La puta de mi novio (05)

Durante unas vacaciones cometo una infidelidad que confieso, y mi novio me introduce en un mundo de perversión y fantasías.

Aviso: es recomendable la lectura previa del resto de capitulos.

Llegamos a casa rendidos. El mar castiga y los juegos que practicamos en el ni digamos. Pero tambien llegamos muy calientes. Al menos yo asi lo estaba., con una mezcla extraña de sueño y ganas de sexo provocadas por las caricias de Cesar al extenderme la crema. Imaginaba cómo podía estar mirándome la gente, y comencé a tener cierta sensación de deshinibición que hasta aquel entonces no me había aparecido. Me daba igual la gente, solo me empezaba a plantear el disfrutar con el sexo.

Cerraba los ojos y veía como aquel señor semidormido podría mirar mientras los dedos de mi novio acariciaban mis pezones, como mi lengua se entrelazaba con la suya... En el agua también se ocupó y preocupó por calentarme. Me abrazaba y podía sentir su pene golpear contra mi cuerpo. Acoplaba mi cuerpo de tal forma que toda su longitud se apoyaba sobre mi sexo que sentí las caricias con el vaivén de las olas. Movía la cadera sintiendo sus caricias bajo el agua, deseando que desaparecieran los bañadores del mismo modo que deseaba que desapareciera la gente. Cesar me contuvo cuando mis jadeos comenzaban a resonar susurrantes en su oido y se alejó nadando mientras mi deseo se quedaba cerca de la orilla.

No fue algo mecanico el llegar a casa y besarnos apasionadamente fundiéndonos en uno solo al cerrar la puerta. Pudo mas el cansancio. El acto mecanico al deseo fisico. Pase directamente a la ducha, donde el agua fría volvió a despertar a mi cuerpo cuando resbalaba sobre mi piel y se perdía entre mis piernas. Estuve un rato con la cabeza debajo de aquel chorro de agua que me llevó a ver imagenes de fantasía. Me llevo a ver el deseo en manos de personas que ni siquiera conocía. Aquello me perturbó y acelero de nuevo un calentamiento que llegaba a sorprenderme. Decidí esperar de nuevo, aunque el cuerpo me pedía cobrarse la excitación a la que había sido sometido. Me sequé y tumbé en la cama. Mientras escuchaba a Cesar cantar bajo el agua me quede dormida.

Me desperté sobresaltada un instante después. Muy acalorada. Sentí la boca de mi novio chocar contra mi frente. Se sentó en la cama apenas con la toalla cubriéndole la cintura. No habrían pasado ni diez minutos dormida, pero mi sueño me había erizado la piel y de nuevo abierto el deseo. Sin decir nada me avalancé sobre el nuedo de esa toalla que tapaba lo que más deseaba en ese momento. Acaricié su pene que emergió aun humedo del agua de la ducha. Apareció semierecto frente a mis dedos, aunque muy deprisa agradeció los movimientos de mi mano. Decidi bajar con mi boca mientras comencé a sentir las sensaciones del sueño: me vi en el coche sentada, quieta.

Mientras el respaldo de mi asiento se reclinaba lentamente. Cesar estaba sentado en el asiento del conductor, y su lengua recorría la parte baja de mi cuello dirigiéndose al canal de mis pechos. Seguía recostandome y pude ver una mano familiar tirar de la ruedecilla que acostaba el asiento. Aquellos dedos eran los de Juanma, que apareció inmediatamente en el asiento de atrás. Ahora sus manos desabrochaban mi bikini dejando via libre al acceso de la lengua de mi novio sobre mi piel. La mano de Cesar se perdía por dentro de mis braguitas y mis jadeos comenzaban a hacerse mas intensos mientras mis ojos se clavaban en los de Juanma y con mis manos buscaba su polla sin poder encontrarla. Volvi a la consciencia de mi lengua deborando el pene de Cesar porque ahí se habia acabado mi sueño.

Abracé con mis labios su pene. Bajaba y subía la piel que le recubría el glande con penetraciones poco profundas que lo hacían endurecerse a cada paso. Estaba recostada sobre la cama, con los antebrazos apoyados en el colchon y la cabeza ladeada ya que él se había puesto de rodillas. Su mano acariciaba mi pelo y mis mejillas un intante, y luego bajaba sobre mi pecho que apretaba y pellizcaba levemente sobre mis pezones aunque sin retirarme la toalla que todavía cubría mi cuerpo. Aquellas caricias me hacían penetrar un poquito más. Con mi lengua recorrí toda la extensión de su miembro, saboreándo cada centímetro. Recreándome en la parte inferior de su pene.

Lamiendo como si de un helado se tratara. Mientras alternaba con penetraciones en mi boca. Baje hacia sus testículos mientras sentía resbalar el resto de su pene por mi cara. Le acaricie las nalgas mientras volvía de nuevo con mi lengua hacia la punta. Empujando sobre ellas con mis manos de nuevo lo metí en el interior de mi boca. Estaba en una postura muy incómoda y antes de recostarme lo masturbé muy deprisa con mis labios. Lo sentía jadear y sentía todo su placer que se transportaba a mi sexo. Tenía muchas ganas de ser penetrada pero decidí recrearme con aquella mamada. Unas cuantas penetraciones más y abrazaba sólo ese glande del cual deseaba beber todo su nectar. Volví a recordar como se había ido hinchando entre mis labios, como se había ido endureciendo por mi saliva que la bañaba por completo. Como me había calentado en aquel imaginario coche. Me estaba empapando por dentro saboreando cada rincón de su pene.

Escuché la llave en la cerradura de la puerta lo que me hizo abrir los ojos y mirar hacia arriba. Cesar se giro tambien hacia la entrada. Su puerta de la habitación se había quedado abierta pero poco le importó. Cerró los ojos y apretó con sus manos guiándo mi cabeza hacia una nueva penetración. Sacando y metiendo su pene en mi boca. Me deje llevar mientras escuchaba la voz de Juanma preguntar si habia alguien en casa. Cuando volví a abrir los ojos pude ver su silueta frente a la puerta. De nuevo mire a Cesar que le estaba mirando sonriendo, mientras con sus manos de nuevo obligaba a mi boca a tragarse su polla. Lentamente fui introduciéndomela hasta tocar con mi nariz sobre su vientre. De nuevo clavé mis ojos en Juanma. Un escalofrío indescriptible inundó todo mi cuerpo. Mi lengua acompañó la salida del miembro de mi novio, que volví a devorar varias veces repitiendo una salida lenta.

Me detuve un instante y con las manos me deshice del nudo de la toalla que tapaba mi cuerpo. Quedé desnuda mientras ahora si Cesar acariciaba la piel de mis pecho. Abri las piernas mostrándole mi sexo chorreante a Juanma que no se movió de la puerta, aunque su mano comenzó a marcar su miembro sobre sus pantalones. Se quitó la camiseta. Vi su torso desnudo y me sorprendió la forma de sus músculos, su piel blanquecina, su pecho bien marcado, sus brazos,...Ardía de deseo cuando sentí la mano de Cesar recorrer toda mi entrepierna, empapando sus dedos con mi flujo. Aquello me hizo mas que gemir casi gritar del placer que sentí por ser lo que mas deseaba. Me recosté un intante sobre la cama para sentir aquellas superficiales caricias. No me hubiera importado abandonarme al orgasmo pero mis ojos se detuvieron en la polla de mi novio que se mostraba desafiante a escasos centímetros. La agarré con mi mano y comencé a masturbarle con mucha fuerza.

El tensó todo su cuerpo y dejó de acariciarme lo que me permitió incorporarme. La fuerza del movimiento de mi mano, hizo que mi novio se sentara sobre el colchón. Estaba a punto de correrse. Me puse de rodillas mostrándole mi culo a Juanma, aunque ahora me habia dejado de preocupar por un intante. Acogí de nuevo la polla de Cesar con mi boca, mientras con mi mano seguía los movimientos feroces y veloces. El primer chorro de esperma se estrello contra mis labios. El segundo se perdió entre los dedos de mis manos que recorrían en ese intante la punta. Empujó suavemente mi cabeza y accedía a recibir con mi lengua aquel tercer chorro que salió con menos fuerza. Cerré la boca sobre su glande y termine de recibir su descarga mientras por la comisura de mis labios sentía escurrir el semen hacia mis manos. Mi mano estaba empapada y pegajosa, y mi lengua la limpiaba empapandome de su sabor. Seguí lamiendole, hasta que Cesar me pidió que parara cuando su polla comenzaba a perder toda su esplendor. En un instante ya no era nada entre mis dedos.

Me senté en la cama mientras me limpiaba el semen con la toalla. Me volvía a fijar en Juanma mientras Cesar se dirigía a él. Lo saludó y le dijo: "ahi la tienes, ahora me recupero yo y te acompaño con esta zorra".

-continuara-

Nota de autora: Bueno, muchas gracias por los comentarios hasta el momento que estoy recibiendo. Pensaba que no sería capaz de escribir una historia. No se si por ser una serie son relatos relativamente cortos, pero tampoco quiero que se hagan muy extensos y si quiero que sean rapidos de leer. Nada solo deciros que gracias y que acepto criticas tambien (siempre las suelo tomar como consejos por lo tanto me haran escribir un poquitin mejor...eso si, siempre las respetuosas!)...un beso para todos :)