La prueba

Entrenando a un sirvienta (2)

Al día siguiente la muchacha se despertó en su cama, desnuda y con recuerdo fresco de la noche anterior y sobre todo de la promesa.."mañana…". Se vistió como un día normal y comenzó su rutina diaria. Pensaba en su familia en como se veía obligada a servir al señor para evitar la ruina de su familia y sin poder evitarlo recordó las veces que el señor la había hecho suya, su zorra, como el decía. Era una sensación extraña, había estado antes con hombres, pero nunca había sentido esa excitación de estar totalmente sometida a los deseos de su amo, pero su cabeza seguía negándose a aceptar lo que su cuerpo había aceptado y deseado.

Sirvió el desayuno en la biblioteca como era costumbre, el señor ya estaba allí ojeando un libro con apariencia de antiguo.

Buenos días señor

Buenos días Sofia – respondió el lacónicamente.

Su desayuno – respondió la muchacha y se quedó esperando, quería una respuesta a la intrigante frase de la noche anterior, esa promesa de un día intenso.

Puedes retirarte – fue la única respuesta que obtuvo.

Continúo con sus quehaceres diarios y a la hora de la comida de nuevo entró en la biblioteca, el dueño de la casa seguía allí, enfrascado en la lectura de libros que ella desconocía.

La comida señor – dijo y sin esperar respuesta comenzó a retirarse.

Un momento – dijo el señor levantando la vista de su lectura – creo que ya puedes empezar a llamarme por mi nombre.

Si señor

Luis, a partir de ahora y mientras estemos a solas podrás llamarme Luis – la rectificó el.

Luis – dijo ella como paladeando el nombre.

Si, creo que ya me has demostrado su fidelidad y tus deseos de servir… – dijo dejando la frase en el aire – y si lo deseas hoy podrás saldar todas las deudas de tu familia y superar la última prueba de mi confianza.

Señor…Luis – vaciló ella – Que debo hacer?

No debes saberlo Sofia, sólo debes estar dispuesta a obedecer como hasta ahora, sin sombra de duda por tu parte. Si cumples los problemas de tu familia y los tuyos estarán resueltos para siempre – respondió el.

Como deseéis – dijo tras una leve vacilación.

Entonces prepara el gran salón, esta noche tendremos invitados –

Cuantos señor? – pregunto ella – lo digo por la cena.

Luis – dijo el- soy Luis. No es necesaria cena, a las 8 ven a mi habitación. Eso es todo.

Sofía se retiró nuevamente y tras recoger la cocina descanso unos minutos en su habitación antes de continuar sus tareas, pero no se iba de su cabeza la proposición del señor. Qué clase de reunión sería esa? Como iba a solucionar los problemas de su familia?. Estas preguntas rondaron toda la tarde en su cabeza y sin casi darse cuenta dieron las 8 y se dirigió apresurada y ansiosa al dormitorio de su amo.

Adelante – respondió él a los golpes en la puerta.

Estaba vestido como de costumbre y buscaba algo en el cajo de su mesilla.

Bien, seguro que deseas saber que va a suceder esta noche – dijo mientras la indicaba con un gesto que entrará.

Si…- me gustaría saberlo.

Nada especial, solo la última y definitiva prueba de tus deseos de complacerme. Estas dispuesta? – preguntó.

Si Luis, estoy dispuesta – respondió ella.

Entonces ven y mira – y la indicó que se acercara a una de las paredes donde colgaba un tapiz – te voy a presentar a los invitados a la cena.

Tras retirar el tapiz Sofía observó una pequeña mirilla, se acercó y la escena la sorprendió. Un hombre de pie acariciaba la cabeza de una mujer que arrodillada frente a el, acariciaba su pene que comenzaba a adquirir rigidez mientras lamía suavemente sus testículos. Sofía quiso retirarse pero su señor la sujeto y la obligo a mirar.

observa - ordenó mientras se pegaba a ella y sus manos se colocaban sobre sus caderas.

Ella continuó observando la escena, cuando el hombre se giró observó que llevaba una mascara que ocultaba su rostro. Era una mascara de lobo que ocultada cualquier rasgo de su cara. La muchacha, que parecía alta, delgada, rubia y de pelo largo ya hacía desaparecer la polla en su boca, lentamente, lamiendo cada centímetro de la piel. Mientras observaba sintió las manos de Luis subiendo por su pecho, hasta atrapar sus tetas, aumentando la presión lentamente, mientras sus labios rozaban su nuca. Sus pezones comenzaron a ponerse duros inmediatamente.

Ves? No eres la única esclava….- fue su comentario apenas audible – Observa como complace a su señor.

Sofía estaba excitándose rápidamente y cuando una de las manos de su señor se deslizo por su vientre y comenzó a recoger su falda sabía que su coño estaría mojado cuando la mano se posara directamente sobre el. Notaba la verga de Luis endureciéndose pegada a su culo y movió lentamente sus caderas en círculos suaves.

Veo que te gusta, no esperaba menos – fue la respuesta del hombre

La mano de Luis ya subía entre los muslos desnudos de la joven que los separó para facilitar el acceso a su coñito, ya totalmente excitada. Pero su señor se limitó a acariciarla suavemente, excitándola más y mas mientras la mano libre había liberado sus tetas y jugaba con sus pezones.

Ahora ven aquí – dijo Luis mientras se dirigía a la pared opuesta y descolgaba un cuadro.

Por la nueva mirilla observo una escena parecida, un hombre esta vez con máscara de pájaro era masturbado por una muchacha morena de pelo corto y grandes pechos que se retorcía sobre su señor arrodillada en la cama. Nuevamente noto la polla de su señor y su mano entre sus muslos acariciando su clítoris.

He hecho una apuesta – dijo Luis mientras se retiraba de la mirilla y liberaba a Sofía – He jugado mucho dinero con esos hombres a que eres la mejor esclava de las tres. Si ganas el dinero será para ti.

Pero señor

Luis, todavía estamos a solas- interrumpió el -Te conozco, puedes ser la mejor y mas complaciente. Cuando te excitas y te liberas tu cuerpo actúa con deseo, te conviertes en una zorrita ansiosa de placer y polla.

Yo…- balbuceo ella- no se si podré hacerlo

Podrás – respondió el mientras se colocaba una nueva máscara, en esta ocasión con la efigie de un dragón – vas a demostrar lo guarra que puedes ser y con eso será suficiente. Ahora ya estas lo bastante excitada, esos hombres cometen el error de excitarse ellos y no de excitar a sus esclavas, en cambio tu ahora estas dispuesta a todo y dentro de unos momentos lo comprobaras.

Si mi señor, soy vuestra esclava – respondió ella.

Bien, acércate – ordenó el mientras sacaba el objeto que había buscado en la mesilla. Era un collar de cuero negro con una correa que colocó en el cuello de la muchacha- ahora eres mía.

Cuando entraron en el gran salón las otras cuatro personas ya estaban allí.

Todos los amos llevaban a sus esclavas con una correa igual a la de Sofia. Las colocaron frente a una mesa sobre la que había diversos juguetes, las liberaron de la correa y los hombres se sentaron en tres sillones frente a la mesa.

Mostradnos lo zorras que sois – dijo uno de los hombres sin que Sofía pudiera identificarlo, las mascaras distorsionaban la voz.

Las chicas comenzaron a desnudarse. Sofía se quito lentamente su vestido, sin alardes, y se dejo únicamente las medías y la ropa interior. Las otras chicas estaban contoneándose acariciándose, pero a Sofía le pareció que lo hacían de forma artificial. Ella se termino de quitar el sujetador y acaricio sus pechos suavemente, sus pezones ya estaban duros desde que el señor la colocó la correa. Los pellizco mientras su otra mano desaparecía en el interior de su tanga. Cerro los ojos y todos sus problemas desaparecieron, solo quería sentir placer, dejarse llevar, gozar. Cuando abrió los ojos vio que las dos muchachas se estaban masturbando. La rubia pasaba por su coño unas bolas y las iba haciendo desaparecer una a una mientras la morena se frotaba el coño con un enorme consolador de color negro. Se quito el tanga y tras observar de reojo como los tres hombres se desprendían de sus pantalones se fijo en un arnés que había sobre la mesa. Tenía incorporado un consolador. Sin pensarlo lo cogió y se lo colocó. Acaricio el pene artificial como si fuera real. Si los amos querían ver una zorra es lo que les daría.

Se acerco a la rubia que tumbada boca arriba sobre la mesa mostraba a los espectadores como las bolas entraban y salían de su abierto coñito. Se las retiro. La rubia hizo un amago de apartar a Sofía, pero una voz la ordenó permanecer quieta.

Sofía dejo caer su saliva sobre la gran polla que ahora surgía entre sus piernas y tras extenderla con la mano se coloco entre las piernas de la rubia y comenzó a acariciarla con el, recorriendo todo su coñito. La extraña sensación de poder la dominó, estaba muy excitada, ahora entendía el placer de su señor y mezclado con saber que estaba siendo dirigida por el, que seguía siendo su esclava, lo hacía aún más intenso.

Sin esperar empujo. El consolador se abrió paso en el coño de la mujer que grito y se agarró los pechos con fuerza. Sofía inició un movimiento con sus caderas, haciendo entrar y salir el objeto de la vagina de la chica que se retorcía y jadeaba, mientras la morena casi había cesado en su juego para observar. El grado de excitación de Sofia aumentaba sin cesar, pero esa polla que hacia gritar a su ahora dominada no la proporcionaba ningún placer. Inclinándose un poco hacia delante comenzó a acariciarse el culito con una mano. Sabía que ese espectáculo excitaría también a los amos, pero su único objetivo era disfrutar.

Suficiente – volvió a escucharse la voz – ahora caminad hacia aquí.

Sofía se quitó el arnés y se coloco junto a las otras. Las tres de pie frente a sus amos cuyas pollas estaban totalmente duras gracias al espectáculo que habían presenciado, sensación que complació a Sofia, al saberse responsable y no pudo evitar fijarse en la gran polla del hombre con la máscara de lobo, nunca había visto una así y casi no pudo retirar la vista de ella.

Los hombres se levantaros y juntaron a las muchachas en un triangulo espalda con espalda y vendaron sus ojos. Acto seguido comenzaron a acariciarlas, a jugar con sus pechos, mordiendo pellizcando, chupando. Dedos jugaban en su coños, arrancando gemidos que se mezclaban con la respiración cada vez mas fuerte de los hombres. Sofía creyó reconocer los dedos de su amo cuando los sintió en su interior, como resbalaban en su interior, nunca recordaba haber estado tan mojada, pero casi al instante fueron sustituidos por otros mas finos, noto tres entando y saliendo sin parar de su coñito. Otra mano acaricio su culito, separando sus nalgas, haciéndola estremecer cuando la yema de un dedo presionó para hundirse lentamente en su culo.

Las zorras están listas – anunció una voz diferente a la anterior – ahora veamos si son las putitas que necesitamos.

Unas manos sobre sus hombros obligaron a Sofía a arrodillarse e inmediatamente noto una polla caliente y dura acariciando su cara. No era lo bastante grande para ser la que había visto y no era la de su señor que reconocería en cualquier parte, así que dedujo que era la del hombre pájaro. Comenzó por lamerla lentamente desde los testículos y mientras acariciaba el capullo con la lengua su mano la rodeo y comenzó a masturbar al hombre. Oía como las otras esclavas engullían las pollas, el ruido de los labios al cerrarse sobre los penes erectos y resbalar lamiendo cada centímetro.

vaya putas – pensó para si, y acto seguido engullo la polla que tenia en los labios. Se centró en la mamada, tenia la boca llena de saliva que resbalaba por la comisura de sus labios y aumentó el ritmo metiéndose la polla hasta el fondo de la garganta.

Cambio – esta vez la voz procedía del hombre que tenía frente a si, hubiera jurado que estaba a punto de correrse cuando habló.

Esta vez la polla que lleno su boca era la del hombre lobo. Era enorme, muy gruesa, tanto que casi no pudo meterla en su boca, escupió sobre ella y abriendo su boca todo lo que pudo se trago la descomunal polla que estaba mojada por la saliva de alguna de las otras. El tamaño la provocó una arcada pero no paro en su mamada, la polla entraba y salía sin cesar y Sofía babeaba más y mas, agarro al hombre por las nalgas para empujarse la polla bien adentro de su boca y saborearla.

Cambio – se repitió la orden.

Esta vez reconoció la polla de su amo y se lanzó ansiosa a por la polla que la esperaba, sintió las manos de Luis en su cabeza y como la empujaban, haciendo que la polla llegará al fondo de su garganta, haciéndola toser y llenar la polla de su amo de baba que colgaba de ella cuando la retiró de su boca y que nuevamente recogió deseosa al mismo tiempo que su amo volvía a llenar su boca. Sentía su coño estremecerse, necesitaba ser follada en ese mismo instante y retirando las manos de las caderas y la polla de su señor comenzó a masturbarse metiéndose tres dedos que su coño engulló.

Quien te ha ordenado hacer eso? – oyó que decía una voz.

Ella se paro al instante, y sintió su boca vacía al retirarse la polla que llenaba, se lamió la saliva de las comisuras de los labios e inclinó la cabeza. Sus ojos seguían vendados y no sabía que estaba pasando.

Es suficiente – dijo la voz – poneros en pie zorras.

Las tres obedecieron y permanecieron quietas esperando órdenes. Sofía sintió nuevamente la correa enganchada a su cuello y como era conducida fuera de la habitación. Oyó abrirse una puerta y cuando su amo, todavía con la máscara, la quitó la venda vio que estaban en la habitación del potro donde su amo la había conducido en otra ocasión.

No os he satisfecho amo? – pregunto temerosa la muchacha.

Siéntate – fue la respuesta del amo.

Cuando Sofía se sentó Luis se arrodillo ante ella y separando sus muslos hundió su cara en su coño, todavía chorreante y comenzó a lamer, a hundir la lengua todo lo que podía en su interior mientras sus manos buscaban los pechos de su esclava para estrujarlos, apretarlos fuerte y pellizcar sus pezones. Su señor nunca la había comido así el coño, el ruido de se lengua, de su boca al beber sus abundantes flujos la excitaba tanto que sintió como la invadía un orgasmo que la obligó a arquear la espalda levantando las caderas, empujando el coño contra la boca que la devoraba sin incesar, incluso cuando los músculos de la joven se relajaron la lengua continuo su recorrido. El amo dobló las piernas de la esclava hacía atrás, exponiendo su culito y su coño, todo estaba húmedo de flujos y saliva.

Te has portado como una autentica zorra – dijo – nunca he tenido mejor esclava.

Entonces

Entonces tu familia es libre, podrá saldar sus deudas – continuo él – pero ahora debes compensarme a mi por la fortuna que he perdido con la apuesta.

Soy vuestra mi señor – fue su respuesta.

Luis con una sonrisa volvió a lamer todo su coño, bajando hasta su culito, donde jugueteo un rato recogiendo las gotitas de flujo que resbalaban.

Que sentías cuando te comías esas pollas? – pregunto

Placer mi señor – respondió la joven

Y como te sentías?

Como una guarra mi señor.

Y eso te complace

Mucho mi señor, nunca he disfrutado tanto.

La noche no ha terminado – fue la respuesta del amo hacía su esclava

Estiró la mano y cogió algo que luego mostró a Sofía. Era un extraño consolador. Corto, de forma cónica y color negro con el que empezó a juguetear en su culo. La joven sentía como la punta se deslizaba en su interior con facilidad, pero según avanzaba notaba la resistencia de su culo. Un pequeño grito de dolor surgió de su garganta.

no te gusta?

Si, mi señor – respondió ella apretando los dientes – metedlo todo.

La presión continúo hasta que Sofía sintió su culo lleno, notaba como las paredes rodeaban y apretaban el juguete. El vació que dejaba al retirarse y como disfrutaba cuado volvía a tenerlo todo en su interior.

Estaba tan absorta que no se dio cuenta de la presencia de los otros dos hombres en la habitación.

También debes compensar a los perdedores – dijo Luis

Si mi amo, obedeceré.

El amo se colocó de rodillas entre las piernas de su esclava y pasó su polla por su coño, introduciéndola lentamente en su interior. Ella vio como los dos hombres se desnudaban, dejándose las mascaras y se acercaban a ella, colocándose uno a cada lado. Sin esperar instrucciones agarro cada una de las vergas con una mano y comenzó a masturbar a sus dos nuevos amos. Se las fue introduciendo por turnos en la boca, el hombre lobo soltaba gruñidos de placer cada vez que su enorme polla desaparecía en el interior de la boca de la esclava y movía sus caderas, follándola la boca, mientras el hombre pájaro contemplaba la escena y disfrutaba de las caricias de la mano de la joven.

Luis saco su polla de la esclava y la introdujo en su culo, totalmente dilatado gracias al juguete, y comenzó a follarla con fuerza. Embistiendo más rápido cada vez.

Ponte a cuatro patas – ordenó a Sofía – ellos también deben comprobar que eres la más zorra.

Obedeció y cuando estuvo a cuatro patas su señor ocupo el lugar de los otros dos frente a ella que comenzó una mamada a su señor, de nuevo todo había desaparecido de su mente salvo el placer que sentía y proporcionaba.

Notaba las manos de los otros dos hombres recorriendo su cuerpo, acariciando sus pechos jugando con sus dedos en su coñito y culo mientras el señor marcaba el ritmo de la mamada moviendo adelante y atrás la cabeza de Sofía.

El hombre pájaro fue el primero en penetrarla, su polla era mas larga, pero más delgada que la de los otros dos hombres y Sofía sintió como llegaba hasta el fondo de su vagina. Cada embestida hacía que engullera más a fondo la polla de su amo, hasta las pelotas que ya estaba cubiertas de la saliva de la joven.

Me toca – dijo una voz tras la máscara de hombre lobo.

Se tumbó en el suelo y Luis levantó a Sofía y colocándola sobre la polla erecta la hizo descender lentamente.

De nuevo sintió esa sensación de estar llena cuando la descomunal polla fue entrando en su coño según ella se dejaba caer. Cuando la tuvo toda dentro suspiró y comenzó a balancearse lentamente, aumentando el ritmo progresivamente. Esta vez fue el hombre pájaro quien se puso delante de ella y sujeto su cabeza para comenzará una nueva mamada, cosa que hizo sin dudar. Su coño chorreaba sin parar, no sabía cuantas veces se había corrido ya, pero seguía mas excitada cada momento que pasaba, cada embestida que sentía.

Mi zorra no tiene bastante? – preguntó Luis

No mi señor, estoy cachonda, como una perra en celo – respondió ella sacándose la polla del hombre pájaro de la boca.

Sin esperar respuesta Luis la inclinó, ella intuyo lo que iba a pasar y se sintió sacudida por otro orgasmo en cuando noto el pene de su señor entrando lentamente en su culo. La muchacha gimió y se retorció de placer, una enorme polla llenaba su coño, otra su culo y saboreaba una más. Su cuerpo se convulsionaba con cada nuevo orgasmo, sintiendo las embestidas, notando las dos pollas que la llenaban mientras se comía una tercera sin cesar. Gimió, jadeo y chillo hasta que no pudo más, pero no paró de dar placer a los tres hombres que la rodeaban. Sofía nunca había sentido nada semejante.

Más, quiero más – pidió.

Luis se retiró, levantó a su esclava y la colocó a cuatro patas.

Muy bien, tú lo has pedido – dijo su amo.

Comenzó a untar su culo con lubricante mientras indicaba al hombre lobo que se acercara. Sofía notó tres de los dedos de su señor follando su culo, todavía no lo bastante dilatado para lo que se avecinaba, luego se colocó frente a su esclava y la sujetó la cabeza obligándola a mirarle mientras el hombre pájaro separaba sus nalgas y comenzó a sentir la enorme polla del tercer hombre deslizándose arriba y abajo entre ellas hasta que comenzó a penetrarla. El capullo entró sin demasiada dificultad en su lubricado culo pero un pequeño grito de dolor se la escapó cuando sintió la gran polla que presionaba abriéndose paso, pero olvidó ese pequeño dolor cuando su culo se fue llenando con el descomunal pene.

Su señor la miraba fijamente a los ojos y ella decidió no decepcionarle.

Más – fue su única palabra

El hombre lobo presiono nuevamente y gran parte de su polla desapareció en el interior de Sofía que boqueó sin aire pero comenzó a mover lentamente sus caderas. La gran polla la llenaba por completo, nunca había tenido una sensación tan brutal a la vez que excitante. Sin pensarlo se lanzo a por la polla de su amo que dura e hinchada esperaba frente a su cara y comenzó una mamada, enloquecida por el placer que sentía. La polla entraba y salía de su culo, ahora totalmente abierto, cada vez más rápido y fuerte. En un momento en que sintió los testículos del hombre que follaba su culo aplastados contra su nalgas engulló entero el pene de su señor y fue sacudida por un intenso orgasmo. Cuando retiro la boca hilos de saliva colgaban desde sus labios a la polla de Luis y prácticamente se derrumbó cuando su culo, totalmente abierto, quedó vació.

Desde luego es una perra en celo. Ahora veremos nos confirmará que además es una guarra – dijo el hombre pájaro.

Los tres hombres se incorporaron mientras ella seguía de pie. No tuvieron que explicarla más. Primero fue la polla del hombre lobo la que engulló mientras acariciaba las otras dos. Los hombres se fueron turnando en la boca de la esclava que babeaba, chupaba, lamía y acariciaba pollas como una posesa. El hombre pájaro fue el primero.

Cuando Sofía volvió a tener su polla en la boca, inmediatamente comenzó a eyacular, un gran chorro de semen cayó sobre su cuello y su pecho y cuando termino volvió a lamerla. Sin esperar el hombre lobo apartó a su predecesor e hizo que Sofía abriera toda al boca para tragarse su polla. Su corrida fue menos abundante y cayó sobre su cara.

Cuando Sofía se dirigía hacia la polla de su señor este se retiro dos pasos.

Demuéstrame que lo deseas – dijo

Mi señor, por favor, dádmelo, dame vuestra polla, quiero sentir como os corréis – suplicó la muchacha mientras con las manos se extendía la leche de los otros dos hombres por todo su cuerpo – soy vuestra zorra, vuestra esclava.

El se acercó y ella ansiosa se introdujo la polla en la boca mientras Luis la agarraba del pelo y guiaba sus movimientos, cada vez más rápidos y brutales, llegando hasta el fondo de su garganta. Luis se estremeció cuando eyaculo, llenado la boca de su esclava mientras los otros dos hombres miraban. Cuando retiró la polla su semen desbordo los labios de la muchacha y cayó por su barbilla, resbalando hasta sus tetas, donde la polla de su señor lo recogió y lo extendió por su cuello y su cara mirando sonriente a su esclava que también sonreía.

Cuando se retiraron los dos hombres Luis se dirigió a Sofía.

Ahora tu y tu familia ya sois libres, puedes irte cuando quieras.

Y si deseo seguir a vuestro servicio mi señor? – preguntó ella

Entonces seguirás, pero en cuanto dejes de satisfacerme deberás irte – replicó el

Eso no sucederá, no encontrarás otra tan zorra como yo