La propuesta de Tania y el Benefactor

Contiene elementos de fetichismo, dominacion, sado, metafora sobre la busqueda de empleo.

La propuesta de Tania y el Benefactor

La propuesta me vino de una amiga un poco excéntrica. Para que os hagáis una idea, una chica de vida algo bohemia, la conocía desde la universidad, ella estudiaba bellas artes, luego se pasó a hacer un curso de actriz y bailaba en cabarets y discotecas. Lo que no supe de ella durante todo este tiempo es que llevaba una doble vida… hasta el dia que me ofreció conocer a  su “benefactor”.

Bueno, para entrar en detalles, Tania, mi amiga vivía sola desde los 17 años, se matriculó en la universidad y llevaba un nivel de vida bastante alto, lo cual de un primer momento  me pareció un tanto  extraño, y me lo habría seguido pareciendo si no hubiera conocido a su “benefactor”, o como ella le llamaba el Señor Dinero. Nunca me dijo como lo conoció, ni creo que importe para esta historia. El caso es que el Señor Dinero era realmente un tipo con mucha pasta, pasta y manías abundantes. Debía trabajar en algo relacionado con el petróleo, y tenía negocios importantes. Esto es lo único que tengo en conocimiento de el, esto y que era de la clase de personas de mentalidad clásica, que aparte de estar en un feliz y aburrido matrimonio compartía la idea renacentista y romántica de tener una artista apadrinada. En su caso no solo se trataba de una idea filantrópica y romántica como podéis imaginar. Lo que realmente le gustaba a Don Dinero era tener una chica jovencita que comiera de la palma de su mano… y no tanto de la palma como de otras partes del cuerpo. Así mi caprichosa amiga, ejercía de acompañante y objeto, amante y obediente esclava de un hombre que la sacaba por lo menos 25 años, mientras gracias a eso podía permitirse una vida de fiestas, y bellas artes.

Con esta pequeña introducción de mi amiga y su generoso benefactor, puedo contar mi parte en la historia.

Las cosas no me estaban yendo bien estos últimos meses, tras terminar las prácticas universitarias en una empresa que estaba apunto de hacer un ERE, mis expectativas laborales eran más bien nulas, y si la cosa no mejoraba, tendría que ir pensando en buscar trabajo de camarera o limpiando casas, ya que no había gran cosa para una titulada universitaria sin experiencia laboral. Mi primera idea fue recurrir a Tania , que como ya os he dicho conoce muchos bares y locales nocturnos, donde pensaba ir a buscar empleo, o bien de camarera o limpiando después de que cerraran. Cuando se lo dije, su reacción fue envolverse en un halo de misterio, y me dijo que podía presentarme a alguien que estaba bien situado socialmente, que quizás me hiciera una entrevista y que lo arreglara con el.

-La idea me parece bien Tania, no se de que le conoces, pero iré encantada a la entrevista. No me importa el puesto que sea, puedo empezar desde abajo, aunque sea como secretaria. Luego ya demostraré lo que valgo.

Ese dia nos despedimos, y por la noche me llamó por teléfono:

-Sara, lo he pensado mejor, y  no se si quiero que conozcas a este hombre.

-¿Por?

-Mira, es alguien muy influyente, y casi seguro que te puede ayudar a encontrar trabajo, pero lo que te pedirá a cambio… - su voz sonó dubitativa- , no se si serás capaz de darselo.

-¡So zorra! ¿Que insinuas? ¿No me digas que querrá que me acueste con el?

Llegados a este punto, Tania me puso un poco en antecedentes sobre su relación con Sr. Dinero.

-Bueno tia, no se que decir, lo que me da un poco de yuyu es eso que me has contado del sado y de los azotes…

-A mi no me empezó a dar azotes hasta un año de conocernos, y lo de las ataduras… ¡Pues que quieres que te diga! Me tumba en la cama, o me pone de rodillas, y le dejo que sea el el que me haga lo que quiera. Al menos es mejor que esos tios que conoces una noche que se sientan en el sofá y te piden que se la mames hasta que se corren y luego ni siquiera tienen la decencia de comerte el coño!

-¡Ay Tania que ordinaria eres! Bueno, deja que me lo piense y te pido que conciertes una cita.

Al de dos dias, llamé a Tania para decirle que lo organizara con el Sr. Dinero, y para esa misma semana, me preparó una cita con el en un hotel de los que hay a las afueras de la ciudad, por los que va mucha gente de paso.  Mi cita era en el bar del hotel. Me enseñó una foto de Sr. Dinero, para que pudiera acercarme a el sin que resultara demasiado evidente que en cierta manera me iba a prostituir…

La cita era a las 13.30 . Me arreglé lo mejor que pude, lencería de encaje, y un vestido elegante y formal. Zapatos de tacón y un bolso. Todo un clásico. Llegué en taxi al hotel, y en el bar lo busqué. Estaba sentado en una mesa, como habíamos acordado, me acerqué a el, vestía muy elegante, ropa cara. Mediana edad, pelo canoso, sonrisa de hombre satisfecho y pagado de si mismo. Lo saludé como si lo conociera de antes y me senté junto a el. Llegó el camarero y pedí una botella de agua. Los nervios me estaban traicionando y el lo notó.

-Relájate, te noto ciertamente tensa, y para lo que vamos a hablar quiero que estés relajada. Te ofrezco comer en el restaurante del hotel y que me hables un poco de ti y de lo que buscas a nivel laboral, después te hablaré sobre mi y del perfil que requiero en una empleada…

-Vale… no te preocupes, estoy bien.

Cuando me terminé el agua, fuimos al restaurante, donde me pedí un plato ligero, una ensalada, el mientras disfrutaba de un asado de cordero, y me hacía todo tipo de preguntas sobre mi, mi familia, mis expectativas laborales…

Mira, tengo un puesto vacante como ayudante de proyectos, para el cual tu currículum es idóneo. Tu salario sería de 2000 euros mensuales, mas incentivos, y para desarrollar tu trabajo deberás viajar por España y algunos países proveedores, acompañándome a mi. ¿Qué te parece?

Cuando oí eso se me abrieron los ojos, estaba loca por un trabajo así, y Sr. Dinero lo notó, ya que parecía disfrutar con esa sensación de poder sobre mi.

-S..seria fantastico sr.

-Bueno, podemos hablar de las condiciones del negocio en el postre. Pediré que lo suban a la habitación.

-Un escalofrío me recorrió desde la espalda hasta los pies.

-Es la 205, por favor espérame allí y sigue las instrucciones que encontrarás en una nota, yo tengo que encargarme de un asunto previo.

Subí en el ascensor hasta la habitación, pensando en que serían las instrucciones que me habría dejado.

Sobre la cama de matrimonio, había unas esposas y  una cadena pasando por los barrotes de la cabecera.  En la nota había un texto escrito a mano:

-Hoy vas a tener el placer de someterte para probar las mieles de la sumisión, que espero que sean dulces para ti, aunque como dice el refrán, para cortar una rosa, te arriesgas a pincharte. Aún estás a tiempo de echarte atrás, sabes lo que tienes en juego y soy un hombre de palabra, si en algún  momento de nuestro encuentro rectificas y no quieres participar, solo  basta que digas “renuncio” para que yo sepa que has decidido renunciar al trabajo y en ese momento te soltaré, te vestirás y cogeras un taxi camino a tu casa, y nunca más hablaremos de esto. Ya sabes, por tu amiga Tania lo generoso que puedo llegar a ser, si eres capaz de humillarte y complacerme punto por punto en todas mis exigencias.

Bien, lo que pido, es, que te desvistas, me esperes desnuda, a cuatro patas, sobre la cama, con las esposas puestas, esto es imprescindible, en todo  momento el control será mío, sobre tu placer y tu dolor, y debes estar dispuesta a complacerme a mi o a cualquier persona que yo decida.

Al leer esto me estremecí… cualquier persona… mi sensación era entre miedo y placer, estuve apunto de echarme atrás, pero la historia era que yo sabía que si le complacía, el sabría premiarme…o eso me dijo Tania.

Entonces comencé a desvestirme, me quité los zapatos, los dejé a un lado de la cama, la lencería que traje puesta, me la quité para quedar desnuda por completo, como el me exigió, y me puse sobre la cama… el ultimo paso, el más difícil, por la situación de sumisión en la que me colocaba fue colocarme las esposas. Yo misma me había encadenado a la cama, y lo único que me protegía de ser abusada era mi confianza en Tania.

Al cabo  de un rato, no se cuanto exactamente, de estar en esa incómoda posición, la puerta de la habitación se abrió, entrando el Sr. Dinero acompañado por alguien más, al que no  pude ver bien, ya que no podía girar del todo la cabeza.

-Mira Marcos, esta es la chica de la que te he hablado, nuestra nueva incorporación para la empresa y el club. Viene de parte de Tania, ¿verdad que es un bombon?

-Esta asustada Jordi, pero ¡dios mio! Realmente tiene un buen culo, y ese coñito que asoma por ahí… tiene una pinta deliciosa.

En ese momento empecé a arrepentirme de estar allí, a merced de esos dos viciosos que iban a hacer conmigo lo que quisieran.

El nuevo, se acercó a mí y me empezó a sobar el culo, y los pies,

-Mira que deditos tan ricos tiene creo que es lo primero que voy a castigar

-Suave, suave, que es su primera vez, y no queremos que rechace el trabajo ¿verdad?

-No señor –contesté presa de los nervios.

-Mira que tensa está- dijo Marcos.

Acercó su cara a la mía, entonces le pude ver, un hombre algo más mayor que Jordi, su aliento olía a alcohol – No te preocupes monada, esto duele lo justo

Jordi ya se había desvestido, y estaba sacando de un maletín una vara, Marcos me lamió la mejilla, y me sujetó la cabeza.

Entonces noté un golpe en las nalgas, seguido de otro en las plantas de los pies. Moví los pies como una loca, y Jordi me gritó.

-¡Para niña! Te voy a tener que atar para que veas lo que es bueno. Ya sabes que tu puesto depende de lo satisfechos que salgamos de aquí.

-la conejita se resiste.

Jordi me colocó un cepo en los pies, que me unía los dos dedos gordos. Me quejé cuando me lo colocó, porque me pellizcó la piel. Mi queja fue castigada de inmediato con nuevos golpes en las plantas de los pies.

Marcos se sentó en un sofá, se puso una copa de whisky y se encendió un puro mientras miraba como Jordi me azotaba sin pausa.

-No te estoy dando muy fuerte, podría ser peor, ¡es tu bautismo con la vara!  El olor del puro, inundaba toda la habitación.

Ya sentía escozor en las nalgas y en los pies, y Marcos me dijo que era hora de cambiar de posición. Tenía los músculos molestos de la posición forzada en la que me tenían.Jordi me quitó las esposas y el cepo de los pies  y me dijo: -Niña, puedes ir al servicio a darte agua fría, te calmará, y todavía te queda por experimentar. Lo miré, y estaba con una erección de soberbia y poder. Agaché la cabeza y me fui al servicio.

Afuera les oía reir y hablar entre ellos. Me dolían los pies al andar. Me metí en la ducha y me di agua fría en los pies y el culo.

Al salir y secarme, entró Marcos: - Mira, a la zorrita se le han puesto los pezones duros.

Me humillaba esa forma de dirigirse a mi, como si no estuviera delante o fuera tan solo un objeto.  Sin duda Marcos era de los dos el que más disfrutaba humillando, mientras que Jordi era más orgulloso y le gustaba ser el centro de poder, el amo, el castigador, el que con su poder y su dinero mantenía a jóvenes díscolas y luego las castigaba, como un profesor, un padre severo o un noble de la edad media que disfrutara disponiendo de alguien que dependiera de el, para su propio placer y desdicha momentánea de la esclava, que por otra parte obtendría beneficios para si misma…

Jordi aparentaba ser alguien más vicioso y retorcido, alguien que disfruta causando  humillación y para el cual tener a alguien en esas condiciones es comparable a la satisfacción de un habano o un buen whisky.

-Sal del baño y sirvenos whisky a los dos, vamos a hablar un rato antes de seguir-. En la habitación me esperaba Jordi sentado en la cama con la fusta en una mano y el vaso en la otra. La erección la iba perdiendo.

-Esclava, hazlo de rodillas.

-Si señor. –Contesto. Me pongo de rodillas y me acerco a la botella de whisky, les sirvo a ambos.

Marcos es el director de personal de la empresa, quien redactará cuando hayamos terminado tu contrato y tus condiciones laborales, no quería perder la oportunidad de probarte antes de contratarte. Esas condiciones tanto mejores serán en función de lo satisfecho que esté y del tratamiento que le des.

-Comprendo.

Comprendí que no iba a ser tan fácil complacerlos, dos exigentes hombres de negocios acostumbrados a tomar lo que querían de mi inocencia. No nos llevemos a engaño, yo no era inocente lo que se dice inocente, había tenido muchas parejas sexuales, pero nunca buscando nada a cambio como en este caso, y vaya si me lo harían pagar.

-Quitame los pantalones. ¡Ya! - Obedecí, le quité los pantalones, los calzoncillos, para ver ante mi un pene circuncidado sin mayor pena ni gloria, que iba creciendo en tamaño, sin ser gran cosa.  Jordi me colocó los brazos en la espalda y me los esposó, uniendolos con los tobillos. En ese momento yo estaba inmóvil, con la cabeza frente al falo que me estaba reclamando que lo reverenciara como si fuera un ídolo totémico de la antigüedad.

-Por favor señores ¿puedo beber?

-Si claro que puedes- Me dice Marcos derramando whisky sobre mi boca y su polla. – Ahí tienes y ahora comienza.

El whisky borrará cualquier sabor extraño y acritud de su polla ofensiva como un misil y me acerco a ella. La quiero explorar con la lengua, para ver su textura, sabe fuerte, a whisky, el glande es rugoso y el muy cabrón me sujeta de la cabeza y me penetra hasta el fondo con ese tronco de madera grueso y corto, que me provoca una arcada. Su mano me guia hacia delante y atrás rapidamente, sin dejarme reaccionar, inmóvil, presa del pánico, recibiendo azotes en los hombros y espalda. Después se deja caer en el sofá, llevando mi cabeza hacia el, me hace perder el equilibrio, y me hace que se la siga chupando, pero se relaja, se deja llevar y yo tomo un poco mas el poco control que puedo recuperar sobre mi. Cometo el error de rozarle con los dientes, ya que me muevo torpemente. Me grita y me pellizca las tetas muy fuerte, grito y me empuja de nuevo la cabeza hacia abajo. Me hace marearme, mientras, los azotes prosiguen, esta vez, ya no con una vara, sino con algo mucho más flexible, por espalda, pies, hasta que el cabrón se corre en mi boca, sin dejarme respirar.

Ha sido humillante, me siento fatal, pero ya estoy mas cerca de mi trabajo.

Con el cuerpo dolorido, en postura forzada, le veo levantarse sin mediar palabra, vestirse y despedirse de Jordi.

-Jordi mañana nos vemos, y trae a la chica para firmar su contrato.

Jordi me suelta las esposas, me lleva al baño, y desnudo, me mete en la ducha con el.

-Lavame y lavate tu. Quiero follarte como es debido, no me apetece sentir el sudor de Marcos. Le lavo primero a el, entero, lo embadurno  en jabón, mientras lo hago se vuelve a empalmar. Debe estar a reventar, porque yo no lo he visto eyacular todavía.

Después me lavo yo, la cara, la boca, el cuerpo. Lista para entregarme al sacrificio final.

Me coloco sobre la cama, me sera difícil excitarme asi, antes de que venga, me echo saliva en la vagina.  Sale del baño, me mira, se me acerca.

-En la antigüedad, antes de comprar una esclava, primero miraban el material, eso he hecho cuando hemos comido en el restaurante. Te he observado, estas bien educada, me gusta eso. Después miraban sus condiciones físicas, buenos dientes, manos cuidadas, bien vestida, corte de pelo bonito eso también me ha gustado. Te he hecho subir aquí, te he dado las condiciones, las has aceptado, eso también me ha gustado.  Sabes lo que ganas y sabes el precio. Yo puedo disponer de prostitutas, toda clase de chicas, pero no me gustan, no me producen satisfacción. Se que lo que me dan es falso, es solo por dinero. Tu me entregas otras cosas. Te sometes, no hay mentira en tus nervios, no lo has hecho antes. Luego te he puesto a prueba.

Los esclavistas azotaban a sus presas, para enseñarlas su lugar, y quien manda. Castigos con o sin motivo, no importa, lo que importa es la lección que se aprende. A quien perteneces. Tania lo comprendió muy bien desde que la castigué. Con ella tardé, contigo es distinto. Vamos a firmar un contrato, y vas a ser mi asistente personal. Vas a tener gente a tu cargo, recursos, dinero. Pero me pertenecerás a mi, y estarás disponible para mi, cuando yo te lo pida. Como sabrás estoy casado, voy a misa los domingos, mi trabajo es respetable. Pero mi mujer no me da lo que necesito. Me ha dado tres hijas maravillosas, una mayor que tu y la otra de tu edad. Pero lo que yo busco es lo que tu puedes darme, ese brillo de temor en tus ojos que he visto en ti todo el tiempo.

Ahora quiero tomarte para sellar nuestro pacto.

Se coloca en la cama con su gran pistola apuntandome. Me acerco a el, y la cojo, esta dura, me soba los pechos, me pide que me tumbe, y coge mis pies, los junta sobre su pene y empieza a moverlos. Son suaves, con dedos largos, que se abrazan a su verga como las manos de una monja a un rosario. Me viola las plantas de los pies, el masaje me resulta entre placentero y doloroso, porque noto las plantas ardiendo del castigo anterior. Debe estar a punto de caramelo, cuando me hace abrir de piernas y me penetra a traicion, sin previo aviso y duro. Entra y sale sin piedad, mientras me susurra que cuando se corra seré suya. Me excito, tanto que le grito ¡si amo!. Se corre dentro de mi, y yo lo hago casi al unísono. Cuando termina, se levanta y lo acompaño al lavabo, para lavarle el y hacerlo yo. Se viste y me da 400 euros y una cita para el dia siguiente en las oficinas de la empresa, para firmar el contrato.

Esta experiencia, que fue mi iniciación en la sumisión, fue dura dentro de mi recorrido como mujer y como persona, pero no fue la mas dura que tuve que soportar durante mi trabajo y sumisión a Jordi. Hubieron otras, algunas humillantes, otras divertidas, otras peligrosas, que acepté voluntariamente y consciente. Las relataré en otras historias.