La puerta trasera

El miedo a quedar embarazada me lleva a probar otras alternativas al placer

Hola mis amores, en esta ocasión les traigo un peque relato de mis primeras experiencias sexuales, espero que les guste y les ayude a tocarse rico.

Había dado yo mi primera mamada, y después de ese primer paso ya no hay vuelta atras, cada que me veía con mi novio terminábamos rajando de una manera increíble, siempre yo con las tetas al aire, las bragas mojadas y la boca llena de semen, el como todo hombre siempre buscaba más, pero yo tenía miedo, en el colegio me tocó esa clase de educación sexual donde todo consiste en meter miedo más que informar, me daba pánico quedar embarazada, ya que una amiga de mi hermana aun con condon se había embarazado y el responsable la dejó con todo el paquete, quería coger pero no cagarla.

En ese entonces iba en la prepa y me juntaba con algunos chavos, mi mejor amigo se llamaba Salvador, con el tenía tanta confianza que le contaba todas mis aventuras con mi novio, con lujo de detalles le relataba mis encuentros causando que tuviera que llegar a su casa a masturbaste para bajar la temperatura, en una de nuestras charlas me dijo, y si lo haces por atrás?, yo la verdad no sabía mucho del tema pero no me pareció mala idea, así que volví a mi casa y busque en Google todo lo referente al sexo anal, y wow, se veía doloroso, mucho, pero placentero también, leí sobre los preparativos, los cuidados y demás, y lo decidí, perdería mi virginidad primero por el culo.

Fue un sábado al medio día cuando pasó mi novio por mi para ir a un balneario, me preparé con mi mejor traje de baño, mis sandalias, mi sombrero, gafas y vaselina que había robado del botiquín, subí a su auto y nos fuimos con rumbo a izucar de matamoros, durante el camino íbamos hablando sobre muchas cosas, y de pronto llegamos al tema del sexo, íbamos por la carretera federal, y después de pasar chipilo había muchos tramos desolados, puedes meterte por una de esas veredas? Le dije de modo coqueto, el sin pensarlo dos veces obedeció y tomó un camino de terraceria que nos alejó de la civilización, llegamos a un paraje lejano debajo de un árbol que nos daba sombra, a lo lejos se veían unas casitas, ladraban unos perros y las aves cantaban, pero fuera de eso todo era silencio, apagó el auto y nos pasamos al asiento de atras, yo vestía un short de mezclilla ajustado, una blusa delgada color rosa y debajo un bra a juego con mis bragas color lila, el iba con una bermuda azul y una playera sin mangas blanca.

Nos comenzamos a besar apasionadamente, el besaba mi boca, mi cuello y yo mientras tocaba su pene por encima de la ropa, su mano comenzó a bajar los tirantes de mi blusa y a despojarme de mi ropa interior, mis senos estaban desnudos ante el, suaves y de gran tamaño, le encantaba besarlo y morder mis pezones pequeños, saqué su verga y la comencé a masajear con cuidado, creció entre mis manos mientras mi entrepierna comenzó a mojarse, estaba muy caliente ya, metí su pene a mi boca y me puse en cuatro sobre el asiento, con una mano comenzó a bajar mi short y mi braga y a meter sus dedos en mi vagina hirviendo, se sentía tan bien que comencé a chupar más fuerte, oía sus gemidos y me prendía más y más hasta que le dije con una voz entrecortada por la exitacion y los nervios :cogeme.

No lo pensó dos veces y sacó de su mochila un condon, y se lo puso, y justo cuando iba a penetrarme le dije, no por ahí no, por atrás, tardó un poco en reaccionar, pero cuando lo hizo me dijo, estas segura?, si hazlo, por ahí primero, bajo del auto y me colocó en cuatro sobre el asiento trasero, y escupió en su mano para humedecer mi puerta trasera, podía sentir todo al mil, sus manos acariciando mis nalgas, el líquido que salía de mi vagina, la textura del tapiz del asiento en mi mejilla, y fue entonces cuando sentí algo más, un plástico húmedo y un cuerpo extraño empujando para entrar en mi, mi ano comenzó a dilatarse a su paso, era doloroso, apretaba los dientes, me dolía pero no quería que parara, su pene seguia entrando, y con mi mano comencé a tocar mi vagina para general placer ante el dolor, poco a poco fue entrando y cuando por fin estuvo todo dentro yo dejé de sufrir y comencé a gozar, empezó el vaivén, sus manos se aferraban a mis caderas y sus huevos chocaban con mis dedos en mi vagina, gemia como loca, seguro la gente de por ahi me escuchó, era delicioso lo que sentía, los gemidos ayudaban a que el se motivara y subiera el ritmo, escucharlo gemir era delicioso, me encantaba sentir su verga en mi, saber que estaba dándole placer a mi hombre, gozando como nunca, sintiéndome mujer, mis dedos estaban empapados, el aroma era nuevo para mí, mis gritos eran ya totalmente de desenfreno, me estaba matando de placer, no sé cuánto tiempo pasó, pero yo lo estaba disfrutando al mil, el me nalgueo varias veces y jalo mi cabello cuando estaba en su punto más alto de excitacion, mis pezones estaban duros, me temblaban las piernas, se que tuve por lo menos dos orgasmos, en los cuales no podía gritar pero mis piernas colapsaban y mi pubis se contraia, tanto placer no podía ser real.

Y llegó el momento, me dijo voltea rápido, y salió de mi, se quito el condon y puso su verga entre mis tetas, las apreté y comenzó a moverse como si me cogiera, no tardó mucho, dos o tres movimientos para que un chorro de semen saliera hacia mi cara, abrí la boca y trsgue un poco, lo demás cayó en mis pechos, en mi cabello y en el asiento, explotó en un grito increíble, me encantaba verlo gozar conmigo, me recosté sobre el asiento con las piernas abiertas, desnuda, sudada pero muerta de placer, el se vistió, cerró la puerta y subió al auto, me incorporé y le di un beso en la mejilla, me sonrió y me beso en los labios.

Volvió el silencio al paisaje, me vestí y continuamos nuestro camino, nos esperaba el balneario y quizás otro rato de placer.

Espero que les haya gustado, si es así comenten, valorenlo bien y díganme que les gustaría que les contara, besos a todos y a todas, los amo.