La puta de lujo

La historia de una pareja que parecía perfecta.

Parecía la pareja perfecta. Ella, Juana, 23 años. Rubia 1.78 de estatura. Sus medidas 95-63-94. Rubia, de ojos verdes. Él, Juan, 25 años 1.82 de estatura... Un David Beckham en sus años mozos. Llevaban seis meses casados. El trabajaba de relaciones públicas. Ella había estudiado Filología inglesa, y dominaba cinco  idiomas, inglés, francés, ruso, italiano, y español, pero de nada le valían ya que no encontraba trabajo, a no ser que fuera de camarera, o otros trabajos similares. Un día mirando en una revista leyó un reportaje sobre las putas de lujo que más cobraban

-Zahia Dehar, 1.000 dólares por noche. Me la tiraba. Miss Maya Blue 3.000 dólares por noche. No los vale. Kassandra Elle, 3.500 dólares por 8 horas, y una mierda. No vale ni 50. Ashley Dupre 4.300 por noche. Puede valerlos. Ava Xian 6.500. Esta me la tiraba. Natalia MacLennan 16.00 dólares por noche. Los vale. Lauren, 24.000 dolares, y no enseña la cara. Ni borracha. Loredana Jolie ferrolo 15. 000 dólares por una noche, más cenas... No los vale. Michelle Braun. ¿50.00O esta vieja? ¿Entonces mi coño cuánto vale?

Decidió saciar su curiosidad, aunque la idea no era ejercer de puta. Llamó a una agencia. Concertó una cita, y casi sin darse cuenta se encontró haciendo una entrevista.

Una morenaza de unos treinta años, sentada detrás de la mesa de su despacho la mandó sentar en una silla frente a ella. Le preguntaba:

-...¿Cuál es su tarifa?

-100.000 por una noche.

La morenaza lo anotó en un libro

Juana pensaba que le iba a decir que valía mil o dos mil, pero estaba equivocada.

-La agencia se lleva el 20...

-Entoces 120. 000.

-La agencia se llevaría.

-100 y 20 o no hay trato.

-¿Qué nombre quiere usar?

Le salió sin pensar.

-Goddess of syrup

-¿Qué significa?

-Diosa de almibar, y solo trabajaré con mujeres.

-La morenaza siguió tomando nota.

-Lésbico.

-Y no como coños, me lo tienen que comer a mí.

Se lo estaba poniendo casi imposible. La morenaza siguió anotando.

-Pasiva. Tiene que hacer una sesión de  fotos.

De esta se libraba.

-Lo más que haré es desabotonar la blusa y enseñar parte  de mis tetas... Me sacas una foto con el móvil... y que no  se me vea la cara. ¿Te vale?

-Lo entiendo. Quiere mantener su privacidad. Pero más adelante, aunque no se le vea la cara, tiene que hacerlas, es obligatorio.

Le quitó una foto con el móvil  donde salía Juana enseñando parte de sus areolas rosadas.

-¿Adónde la podemos llamar?

Se quedó pensativa y se dijo a si misma: "Qué diablos, Juan no está en casa en toda la semana. Si esta no me está tomando el pelo, son 100.000 euros".

-Mi número de móvil es xxxxxxxxx, y no me llamar en sábado ni en domingo

Anotó.

-Fines de semana no trabaja.

-Exacto.

-Veamos si está todo bien. Goddess of Syrup. Pasiva. Edad 21 años. 1.80 de estatura. 65 kilos de peso. Medidas: 95.55.95. 100.00 euros por noche. Sólo lésbico.

Anduvo cerca. No le importó. ¿Habría alguna loca que pagase 100.000 euros por comerle el coño? Lo dudaba mucho.

La morenaza se despidió de Juana, diciendo:

-La llamaremos.

Al llegar a casa le sonó el móvil. Era la morenaza de la agencia.

-Esta noche en....

Le dio la dirección. ¡No se lo podía creer¡ ¿Quién sería la chalada que pagase 100.000 euros por comerle el chocho?!

Fue a la d¡irección que le había dado. Bajó de su Mercedes. Llamó al timbre de un chalé de la Moraleja de Madrid. Le abrió una mujer de unos treinta y cinco años. Rubia, de senos generosos y de su altura. En la muñeca llevaba una pulsera de diamantes que hacía juego con los pendientes y la gargantilla. Llevaba un vestido de noche de color negro. Parecía estar preparada para salir. Le preguntó:

-¿Goddess of Syrup?

-La misma.

La mujer vio a Juana con un traje marrón de pantalón y chaqueta. Una blusa blanca y unos zapatos marrones con tacón de  aguja, y con su pelo recogido en un moño,  y le gustó lo que vio.

-Pasa.

La mujer la llevó al comedor. Allí había una mesa puesta para dos. La mujer le mostro una silla. Juana se sentó. Luego lo hizo la mujer. Tocó una campanilla y vinieron dos sirvientas jovencitas, con vestimentas de chachas, pero con unas minifaldas cortitas y unos escotes que mostraban la mitad de sus grandes tetas. El primer plato era besugo. La mujer, le preguntó:

-¿Cómo te decidiste a dar este paso?

-Curiosidad.

-¿Con cuántas mujeres te has acostado?

-Con ninguna.

-O sea, que esta es tu primera cita lésbica.

-Y puede que la última.

-¡¿Tan fea me ves?!

-No es eso, es que este no es mi mundo.

Juana fue cogiendo confianza con la mujer, y después de unos vinos y champán ya no le parecía tan terrible lo que iba a hacer.

Una hora más tarde, Juana, estaba vestida sobre la cama de la mujer con su pulsera, sus pendientes y su gargantilla. Cubierta de diamantes se sentía sexy como nunca se había sentido, y libre con sus tetas pefectas y su chochito depilado tomando el aire perfumado de la habitación. La mujer, desnuda, con sus bonitas tetas y su chocho en el que sobre la pelvis tenía vello rubio formando un corazón, cogió una campanilla que había sobre la mesita y la hizo sonar. Llegaron las dos jovencitas, desnudas. Tenían unos cuerpos espectaculares. La mujer les dijo:

-Disfrutar, bonitas, dsfrutar.

Las dos muchachas se echaron a ambos lados de Juana. La besaban y acariciaban sus tetas. Después le devoraron una teta cada una. La mujer, que mirara como la comían viva, se metío entre las piernas de Juana, le abrió los labios rosados, mojados y le metió y sacó la lengua del chocho. Comenzó a hacerle un cunnilingus  con el que Juana se iba derritiendo... Las dos jóvenes le dieron a chupar un pezón cada una. Se los chupó... La mujer le succionó el clítoris, luego se lo lamió cada vez más aprisa, Juana le cogió las tetas a las jovenes, quiso chupar, pero ya no pudo. Se estiró. Le aptretó las tetas a las muchachas,  hizo un arco con su cuerpo, y exclamó:

-¡¡¡Me vooooooooooooy!!!

Quedaba toda una noche de espectaculares orgasmos.

Se agradecen los comentarios buenos y malos.