La puta de mi cuñada
Un día encuenro a mi esposo cogiendo con su hermana... así que decido que debo vengarme y lo hago con su familia.
Hola mi nombre es Brenda y les quiero relatar la experiencia que tuve con la familia de mi esposo hace un par de meses cuando por desafortunadas situaciones tuvimos que ir a vivir a la casa de su hermana Ángeles. Yo me case a los diecinueve después de tener una vida sexual muy intensa, tengo un hermano que se llama Fabián, es tres años mayor que yo, y durante algún tiempo compartimos experiencias cachondas aunque nunca llegó a penetrarme. A él le encanta todo lo que tenga que ver con sexo.
Bueno en la casa del cuñado de mi hermano vivían cuando llegamos a ella, La hermana de mi esposo de 30 años de edad, su esposo, más o menos de la misma edad, su hijo de 14 años y su hija Jazmín de diez años. Yo que en ese entonces, tenía veintiún años de edad, entable una gran amistad con Ángeles. Me sentía muy cercana a ella y la quería como si fuera una hermana de verdad. Yo cuando me casé, como ya dije, renuncie a una vida de sexo muy prolífica y deliciosa, pero lo hice por amor a mí marido y todo fue así por unos tres años.
Bueno pues dejen describir a todos para que podamos pasar de lleno a lo que es el relato. Mi cuñada es una morena increíble, que para sus treinta años tiene un cuerpo sensacional, es delgada, pero no flaca tiene unos enormes senos, cabello negro, lacio. Sus ojos son miel, sus labios son gruesos y mide como 1.65m. Mi marido es moreno también, mide 1.76metros, tiene ojos negro, el cabello es negro como el de su hermana, pero un poco ondulado, es atlético y su pene que fue una de las cosas que más me encanto de él mide 19cm. Mi concuño es rubio y de ojos claros, entre miel y verdes. Es muy alto mide 1.81m, es delgado pero no flaco, no es muy fornido pero mantiene su cuerpo marcado por mucho ejercicio, no gimnasio. Su hijo Rodrigo, es de cabello negro, piel blanca y ojos miel, es guapo y medía en ese entonces 1.67m. Jazmín la hermosa niña de 10 años, es rubia como su padre y con los mismo hermosos ojos, pero ella es de cabello lacio, su cuerpo es gracioso y ágil, y su trasero es grande y parado, a pesar de su 10 años. Sus labios son muy rodos y delgados, su nariz pequeña y respigada. Sus senos eran pequeños, pero prometían exuberancia en su adolescencia.
Bueno, todo comenzó un día en que fui al supermercado, creo que empezó antes, pero hasta ese día yo me di cuenta. Fui al súper y al llegar me encontré con que se me olvido la cartera, así que regresé a la casa de mi cuñada. Mi concuño viajaba mucho y casi nuca estaba, y los niños en la escuela. Regresé de lo más preocupada, pues creía que el dinero se me había perdido y como mi marido no tenía trabajo fijo nuestra situación no era buena, por algo vivíamos con mis cuñados.
Al legar a casa y entrar lo primero que escucho son los gemidos de placer de una mujer y me confundía mucho, pues sólo debía de estar en casa mi cuñada, pensé que se estaba dando placer ella sola, debido a la gran ausencia de su esposo. Mi marido había ido a buscar empleo, entre a mi recamara y encontré el dinero, suspiré de alivio. Me salí sin hacer ruido, pero cuando estaba en las escaleras empecé a escuchar gemidos de placer de un hombre. El auto de mi concuño no estaba, así que no resistí la tentación de ir a ver con quien lo hacía mi cuñada. Cual fue mi sorpresa al asomarme a la recamara, que veo a mi cuñada tendida boca arriba en la cama, con la piernas dobladas casi detrás de las orejas y a mi esposo montándola como si fueran un par de caballos cogiendo, claro que yo lo sabía muy bien pues a mí me ponía en esas posición todas las noche, casi sabía que seguía, la pondría de perrito, como la perra que era, y la seguiría montando, le daría nalgadas duras y luego le apretaría las tetas hasta que sintiera dolor y placer.
Salí sin rumbo fijo, no sabía como sentirme o lo que debería sentir. Yo había dejado mi vida de sexo y libertinaje por mi marido, había tenido algunos encuentros con mi hermano, pero pasó de masturbarlo y una vez le di sexo oral sin que terminara en mi boca. Yo amaba a mí esposo y quería muchísimo a mi cuñada, ahora me sentía traicionada por una par de incestuosos. Fui al súper y regresé, mi dedición había sido fingir, pero sabía que algún día me vengaría de ese par de traidores. Esa tarde empecé a planear mi venganza.
No pasó mucho tiempo para que empezaran a ser un poco más descarados, incluso se daban sexo oral cuando yo me bañaba, y aun con los niños en casa. L a recompensa llegó un día que fingí ir al parque correr, Rodrigo ya se había ido con sus amigos y Jazmín dormía aun. Yo sólo Salí unos diez minutos y luego regresé a espiar. Estaban haciéndolo en la sala y yo me escondía tras las escaleras para poder verlos bien. De pronto sentí que alguien me tocaba, era Jazmín. Se quedó viendo el enorme espectáculo muy callada y sin decir nada. Tenía la mano sobre mi hombro y la boquita completamente abierta. Solo iba vestida con unas braguitas de tela blancas con estampados de abejas y estrellas, y tenía una camisetita que le hacía juego. La deje que viera todo lo que quería, puso especial atención cuando su mamá se metió toda la enorme verga de su tío en la boca, contemplo con atención como la lamía y como chupaba sus testículos. Luego Ángeles fue penetrada por el ano y ambos daban enormes gritos de placer. Mi esposo le dijo a su zorra "cállate o despertaras a la niña". Casi no me pude aguantar la risa. Cuando juzgué que la lección fue suficiente tomé a Jazmín de la mano y las dos subimos las escaleras, fuimos a su cuarto y la senté en la cama. Se quedó mirándome sin saber que decir.
¿Qué piensas?
¿Por qué estaban haciendo eso?
Hay mujeres que no pueden dejar de hacerlo. Les gusta tanto el pene que no resisten al verlo.
¿Era el ese que le colgaba?
Si, es el pene, o verga.
Pero no debería hacerlo con mi papá nadamás.
Sí. Pero tu mamá a de ser una zorra.
¿Qué es eso?
Es una mujer que le gusta coger con todos, como una puta.
¿Tú eres puta?
Sí.
¿Es malo?
No es muy rico.
¿No te molesta que haga esas cosas con tu esposo?
Al principio ahora ya me acostumbre.
¿Por qué se metió esa cosa en la boca?
La verga.
¿Por qué se metió la verga en la boca?
Porque alas putas les gusta mamar la verga, que era lo que tu mamá hacía.
¿A ti te gusta?
Me encanta. Pero me gustan más las vaginas.
¿Cuales?
Es el triángulo que tenemos las mujeres aquí.- Le pasé la mano por la braga suavemente.- La rajita.- Yo ya sabía como sería mi venganza.
¿Por qué?
Porque sabe muy rico, me encanta. Y también me gusta tocármelo con los dedos.
¿Par qué?
Para sentir rico.
¿Cómo?
Me levanté y me baje los pants que eran muy pegados, me quité la blusa y quedé sólo en ropa interior igual que ella. Me senté en la cama y empecé a acariciar mi triángulo sobre la tanga. Mis rubios bellos salían por las orillas y muy pronto comencé a sentirme húmeda.
¿Qué pasa?
Nada, es que siento muy rico.- Me levante y me quité la tanga y el brasiere.
Estás desnuda.- Se rió.
¿Te gusta?
Sí.- Volvió a reír.
Me senté de nuevo y me empecé a dedear como la profesional que soy. Ella no me quitaba la vista de encima, tenía su boquita abierta y sus bellos ojos me miraban con una mezcla de curiosidad y excitación. Seguía oyendo los gemidos desde abajo, así que decidí.
Acuéstate.
Lo hizo y comencé a acariciar su cabello, luego bese su cuello y empecé a frotarle el pecho como si le hiciera masaje. Le bese los hombros y le di un suave beso en los labios. Yo chorreaba mis jugos sobre su cama. Puse mi mano sobre sus bragas y comencé sobar su vagina haciendo círculos y poniendo un poco de presión.
Se siente chistoso.- Dijo inocentemente.
Que bueno que te gusta.
La desnude y empecé a sobar la entrada de su pequeña vagina con mi dedo índice. Pronto empecé a sentir una tímida humedad. Su piel era muy blanca y sus labios se apreciaban perfectos, pues aún no tenía bellos que la adornaran. Abrí un poco sus labios y deslice mi lengua con firmeza a través de ellos, empezó a jadear y a respirar precipitadamente. Me encantaba esa inocente pequeña de diez años y su disposición hacía todo lo que le hacía. Seguí lamiendo, le metí un poco el dedo en la vagina, le lamí las piernas, le chupe sus tetitas y le probé todo el cuerpo. La puse boca abajo y le abrí las nalgas, cuando empecé a lamer su ano ella empezó a gemir como no lo había hecho, la dejé toda llena de saliva, la senté en la cama y le sonreí.
¿Te gustó?
Sí.
¿Quieres probar la mía?- Hizo gesto con la cabeza de que si quería.
Abría las piernas y ella se arrodilló en la alfombra, y de inmediato empezó a lamer mi vagina. Yo le decía como, pero ella ya no quería despegarse de ella, esa niñita y su legua áspera me estaban dando un gozo extremo. Levante una pierna y con los dedos abrí mis labios para que su lengua entrara más.
- Méteme tus deditos.- Le enseñe como hacerlo y en menos de cinco minutos ya tenía toda su mano dentro y su lengua seguí aplastando mi clítoris. Con una mano comencé a estimular mi ano y pronto llegó un gozo extremo. Nos besamos y prometimos que todo quedaría en secreto.