La puta del barrio

Mi gusto por el sexo iba en aumento,y despuès de ser infiel, ya nada me importaba,asì que sin pensarlo me convertì en en placer sexual de mi vecino y au amigo.

La puta del barrio

Mi vida sexual cambió por completo, ya que siendo amante de Oscar, el cuñado de mi marido, perdí el miedo a la infidelidad, así que fácil me enredé con mi vecino Iván. A mi alrededor todo era igual, solo mi mentalidad había cambiado, y el sexo me hacía feliz, cogía más que una recién casada, porque si no era Oscar, era Iván.

Los fines de semana en que mi marido no estaba, los alternaba con ellos dos, aunque se conocían, no sabían que los dos eran mis amantes, hasta mucho tiempo después.

Mi vecino hacía algunas tareas en la casa, a veces de chofer y mandadero, y aprovechábamos para coger rico donde sea. Una mañana llegó ansioso y con ganas de poseerme, pero yo tenía que surtir la despensa de la casa, porque íbamos a tener una reunión de amigos, a la que por supuesto Iván no estaba invitado, porque eran compañeros de trabajo de mi marido. No hicimos nada y un poco molesto me acompañó a las compras. Hacía calor y yo llevaba una mini falda de mezclilla y una blusa tipo playera amarilla, que provocaba miradas cachondas, Iván de vez en cuando me agarraba las nalgas entre los pasillos de la tienda, le advertía que no podían ver ya que la tienda está cerca de la colonia y algún conocido podía vernos, y como siempre me habían considerado una mujer seria, no quería que nadie se enterara de mi doble vida. La insistencia de Iván por tocarme, me estaba excitando, quería terminar las compras para coger por un momento. De pronto se le ocurrió la idea de llevarme a los sanitarios de la tienda, no llevaba ni la mitad de lo que tenía que comprar, puso el carro con el que hacía las compras a un lado, y no dirigimos a los baños.

Él entró primero, luego salió para decirme que no había nadie más, la idea me excitó y acepté entrar, al estar en el sanitario, sin perder tiempo me abrazó y me levantó para recargarme en la puerta del baño, levantó mi falda, hizo a un lado mi tanga y me cogió como desesperado, yo quería gritar que me gustaba, que me cogiera más fuerte, pero él adivinaba y lo hacía. Alguien entró, pero no nos importó, seguimos cogiendo aunque sin hacer ruido, yo me estaba parada sobre la tasa del sanitario, él con sus pantalones abajo, si alguien se asomaba por debajo, pensaría que estaba ocupado por una persona, cuando escuchamos que la persona salía y ya no había ruido, aumentó su fuerza y velocidad, mis nalgas eran sostenidas por sus manos, las apretaba, sentía como intentaba abrirlas mientras su palo entraba deliciosamente por mi panocha. Yo gemía de placer, mordía sus labios y su oreja, pero de repente se vino, en cada venida empujaba su palo, hasta que terminó de eyacular, al final me puse papel sanitario para que no se me saliera el semen. Estaba contenta, mas no satisfecha, pero se lo agradecí, deseaba ser cogida y me cogió.

Las compras continuaron con mas calma, parecía que por ese día era todo, pero me equivoqué, porque cuando llegamos a la casa me ayudó a bajar las cosas, al parecer se excitó de nuevo cuando me veía que me agachaba o me alzaba para acomodar en la alacena los alimentos. Se puso detrás de mí y empezó a besar mi cuello, sus manos como siempre en mi trasero, dejé que siguiera, mientras miraba el reloj de la cocina y calculaba el poco tiempo que nos quedaba. Bajé mi mano para tocar su verga, no perdía tiempo, ya la tenía de fuera y bien dura, me volteé y me agaché para mamarla, aún tenía el sabor de mi panocha, me encantaba la disposición que tenía a pesar de haberme cogido hacia unos cuantos minutos, pero su juventud le permitía eso y más. Mamé agradecida por el placer que me da mamar una buena verga, sin querer miré el reloj otra vez, y decidí pararme para darle la espalda, empinarme y que me cogiera, pero Iván estaba desarrollando su imaginación, se agachó, bajó mi tanga y quitó el papel sanitario que me había colocado, lamía y mordía mis nalgas, era de las primeras veces en que su lengua exploraba mi ano, que lo saludaba contrayéndose, luego se levantó para besar mi cuello, yo estaba totalmente excitada y caliente, tomó mi pierna derecha y la colocó en la barra de la cocina, mi falda estaba recogida en mi cintura. En esa posición restregó emocionado su verga con mis nalgas, me decía que así se veían más grandes, yo de tan caliente que andaba, me levanté la blusa y saqué mis tetas del sostén para acariciarlas, mis pezones estaban duros y deseosos de ser manipulados. Mis nalgas se pegaban ansiosas a la verga de mi amante, como era muy alto, se bajó un poco para colocar su palo en mi raja, apenas sentí su glande en mi entrada y suspiré de gusto, quería hacerme estallar de deseo, ya que no la metía;

--¡AHH, AHH, PAPIII YAAA HAZLOOOO!.—Iván ignoraba mi súplica y continuaba con el juego de acariciar mis tetas y seguía sin meterla.

--¡ESPERA MAMITA, ME GUSTA VERTE GANOSA!.—

--¡PUES SI PAPI, PERO NO TARDA EN VENIR ALGUIEN!.—

--¡ENTONCES PÍDEMELO MARLEN, PÍDE LAVERGA!.—

--¡SIII PAPII. ¡QUIERO TU VERGA, DÁMELAAAAA, AHHHAHHH, CÓGEMEEEE YAAAA!, AHHHAHHH!.—

La embestida fue brutal, el tamaño de su verga y la fuerza de la cogida me hicieron ver estrellas de dolor y placer, apenas limaba mi raja cuando ya sentía que me orinaba, pero era que estaba a punto de explotar en un rico orgasmo, sus dedos apretaban mi clítoris, y con mis jugos vaginales lubricaba mi culo, empezaban los primeros espasmos de mi orgasmo cuando la sacó, deteniendo por completo la explosión de mi venida, colocó su verga en mi culo y sin piedad me penetró, aunque ya me habían cogido por ahí, sobre todo Oscar, no estaba tan dilatado como para recibir verga, las estrellas del dolor aparecieron en mis sentidos, puse mi mano en su cintura para detenerlo pero ya estaba toda adentro, dejó de moverse y eso me dio oportunidad de relajarme, alzó sus manos para acariciar mis tetas que colgaban excitadas, entonces empezó a meter y a sacar suavemente hasta que mi recto empezaba a acostumbrarse al intruso palo de placer, de repente la sacó y me dolió, él se agachó para lamer mi ano, la sensación mezclada de dolor y placer, me hacían gritar de gusto, volvió a meter su verga, pero con más rapidez, luego de un rato hizo lo mismo, se agachó y lamió mi culo para calmar mi dolor, que ya estaba pasando, me incliné un poco para que tomara en cuenta mi panocha, escuchaba los chasquidos de su lengua dentro de mi vagina, intentaba verlo pero mi trasero cubría su rostro, acaricié sus cabellos y se levantó, de nuevo colocó su verga en mi culo, ya no tuvo compasión de mi ano y lo castigo entrando y saliendo a una velocidad casi increíble, mis nalgas temblaban, mis tetas rebotaban, pero era sostenida por sus manos en mis hombros, bajó su mano y empezó a masturbarme, eso era todo lo que deseaba, ser cogida por el culo y que mi clítoris fuera frotado, empecé a mover mis nalgas exageradamente tratando de apretar con mi culo su verga, pero era imposible, su enorme palo entraba con una facilidad extraordinaria hacia mis intestinos;

--¡AYYY MAMITAAA, ESTO ERA LO QUE QUERÍA!.—

--¿QUERÍAS ESTO, COGERME POR EL CULO?.—

--¡SI MARLEN, TUS NALGAS ME ENCANTAN!.—

--¡Y A MÍ TU VERGA PAPI, TU RICAA VERGAAA!.—

--¡DÉJAME DISFRUTAR POR COMPLETO DE TU TRASERO!.—

--¡YA LO ESTAS HACIENDO PAPI, GÓZALO, CÓGEME ASÍÍ!.—

--¡SI MAMI, PERO MASTÚRBATE TÚ MIENTRAS YO DISFRUTO VIENDO COMO TE COJO, Y COMO TIEMBLAN TUS NALGAS!.—Quité su mano y acaricié mi clítoris con la idea de venirme, de repente sentí que podía hacerlo sin la necesidad de masturbarme, solo concentrar mis sentidos en mi ano, y funcionó después de un rato, ya mi culo estaba casi anestesiado de tanta cogida, hacía que mis nalgas chocaran contra Iván, como si no fuera suficiente sus embestidas, entonces hice un gran esfuerzo con mi ano de apretar la verga que me cogía, mi mente se llenaba de imágenes eróticas con Oscar, con Iván, imaginaba mis piernas chorreando el semen que me había echado en los baños de la tienda, imaginaba mi ano abierto como nunca y admirada de que una verga como esas cupiera en mi chiquito, todo eso provocó que mi venida fuera deliciosa, larga y placentera. Antes de terminar mi venida, Iván apretó mis tetas y dejó escapar en mi recto su segundo chorro de semen del día, llenando mi ano de leche sabrosa. Sentía que mi panocha y culo se contraían involuntariamente, el placer que acababa de recibir, era de los mejores. Cuando terminamos, le pedí que se fuera para terminar con lo que tenía que hacer, me pedía que ya no cogiera con mi esposo, pero le decía que no se preocupara, que él ni me toma en cuenta, y si lo hace, es de pisa y corre. Esa vez me citó en su casa para el lunes siguiente, o sea en dos días, según él me tenía una sorpresa.

El día de la cita llegó, eran las diez de la mañana, mi presencia en su casa no era rara, pues los demás vecinos sabían que había amistad con la mamá adoptiva de Iván, así que entré sin preocupación, segura de que estaba solo. Empujé la puerta de la entrada, ahí estaba sentado en la sala, lo único que traía por ropa, era un short muy holgado. Me pidió que le pusiera seguro a la puerta, cuando estuve frente a él, desabotoné mi vestido para enseñarle que iba como a él le gustaba cogerme, con lencería según él de puta, traía medias negras sostenidas por un liguero rojo de encaje negro, mi vagina estaba cubierta por el triángulo de mi tanga que hacía juego con el resto de mi lencería, un sostén que hacía resaltar mis tetas blancas con el encaje que adornaba mi sostén rojo, esa ropa me la había regalado Oscar, al que le gustaba verme vestida sexy y cachonda.

No olvido la cara de sorpresa que puso al verme así, dejé caer mi vestido, y me propuse a modelarle mi ropa interior, me volteé para que admirara mis nalgas, las acariciaba mientras las giraba, me senté en sus piernas y movía mis nalgas, como si fuera una profesional en el streap tease. Levanté un poco mis nalgas para verlo por entre mis piernas, y observé que su verga salía del short, me hinqué frente a él para aspirar su verga sobre la prenda, se levantó un poco para quitársela y liberar su hermoso palo, sus huevos orgullosos custodios de la verga perfecta, me parecieron como siempre antojables, lamí y chupé a gusto, me puse en cuatro mientras Iván suspiraba por el placer que recibía, yo movía mis nalgas, lo hago ya por instinto, pues apenas estoy excitada y meneo mi trasero;

--¡TE VES DELICIOSA ASÍ, ME GUSTA QUE MUEVAS ESAS NALGAS, COMO SI ALGUIEN ESTUVIERA DETRÁS DE TI!.—

--¡MMMM PAPI, QUE MÁS QUISIERA, PERO ME GUSTA MOVER MIS NALGAS AMOR, QUE BUENO QUE ESTUVIERA ALGUIEN DETRÁS DE MÍ!, ¿TE GUSTARÍA ESO?.—

--¡SI, ME ENCANTARÍA VERLO!, ¿QUIERES QUE LE LLAME A UN AMIGO?.—Preguntó mirándome a los ojos.

--MEJOR LUEGO, QUE HAYA TIEMPO.—

--NO TARDARA NI UN MINUTO, ¿LE LLAMO?.— Yo pensaba que bromeaba y cuando le dije que sí, me pidió que volteara, lo hice y detrás de mí, totalmente desnudo y con su verga parada, estaba Sandro, su mejor amigo. La verga de Sandro no era tan grande como la de Iván, hubiera sido demasiada suerte si así la tuviera, pero no, se puede decir que es de tamaño normal, morena y ligeramente curva. Yo me sentía otra, me parecía increíble que estuviera desnuda frente a dos jovencitos que había conocido de niños. Mi mente llena de ideas locas no me permitía controlar mi pasión y sin resistirme dejé que Sandro acariciara y besara mis nalgas mientras bajaba mi tanga a las rodillas, noté su inexperiencia pero dejé que me penetrara por la vagina mientras mamaba la verga de Iván, mientras lo hacía mantuve cerrados mis ojos pensando que era un sueño, que nada era real, así que no había de que preocuparme, pero el muchacho empezó a darme de nalgadas fuertes, al principio solo me quejaba un poco, pero sí me dolía, y como seguía con los golpes y me molesté, le dije que si seguía dándome de nalgadas fuertes me iba y los dejaba, entendió y se preocupó por besar y lamer mi trasero.

Por primera vez estaba disfrutando estar entre dos hombres, aunque fueran dos jóvenes casi sin experiencia, sobre todo por Sandro, ya que Iván iba más adelante que su amigo. Estaba tan concentrada en mis sensaciones y movía mis nalgas de gusto cuando de repente Sandro empezó a eyacular en mi raja, y es que para Sandro, era la primera vez que cogía a una mujer, me molesté un poco pero no me importó tanto, ahí estaba mi otro amante que me daría una buena cogida. Sandro se quitó y se sentó a un lado de Iván, yo me levanté y me quité la tanga de las piernas, me monté en mi amante que esperaba con gusto y ansias mi panocha, sin importarle que mi raja ya tuviera leche de otro, Sandro estaba de nueva cuenta excitado y se paró sobre el sillón, acercando su verga para que se la mamara, a mi mente venían imágenes de películas pornográficas, pensaba que estaba filmando una de esas. El deseo sexual que sentía me hizo perder lo poco que quedaba de mi recato y me sentí como me gusta ser, una puta ardiente y cogelona, no me importaba que fueran dos chicos del mismo barrio, que conocían a mi esposo, mis hijos y la familia de mi esposo, en esos momentos no podía pensar en consecuencias, de hecho no me importaban.

Cuando Sandro ya la tenía de nuevo dura, se sentó y le pidió a Iván que lo dejara coger, éste se detuvo y me quitó, entonces me monté en su amigo que embelesado mamaba mis senos y apretaba mis nalgas temblorosas, bajó los tirantes de mi sostén y liberó mis tetas, lo bajó a mi cintura, su verga aunque no era grande, me daba el suficiente placer para sentirme a gusto siendo cogida, Iván solo observaba mientras sostenía su verga parada, le indiqué que me cogiera por el culo;

--¡CÓGEME POR EL CULO PAPI, QUIERO SER COGIDA POR LOS DOS, QUIERO SABER QUE SE SIENTE SER UN EMPAREDADO!.— Iván se colocó detrás de mí, estiré mi mano para alcanzar mi bolso, saqué un lubricante, unté generosamente en mi ano que ya palpitaba de deseos, acerqué más a Iván para que me penetrara, fue la locura, estaba perdida en el trance sexual, por primera vez dos miembros entraban a mi cuerpo, moviéndonos al ritmo del éxtasis, no sentía nada más que el contacto de los penes en mi vagina y mi ano, y exploté, fue un largo orgasmo que me hizo perder el control deseando morder a mis amantes, y por lo mismo permití que Sandro lo hiciera, dejándome marcas en mis senos. Recobraba la calma cuando Iván se quitó y se acostó boca arriba en la alfombra, me desmonté del otro y me fui con Iván, me puse en cuclillas dándole la espalda, sus manos sostenían mis nalgas y me ayudaba a bajarlas y subirlas, empezaba a cansarme y me hinqué para mover hacia él mis nalgas, así es fácil que se venga, pero me detuvo y me volteó frente a él, apenas me colocaba su verga en mi raja cuando me pidió el culo, entonces lo complací, mis nalgas tragaban verga hambrientas y lujuriosas, Sandro esperaba la oportunidad de cogerme, le pedía a Iván que me dejara o me cogiera por la vagina para él cogerme, pero no le hacía caso, Sandro se masturbaba, yo pensé que no aguantaría y que se venía, le insistía a Iván pero éste quería seguir disfrutándome, Sandro se desesperó e hizo lo que nunca hubiera imaginado, se colocó detrás de mí e intentó meterla también por el culo, yo lo dejé pensando que nunca iba a poder, pero de repente; --¡AAAHHAHHH, AAAAYYYYYYY!.

—Un Dolor que parecía que me partía en dos apareció en el centro de mi culo, Sandro estaba metiendo su verga, quise quitarlo, le dije a Iván, pero éste en vez de quitarme a Sandro de encima, me tomó de los brazos dejándome inmóvil, Sandro logró meter toda su verga, mi dolor era lacerante, casi me desmayaba, de repente sin ponernos de acuerdo, los tres nos quedamos quietos, yo sabía que así podría relajar mi ano, ya con menos dolor, los dos muchachos metían y sacaban sus vergas, uno entraba y otro salía, y cuando los dos coincidían adentro, mi placer aumentaba, mi ano estaba totalmente abierto y relajado, ahora era yo la que pedía con vehemencia ser penetrada y que se movieran más rápido, así lo hicieron hasta que mi vista se nubló y mi panocha dejó escapar un orgasmo, de los más deliciosos y duraderos que he tenido, orgasmo que humedeció el vientre de Iván, que era el que estaba debajo de mí. Mientras mis dos hombres jadeaban y de igual manera eyacularon en mi recto, solo escuchaba el choque de sus vergas en mi culo, me dejé caer vencida mientras sus vergas iban bajando dentro de mí. Sandro la sacó primero, cuando Iván la sacó, sentí un gran vacío y salió de mis intestinos todo el aire que me empujaron, me dio un poco de pena y me tapé la cara, con un cojín de la sala, ellos como todo chico de su edad, se rieron de la situación.

Me quedé en la alfombra bien cogida y llena de leche juvenil, los miraba orgullosos de haberme hecho lo que hicieron, yo estaba agradecida, aunque si hubiera sabido que me iban a dar doble penetración, lo más seguro era que no aceptaría, Iván me levantó y me empinó en su cama, con mis nalgas hacia un espejo, quería enseñarme lo grande que había quedado mi culo, la imagen me sorprendió, pero me sentí orgullosa de haber probado dos vergas al mismo tiempo por mi ano.

Me acomodé el sostén, la tanga solo la guardé en mi bolso, junto con el lubricante, y mientras me ponía el vestido me dirigí a ellos;

--ESTO SOLO QUEDA ENTRE NOSOTROS TRES, SI EMPIEZAN A DECIR ALGO, LO SIENTO POR USTEDES, SE ACABARÍAN LAS MEJORES COGIDAS DE SU VIDA, ¿OK?.—Y respondieron como cuando una maestra pregunta a sus alumnos;

--SI MARLEN, ¿PERO CUANDO NOS VEMOS OTRA VEZ?— Estaba en la puerta con un pié afuera y les respondí;

--BUENO,COMO YA SON DOS, NO ME BUSQUEN, YO LO HARÉ, PERO TENGAN POR SEGURO SERÁ PRONTO, Y TU IVAN, YA NO TRAIGAS AMIGOS, CON USTEDES DOS ES SUFICIENTE, NO QUIERO PROBLEMAS, NI QUE ME CONOZCAN COMO LA PUTA DEL BARRIO. Cerré la puerta y con una enorme sonrisa me dirigí a la casa, y ser cogida por los dos al mismo tiempo, se hizo casi un vicio y un deleite, cuando yo no lo pedía, alguno de ellos lo hacía. Pero Sandro tuvo que irse de la ciudad, y por un buen tiempo no tuve sexo anal doble.

Yo no sabía de la doble penetración, si alguien me hubiera dicho que se podía hacer, pensaría que trata de tomarme el pelo, ahora ya las he visto en películas donde mujeres se atreven a meterse dos vergas enormes, y créanme, sobre todo las mujeres, es delicioso y todas deben experimentarlo, de hecho logré hacerlo con mis dos mejores amantes; OSCAR e IVAN, dueños de las vergas más ricas, y grandes, confieso que la primera vez fue doloroso pero no perdimos la esperanza de lograrlo, y sucedió. Pero esa será otra historia que les cuente pronto.