY - grito dolido
  • Ahora duele Eh maricón
  • Venga dale al pepino y callate la boca

Durante minutos le estuve follando como un animal. Cuando le miré entre las piernas vi que su polla aunque no se había empinado. Ahora estaba morcillona y destilaba continua una agüilla clara que se derramaba en el suelo.

Aquel culo empezó a trepidar

  • Ay que gusto. Que gusto
  • Follame duro Javierin
  • Ufff ufff uff
  • Mas mas mas.

Empezó a agitarsele todo el cuerpo y pletórico grito

  • ME CORRRO ME CORROOOO

Le miré la polla aun flácida y vi como efectivamente el agüilla se convirtió en blanquecina leche que empezó a manar mansa y continúa cayendo al suelo. Evidentemente aquel viejo maricón tenía el gusto en el culo.

Iba a extraer el pepino al dar por acabada la faena, pero me lo impidió.

  • Dejalo un poco dentro. Que todavía me da mucho gusto

Me aparté y me entretuve divertido viendo la escena. Aquel viejo culón, con el rabo rezumante y aquel pedazo de pepino que se movía como autónomo clavado en el ojete. Luego poco a poco fue expulsandolo hasta que cayó al suelo produciendo un ruido sordo.

El hecho hizo que se me escapara la risa. No era para menos aquel viejo descansando despatarrado sobre la mesa, con el culo boqueante abierto como un pozo de huerta y con el fruto caído a sus pies.

Mientras lo miraba aproveché para vestirme. Cuando hube acabado le dije

  • Bueno si no necesita otra cosa yo me voy

Se incorporó con esfuerzo y me sonrió

  • Gracias mi niño
  • Adiós Floro - le conteste dispuesto a irme

Cuando estaba alcanzando la puerta de la cocina me dijo.

  • Por cierto dile a Sandalio que te dé el dinero
  • ¿Que dinero? - le pregunté extrañado mientras me volvía
  • El que sueles cobrar por estos servicios según me dijo.

Me pusé como la grana y furioso abandoné la casa

Ya en ascensor no podia dar credito a las ultimas palabra del viejo bujarrón. Así que el cabrón del portero me vendía a la vecindad como una puta barata.

Y empecé a maquinar como vengarme de él