La puta de José

Relato 100% real de cómo conocí y me dominó la primera vez mi Amo José. Dominación Gay.

Historia 100% real de mis expericias con el Amo José

Conocí al Amo José en un chat de intenet, como no. Entre cientos con los que uno habla, de la monotonía de los que quieren que obedezcas desde el segundo cero, sin saber quién eres, sin conocerte, sin saber quiénes son ellos; ésos que pretenden que te entregues sin un mínimo conocimiento. José era distinto. Era un hombre tranquilo, sin aspavientos, al que le gusta someter, pero también le gusta el trato personal y saber con quién se acuesta.

Hablamos de mi interés en la sumisión, en ser un objeto sexual para el disfrute de los demás. Hablamos de la humillación de obedecer a lo que te manden, te guste o no, pero siempre con unos límites. Hablamos finalmente de vernos tras intercambiarnos algunas fotos. Mías desnudo para que supiera lo que yo ofrecía en cuanto a cuerpo. Él simplemente fotos de la polla con la que me iba a usar.

Éramos de la misma ciudad. Yo con 40 años en ese momento. Él con cincuenta. Como si me importara. No me importa nunca el físico de las personas, sino lo que buscan y lo que ofrecen. Él buscaba un hombre al que usar como su juguete sexual. Yo buscaba convertirme en uno.

Yo me recuperaba de una enfermedad, y disfrutaba de mis primeros días de libertad, antes de incorporarme de nuevo al trabajo. Me fui a dar un paseo y hacer algunas gestiones por la ciudad. Aprovechamos para tener nuestro encuentro por la mañana, en un momento que escapara de su trabajo para tomarnos una cerveza y conocernos en persona.

Quedamos en un centro comercial cerca de su trabajo y nos fuimos a su cervecería favorita. La primera mirada fue un flechazo. Sus ojos azules me penetraban y me miraban con ganas. No había agresividad en ellos. Sólo deseo. Y su deseo encendía mi ser más sumiso. La conversación fue banal y ni siquiera la recuerdo. Recuerdo las ganas de encontrarnos en otra situación, de desnudarme y ser su puta sumisa. Sí, así hablo yo de mí cuando me usan como juguete sexual. En femenino.

Llegado el momento me señaló el camino a los servicios. Había que subir una escalera, y la puerta estaba de frente a ella. Subió delante mía, y le seguí dos pasos por detrás. En cuanto entró, se dio la vuelta y se bajó los pantalones. Me hizo arrodillar. Ahí estaba la polla que iba a adorar, frente a mi cara y erecta. La puerta se quedó abierta para que él pudiera vigilar si venía alguien. Fueron solo unos segundos. Abrí mi boca e introduje su verga en mi boca. Me esforcé por moverme adelante y atrás. Él acabó por cogerme la cabeza para dirigirme. Treinta segundos, un minuto; no lo sé. Lo suficiente para sentir de nuevo la sumisión por mis venas.

Salimos del bar, y cogimos cada uno nuestro camino mirándonos hasta perdernos de vista. Antes de que ocurriera eso, José levantó el pulgar en señal de aprobación y sonrió.

Nos volvimos a ver una semana después. Quedamos en mi casa. Quise prepararlo todo bien, y tenía la intención de esperarlo desnudo y de rodillas, dejando la puerta entreabierta para que ésa fuera la primera imagen que viera.

No fue posible. No encontraba mi dirección y tuve que salir (vestido) a buscarlo. Entramos y ahora sí todo fluyó.

Empezó por besarme con avidez y abrazándome. Yo respondía a sus besos y me dejaba hacer según su voluntad.

-Abre la boca.

Obedecí y me escupió dentro. Su primer signo de su dominación.

-Quítate la ropa.

No dudé en seguir su orden.

Me dio la vuelta y me pellizcó los pezones con fuerza. Me retorcí con el dolor pero evité gritar. Me volvió a escupir; esta vez en la cara.

Se quitó el cinturón y me hizo poner a cuatro patas. Me azotó con el cinturón rápidamente, cinco, seis veces en mi culo. Después usó su cinturón como collar de perro, y me hizo pasear a cuatro patas según me dirigían sus tirones. Uno de ellos me levantó lo suficiente para estar de rodillas. En esa posición no podía esperar otra cosa que su polla en mi cara.

-Cómemela. Las manos atrás.

Uní mis manos atrás como si las tuviera atadas y chupé su pene con ganas. Entró y salió de mi boca mil veces, con violencia a veces. Nunca me atraganté. Aguanté todas las envestidas hasta que la sacó, y siguió con su mano. Veía lo que iba a pasar pronto y esperé ofreciendo mi cuerpo. En un minuto se corrió encima mía. Su semen corría por mi pecho caliente, y yo me sentía orgulloso. Había cumplido mi misión de puta de darle placer a mi Amo, y ése era mi premio.

Le di papel para limpiarse, y le ayudé a limpiar su cetro de dominación: su polla.

El cinturón seguía en mi cuello a modo de collar de perra. Tiró de él hacia donde estaba mi ordenador.

-Te he mandado un contrato a tu correo electrónico. Quiero que lo imprimas, lo leas, y lo firmes si estás de acuerdo.

Encendí el ordenador y allí estaba su correo. Mi Amo encendió una vela y quiso que lo leyera en voz alta mientras le acariciaba la polla. Su saliva se había corrido en mi cara y su semen aún calentaba mi pecho y mi barriga.

Su propuesta de contrato decía así:

CONTRATO DE ESCLAVITUD Y TITULO DE PROPIEDAD

yo ____________________________________________, en adelante"el Esclavo"en pleno uso de mis facultades físicas y mentales, de forma libre y espontánea a cuantos efectos procediere.

DECLARO:

Primero: Que libre y voluntariamente asumo mi situación de esclavitud, ofreciéndome, entregándome y siendo tomado, por D. ___________________________________________, en adelante Amo y Señor a quien siempre estaré obligado a amar, obedecer y respetar ciegamente.

Segundo: Mi Amo y Señor podrá ejercer sobre mí, de modo indefinido, todo su poder y dominio en la forma y modo que se especifica en el presente contrato de esclavitud con los únicos límites de no atentar contra la salud, la familia, el trabajo o el patrimonio del Esclavo ni contra las leyes.

Tercero: El Esclavo mantendrá esta condición, de sometimiento, las 24 horas del día, los siete dias de la semana, no pudiendo, volver a su condición de persona libre, a menos que lo manumita el Señor.

Cuarto: En virtud del presente contrato, quien declara asume:

1.- Que su cuerpo y su voluntad no le pertenecen y son propiedad de su Amo, aceptando con naturalidad el dominio y las órdenes que de Él vengan.

2.- Que el esclavo puede ser atado, encerrado y domado para mejor disfrute de su Amo, a quien se compromete a dar el máximo placer que le sea posible.

3.- Soportar tratos humillantes y vejatorios que su AMO le quiera aplicar y a servirlo con trabajos domésticos o de servidumbre.

4.- Soportar cualquier tipo de castigo que por su Amo se le quiera dar.

5.- Ceder su cuerpo a su Amo con el único fin de procurarle placer.

6.- Hacer todas las tareas y deberes que el Amo le ordene pudiendo contactar para tal fin por medio de las apps y en el horario que mutuamente se acuerden. El Esclavo asume que su vida tiene sentido en cuanto sirve a su Señor, por lo que estará siempre atento a sus mandatos para servir y adorar su amo como dueño y señor que es.

Quinto: Tiene expresamente prohibido quien declara:

1.- Ocultar cualquier dato requerido por su Amo

2.- Obtener placer sexual sin permiso de su Amo.

3.- Negar o resistirse al dominio de su Amo

4.- Oponerse a los deseos de su Amo

5.- Rechazar los vestidos, prendas, artilugios o formas de vestir que se le ordene usar.

6.- Disfrutar cualquier actividad placentera, aficción, recreo o descanso sin consentimiento de su Amo.

Sexto: La duración de la situación de esclavitud es indefinida y sólo cesará cuando el Amo del declarante, le comunique su situación de libertad, destruyendo este contrato. Para que la liberización se produzca no será necesario el consentimiento de quien declara.

Séptimo: Pasado el periodo de iniciación y aprendizaje, quien declara podrá ser marcado con la orina de su Amo, quien por este acto lo hará de su propiedad y el esclavo reconocerá su condición de entrega.

Octavo: Desde el día de la fecha y por el solo hecho de estampar su firma, en este documento, quien suscribe adquiere la condición de mero ser con vida o instrumento de placer sin derechos, ni voluntad, en favor de su Amo. Superado el periodo de prueba que estime el Amo, con la ceremonia del marcaje con la orina, el Esclavo quedará sometido de forma irrevocable a su Amo.

Noveno: Durante el periodo de iniciación, ambas partes podrán desistirse de la relación. Una vez sellada la esclavitud, el esclavo sólo podrá liberarse por el deseo de su Amo.

Claúsula Final: Del presente documento se expide una única copia para el Amo, sin que sea necesario expedir copia para quien acepta.

En prueba de aceptar todos y cada uno de los términos, obligaciones y prohibiciones sin efectuar objeción alguna firmo la presente en la fecha arriba indicada, pasando de este mismo instante a ser propiedad de mi AMO, a quien expresamente reconozco como mi Poseedor, Amo, Dueño y Señor y a quien juro y prometo obedecer de manera absoluta, en todas sus ordenes y deseos, sin ninguna objeción o resistencia.

Firmado el esclavo:____________________________________________________

Firmado por el amo:_______________________________________________________

Lo he copiado y pegado letra a letra porque aún lo conservo.

Mi única preocupación era el tiempo que durara mi periodo de prueba y así se lo manifesté. Me dijo que simplemente ya lo decidiría él.

Firmé sin dudarlo.

Mi nuevo Amo guardó el contrato y se sentó en el sofá pidiéndome una cerveza que no podía ofrecerle.

-Quiero que aprendas a darme masajes de placer. Hay muchos vídeos en Youtube que te enseñan…. Cómemela.

Me sorprendió la capacidad de mi Amo para recuperarse. Volví a mi tarea, siempre con mi collar de perra alrededor de mi cuello que le permitía manejarme a tirones. Me cogió la cabeza para dirigirme el ritmo, y la profundidad, a veces haciendo que su polla ocupara toda mi boca.

De nuevo me sacó la polla, y siguió con su mano. Esta vez se corrió sobre mi espalda, y de nuevo sentí mi orgullo de puta.

-Gracias -dije yo. Porque verdaderamente lo sentía.

Mi nuevo Amo se vistió y se fue después de haber usado a su nueva zorra. Me dejó desnuda y con su semen aún caliente en mi espalda, echando de menos el tacto del collar en mi cuello.

No sería la última vez que me usara.