La prueba (final)
Ella sabrá lo que es un glory hole
Angel todavia estaba mosqueado por la desaparicion de sus calzoncillos de la suerte, sentia cierto frescor en sus partes intimas, pero de camino a casa, la voz de Deriré le llamaba desde el otro lado de una pared de madera.
-¿eres Angel?
-si ¿Quién pregunta?
-una amiga mia se llevó tus calzoncillos y la he traido para que se disculpe y te los devuelva.
Eso sonrojó a Angel ¿una chica le ha quitado sus calzoncillos? Sentia una mezcla de vergüenza y orgullo.
-yyyyy¿disfrutó mucho con ello? – preguntó Angel avergonzado.
Oyó una queja que se silenció de inmediato y Desiré dijo con picardia.
-Mucho, se los puso y se frotó con ellos, no te extrañes si huelen a hembra en celo ¿te gustaria recuperarlos?
-la verdad es que si, si quiere ella, le puedo regalarle otros, cuando salgamos juntos – dijo Angel con algo de vergüenza.
-si, pero ella es curiosa ¿ves el agujero que hay en la pared? – dijo Desiré con autoridad.
Angel miró el agujero que estaba a la altura de su paquete.
-mete tu cosita ahí.
Angel se desabrochó los pantalones e introdujo su verga.
Al otro lado de la pared, estaban Desiré y Sofia, esta ultima estaba de rodillas, nerviosa y más nerviosa se puso al ver la verga de su hermano.
-es hora que demuestres que eres una de las mias – dijo Desiré.
Sofia se devatia, era su hermano mayor, pero, tambien un hombre, un macho alfa y no queria ser marginada como en otros colegios.
Al principio, esa polla era tan pequeña, la acarició con delicadeza con sus manos, luego empezó a besarla, tenia un sabor diferente a lo que habria probado, aunque era el primer pene que tenia en su boca.
Un pene que poco a poco se hacia grande, Sofia se separó para ver lo grande que era ¿eso era de su hermano? Pensó, pero Desiré le ordenó que la chupara.
Sofia, como una automata la puso en su boca, sentia vergüenza al oir los jadeos de su hermano.
-ooohh siiii, joder, menuda habilidad tienes preciosa, tengo deseos de conocerte.
Sofia paró avergonzada, queria salir de allí, pero Desiré, con su navaja, le cortó los botones de su camisa y su sujetador, liberando sus pechos.
-usalos – dijo Desiré casi como una orden.
Sofia, muerta de vergüenza, aprisionó la verga de su hermano con sus senos, unos senos grandes y suaves y lo peor es que su hermano jadeaba incluso más con ellos.
-¿te gustan los pechos de mi amiga? Son grandes, suaves, ideales para hacerte pajas – decia Desiré maleficamente.
-cielos, si, ¿Quién es esa Diosa?
-no no no, ella no está preparada para conocerte, podras verla cuando ella quiera – dijo Desiré.
-q-quiero conocerla, quiero, ¡oh cielos! ¡me corro!
Desiré empujó la cabeza de Sofia para que irremediablemente engulliese la verga de su hermano, la pequeña hermana notó como su boca se llenaba de carne y como su garganta era golpeada por varios chorros de semen.
Su garganta empezo a moverse, tragando la leche de su hermano, en una mezcla de deseo y culpabilidad.
-no se quien eres pero te amo, cielos, ninguna me ha dado tanto gusto como tu, por favor, dejame verte, te lo suplico.
-te daré una pistas – dijo Desiré sonriendo.
Metió uno de los pechos de Sofia en el agujero, pero era demasiado grande para pasar, pero se le veia le pezon.
Un pezón que Angel tocó con deseo, un pezón que chupó con ganas, arrancando un jadeo a Sofia.
Un jadeo que fue silenciado por la mano de Desiré tapandole la boca, pero sin dejarle sacar su pecho del agujero que era mordido suavemente por su hermano.
-es tiempo de que te estrenen preciosa – susurró Desiré al oido de Sofia.
Puso de pié a la inocente chica y le subió la falda y le bajó las bragas, mostrando a su hermano su concha que se podia ver a traves del agujero.
El joven no dijo nada, contempló el tesoro de su amada hermanita un momento antes de meter su lengua a traves del agujero para saborearla, una corriente electrica recorrió el cuerpo de la joven Sofia que sentia como su hermano saboreaba su intimidad, se mordió los labios para que no identificase su voz, clavó las uñas a la pared para no despegarse de ella.
La lengua de su hermano abandonó su gruta intima, una gruta que ardia en deseos de que alguien la animase hasta estallar como un volcan, Sofia se empezó a tocar hasta que algo largo y duro la prenetró lentamente.
Sofia tocó lo que la profanaba, era largo, grueso, hecho de carne envuelta en latex.
Era su hermano.
Lo que la sorprendió era lo bien que entró en su interior, sin dolor, con suavidad, el placer eclipso el dolor de la rotura de su himen
Angel golpeaba el fondo del útero de su hermana con ganas, habia tenido novias y rollos de una noche, pero nunca sintió tanto placer como ahora, esa chica debia ser suya, no queria solo follarla, queria besarla, tocarla, abrazarla, sentir sus besos y abrazos.
-ah, ah, dime quien eres, dime como puedo encontrarte ah ah.
Sofia no dijo nada, seria un shock muy fuerte.
-te lo suplico, dimelooooohhhhhhh – dijo Angel mientras eyaculaba.
Sofia alcanzó tambien el orgasmo, no por las duras embestidas de Angel, sino por sus palabras, la hacian sentir, deseada.
Se desacoplaron, pero Desiré le quitó el preservativo a Angel y le hizo un nudo, dandoselo a Sofia, la cual, le devolvió los calzoncillos a Angel a traves del agujero, envolviendo una sorpresa.
Sus propias bragas.
-bueno, te has disculpado con el nuevo, ven al centro comercial, te comprare algo bonito para compensar esos botones que te corté.
-Espera, quiero conocerte, por favor – dijo Angel tristemente mientras miraba en vano por el agujero.
Sofia se detuvo un momento apenada, pero no podia quedarse, tenia que irse de ese lugar.
Después de un gran dia en el centro comercial, volvió a casa.
Alli estaba su hermano, desanimado, ni siquiera podia decir buenos dias, Sofia no podia verlo, si lo hiciera, acabaria por contarle la verdad o peor, imaginar su cara de vicio mientras la montaba.
Por la noche, podia oir a su hermano masturbandose, oyendo las palabras quiero conocerte.
Eso la avergonzaba, pero su mano se tocaba su vulva, su cuerpo recordaba el placer de ser uno con un chico, los jadeos de su hermano entraban en su cerebro como una orden, tocate, tocate.
Y ella se tocó con fuerza hasta que ambos llegaron.
“el no debe saberlo jamás” pensó Sofia en medio del orgasmo.