La puta de mi cuñada (2)

Cuando mi cuñada nos dejaba solas su hijta y yo la pasabamos en grande y más cuando se nos unio mi hermano.

Hola soy Brenda, espero que me recuerden pues esta es la segunda parte de mi relato. Como todos saben mi venganza hacia mi cuñada estaba comenzando, después de lo que Jazmín yo hicimos en su recamara, ya podía sentirme más desahogada sabiendo que pronto concluiría mi venganza.

Sólo les diré que varias noche yo abandonaba la recamara para irme con Jazmín y teníamos largas y deliciosas sesiones de sexo, esa pequeña de 10 años me daba más placer que cualquier hombre que yo hubiera conocido. Me encantaba en especial lo áspero de su lengüita que me hacia vibrar y correrme en su boquita, bañándola así con mis jugos. Otras veces entre las dos espiábamos a su mamá y a mi esposo (Que son hermanos, para los que no lo sepan) mientras tenían sus encontrones sexuales. Conforme nuestras relaciones sexuales fueron aumentando di el siguiente paso pata seguir con mi venganza.

Mi concuño llegó de viaje y estuvo casi tres semanas en casa, lo cual para él debe de ser una eternidad. Cuando se fue, mi marido ya tenía empleo según él, así que en la mañana yo me quedaba sola en casa. Una tarde llame a mi hermano y le dije que lo necesitaba ver en la mañana que pasar a la casa temprano, luego fui al cuarto de Jazmín y le dije que a la mañana siguiente se fingiera enferma pues le tenía una tremenda sorpresa.

Creo que Jazmín se siente algo mal.- Dijo mi cuñada al día siguiente.

Vamos a verla.- Le respondí. Entramos al cuarto de Jazmín y según yo le tomé la temperatura.- Creo que tiene fiebre. ¿por qué no la dejas? Yo la cuido, así no tienes de que preocuparte.

Gracias.- Dijo la PUTA de mi cuñada.

Por fin nos quedamos las dos solas. De inmediato nos empezamos a besar. La bañe, le puse una ropa interior muy tierna y a la vez excitante, le arregle el cabello rubio en unas lindas colitas y le puse un vestido rosa que ya le quedaba algo chico, así que casi se le podían ver las bragas sin ningún esfuerzo.

¿Qué vamos a hacer?- Me preguntó Jazmín con su acostumbrada inocencia e ingenuidad que yo adoraba.

¿Recuerdas lo que hablamos la otra vez?

¿Qué?

Cuando tu mamá estaba cogiendo con Carlos.- Mi esposo.

De la verga.

Sí, que dijiste que te gustaría ver una y tocarla.

Sí.

Pues hoy vendrá alguien que te dejara ver su verga.

¿La podré tocar?

Claro Linda. Vas a ser igual de puta que tu madre.- Le sonreí.- Pero recuerda que todo esto es el más profundo de los secretos.

Lo sé.- Dijo asintiendo con la cabeza.

Tuvimos que esperar una hora a que el cabrón de mi hermano llegara, seguro que si hubiera sabido lo que yo tenía entre manos habría llegado una hora antes. Por fin llego y lo recibí con un beso en la mejilla, lo hice pasar a la casa y lo senté en la sala. De inmediato me empecé a sentir cachonda de sólo recordar su verga y saber que ahora me la podría meter toda sin inhibición alguna.

¿Qué pasó Brenda?

Nada, sólo quería verte. Te he extrañado mucho.

Yo también.

Y dime, sigues siendo el mismo pervertido de siempre, o ya no ves tanto porno.

¿Me hablaste para preguntarme eso?

No, pero estoy haciendo charla.

Eso nunca me va a dejar de gustar.

¿Te acuerdas de lo que hacíamos?

No podría olvidarlo jamás.

Me recliné un poco en el sofá y solté el cinturón de mi bata. De inmediato mis piernas quedaron desnudas hasta la mitad de los muslos, y mi brasiere quedó a plena vista.

  • No sé.- Le dije.- Creo que he añorado los viejos tiempos.- Me levante, deje caer mi bata al suelo y me fui a sentar junto a él.- Te dije que te he extrañado.

  • Pero dijiste que no querías nunca más.-

  • Pero ahora quiero. ¿Vas a desperdiciarme?- Me gire y me senté sobre el con sus pierna entre las mías y nuestras caras casi rozándonos.

-No claro que no.- Me dio un apasionado beso en los labios y de inmediato empezó a sobarme las nalgas.

Espera.

¿Qué pasa?

Antes necesito preguntarte algo.

¿Qué?- sin dejar me manosearme y pasando sus manos por todo mi cuerpo.

Eres realmente el mismo pervertido de siempre, o ya no.

Lo soy.

Te tengo otro regalo.

¿Qué es?

Ven.

Subimos las escaleras y entramos e mi recama. Lo senté en la cama y nos besamos por unos minutos, ya no podía detenerlo pues ya tenía su mano metida en mis bragas y yo ardía de deseo y excitación, y me encontraba totalmente húmeda.

Espera un segundo.- Me levante y Salí de la recamara.- Jazmín ven.

No puedo describir su cara cuando me vio entrar a la recamara con la tierna niña de diez años tomada de mi mano, sólo puedo decir que la comió con la vista, la desnudo y se la cogio con los ojos.

Ella es Jazmín, mi sobrina.-

El es Fabián, mi hermano.- Le sonreí a la niña.- Jazmín te quiere decir algo.

¿Puedo ver tu verga?- Preguntó Jazmín tiernamente.

¿Es verdad?- Preguntó mi hermano sorprendido.

Claro.- Le respondí.

¿La vas a tocar?- Preguntó el Jazmín.

Sí.

Claro que puedes.

Lo detuve al ver que el pensaba desvestirse y le dije que nosotras lo haríamos. Yo le empecé a quitar el suéter y Jazmín a desabrocharle el pantalón y a bajárselo Lo sentamos en la cama, le sacamos los zapatos y le sacamos el pantalón también. Pronto quedó sólo en calzones.

¿Estás lista para ver una verga amor?

Sí..

Le bajé el calzón y su enorme verga broto, totalmente erecta y ya algo húmeda de lo excitado que él estaba. Se recostó en la cama y Jazmín y yo nos subimos para hacer lo nuestro.

Mira, esta es una verga como las que le gusta chupar a la puta de tu madre. A ti también te va a gustar.

Le va a encantar.- Dijo Fabián.

Nos acercamos a la vergota de mi hermano que en esos momentos mediría unos 20cm, la vimos como hipnotizadas unos segundo y luego nos besamos, creo que eso lo excito, pues empezó a salir líquido preeyaculatorio de su glande. Le dije a Jazmín que lo tocara, puso su pequeña manecita lentamente sobre el falo y lo empezó a recorrer lentamente, pronto bajo su manita hasta los huevos y empezó a tentarlos con curiosidad.

¿Te gusta?

Sí.- sonrió.

Muévela como lo hace tu mamá.

Empezó a masturbarlo lenta y tontamente, se recostó para estar más cómoda y empezó a hacerlo un poco mejor. Fabián estaba loco de la excitación. Yo tomé el falo sobre la manita de Jazmín y empecé a enseñarle como moverlo. Fabián empezó a pasar sus manos por las piernas de ambas y todos empezamos a gozar. No resistí más y le dije a Jazmín que probara el líquido que se escurría por el glande de Fabián. Se acercó y puso su boquita cerca del glande, y con su pequeña lengua de 10 años recorrió esa punta roja y dilatada. Luego metió la lengua de nuevo en su boca para degustar los jugos.

Me gusta.

Chula.- Dijo Fabián jadeando.

Yo me la metí en la boca para saborearla y mostrarle como hacerlo, empecé a mamar como una zorra, como la puta que soy. Por fin conseguí fuerzas para sacar la verga de mi hermano de mi boca y le di paso a mi pequeña aprendiz para que me supliera. Con una inocencia de lo más provocativa Jazmín tomó el pene de Fabián, lo observo y lentamente se lo llevó a la boquita, sus ojitos se cerraron, se acerco más y empezó a imitar mis movimientos. Claro que esa vergota no le cabía completa a la niña, pero se veía que lo hacía gozar de lo lindo. Yo decidí cooperar y empecé a lamerle los huevos, y ahí estábamos las dos una puta de de 21 y una putita de 10 mamándole la verga a mi hermano y chupándonos su testículos. Fabián ya tenía la mano dentro de las bragas de Jazmín y yo le advertí que solo la frotara y que no le metiera los dedos.

Pero no resisto.

Te aguantaras tengo otros planes para esta niña.

Pero

En compensación hoy me vas a poder hacer lo que siempre deseaste, y esta niña nos va ver y ayudar. – Me acerqué a Jazmín y empecé a mamar la verga junto a ella, sólo nos deteníamos para besarnos y pasarnos los líquidos de mi hermano de una boca a otra.

Luego nos arrodillamos los tres en la cama. Fabián le quitó el vestido a Jazmín y al ver su ropita interior casi se viene en seco. Me recosté en la cama y mi niña de inmediato supo que hacer, me bajó las bragas, me abrió de piernas y empezó a darme placer con su linda y áspera lengüita como muchas veces antes. Fabián estaba loco de excitación y sin tardar tiempo se arrodilló a mi lado y me trague su verga de un solo golpe. Pero no quietaba la vista de la niña y de la chupada maravillosa que me estaba dando. Fabián empezó a gritar que se venía así que me detuve de golpe, pues este cabrón no se iba sin antes dejarme bien saciada.

Recosté a Jazmín bocaarriba. Le quité las bragas y me dispuse a regresarle el favor. Fabián sólo resistió un minuto viendo y de inmediato me quitó, se acercó a la rajita de la pequeña y empezó a devorarla. Jazmín empezó a gritar de placer, pues era la primera vez que un hombre se la chupaba y me constaba que él lo hacía muy bien. Por fin llegó el momento que yo tanto esperaba. Fabián me tiró boca arriba en la cama y de un jalón me sacó el brasire, me levantó las piernas e hizo lo que años antes jamás dejé que me hiciera, me penetró la vagina y de inmediato empezó a bombear como si fuera un toro, el placer fue demasiado. Jazmín sonreía tiernamente, mientras veía como esa vergota se hundía toda dentro de mí. Yo sólo acerté a jalarla hacia mi cuerpo y como pude la senté sobre mi cara, de forma que mientras mi hermano me cogía yo pudiera chupar esa rica rajita de 10 años. Todos gritábamos y gemíamos de placer.

Fabián me cogía y a la vez se acercaba a Jazmín y la besaba en los labios, o le pellizcaba sus tetitas. Luego me puso de perrito y empezó a penetrarme de nuevo, Jazmín se quedo a lado nuestro viéndonos, pero no creo que se haya esperado lo que de inmediato pasaría. Fabián estaba al borde del éxtasis igual que yo. Empezó a bombear durísimo y a nalguearme, pues eso siempre le ha gustado mucho. Yo jalé a Jazmín hacia mí y cuando la verga de mi hermano salió de mi vagina, de inmediato la apunte hacia la boquita linda de Jazmín, él sólo dio dos jaladas y se la metió a la niña en la boca. Casi de inmediato un chorro de semen salio de su boquita. Fabián saco la verga y le embarro toda la carita a la niña, y parte de sus pechitos. Jazmín tragaba todo el semen que el carbón de mi hermano le dejó en la boca. Yo me acerqué a mi niña y la empecé a besar, luego con mi lengua recogía todo el semen que le quedó en su carita y le metía la lengua en la boca para que se lo comiera. Fue increíble. Lo hicimos otras dos veces más, Fabián se quería coger a Jazmín pero le dije que no, pues mi plan iba por otro lado. Al final yo le mojé toda la rajita a Jazmín y él le puso la verga entre las piernas y se masturbo hasta que se vino en mi boca, a mi niña le encantó. Luego mi hermano se fue y le prometí que ahora me cogería cuando se le antojara. En la noche mi cuñada me preguntó:

¿Cómo estuvo Jazmín?

Mal.- Le dije.- Se la pasó todo el día en la cama.- Jazmín apenas pudo aguantarse la risa.