La puta de mi hermana

Mi hermana me dio una sorpresa después de unos tragos y varios juegos de mesa.

La puta de mi hermana

La historia que les relato sucedió al final de las vacaciones de verano.

Mi hermana menor vino a visitarme, ya que ella vive en la capital del país, mientras que yo radico en uno de los estados más tranquilos de la República Mexicana.

Comenzare por describir a Marisela, que así se llama. Ella es alta, ha de medir 1.77 aproximadamente; tiene unas tetas medianas, pero unas caderas y unas nalgas que provocan que todo el que la ve tenga que voltear para apreciar de nuevo esa carne.

Siempre ha sido de buen tomar, y aquella noche no fue la excepción. Cuando llegué el trabajo, ella ya me esperaba junto con unos amigos y amigas a los que había invitado desde hacía varios días.

Con ellos jugamos a las cartas y algunos otros juegos de mesa, pero conforme pasaba el tiempo e íbamos perdiendo, teníamos que tomar más, según fuera el caso o la imposición del que castigaba.

A las 2 de la mañana los amigos s retiraron y nosotros nos dispusimos a dormir. Siempre ha sido normal que nos veamos en ropa interior entre hermanos, pero aquella noche no fue igual a las demás.

El alcohol había provocado ciertas reacciones en los 2. Yo siempre le he tenido ganas a mi hermana, pero nunca me he atrevido a decir o hacer nada por miedo a que pudiera pensar mal y se alejara de mí. Pero aquella vez las cosas no fueron así.

Lavándonos los dientes ella pasó cerca de mí y rozó sin querer mi verga, la cual por el estado y la poca ropa que llevábamos comenzó a reaccionar. Ella se dio cuenta, pero no dijo nada y se hizo la disimulada.

Cuando terminamos me preguntó si quería ver una película y le dije que sí. Parecía que era de ciencia ficción, pero era más porno que nada. Mi hermanita de 25 años me estaba dando una agradable sorpresa.

Fue entonces que voltee para mirarla, pero mi sorpresa fue más grande al notar que se masturbaba por encima de la ropa.

Eres una caliente. Le dije

Ay hermanito, no sabes como se había antojado durante todo el día, sobre todo cuando vi que se te paró en el baño.

Eso provocó que me sonrojara, pero le seguí el juego, no sabía hasta donde podía llegar y en caso de hacerlo bien tendría una recompensa que había buscado desde hace tiempo.

Si tanto se te antojó porque no me dijiste, a lo mejor te habría ayudado.

Me ayudas??, preguntó al tiempo que abría sus piernas y se quitaba el pantalón mostrándome una preciosa tanga transparente de color rosa.

Yo no lo dude y me di a la tarea de quitarle la blusa para observar el perfecto conjunto interior que llevaba. Eso hizo que me pusiera duro como una piedra, cosa que ella notó de inmediato.

Hay hermanito, pero si no pierdes el tiempo.

Es que siempre he querido hacerlo.

Yo también y ahora no hay nada ni nadie que nos detenga.

Dejé de hablar y comencé a sobarle todo el cuerpo. Tenía las tetas muy firmes y sus pezones ya estaban duros. Pasé un dedo por debajo y la humedad ya estaba presente, por lo que comencé a quitarle la ropa interior.

Ella me ayudó y en un dos por tres ya estaba desnuda y lista para mí. Decidí comenzar por comerle esa panochita tan rica que tiene. MMMMMMhhhhhh!!!!!! Que ricura, le decía cada que retiraba mi lengua.

Mari se pasaba las manos por el cabello y gemía como puta en celo.

Que rico, dame más. Cómeme toda.

Claro que sí, ahora no te dejo por nada.

En ese momento me propuso hacer un 69, cosa que acepté de inmediato. Sus labios comenzaron a recorrer mi verga. Primero le dio un chupetón y después con su lengua hizo que se pusiera más dura que nunca.

Es una experta mamadora. Ya me había contado como dejaba a sus novios, pero ahora lo estaba comprobando. Como mi palo no es muy grande que digamos, se lo metió todo en la boca y lo exprimía exigiendo su leche.

Yo estaba al borde, así que empecé a trabajar en especial con su clítoris y me atrevía meter un dedo en su culito cuando me dijo:

  • Ese te lo he reservado a ti.

Eso me puso al mil e hizo que me viniera en su boca aventándole una cantidad insospechable de leche, mientras ellas se derramaba en mi boca. Que mamada tan rica.

Terminamos agotados, pero por alguna razón yo no perdí la erección, al contrario, se me volvió a poner dura tan prontó me acercó su mano, cosa que aproveché para insinuarle que necesitaba sentirme dentro de ella.

Como no es ninguna niña, supo lo que seguía y se montó en mi.

Ahora si vas a ser mi putita hermana, le dije.

Siempre lo he sido, acaso crees que me masturbaba por gusto, lo hacía pensando siempre en ti.

Ella comenzó a cabalgarme y lo hacía como una experta.

Cógeme hermanito, métemela más adentro, quiero ser tuya toda la noche, hazme sentir que soy una piruja.

Te voy a hacer sentir mujer perra. Ahora muévete, enséñame que te gusta.

Mmmhh. Más, más, era lo único que alcanzaba a decir con mi verga dentro.

Como ya estaba muy caliente la puse a 4 patas y comence un mete saca que hizo me olvidara del tiempo.

Por favor, métemela por atrás, quiero saber que se siente, suplicó.

Yo no podía decir que no, era la primera vez que una mujer me exigía que me la cogiera por el culo, así que la preparé.

Primero le ensalivé su colita que por cierto estaba riquísima y después hundí mi verga en su panocha.

En la primera embestida sólo pude meterle el glande, cosa que provocó su primer grito.

Ahh!!, wey me duele.

Y espérate a que te la meta toda.

Todavía no entra.

Apenas va la cabecita, pero aquí te va más. Y empujé metiéndole la mitad.

Aahhh!!! Siento que me rompes por la mitad.

Eso me calienta, así que toma. Y se la metí toda de una sólo empellón.

Wey no mames. Ahhh!! Que rico. Muévete, pero despacito por favor.

Asi hermanita.

Así, sigue, dime que soy una puta.

Eres la puta más buena que existe, me encanta tu culo

Es tuyo mi amor, métemelo cuando quieras, cada vez que venga a visitarte voy a traer cosas más provocativas para que se te antoje cogerme.

Así seguimos como por 15 minutos hasta que la presión de su cola y la fricción hicieron que me derramara en su culito, dejando un río blanco que le salía por detrás.

Nos quedamos dormidos por un rato, pero a la hora volvió a pegarse a mi verga como niña en caramelo y lo hicimos como 4 veces más en distintas posiciones, siempre terminando con una cogida en su cola.

A partir de ese día mi hermana me visita cada fin de semana y ahora tengo videos y grabaciones de sus quejidos, los cuales aprovecho para masturbarme cuando estoy tan caliente como ahora.