La Prueba de Teresa (2)

Despues de entregarme a Teresa, comienza mi vida como un sumiso.

Desde entonces empezó mi nueva vida al lado de Teresa. Me mude a su apartamento y para todos nos convertimos en una pareja perfecta. Yo me ocupaba de todo en casa, desde el principio quedo claro mi lugar, limpiaba, cocinaba y hacia todas las labores del hogar. Nuestra convivencia era perfecta, nos divertíamos juntos, yo estaba totalmente enamorado de ella y ella decía que me quería.

Muchas noches dormíamos juntos, a ella le gusta dormir desnuda y a mi me compro un pijama para que siempre durmiese con el y que pudiese aguantar la excitación de estar a su lado. Yo me volvía loco de deseo teniendo a esa mujer des nuda a mi lado y saber que no podía ni tocarla. Ella lo sabía y disfrutaba de mi frustración.

Teresa se canso pronto del hombre que me venció ante ella, después de unos meses dejaron de verse, a partir de entonces ligaba bastante, dos o tres veces por semana volvía acompañada a casa, hombres de todo tipo, jovencitos, mayores, negros… estaba decidida a disfrutar y follaba como una loca.

Cuando llegaba a casa con alguno de ellos, mi labor era atenderlos, servirles una copa y según ella decidiese me mandaba al cuarto de al lado donde solo podía oírles o le contaba a su amante quien era yo, su novio, ambos se reían y ella me humillaba ante el dejándome ver como se follaba. En esas ocasiones yo me sentaba junto a la cama, y veía como ella desnudaba al hombre, veía la lujuria en su cara, lo que la gustaba el sexo, como lo tocaba, acariciaba su pecho como descubría su verga y se lanzaba a comérsela, mientras mi Teresa se comía la polla de un extraño notaba como mi pene me dolía totalmente duro bajo mis pantalones. Es muy difícil explicar lo que siente un macho al ver como otro macho le come las tetas a su hembra, como ella le ofrece su coño empapado y lo que es ver como una polla enorme se hunde en su raja, como entra hasta el fondo y como entra y sale mientras ella alcanza el mayor de los orgasmos.

Eso era todo el sexo que ella me permitía, ver como ella disfrutaba, como disfrutaban con ella todo tipo de machos y como yo debía permanecer virgen si la amaba, a su lado renunciando al placer. Así pasó el tiempo hasta que un día ella dio el paso y me convirtió en el hombre más feliz del mundo. Preparo una cena romántica para los dos solos y esa noche me pidió que me casara con ella, llevábamos dos años de novios y me dijo que estaba muy a gusto conmigo, que había demostrado ser un buen novio y la había hecho una mujer muy feliz, antes de que yo le diese una respuesta ella me contó la verdad de cómo me eligió para ser su novio.

Teresa: "Sabes hacía tiempo que estaba buscando un chico como tu, un novio formal, quería sentar la cabeza encontrar alguien bueno, divertido, que me gustase y con el que pudiese tener una relación estable y, con el tiempo, formar una familia. Pero tú ya me conoces yo soy un poco peculiar, y estaba segura que nunca encontraría un hombre que aceptase lo que tu. Pero entonces tuve una idea solo tenia que buscar un chico tímido, no demasiado atractivo y por supuesto virgen. Pensé que para mi seria muy fácil lograr que un chico así se volviese loco por mi, lo difícil era encontrarlo y entonces te conocí. Eras justo lo que buscaba, solo tenia la duda de si serias virgen, así que me acosté con un par de tus amigos y me contaron que nunca habías tenido novia y que ellos estaban seguros de que aun no habías mojado. El resto fue fácil te enamoraste como un idiota de mi, sabia que te volverías loco por la primera que te hiciese un poquito de caso. Luego solo tuve que buscar a un hombre de verdad que te humillase ante mi y desde entonces eres mió. Ahora dime ¿quieres casarte conmigo y aceptar tu destino para siempre?, ¿te convertirás en mi carnudo y sumiso marido?".

Yo mas seguro que nunca me arrodille ante ella y la conteste SI QUIERO.

Continuara….