La puta de mi novio (03)

Durante unas vacaciones cometo una infidelidad que confieso, y mi novio me introduce en un mundo de perversión y fantasías.

Aviso: recomendable la lectura de los dos primeros capítulos.

Sentí su lengua intentar penetrar en mi boca. La mía todavía sabía a plátano y fresa aunque pronto mi sabor en sus labios sustituyó al de las frutas. La música cesó y me subió la venda. La claridad volvió a cegarme un instante. Él todavía permanecía vestido, y a través de la tela de su ropa rozaba su bulto contra mi piel. Tenía una gran erección. Me preguntó si quería continuar, le contesté que lo deseaba, aunque me encontraba muy cansada pese a que en aquella posición todavía no había tenido que trabajar nada. Se desnudó frente a mí. Su polla emergió enorme y brillante debido al flujo que emanaba de su punta. Se levantó y fue al armario. Me sorprendía al verle venir con tres grandes fotografías. Colocó una especie de atril encima de mi pecho: sobre él y tapándome la visión de mi cuerpo colocó una enorme fotografía. Era una mujer que acababa de ser follada por dos hombres y que habían llenado con su semen su cuerpo. Me llamó la atención la escena. Puso la misma foto a los lados de mi cabeza de manera que salvo mirar al techo lo demás que veía era aquella foto. Era muy diferente de una película. Era una imagen permanente. Una imagen congelada que hacía volar la fantasía. Sentí el peso de Cesar caer sobre mí mientras volvía a sonar la música a través de los auriculares. Sentí su boca lamer mis pezones mientras su polla rozaba mi clítoris e iba penetrando en mí, haciéndome recuperar el grado de excitación. Volví a oír su voz:

"Hola zorra... voy a follarte mientras te cuento la historia de esta chica. Esta chica eres tú Silvia"

Mis ojos se clavaron en los ojos cerrados de la chica, y recorrí todos y cada uno de los rincones que aparecían...

"Estás en el colegio del pueblo. Es la fiesta y te han invitado a ir. Vas con tu hermana, su marido y tus vecinos con las niñas que no se lo han querido perder. De momento hay poca gente pero el ambiente es muy agradable. Las chiquillas corretean y juegan por la pista de baile donde sólo hay algún corrillo de gente charlando. Vosotros bebéis y apenas os movéis del rincón en la barra. Bailáis levemente al son de la música. Hace mucho calor. Llevas un vestido de una pieza de tirantes en la parte superior y una falda muy corta. El escote deja ver parte de tu pecho y comienzan a resbalar sobre tu piel las primeras gotas de sudor. Mientras bailas no miras a nadie en especial, aunque tu movimiento si ha despertado varias miradas hacia ti. Debido al calor el alcohol entra con relativa facilidad. Tu hermana Sandra y tu vecina están distraídas con las niñas que ya se han cansado y están aburridas. Tú haces lo posible por entretenerlas pero su madre decide llevarlas a casa. Vuelven enseguida por lo que no les cuesta mucho convercerte a ti y a los dos hombres de que las esperéis. Sandra irá con ella y sólo tardarán el tiempo que les cueste dormir a las niñas. Al principio se te hace raro estar allí, te cuesta sacar un tema de conversación pero poco a poco la música te envuelve de nuevo. José, tu vecino comienza a bailar muy pegado a ti. Os hace gracia debido al alcohol. De nuevo comienzas a sudar mientras vuestros cuerpos se mueven juntos. Él te susurra que quiere ir al aseo pero no sabe dónde es. Intentas explicárselo pero desistes y decides que lo mejor es acompañarlo.

Los baños son los vestuarios y están bastante estropeados. Cuando José entra lo hace para asegurarse que no hay nadie y de inmediato vuelve a salir arrastrándote hacia el interior. Te coge por sorpresa pero ya deseas aquella situación aceptando con ansia el beso que te da. Mientras sus manos soban tu cuerpo por encima de un vestido que se encoge por momentos. Separáis vuestras lenguas y mirándote a los ojos te desliza las tiras del vestido por los hombros. La tela se desliza suavemente acariciando tu cuerpo. Un escalofrío te recorre mientras vuelve a ofrecerte su lengua y sus manos aprietan tu pecho. Tus manos abarcan su polla por encima del pantalón y la recorres rápidamente sintiendo su grosor y como va endureciéndose lentamente. Él se desabrocha el pantalón y por fin sientes la carne caliente palpitar entre tus dedos. Lo masturbas. Te pones de cuclillas frente a ella y acercas tu boca..."

Cesar continuaba penetrándome. Siempre controlando su propio placer. Acelerando y disminuyendo el ritmo. A veces sentía penetrar muy profundo y lento o movimientos muy rápidos y feroces. El relato se desarrollaba a un ritmo constante lo que hizo que rápidamente mis sensaciones se fueran a aquel baño del vestuario aun sintiendo que el peso de Cesar sobre mi y todas sus embestidas.

"Inmediatamente sientes unas manos recorrer de nuevo tu cuerpo mientras sientes las de José en tu cabeza. Las manos te abren las nalgas y te apartan la braguita mientras unos dedos se van introduciendo en tu sexo. Con el trozo de carne penetrando en tu boca observas de reojo que es Rafa, tu cuñado ha entrado en el baño. José te mira mientras se quita la camisa. Observa como su polla sale de tu boca bañada en tu saliva. Observa como al salir emites un gemido que se corta porque él te vuelve a introducir la punta. Entra y sale ahogando tus jadeos durante unos instantes. Él acompaña su movimiento tirando de tu cabeza. Los dedos de Rafa te llenan pero cesa de penetrarte y te levanta cogiéndote por las axilas. Ves como tu vecino se tumba sobre un banco que hay y te ofrece su verga que apunta hacia el techo. Ves su longitud y su grosor y deseas tenerla en tu interior. Rafa te conduce hacia él. Tú te quitas las bragas antes de dejar el banco entre tus piernas. Tu sexo queda a escasos centímetros de tu deseo. Bajas lentamente. La sientes entrar mientras flexionas más tus piernas. Sientes como te rompe por dentro, y tu interior la acoge abrazando cada centímetro. Te vuelves a incorporar un poco mientras la sientes salir. Ves como Rafa se ha desnudado y se coloca a tu lado ofreciéndote su polla que acaricias con la mano. Te dejas caer de nuevo sobre José e intentas lamer la polla de tu cuñado que parece tener el mismo tamaño.

Te recuestas sobre José y Rafa se pone detrás de ti acariciando tu ano con su polla..."

Dejé de sentir a Cesar encima de mí, aunque sentía que algo presionaba sobre mi ano. Le costó entrar. Deduje que serían sus dedos aunque sólo podía fijarme en las pollas de los dos hombres de la fotografía. Poco a poco sentí menor presión, y los dedos se movían con mayor facilidad. Al mismo tiempo me acariciaba el clítoris con fuerza. Estaba a punto de correrme por tercera vez aquella noche. Cesar se dio cuenta y volvió a tumbarse sobre mí penetrándome con mucha fuerza. Mi cuerpo comenzó a convulsionarse por el orgasmo. Un orgasmo que me estaba provocando el estar viviendo aquella grabación. Centré mis ojos en la mirada cerrada de la mujer...

"...ahora tú estas tumbada en el banco mientras Rafa te penetra y chupas con fiereza la polla de José. Está apunto de llenarte la boca con su semen. Lo notas porque comienza a endurecerse mucho más y se estremece cuando te penetra. Rafa te lame el tobillo mientras aumenta las embestidas. Sientes tu pecho moverse frenéticamente. El primer chorro inunda tu vagina. Es Rafa quien primero se corre y te baña el vientre, masturbas a José a mucha velocidad y sientes su semen golpear sobre tu lengua..."

Abrí los ojos y tenía la polla de Cesar frente a mi boca. La acogí con mis labios y comenzó a penetrarme como si se tratara de mi vagina. Se corre en mis labios mientras retira el atril y sacude más chorros sobre mi pecho, recreando la misma acción que sucedía con José en el relato. Mi lengua terminó por limpiar el semen que apenas salía, mientras él me desataba las manos. Cayó exhausto a mi lado. En algún momento me había desatado los pies y me giré para caer apoyada en su pecho. Me quede dormida deseando que el relato se convirtiera en realidad. Sintiendo como comenzaba de nuevo a excitarme, aunque el sueño terminaba de vencerme.

  • continuará-