La puerta secreta

Tras la puerta que da a la sala vacía de una discoteca...la madre de mi amiga y su cuñado ...follan con desesperacion

Mi puerta secreta

Hola,  mi nombre es  Ceci tengo 38 años  y estoy casada  con  Manu , tenemos un montón de amigos y amigas que solemos juntarnos cuando llega el fin de semana, cenamos charlamos y rematamos la noche bailando  en algún lugar de  moda de la ciudad.

Me gusta mucho vuestra revista  y me lo paso muy bien con ella… ya sabéis.

Me encanta el sexo, antes de Manu ya conocí a otros chicos y la verdad es que siempre procure sacarles el jugo a todos, pienso que la vida es para disfrutar, no vaya a ser que luego te acuerdes de lo que dejaste en el camino.

Un viernes de los que solemos salir a cenar y a pasarlo bien nos encontramos en la disco con el Tío de Malia,  una de mis amigas. Estaba de cena también con unos amigos del gimnasio y es muy simpático  además de guapo y la verdad, para tener  50, esta para mojar  pan…Nos acompañó un rato para saludarnos nos dio un beso  y luego se fue con sus amigos a seguir la juerga, olía muy bien uhm!!! , me quede un poco prendada de él, la verdad.

Yo de vez en cuando lo miraba con disimulo sin que nadie se pudiera dar cuenta aunque, no era difícil ya la gente bailaba y lo pasaba de miedo entre el tumulto de gente, de vez en cuando iba hacia Manu y nos metíamos un poco de mano, yo me estaba poniendo a mil y no por Manu si no por el tío de Malia . Seguía la noche y la verdad es que no paraba de  controlar al Tío de Malia que de vez en cuando se acercaba hasta donde estábamos y nos contaba alguna anécdota graciosa, y en la que yo aprovechaba para acercarme y rozarme con él.

La noche prometía, no paraba de llegar mas y mas gente y en una de estas , precisamente se nos arrima otro grupo de mujeres que también estaban de cena fiesta , una de esas  mujeres era precisamente la madre de Malia, Cristina; estaban todas ya con  alguna copa y no tardaron en marcharse , no así la madre de Malia que se acoplo a nuestro grupo y como Malia quería deshacerse  de ella  le dijo que estaba por ahí su  Tío ; el cual se había percatado y se vino a saludarla, con lo cual Malia se despreocupo de su Madre ya que su cuñado se haría cargo de llevarla a casa , quedando en que Malia avisaría a su padre para que se despreocupara de ir a recoger a su madre.

A la madre de Malia le pasaba lo que a  su tío, para sus  51 años, estaba como un tren, la verdad, mucho mejor que algunas de nuestra pandilla con ser más jóvenes y además sabía explotar su físico, venia con un  vestido verde ajustado  precioso.

La discoteca era un hormiguero pero la gente seguía y seguía bailando .Desde mi posición observaba a Cristina y a  su cuñado  bailando y riéndose, me hubiera gustado estar en el lugar de ella… Había tanta gente que se quedaron muy  por detrás de nosotros casi arrimados a la pared, bailaban y no sé porque intuí algo especial; ella arrimaba mucho su culo.

Observe que  con disimulo abrían una puerta que daba a una sala que solía estar abierta en otras ocasiones para ampliar el aforo y desaparecían, no pude resistir la tentación, le dije a Manu que me iba al lavabo, estaba ya con alguna copa de mas y no me hizo caso, así que con mucho  disimulo también entre por la puerta secreta, como así la llame después de lo sucedido.

Estaba muy oscuro, pero poco a poco con las luces de emergencia fui distinguiendo perfectamente a los dos. Casi me muero de la impresión, Cristina estaba con el vestido ceñido que llevaba recogido en la cintura, su cuñado  apoyado en la pared  y apartando la braga a un lado le sobaba  el coño mientras ella suspiraba y le comía la boca diciéndole que la follara allí mismo, creo que su intención era  esa precisamente ya que le dio la vuelta y le bajo el vestido por la parte de arriba hasta la cintura , quitándole luego el sujetador y dejando sus grandes tetas bailar al son de lo que pudiera pasar. Yo me deshacía  en flujos como podéis imaginar, el morbo era muy grande  pero quería aguantar todo lo que hiciera falta, quería ver aquel macho en acción y desde luego que lo conseguí no sin dejar mi braga perdida de las veces que me corrí.

Después de dejarla solo con sus zapatos de  tacón y el vestido recogido en la cintura le  hizo apoyar con las manos contra la pared y le obligo a sacar el culo en pompa, se lo  abrió y directamente le pasaba la lengua por el culo y por el coño, Cristina no paraba de gemir, suspirar, gritar pedir que se la metiera, pero él no paraba de comer tanto su culo como su clítoris.

De repente se incorporo, estaba deseando ver su polla entrar en el coño de Cristina, se la sacó…y madre mía!!! era preciosa no demasiado grande, recta y sobre todo gruesa  ; se la metió toda de un solo golpe Cristina dio un grito de placer estaba como loca  y no paraba de empujar hacia atrás para  sentir  aquella preciosidad dentro de sus entrañas ,él le daba azotes en el culo y ella no paraba de gemir y decirle lo mucho que quería que la jodiera y que la inundara con su leche, y vaya si lo hizo , amasaba sus tetas, lamia su espalda y comía su boca hasta que dio un par de bufidos, la sujeto con fuerza  y se corrió dentro de ella como un semental , con poderío. Se quedaron un momento quietos, bien pegados uno al otro, pellizcando sus tetas y mordiendo sus labios hasta que la separo yendo a parar toda la leche que le echo dentro del coño  al suelo, la hizo comer su precioso rabo mientras le decía lo muy puta que era, algo que a ella le encantaba pues cuanto más se lo decía mas tiraba de su rabo el cual estaba otra vez listo para joder.

No podía creerlo, quién lo iba a pensar con lo recatada  que era la madre de Malia poniéndole los cuernos a su marido con su cuñado en una discoteca  y yo allí  de testigo.

Pensaba que se vestirían  y se marcharían pero no fue así… y yo encantada de haber traspasado la puerta secreta, no lo olvidaría en mi vida, desde luego.

Ella se tumbo en un amplio sofá con el coño bien expuesto al tiempo que él se echo encima  con la polla en la mano para clavársela otra vez hasta el fondo, esta vez los dos dieron un grito de placer al mismo tiempo mientras el coño de Cristina se llenaba con su preciosa polla, se besaban se comían, se diría que no era la primera vez que follaban…

En un momento dado ella le hizo sacársela del coño  y algo le dijo que no pude oír bien pero estaba claro lo que quería con la postura que ella puso, a cuatro patas en el sofá le ofrecía su gran culo, su cuñado  se posicionó y se la fue metiendo hasta el alma, sus huevos  le pegaban en el coño y la bombeaba con fuerza ,ella  gritaba y gritaba  como una loca, sus tetas bailaban igual que su dueña , locas, hacia todos los sitios; aquello era insoportable no pude mas y me corrí otra vez, mientras, sentía bufar aquel  precioso semental  vaciando la leche de sus  huevos dentro  del culo de Cristina .Estaba claro que todo lo que yo había hecho con mis anteriores  novios ,incluso con Manu ,eran minucias, eso sí que era follar, eso sí que era un macho de verdad. Desde luego no sé cómo me iba arreglar pero tenía que conseguir follar con el tío de Malia, tenía que sentir aquella fuerza, su polla y su leche dentro de mí.

La ayudó a levantarse y le decía lo puta que era mientras le daba un  azote en el culo, ella se moría de gusto con sus palabras y asentía que sería siempre puta para él al tiempo que se daba la vuelta y comía su torso mientras acariciaba sus huevos.

Para comprobar que efectivamente seria su puta, su cuñado  se quitó el pantalón para más comodidad y le dijo que le comiera el culo los huevos y la polla; no me lo podía creer! se tiro como una loca a comérselo todo , tardo un poco eso sí, pero le soltó toda la leche en la boca  , leche que trago como la gran puta que se había hecho para él.

Se vistieron, ella se coloco el vestido y se arreglo pero tuvo  que salir sin su braga ya que su cuñado se la quedo asegurándole que le regalaría  muchas más.

Salí de allí rápido para que no me vieran.

Empecé  a planear como iba a hablar con el tío de Malia  y decirle lo que había visto para conseguir…sobre todo… sus bufidos

Ahora sería muy largo… en otro momento os cuento como me jodio por todos los sitios con su fuerza  y  maestría, sin faltar por supuesto sus bufidos que anunciaban las lechadas que me cubrían. También me regala braguitas.

Hasta otra