La Prueba de Teresa

La dulce Teresa propone una prueba para elegir su amante.

Teresa era la chica más deseada de la Universidad, a sus veinte años era todo un espectáculo, inteligente, divertida y con un cuerpo que hacía babear a mas de uno. Evidentemente yo estaba totalmente enamorado de ella, como casi todos, poco a poco nos fuimos haciendo amigos pero nunca llegaba el momento de pasar a algo más y yo me desesperaba mirándola, deseándola y haciéndome pajas pensando en ella. Debo confesar que yo era aun virgen, supongo que debido a mi timidez y de no haber sido nuca muy atractivo para las chicas, y ya no podía más. Supongo que ella sospechaba de mis secretos deseo y seguramente le divertía, pero yo no perdía la esperanza convencido que ella podía darme una oportunidad, nadie la había visto con ningún novio, y estaba convencido que yo un poco la gustaba.

Un día me atreví, después de muchos meses, y la confesé lo que sentía, que me gustaba que hacia meses que la deseaba….estaba temblando de los nervios. Ella pareció darse cuenta y me sonrió dulce, pero algo en ella me dio miedo, me copio la mano y me confirmo mis sospechas, lo había sabido siempre sólo esperaba que yo me declarase. Me dijo lo típico que era muy majo, que le gustaba como amigo que ella no había pensado en mi como hombre pero, y aquí me quede helado, que me daría una oportunidad. No supe que decir, ¿una oportunidad? Que quería decir eso, Teresa se dio cuenta de mi perplejidad y me sonrío, entonces me explico a lo que se refería:

"Si una prueba, creo que es lo menos que mereces, así que he pensado darte una oportunidad, tu me gustas un poco, hemos pasado mucho tiempo juntos estos meses y podría salir contigo y quien sabe al final igual me gustes de verdad…pero hay otro chico que he conocido hace unas semanas y también me gusta, me pone mas que tu, pero no quiero ser injusta y como se que tu estas loco por mi he decidido que tengas tu oportunidad, si aceptas claro".

Yo no podía creer lo que mi dulce Teresa me decía, yo torpe balbucee: "una prueba, que prueba?", mientras lo decía ella vio en mi cara lo que estaba pensando y divertida me contesto: "no, no, claro que no, no será tan fácil, no es un concurso a ver cual me folla mejor. De hecho solo el vencedor podrá follarme, aunque no vas muy desencaminado pretendo hacer una prueba de masculinidad, saber cual de los dos es mejor macho ya que tengo donde elegir, no te diré nada mas de las pruebas, solo quiero que tengas muy claro que el vencedor recibirá un gran premio pero el castigo del perdedor será aun mayor, piénsatelo bien y si te gusto tanto como dices ven mañana a mi casa a las diez de la mañana."

Y sin decir nada mas me dejo allí, tenia la polla al rojo, nunca hubiera imaginado algo así, no sabía que hacer solo se me venían preguntas a la cabeza, quien era ese otro, que pruebas eran esas, como serian, que me pasaría si perdía. Cuanto mas lo pensaba peor me sentía, la lógica me decía que no fuese, sabia que tenia todas las de perder la propia Teresa me había confesado que el otro la ponía mas que yo, si ella era la jueza el tendría de partida mas posibilidades, por otra parte no conocía a mi rival, quizás fuese un superhombre y lo peor de todo en materia de virilidad yo no era ningún portento, mi complexión era bastante normal, no era demasiado fuerte, y sexualmente no estaba demasiado dotado, ¿que posibilidades tenia de vencer?, además si perdía no solo la perdería a ella si no que tendría que sufrir un castigo, bastante duro por lo que Teresa me había dicho.

Esa noche casi no dormí recordando cada palabra de Teresa, cada gesto, cada sonrisa. Dieron las ocho, llegó el momento de decidirme si me arriesgaba a luchar por ella o me rendía, llevaba varios días sin pajearme y mi polla estaba a cien, estaba totalmente desesperado sabia que si vencía la fallaría, seguramente ese mismo día, dejaría de ser virgen, si lo confieso a mis veinte años aun era virgen, eso fue lo que me dio el valor y totalmente cegado por la excitación fui a su casa, llegue a las diez en punto.

Teresa me abrió la puerta, me sonrió maliciosa ella estaba segura de que iría, estaba recién duchada sin pintar pero igual de preciosa, llevaba un pantalón de chándal y una camiseta que dejaban adivinar sus pequeñas tetas sin sujetador. Me cogio de la mano y me invito a entrar sin dejarme hablar.

"Estaba segura de que vendrías mi enamorado, eres el primero en llegar, EL aun tardara un poco, quería explicarte antes las reglas con detalle, y como el ya las sabe preferí estar primero sola contigo".

Yo asentía a todo lo que ella decía como hipnotizado por sus preciosos ojos negros. Ella continúo.

"Bien ya te dije que hoy decidiré quien es mi macho tu o EL, pero no te preocupes si no vences no me perderás, ya te he dicho que me gustáis los dos, por eso he decidido que no tengo porque renunciar a uno, me gustaría que viviéramos aquí los tres, como buenos amigos, el premio del vencedor será sólo el sexo, por lo demás los dos seréis mis novios, claro si tu estas de acuerdo. Pero quiero que tengas muy claro cual es el castigo del que pierda"

Yo estaba sin palabras pero mas caliente que nunca, no podía disimular mi erección y ella se daba cuenta, yo ya imaginaba cual era ese castigo.

"Lo imaginas ¿verdad?"

Yo asentí.

"Anda se bueno y dímelo"

Yo agache la cabeza y la respondí: "El que pierda no podrá tocarte".

Teresa aplaudió: "Que listo eres, eso es. Pero no solo eso, recuerda que aunque el perdedor no pueda follarme seguirá siendo mi novio, y yo soy muy celosa así que no podrá tener sexo con nadie, solo podrá servirnos a nosotros si me apetece, o pajearse si yo se lo permito. ¿Estas dispuesto a correr ese riesgo?, ¿a permanecer virgen para siempre? ¿Por qué eres virgen, verdad?."

Eso me humilló mas que nada, ¿porque pensaba Teresa que era virgen?, ¿como lo sabía?, parecía estar totalmente desnudo y desarmado ante ella, no pude evitar ponerme rojo como un tomate y miranda al suelo confesé mi virginidad y acepte el reto. No se porque no salí corriendo de allí, en ese momento ya estaba convencido de que no tenia ninguna posibilidad, ambos lo sabíamos, mi misterioso contrincante ya sabia todas las reglas y Teresa se deleitaba dejándome claro que me pasaría cuando perdiese.

De nuevo Teresa sonrió al oír como aceptaba sus reglas, y siguió su explicación:

"Sabia que aceptarías mis condiciones, eres un chico maravilloso, ahora vendrá EL y podrá empezar la prueba. He pensado una serie de pruebas para ver cual de los dos me follara mejor, os las iré explicando una a una, os enfrentareis y yo juzgare quien vence. Son cuatro y gana el que mas pruebas gane. Ahora ve al baño y vístete con el pantaloncito y el albornoz que hay allí y espera que te llame."

Yo obedecí me desnude en el baño, mi polla estaba a cien y me puse el pantalón, era muy ajustado como de ante, al estilo de los años setenta, de un color rojo suave casi rosado, con el se marcaba todo mi paquete sin disimular mi erección, me cubrí con el albornoz y espere, oí como alguien entraba y después de unos minutos Teresa me llamo.

Fui con ella al salón, allí estaba mi contrincante, le mire de arriba abajo, no lo conocía, era algo mayor que yo, quizás veintiocho o treinta, no mas corpulento aunque mucho mas velludo, pero no parecía un cachas por un momento pensé que tendría alguna oportunidad. Teresa se sentó ante nosotros y comenzó:

"Bueno mis pretendientes, los dos habéis aceptado mis reglas, y aceptáis el castigo, uno de vosotros me follara y será mi macho y el otro asumirá su derrota. La primera prueba como supongo que ya habéis imaginado tiene que ver con vuestras pollas, me gusta sentirme mujer y necesito un macho de verdad. Así que mostrarme con que pretendéis follarme."

A mi se me cayo el alma a los pies, yo sabia que mi polla era pequeña y aunque había imaginado que alguna prueba seria por ese estilo, oír a Teresa hablar así me hizo temblar, mi oponente se quito el albornoz, en su pantaloncillo azul se marcaba una polla que no le cabía, Teresa no aparto la vista de su rabo ni un minuto y he de confesar que yo tampoco, EL se bajo el pantalón y libero su cosa, que miro al cielo, Teresa se acerco con una regla y sujetando firme el pene lo midió, 21 cm., buena pieza.

Llegó mi turno, en ese momento yo sabía que no tenía nada que hacer, pero seguí adelante, igual o mas caliente, me quite el albornoz y Teresa se fijo, por primera vez, en mi paquete, sentí como EL también me miraba, estaba a tope empalmado al máximo pero cuando me baje los pantalones delante de ella mi polla se veía ridícula, Teresa me susurro tranquilo, me cogio el pene y me lo midió 13 cm., dijo mientras su cara mostraba la mayor de las satisfacciones, "parece que ya tenemos un ganador" 1-0.

Teresa siguió: " bien la siguiente prueba consiste en demostrarme cual de los dos es mas fuerte, quiero que luchéis por mi, los dos en pelotas, sin puñetazos, debéis hacer que el otro se rinda"

Los dos nos miramos, nos desnudamos y empezamos a tantearnos, mientras Teresa disfrutaba del espectáculo, nuestras fuerzas eran parecidas intentábamos sujetarnos sin suerte, yo le zancadillee y cayo al suelo, me senté sobre el e intente inmovilizarlo, todo parecía a mi favor, le estaba venciendo al fin Teresa vería que yo era mejor que el, sin embargo se retorció y se soltó de mi, me tire contra el y le golpee con fuerza, el viendo que estaba perdido cambio de estrategia, aunque sucia su táctica fue eficaz, yo no lo esperaba y peleaba golpeándolo el hizo que caía y yo orgulloso ante Teresa me confié, en ese momento como una bala su mano se lanzo hacia mis huevos, no me dio tiempo a reaccionar, no me los golpeo sino que me los cogio los apretaba, no con mucha fuerza, yo atónito mire hacia abajo, vi su fuerte y peludo puño aferrando mis huevos, y entendí quería humillarme ante ella, con un solo golpe hay me hubiera vencido pero no, deseaba que me rindiese a el lentamente, no me moví mi poya se puso dura mientras el comenzaba a presionar, nuestros ojos se cruzaron vi en el la seguridad del macho vencedor, que se fallaría sin remedio a mi Teresa, los dos sabíamos lo que pasaría, el combate había pasado de los golpes a la quietud, yo en pie con las piernas abiertas y los brazos muertos a mi costados y el arrodillado frente a mi cociéndome las bolas, poco a poco apretaba mas y estirándolas hacia abajo, me arrodille frente a el, macho contra macho, vencedor y vencido, frente a los atentos ojos de Teresa, EL la miro y de golpe los retorció y estiro con todas sus fuerzas, casi veinte minutos de agonía y yo me rendía ante el. Teresa que cada vez estaba mas excitada, le dio por ganador, era ya el 2-0.

A esas alturas Teresa tenia claro quien quería que la follase, si es que no lo tenia antes, yo también sabía que estaba derrotado, creo que en el fondo siempre supe que ocurriría esto. De todas maneras aun quedaban dos pruebas, como todos sospechábamos quien ganaría la tercera Teresa se encargo de aclararlo.

"Esta es la tercera prueba, pero si EL vence también todo abra acabado, será mi macho y tu aceptaras tu castigo. En el caso de que no sea así pasaremos a la cuarta. Bien la tercera prueba es muy importante, no solo hace falta una buena polla, hay que saber usarla y aguantar para satisfacerme, me gusta que me follen bien hasta que me corra. Así que ahora tendréis que demostrarme si seréis capaces de aguantar un polvo conmigo. Os voy ha hacer una paja a cada uno, como podéis imaginar el que mas aguante mis caricias será el vencedor. Como vas perdiendo empezaremos por ti."

Yo estaba derrotado, era la primera paja que me hacia una chica, estaba mas caliente que nunca, pero sabia que si no aguantaba seria también el fin de mi vida sexual.

Teresa me cogio de la mano, me llevo a su cama y me tumbo se sentó en una silla a mi lado, ella seguía vestida y yo allí empalmado casi derrotado ante ella. Cogío un cronometro y se lo dio a EL, que se sentó enfrente de nosotros. Cuando ella bajo el brazo, EL puso en marcha el cronometro, note como su mano acariciaba mi pene aun no era una paja solo lo acariciaba y yo notaba como si me fuera a correr, con la otra mano me cogio los huevos y empezó a pajearme, suave pero segura, yo luchaba por no correrme, solo habían pasado dos minutos, Teresa se acerco a mi oído y me susurró:

"vamos, no te resistas mas, sabes que has perdido, dame tu leche y ríndete, EL es mas hombre que tu, es su polla la que deseo dentro de mi, ríndete, has perdido…siempre lo supiste no podías ganar..los dos lo sabíamos, deja que te derrote mi mano"

Fue increíble ella acelero el ritmo, como una experta manejaba mi inexperta polla, sus palabras acabaron con mi resistencia y entre gemidos y sollozos me corrí en su mano, 2:43 segundos dijo EL. Yo rendido jadeaba en la cama y ella me beso la frente, lo has intentado me dijo.

Cambiamos las posiciones, ahora era el quien estaba tumbado en la cama, con su polla dura esperando que mi Teresa le pajeara, y yo con el cronometro estaba frente a ellos.

Teresa me miro y me dijo:

"Bien, esta es la última prueba parece, como podrás suponer todo esto me a puesto muy caliente, estoy loca por follar y como ya esta bastante claro quien va a ser el afortunado solo vamos a esperar a que tu nos des la señal para empezar. Tu te has corrido en 2:43 voy a pajearle y quiero que cuando pase ese tiempo nos avises. Entonces el abra ganado la tercera prueba y te abra vencido. Entonces el tendrá su premio y tu nos miraras hay sentadito y tranquilito."

Yo asentí con la cabeza, ella bajo el brazo y el tiempo empezó a correr, Teresa lo pajeaba muy suave, sin intentar que se corriera, ella me miraba a los ojos y el sonreía solo le estaba preparando para lo que estaba a punto de suceder.

"Ya esta, han pasado 2:44, 2:45…", ya había un vencedor Teresa sonrió de oreja a oreja, se levanto la camiseta dejándonos ver sus pequeñas y preciosas tetas, se quito con ansia los pantalones, no llevaba nada debajo estaba muy mojada y su aroma impregno toda la habitación, era el primer coño que veía de cerca, y ahora sabia que nunca lo tendría, se abalanzo sobre el y sin dejar pasar un segundo se metió el enorme poyon, fue un polvo rápido pero intenso, era el primero que veía aunque no seria el ultimo, ella subía y bajaba como enloquecida sobre el, sobre su poya, yo no podía dejar de mirarlos como se retorcían, sus jadeos y como se corrió el gruñendo y se desplomo ella satisfecha al fin.

Muy dulce se volvió hacia mi, después de su orgasmo, nunca la había visto tan hermosa, y me dijo: " has sido un buen chico y has luchado bien, pero has perdido y sabes lo que eso significa, quiero que mañana traigas tus cosas a casa, viviremos aquí los tres y desde hoy empieza tu nueva vida. Se que vas a disfrutar mucho con nosotros".

Al día siguiente me mude a su casa.

CONTINUARA.