La psicoanalista sexual
Una doctora tiene el don de arreglar los problemas sexuales de sus pacientes mediante métodos poco ortodoxos, pero ella también irá descubriéndose a ella misma mientras va solventando los problemas de cada uno...
Prólogo
Al abrir los ojos veo como un hilo de saliva salía de mi boca y llevaba a un gran miembro que sin darme tiempo a respirar volvió a introducirse en mi boca.
No sabía donde estaba, no sabía quién era el que estaba penetrándome la boca, pero me daba igual.
Noto unas manos agarrar mis caderas y pasar la lengua por el agujerito de mi culo, cuando pensaba que no podía sentir más placer, alguien se coloca por debajo y empieza a chuparme el clítoris.
La persona que tiene su erección en mi boca me agarra los pechos y tira de fuerte de mis pezones haciendo que estos se endurezcan, saca su erección de mi boca y me empuja la cabeza hacia abajo, espero encontrarme el miembro del que está devorando mi sexo, pero en su lugar me encuentro una húmeda hendidura y entierro mi lengua en ella.
El que hasta hace un momento estaba comiendo mi agujerito, empieza a follarme el culo, mientras la mujer sigue absorbiendo mis jugos y metiendo un par de dedos en mi interior.
Me agarran del pelo y me obligan a volver a chupar la polla del hombre que tengo delante, me la mete en la boca un par de veces, la saca y veo como penetra con fuerza a la mujer que tengo debajo, repite esta operación varias veces, la penetra con violencia haciendo que toda ella se mueva debajo de mí, la saca y me la mete en la boca con la misma violencia, cuando hace esto acaba moviendo mi cuerpo entera por lo que el hombre que tengo detrás siente más placer con mi involuntario movimiento.
Mientras la mujer está siendo penetrada, traslada todo el placer que está recibiendo en más fuerzas a la hora de comerme la entrepierna y de penetrarme con sus dedos.
El hombre que está penetrándome por detrás está a punto de eyacular por lo que saca su miembro de mi interior y se lo mete en la boca a la mujer que tengo debajo para acabar en su boca.
El hombre que estaba penetrando a la mujer me coge en brazos, me sienta sobre él y me penetra el culo, abriendo bien mis piernas para ofrecerme al otro hombre que se acerca a nosotros y me atraviesa con fuerza.
En esa posición estoy doblemente penetrada, cada uno va a un ritmo diferente y yo siento que me van a partir en dos además de que voy a morir de placer, puedo ver como de fondo la mujer se toca mientras nos mira, le digo que se acerque y ponga su entrepierna en mi boca.
La imagen es morbosa y excitante, una mujer siendo penetrada por dos pollas y a la vez lamiendo todos los jugos que salen del centro de otra mujer, sigo sin saber quienes son, sigo sin poder distinguir sus caras y sigo sin saber donde estoy, pero de lo que estoy segura es de que estoy muriendo de placer y de nuestros orgasmos están cerca.
Sacan sus miembros de mi interior, cogen a la mujer, nos ponen a las dos de rodillas una al lado de la otra, mueven sus miembros hacia arriba y hacia abajo para acabar ambos eyaculando encima de nuestros pechos y nuestras caras. Ella se acerca a mis pechos, los coge con ambas manos, los junta y los lame de arriba abajo para no dejarme ni una gota de su semen en ellos.
Noto como algo cae encima de mí, me sobresalto, me siento en la cama y miro a mi alrededor, solo veo a Misi dando vueltas por la cama ronroneando.
Capítulo 1
Son solo las 9 de la mañana y ya como siempre empieza mi rutina, debo empezar a hacer cosas nuevas sino acabaré aburriéndome de mi propia vida y no podré ayudar a los que vienen a contarme la suya.
Me he despertado tarde porque anoche tuve que relajarme por el sueño tan caliente que había tenido, empecé con mis dedos, pero al final acabé con el vibrador que compré hace unas semanas en una página erótica que me recomendó una amiga mía Rolsxual se llamaba la web, un nombre muy apropiado.
Me he levantado corriendo y mi compañera de piso estaba usando el baño, cuando me ha dejado usarlo, al meterme en la ducha me había dejado sin agua caliente… todas las mañanas me hace lo mismo, un día de estos la mato o la mando a tomar viento fresco.
Al ir a tomarme el café de la mañana me he manchado la camisa y era la única que tenía limpia por lo que he tenido que cogerle una a mi compañera, ella tiene menos pecho que yo por lo que la camisa hace que se vea un escote generoso además de ajustarse totalmente a mis curvas. Normalmente voy con camisas más tapadas ya que trabajo con un montón de gente con problemas y no quiero ir demasiado provocativa.
Por fin puedo salir de casa, me miro al espejo, voy todo lo decente que puedo con la camisa de Cristina y con el pelo recogido, a ver quién es la guapa que se lava el pelo con agua fría por la mañana.
Llegó a mi despacho y miro mi agenda, el primer paciente del día es Iván, ha venido a consulta porque ha tenido varios problemas de disfunción eréctil y estamos tratando de averiguar que es lo que puede ocurrirle, realmente pienso que es un problema de que se crea demasiadas expectativas y al final se agobia tanto que acaba fallándole lo más importante.
-Iván pasa, ¿de qué quieres hablarme hoy?
-Verá doctora, llevo varios días con la fantasía de llevarme a una persona muy especial para mi a la cama, pero me da miedo quedar con ella y pedírselo.
-¿Tú preocupación viene por el miedo a poder tener otro gatillazo?
-Sí
-Bien, esto es un problema de psicología básica, tu ves el encuentro sexual como algo más de lo que es, es la unión de dos cuerpos que intiman, que se respetan y que ambos se unen de forma libre.
-Sí, pero quiero que todo salga perfecto.
-Ese es tu problema, tienes que dejar de pensar en como sería y dejarte llevar por el momento. ¿Cuéntame como te enfrentarías a un encuentro sexual? Ahora mismo es más fácil que lo imagines y me lo cuentes a que lo pongas en práctica.
-Vale. “Suelo verla con frecuencia en el trabajo, pero no hay nada especial solo somos dos compañeros que trabajamos codo con codo, se nos escapa alguna sonrisa, pero no suele ir más allá, se que ella sabe que siento interés por como es y creo que ella también lo muestra por mí, pero me da miedo. Yo la observo, paseo mi mirada por su escote y sueño con liberar sus pechos de ese sujetador tan apretado, tocaría su espalda hasta arrimarla a mí.
Imagino que mientras nuestras lenguas luchan en nuestras bocas ella clava sus uñas en mi espalda, nos besamos el cuello, dejando una pequeña marca de los dientes en nuestra piel sin miedo a sentirnos y con una gran excitación por parte de ambos.
La pondría sobre la mesa de la oficina, esa mesa que siempre está llena de informes y de una foto suya con sus padres en su graduación. Tiraría todo al suelo de un manotazo y la subiría a ella. Le quitaría la falda de tubo y con ella las medias. Iría ascendiendo por la cara interna de sus muslos que son tan suaves y tan deliciosos, me quedaría a pocos centímetros de su centro de placer para crear expectación, soplaría sobre ella para poco a poco sacar la punta de mi lengua y dar un pequeño lengüetazo en su interior. Pasaría la lengua por su interior sin dejarme ni un solo hueco mientras ella gritaría de placer.
En ese momento, sería ella la que tomara las riendas de la situación, se bajaría de la mesa, me agarraría sin dejar de besarme, me lanzaría contra la mesa sin miramientos, pero con ganas, me besaría y yo la dejaría hacer, pasaría su lengua por mis pezones y me daría pequeños mordiscos en ellos, con su mano pasaría su mano mi erección, la mayor erección que he tenido nunca.
Desabrocharía mi pantalón e iría bajando su lengua por mi abdomen hasta llegar al tronco, iría pasando la lengua por ella subiendo y bajándola hasta metérsela entera en la boca. Ella desconoce las ganas que tengo de penetrarla y de todas las veces que he soñado con se momento, por eso se lo toma con calma. Introduce mi pene en su boca, lo chupa, lo saborea y se lleva un poco de líquido preseminal, muerde la punta de mi capullo, mis ganas por penetrarla me ganan podrían conmigo.
La levantaría y la pondría de nuevo sobre la mesa, abriría sus piernas y situaría mi erección entre ellas, para comenzar a penetrarla de forma suave y lenta, ella pondría sus piernas por detrás de mi cintura para agarrarme y que la penetración fuese más profunda. Estaríamos los dos unidos por el mayor de los placeres, acabaría agarrándola del pelo y tirando de el hacia atrás para dejar su cuello al descubierto y poder así besarlo. Esperaría que ella estuviera cerca de su orgasmo para conseguir llegar juntos y así lo haría, subiría el ritmo de las embestidas y escucharía como sus gemidos me piden más, cuando yo estuviera a punto de llegar a mi clímax se lo haría saber para que ambos nos dejásemos llevar por el placer.”
Cuando termina de relatar su fantasía no puedo evitar sentirme muy húmeda, además veo una gran erección en su pantalón y mis instintos más primitivos me piden que me lance a él y que devore su entrepierna, pero no puedo hacerlo.
-Iván, ¿cómo te sientes?
-Estoy bien, estoy excitado y me avergüenza decirlo, pero tengo una gran erección.
-Pues cuando estés con tu persona especial, recuerda esta sensación y no te crees ninguna expectativa, deja que las emociones fluyan. La semana que viene nos veremos por la tarde serás el último paciente e igual me pongo una falda de tubo.
Iván se va desconcertado por mi último comentario y yo estoy tan cachonda que mi mente ahora mismo solo piensa como llevarme a ese hombre a la cama.
--------- Siguiente Capitulo
El resto de la semana pasa sin más novedades, me limito a ir a la consulta ver a los pacientes y estar por casa con mi compañera viendo películas.
En mi mente se pasean mil formas de acostarme con Iván, mil formas de seducirlo, mil formas de meterme en la boca la erección que pude apreciar a través de la tela del pantalón, me imagino con la falda descruzando las piernas para que vea que no llevo nada de ropa interior y volviendo a cruzarlas.
En las noches sucesivas a la consulta me despertaba con deseo, algunas mañanas me despertaba antes de que sonara el despertador y me masturbaba en la cama. Eran unos orgasmos llenos se sensualidad y que a pesar de tener la mente adormecida me calmaban los instintos más básicos.
A veces ponía mi almohada entre mis piernas y pensaba que era un pene gigante que intentaba entrar en mí. Me movía con la almohada entre las piernas, rozándome para así sentir la calidez que me proporciona el roce con mi sexo. Otras veces jugaba con mi vibrador imaginando que Iván era el que me penetraba, los orgasmos me dejaban tan relajada que volvía a dormirme hasta que el despertador taladraba mis oídos, recordándome que tengo que volver a la realidad.
En el despacho mi menta hacía que viera en cada paciente un potencial candidato para apagar mi fuego interior, hombres en los que antes nunca me había fijado ahora me parecen atractivo y en cada consulta me los imagino devorando mi entrepierna o penetrándome encima del diván. He llegado a fantasear con algunas mujeres que vienen a la consulta, nunca habría imaginado que me pusiera tanto verme con una mujer, pero Iván ha sacado la fiera que llevaba dentro.
Hoy es el día en el que voy a ver a Iván en la consulta y me he despertado antes de que sonara el despertador, quiero estar irresistible para que nada más entrar por la puerta no pueda controlarse y tenga ganas de empotrarme contra el diván.
Los pacientes fueron pasando sin más por mi consulta, me esmeré en tomar notas porque no estaba prestando atención a lo que me decían solo estaba pendiente al reloj pues en cualquier momento Iván podía llegar.
Iván se retrasa y ya van 5 minutos, yo estoy que me voy a subir por las paredes, cuando llega puedo ver que está muy guapo vestido, lleva una camiseta más ajustada de lo normal por lo que observar como la tela se le pega a sus duros abdominales.
-Hola Iván, ¿cómo te ha ido la semana?
-Muy bien, tuve un pequeño acercamiento con mi compañera y tuve una erección que solamente se bajó cuando fuimos pillados por otro compañero y tuvimos que disimular.
-Eso está muy bien, pues siéntate y vamos a comenzar la sesión.
Me levanto de mi silla para cerrar la puerta de la consulta con llave y al darme la vuelta me choco con Iván, él me sujetó para que no me cayese y así podía notar todo su cuerpo pegado al mío. Se me olvidaron todas las frases ingeniosas que tenía preparadas para conseguir mi propósito, mientras me mantenía sujeta yo estaba recreándome en sus facciones, él parecía no estar incomodo con ese inocente contacto por lo que doy un paso más y me lanzo a besarlo, su boca estaba seca pero pronto se humedeció con el contacto de nuestras lenguas.
Joder como besa Iván, baja sus labios hasta mi cuello y empieza a pasar la lengua por él mientras yo clavo mis uñas en su culo y hecho la cabeza hacia atrás para permitirle el acceso. Yo me estaba derritiendo en sus brazos y mis manos quieren tocar más por lo que desabrocho el botón de su pantalón y se los bajo para así agarrar su erección con mi mano. Aún no está del todo empalmado, pero se puede notar una gran erección.
Me agacho y me meto su erección en la boca, me la metí con voracidad en la boca, después de unas pocas lametadas empecé a notar como iba creciendo. El empezó a mover su culo follándome la boca, yo miraba hacia arriba y veía como empezaba a gozar de verdad.
Hace que me levante y me coge en brazos para sentarme encima de la mesa, con su boca busca mi cuello y después mis pechos, mordisqueaba, chupaba y succionaba hasta ponerme los pezones duros, con una de sus manos me quitó las bragas que llevaba debajo de la falda de tubo negra.
Sujeté su cabeza con mis manos y lo fui guiando hasta llegar a mi sexo. Su lengua pasaba lentamente por el interior de mis muslos, primero uno y después otro, mientras hace esto a mi cuerpo lo va recorriendo una corriente eléctrica desde la punta de los pies hasta la coronilla. Abrió mis labios con sus manos para enterrar su boca en mi sexo, empiezo a gemir como una loca, al principio da lametadas suaves que me recorren entera para luego hacer movimientos sobre mi clítoris para terminar penetrándome con su lengua.
Le quité la camisa, le arañaba la espalda, uno de sus dedos entró en mi interior mientras que la otra mano iba apretujando mis pechos, yo quiero más y se lo hago saber levantándolo de su posición.
Saca un preservativo de su cartera, se lo puso y acercó su erección a mi sexo, me arrimo a él para que esa barra de carne entrara en mi interior. Empezó con movimientos lentos, pero aceleró, a la cuarta embestida yo ya me había corrido, él se dio cuenta por lo que se salió de mi interior, me llevo al diván. Por fin mi fantasía se vería cumplida.
Me tumba sobre el diván y se pone sobre mí, noté como poco a poco su punta iba entrando en mi interior y como mi sexo se iba abriendo a su paso, sus manos no paraban de tocar todo mi cuerpo, mis pechos, mi cara, mi abdomen, una vez la tuvo toda dentro comienza un movimiento suave y acompasado, le pido que me penetre más fuerte y eso hace, aumenta su ritmo, en pocas embestidas más tengo otro orgasmo más y él entre mis piernas se deja ir viendo mi propio placer, acelera su ritmo para conseguir su máximo placer y lo consigue en pocas embestidas más.
Al terminar y salirse de mi interior ambos nos quedamos sobre el diván intentando acompasar nuestras respiraciones, intentando volver a la normalidad, pero no podemos dejar de tocarnos y de besarnos.
Iván se levanta y va al baño que tengo dentro de la consulta, yo me arreglo lo más que puedo y viendo como han quedado mis pelos me quito la cola y dejo que mi melena caiga por mis hombros y algunos mechones por mi cara.
-Iván, creo que hemos progresado mucho y el problema por el que venías ya está solucionado.
-Sí, doctora, pero no quiero terminar con las sesiones.
-Las sesiones tienen que terminar aquí, pero te doy mi número personal y podemos vernos cuando quieras fuera de la consulta.
Iván se va de la consulta y yo me quedo pensando en lo que ha pasado hay dentro, creo que he cruzado una línea y que me va a costar mucho volver a la normalidad con mis pacientes, se ha despertado algo en mi cabeza que llevaba mucho tiempo dormido.
Desde que mantuve relaciones con Iván en la consulta me está siendo muy complicado concentrarme en los demás pacientes, me cuentan sus problemas yo los escucho y le doy algunos consejos que pueden ayudarle a tomar ciertas decisiones en sus vidas.
Hacer esto me recuerda a la etapa en la que era yo la que estaba en el diván y tenía que escuchar consejos de una persona que no sabía nada de mi vida y sobre todo que sabía lo que yo le contaba pero no lo había vivido por lo que no podía entenderme, así que, que ahora sea yo la que de los mismos consejos me resulta un tanto cómico… también es cierto que elegí esta profesión porque entablé una relación muy especial con mi terapeuta, falleció hace poco pero conseguimos tener una relación de amistad pasada la terapia.
En casa todo sigue igual, Cristina y yo vemos películas, jugamos a juegos de mesa y comemos mucha comida basura. He empezado a levantarme antes que ella para ducharme y no quedarme sin agua caliente.
Capítulo 2
Esta semana tengo una paciente que viene porque Iván ha hablado con ella y le ha dicho que puedo resolver su problema, me ha pedido la última cita de la tarde según ella su problema es tan grave que la consulta se puede alargar.
Sabiendo que Iván le ha hablado de mí, me siento algo nerviosa ya que no sé qué le ha podido contar de nuestro último encuentro. Paso el día nerviosa por el encuentro con Yasmina, quiero ver como va la consulta e intentar ver que le ha contado Iván de nuestro encuentro. Al llegar a la consulta la hago sentarse en el diván para que me cuente cuál es su problema.
-Hola Yasmina, colócate en la posición que estés más cómoda y cuéntame qué te pasa.
-Gracias Doctora, Iván me ha hablado muy bien de usted y después de contarle mi problema me dijo que usted es la que mejor puede ayudarme.
-Agradécele la confianza en mí y ahora cuéntame.
-Pues verá Doctora, llevo casas con Pedro, mi marido más de 15 años más los que llevábamos de novios que son 5 años… Pedro es alto, moreno, tiene unos ojos verdes preciosos y un acento dulce y sensual que hacía que mi corazón se alborotase, siempre tiene una palabra ocurrente y siempre está de broma, yo sigo queriéndolo mucho y en el tema sexual estamos muy bien, los dos somos muy activos y tenemos sexo sin problemas.
Mi cabeza empieza a dar vueltas y a conectar que Iván la ha mandado a mi consulta porque tiene un problema sexual y como yo lo ayudé a él, piensa que puedo ayudar también a esta mujer. La idea me cabrea, que se piensa este tio que porque me haya acostado con él ya puede mandarme a todas sus amigas con frustraciones sexuales… pero soy una profesional y voy a atender a esta mujer como corresponde. Ella mientras yo estaba en mi mundo ha seguido contándome cosas y yo solo asiento con la cabeza.
-He conocido a una vecina que se ha mudado hace poco y que vive sola, es una persona muy fiestera cosa que yo nunca he sido, pero ahora que la he conocido he salido un par de veces con ella, yo siempre veía que se acercaba mucho a mi y me tocaba más de lo necesario, en ocasiones me alejaba de ella espantada pero otras me dejaba hacer y creo que eso fue lo que propició lo que pasó la última noche que la vi. Doctora lo que le voy a contar es sucio y no quiero que piense mal de mí, me da mucha vergüenza.
-Yasmina, yo no estoy aquí para juzgar a nadie. Cuéntame que te ha pasado con tu amiga y vemos cuál piensas que es tu problema.
- Doctora, ella me preguntó si yo me había masturbado alguna vez y yo le dije que no que yo mantenía sexo con mi marido y ella me dijo que se masturbaba cada noche. Me quitó los pantalones y se mojó los dedos con saliva, empezó a frotar mi clítoris y me dijo que le explicara como me iba sintiendo, le dije que no sentía nada y volvió a mojarse los dedos iba tocando por todos los rincones de mi intimidad. Al llegar al llegar al clítoris por segunda vez, sentí un fuerte calor entre mis partes como si me hubieran dado con una corriente eléctrica, ella lo notó y se dedico a frotar más intensamente, yo sentía oleadas de placer que recorrían todo mi cuerpo, mi espalda se arqueaba, mis piernas se estiraban, mis manos se aferraban a las sábanas y yo movía mi cuerpo para conseguir más placer.
Después ella bajó a mi vagina y empezó a besarla, yo solo intentaba abrir más mis piernas para que ella pudiera meter la lengua hasta el fondo, pasaba la lengua por mi clítoris y lo succionaba, después metía su lengua en mi interior y la movía haciendo círculos, con una de sus manos empezó a meterme un dedo y después dos los movía en mi interior a la vez que hacía círculos en mi clítoris con su lengua.
Sabía que mi orgasmo estaba cerca y ella aceleró sus movimientos tanto con la lengua como con sus dedos, mi instinto fue agarrarle la cabeza para que no cesara en sus movimientos, me corrí en su boca con un gran gemido. Ella sacó la cabeza de entre mis piernas con una gran sonrisa y me dio un beso en los labios. Era la primera vez que besaba a una mujer y la primera vez que conseguía llegar al orgasmo solo con la boca de la otra persona.
-Bien, Yasmina y cuál es tu problema, yo no veo ninguno, has conocido a alguien y has experimentado cosas nuevas.
-El problema es que esta mujer ha puesto mi vida patas arriba ya no quiero sexo con mi marido, me masturbo viendo videos de mujeres practicando sexo entre ellas y lo que es peor tengo ganas de repetir con mi vecina. Creo que me gustan las mujeres.
-Yasmina eso no es un problema.
-Lo sé Doctora, pero para mi marido si lo sería.
-Yasmina la sesión de hoy ha terminado, déjame pensar en lo que me has contado y en tu próxima visita encontraremos una solución, esta semana si tienes que volver a quedar con tu vecina hazlo, no reprimas tus instintos.
Cuando Yasmina se va de la consulta, vuelvo a encontrarme mojada como la anterior vez con Iván, mi cabeza ya está planteando conocer a la vecina de Yasmina y juntas buscar una solución al problema.
Capítulo 3
Programé otra cita con Yasmina para el miércoles a las 19:00, la última hora de la tarde. Llamé a Iván para pedirle explicaciones acerca de haberme recomendado para tratar a su amiga, él solo acertó a decir que pensaba que me gustaría conocerla y que estaba seguro de que yo podía ayudarla a ver que la atracción que sentía por su vecina no era malo y que únicamente estaba buscando otras formas de practicar el sexo. Le pregunté por la relación con su compañera y me dijo que finalmente fue un polvo y ya está, que después de ella habían venido muchos más y que cuando podíamos volver a quedar, me dijo que había despertado en él su instinto animal, lo que Iván no sabía era lo que había despertado en mí.
El día antes de la sesión llamé a Yasmina para decirle que quería que viniese con su vecina, ella puso algunas objeciones, pero finalmente al ver que no iba a claudicar dijo que le preguntaría a ver si podía venir.
Iván y yo hablábamos bastante por Whatsapp, me insistía mucho en volver a vernos, pero siempre acababa dándole largas, aun no quería quedar con él. Mi compañera, me preguntaba que con quien hablaba tanto, cuando le dije que era un antiguo paciente, se llevó las manos a la cabeza y rápidamente me preguntó que tipo de problema tenía, que tuviera cuidado… si ella supiera que el que tiene que tener cuidado es él conmigo y no yo con él.
Mi vida hasta el miércoles ha transcurrido de forma normal en apariencia, pero yo tenía muchas ganas de que llegara el día, tenía planes para Yasmina y para su vecina… en mis sueños cada noche aparecía ella y una mujer sin rostro y las hacía disfrutar a ambas.
Llegó el día esperado y volvió a pasarme como con Iván, las ganas que tenía de ver a Yasmina no me permitían atender bien al resto de pacientes, era capaz de disimularlo bastante bien y me esmeraba en tomar notas para después poder leerlas.
Quería conocer a la famosa vecina y quería hacerle ver a Yasmina que el sexo con otras mujeres no es ningún pecado.
Suena el interfono, miro por la cámara y veo que es Yasmina acompañada de una mujer, no puedo pararme a observarlas ya que estoy terminando con Juan, abro la puerta para que puedan esperar en la sala de espera. Juan está contándome que se siente angustiado en su trabajo y con su jefe, que se siente oprimido y que en ocasiones le gustaría mandarlo todo a paseo y cambiar de vida… ante esto realmente poco puedo decir, muchas personas se encuentran así en sus vidas, por lo que lo escucho y le mando algunos ejercicios para los momentos en los que sienta angustia. Al salir Juan de la consulta, voy al baño, me suelto la cola que llevo, arreglo un poco mi maquillaje y las hago pasar.
-Pasad por favor, sentaos en las sillas después pasaremos al diván si hace falta.
-Buenas yo soy Elena, la vecina de Yasmina, creo que quería usted conocerme.
-Tutéeme por favor, me llamo Yanira.
-Yasmina, cuéntame como te ha ido esta semana.
-Bien, he llevado los niños al colegio, he ido a trabajar, el sábado salí con mi marido a cenar.
-Perdona que te corte, ya sabes que me refiero, ha ocurrido algo más con Elena.
-Yanira te lo cuento yo, porque está visto que esta cabezona no va a reconocer nunca lo que se divierte conmigo. El sábado, cuando salió con su marido, se encontró conmigo en el bar, me vio con un amigo y fueron tales sus celos que me llevó al cuarto de baño y allí fue ella la que me besó, fue ella la que se bajó a mi entrepierna, la que me devoró, consiguió que me corriera como hacía tiempo que no lo hacía. Antes de irse de nuevo con su marido, me besó y me dijo que esperaba que lo que acababa de ocurrir me sirviera para no tener que hacer nada con mi acompañante, el cual es gay y a mi hoy por hoy solo me gusta ella por lo que no habría hecho nada con nadie.
-Bueno realmente no fue así, no fueron celos, solo que la forma de moverte y el vestido que llevabas me pusieron caliente nada más.
-Bien Yasmina, has reconocido que Elena te pone caliente, eso es un paso. Ahora quiero que me digas que es lo que ves mal en lo que hacéis.
-Pues tengo marido e hijos, a mi me han educado en que el sexo es entre un hombre y una mujer y aunque yo respeto que haya mujeres y hombres que compartan otros hombres y mujeres yo no lo veo bien para mi.
-Vale, si piensas que está mal porque estás engañando a tu marido lo entiendo, tus hijos al final lo entenderán y esa es la educación que has recibido pero cuando estas con ella no te diviertes, no te hace sentir especial, pues en eso es en lo que tienes que pensar y no en lo que te han enseñado… porque también te enseñaron que en la pareja la mujer se tiene que quedar en casa con los niños y el marido trabajar y como has dicho en tu relación ambos trabajáis y ambos os hacéis cargo de los niños.
-Visto así, tienes razón, pero no sé.
-Elena quiero probar algo contigo, si no te importa.
-Adelante, si eso va a ayudar a esta cabezona lo que sea.
Me levanto de mi silla, hago que Elena se levante y la llevo al diván, le pido a Yasmina que mire. Me siento junto a Elena, acerco mis labios a los suyos y la beso, Elena al principio se sorprende, pero rápidamente reacciona y me corresponde al beso. El beso es suave, nuestros labios se entrelazan y nuestras lenguas juegan en la boca de la otra. Mi mano agarra su cabeza para que no se aleje de mi, ella pasa sus manos por mis brazos, me los acaricia, yo con la mano libre le desabrocho los botones de la camisa y acaricio sus pechos por encima del sujetador, tiene unos pechos firmes, ni muy grandes ni muy pequeños, se escapa un pequeño jadeo al notar mi mano por ellos.
Ella toma la iniciativa y tumbándose encima de mí en el diván me desabrocha la camisa, saca mis pechos del sujetador y los lame, los agarra con su mano y los lame, su rodilla está estratégicamente colocada en mi entrepierna por lo que mi cuerpo se mueve rozándose con ella para buscar mi placer. Elena lo nota por lo que sin dejar de besar mi cuerpo se dirige hacia mis pantalones, los desabrocha y los baja, sube por mis piernas besando mis muslos hasta llegar a mi vagina, allí aparta el tanga hacia un lado y pasa su lengua por mis labios, con su mano los abre y pasa la lengua por mi clítoris, mis jadeos son audibles por toda la habitación quiero que siga y ella lo hace.
Me incorporo un poco para terminar de desnudarla, quiero tener su entrepierna en mi boca mientras ella me devora la mía. Le indico lo que quiero y vuelvo a tumbarme, ella gira para colocar su humedad sobre mi cabeza, se agacha para que yo pueda tener un mejor acceso y se inclina sobre mí. Empezamos a devorar nuestras entrepiernas y a introducir dedos en nuestro interior.
Mientras nos besamos las vaginas y nos hacemos el amor con nuestros dedos se escucha un tercer gemido, ambas miramos y vemos a Yasmina con sus pantalones por los tobillos, las piernas abiertas y una mano en su interior, nos habíamos olvidado por completo de ella, con un gesto de la cabeza le digo que se acerque.
Yasmina se coloca tímida al lado nuestra, le digo a Elena que la bese, yo me salgo de debajo de ella para acercarme a Yasmina y beso sus pechos, se le escapa un gemido de su boca y Elena aprovecha para meter su lengua en la boca de Yasmina.
Elena se aleja de donde estamos y se acerca a su bolso, trae un consolador de doble punta, pregunta quien quiere ser la primera en usarlo, yo haciendo uso de la máxima frialdad posible sugiero que sea Yasmina y la propia Elena, mi función en esta escena es que Yasmina se desinhiba y logre disfrutar del sexo con una mujer.
Elena chupa el consolador y se lo ofrece a Yasmina para que haga lo mismo, ver a esas dos mujeres chupando el aparato que dentro de poco estará en sus cuerpos es muy morboso por lo que me dirijo a una de las sillas, la giro y me coloco frente a ellas, abro mis piernas y comienzo a tocarme.
Elena tumba a Yasmina sobre el diván e introduce la punta del consolador en su interior, Yasmina abre la boca y de ella se escapa un gemido, Elena se introduce la otra punta del consolador en su interior y le explica que tiene que hacer. Elena se mueve hacia abajo haciendo que el juguete se introduzca más en el cuerpo de Yasmina, ésta al ver lo que su amiga hace repite la acción por lo que ahora el juguete se introduce más en el cuerpo de Elena, ambas se entregan al placer y comienzan un movimiento frenético para conseguir que la otra llegue al orgasmo, ambas gimen y yo estoy cerca de llegar a mi orgasmo.
Yasmina ve lo que hago, me dice que me acerque y que ponga mi vagina en su boca, hago lo que me pide y comienza a lamer mi clítoris, da pequeños mordiscos y yo gimo de placer, mete dos dedos en mi interior y eso es suficiente para que yo me corra entre jadeos.
Elena y Yasmina también van a llegar pronto al orgasmo por lo que aceleran sus embestidas, ambas se incorporan un poco, se agarran sus cabezas y mientras se besan no cesan en sus movimientos, primero llega Elena, se corre entre jadeos y abriendo mucho la boca, Elena aprovecha y la besa con ganas con pasión. Elena no para de moverse para conseguir que Yasmina llegue a su orgasmo, esta vez soy yo la que besa a Yasmina quiero beberme sus gemidos, su amiga acelera las acometidas y la tímida mujer casada que veía el tener sexo con una mujer como un pecado se corre entre gritos de placer e improperios.
Las tres estamos extenuadas, les digo que pueden pasar al baño si así lo desean, yo me visto y me acomodo un poco el pelo, vuelvo a sentarme en mi escritorio a la espera de que regresen… ahora mismo no sé que estoy haciendo con mi vida, como he vuelto a este desenfreno con el sexo, yo pensaba que ya lo tenía más que superado. Hacía mucho tiempo que no me acostaba con una mujer y no recordaba lo placentero que era.
Las amigas salen del baño riendo y hablando, ambas se sientan frente a mí, es hora de volver a adoptar los roles de terapeuta-paciente a pesar de lo que acaba de pasar.
-Yasmina, como te has sentido
-Bien, me ha gustado lo que hemos hecho, he disfrutado
-Quiero que no te reprimas, quiero que cuando salgas de aquí hagas lo que quieras, si es tener sexo con ella lo haces, si es seguir con tu vida también, pero no te arrepientas de nada.
-Gracias Yanira, ha sido una gran experiencia y me alegro de que Yasmina me dejara acompañarla.
Relato hsta capítulo 8 (Actualizandose cada semana) : https://rolsexual.es/novelas-eroticas/la-psicoanalista-sexual
Igualmente trataré de subir 3 capitulos más para la semana que viene. Espero que os guste :)