La proporcion I
Restregaba una pierna contra la otra mientras yo seguía frotandole sintiendo como sus bragas se humedecían. Estaba caliente como una perra. Su movimiento cimbreante aumento el ritmo hasta que senti como alcanzaba el paroxismo del orgasmo.
De mi labor de profesor en la Universidad lo que más me gustaba era el contacto con los jóvenes alumnos que se incorporaban en los primeros cursos. Me encantaba charlar en los pasillos al finalizar la clase con los que se acercaban a preguntarme alguna duda.
Especialmente las tímidas muchachitas de mirada cándida que desprendían aquel aroma a colonia fresca. Con estas era especialmente amable y aprovechaba la ocasión para desplegar mis armas de seducción coqueteando con ellas y llevándome a la cama a las que podia que eran las más.
Pasaba de los cuarenta pero según ellas decían estaba muy bueno, vamos en sazón, con cuerpo de muy buen ver y con la madurez y experiencia que tanto anhelaban aquellas jóvenes universitarias.
Cuándo Mónica entró en el despacho enseguida la reconocí. Era una de mis alumnas de primero que se sentaba en la fila delantera. Habíamos intercambiado impresiones alguna vez a la salida de clase. Había coqueteado con ella y no había rechazado mis envite. Yo juraría que le gustaba
- Buenas tardes Mónica.Pasa, pasa - le dije mientras me levantaba.
Llevaba uno de esos vestiditos se verano de tirantes finos. Su corte al caer y lo corto que era permitía a ver un cuerpo esbelto de piernas largas y bien moldeadas.
- Toma asiento le indique señalando la silla que estaba al otro lado de mi mesa.
Al agacharse para tomar asiento, a través de su generoso escote, pude ver sus pechos libres de cualquier atadura que se bambolearon cadenciosamente.
- Joder que tía tan buena- me dije para mis adentros.
- ¿Necesitas ayuda? - le pregunté con una de mis mejores sonrisas..
- Si me echases una mano con la arquitectura griega. Tengo alguna duda
- Cuéntame qué problema tienes. ¿No te gusta mi asignatura? - le interrogue ceñido.
- Al contrario, me fascina.Por eso quiero que me introduzcas más profundamente en el tema - me dijo con voz melosa e insinuante mientras me miraba profundamente.
Me daba la sensación que quería rollo y yo no dudo en disparar sobre cualquier palomita que se ponga a tiro.
¿Y por dónde empezamos? - dije
Tengo problemas para analizar el estilo helenístico.
Me dirigí a mi biblioteca y extraje dos voluminosos tratados sobre el tema. Me volví a sentar y abrí el primero de ellos. Los cuerpos desnudos Laocoonte y sus hijos aparecieron sobre sus páginas. Al levantar los ojos vi que la silla que ocupaba Mónica estaba vacía. De repente sentí el frufrú de su vestido a mi costado.
- Es el Sátiro Borracho el que me cuesta más analizar.
Recordaba con precisión la obra, la había proyectado en clase no hacía mucho tiempo y recordaba aún las risitas de los alumnos.
- Bueno déjame que la localice - le indique mientras comencé a pasar las hojas
Se trataba de un cuerpo yaciente de un hombre con poderosa musculatura que descansaba con un brazo tras la cabeza. Lo que más destaca es que totalmente despatarrado mostraba obscenamente su sexo.
- Bien,aquí está.¿Donde está el problema? - le pregunté
Se inclinó sobre el libro. Sentí el calor de su pecho soobre mi hombro.Su melena me hizo cosquillas en la cara y su aroma me embriago.
- Son sus proporciones - dijo
No se si fue mi imaginación pero creí oir un tono pícaro en su voz.Me voltee hacia ella y con una sonrisa ladeada le dije.
- A cuáles exactamente?
- Su anatomía. Tiene un cuerpo de hombre y un sexo de niño. - dijo mientras deslizaba acariciadoramente su dedo índice a lo largo del pene de la ilustración.
- Veras eso tiene una explicación - respondí mientras le sonreía insinuantemente.- La razón de las escasas dimensiones es mucho más seria de lo que pueda parecer: En las estatuas, un pene grande podía significar un escaso control de los impulsos y la incapacidad de actuar con moderación. En la antigua Grecia, un pene pequeño era un aspecto codiciado por el macho alfa. Hay un contraste entre los genitales masculinos sin erección de los hombres ideales :héroes, dioses, atletas, y el pene grueso y en erección de los sátiros seres míticos caracterizados por su carácter despreocupado, por ser borrachos y lujuria salvaje. Ya lo escribió el famoso comediógrafo Aristófanes en «Las Nubes»: «Pecho sano, anchos hombros, lengua corta, glúteos fuertes y miembro pequeño».Además no se si lo sabrás eso se hincha.- añadí con sorna.
- Ya eso ya lo sabia, pero se trata de un “sátiro”. - respondió entrecomillando con los dedos.
- Lo se. No se si te habras dado cuenta que su pene está cercenado por la piqueta. Tal vez algún cura moralista. Quizás envidia- añadí con sorna
Mónica estalló en una carcajada encantadora y se levantó del brazo del sillón.
- Has sido muy amable ahora lo comprendo mejor.
Se levantó me dio la mano y se dirigió a la salida. Ya abriendo la puerta volteó el cuerpo y me dijo
- Puedo invitarte a una cerveza. Por las molestias.
Me la quedé mirando unos instantes fingiendo que sopesaba su proposición y añadí
- Creo que puedo hacer un hueco. Cojo mi moto y nos vamos a una terracita de la playa. Hoy hace un día espléndido.
- ¿Tienes moto?.
- Si acaso me considera muy mayor para la moto
- Estas en la edad perfecta para todo -me contestó insinuantemente.
……..
Estábamos en una apartada mesa de una terracita de la playa el verano estaba finalizando y la playa se encontraba desierta en un dia laborable. Habíamos pedido unas cervezas y establecido una agradable conversación sobre diversos temas. En un momento se produjo un silencio y los dos nos quedamos mirando el batir de las olas contra la orilla. De repente Monica me pregunto.
- ¿Estas casado?
- No me he divorciado hace algunos años y en este preciso momento no estoy con nadie. - le dije mirándole directamente a los ojos- ¿ Y tu? - añadí.
- No- me contestó escuetamente
- ¿ No estas casada o no sales con nadie? - inqueri
- Ni lo uno ni lo otro.
- ¿ Y ese chico tan guapo que se sienta a tu lado en clase?. Observó que andais todo el dia juntos.
- Es un amigo - respondió con una carcajada- Mi mejor amigo, casi como un hermano para mi. Se llama Daniel
- Bueno date tiempo. Las cosas cambian. - le conteste
- No lo creo. - respondió seriamente- Ademas es gay - añadió en un susurro
- Pero alguien tendras que te guste - le pregunte.
- Si.
- ¿Le conozco? - demande intrigado
- Si.
- ¿Quien es?
- Eres tu.
Apunto estuvo de caerme la cerveza de la mano. Sin poder evitarlo un rubor invadió mis mejillas. Pero pronto me contuve y mirándola escépticamente le dije
- Pero si te doblo la edad.
- Eso para mi no tiene importancia. Me gustas precisamente por eso. Eres un hombre maduro y experimentado. Paso de niñatos.
- Bueno creo que se te ha subido la bebida a la cabeza. Vamos a pasear un poco por la orilla de la playa.
Pagué al camarero y paseamos silenciosos a lo largo de la playa. A veces la miraba de reojo y cada vez me parecia mas hermosa. Su pelo rubio brillaba como oro viejo con la luz del atardecer y sus labios brillaban más que las cristalinas aguas del mar.
Al llegar al final del arenal nos detuvimos quedando uno frente a otro. Mónica se acercó a mí y poniendo una mano en la cabeza me atrajo hacia sus labios iniciando un apasionado beso. La ceñi por la cintura y respondí ardorosamente a su beso mientras la estrechaba fuertemente contra mi cuerpo. Pude sentir la firmeza de todo su cuerpo pegado al mío y note como mi pene comenzaba a cobrar vida alcanzando una tremenda erección. Cuando casi nos quedamos sin respiración nos apartamos y ella bajó los ojos hacia mi paquete y sonrio de medio lado.
- Parece que yo tambien te gusto- me dijo cadenciosamente.
- Eres una joven muy hermosa- le respondí - Pero esto no es correcto. Soy tu profesor
- ¿ Acaso transgrede tu código ético profesional? - me respondió socarronamente
- Si. Bueno no, no es eso. Sera mejor que lo dejemos aquí. Te llevaré de vuelta
- Esta bien - me contesto con un mohín
A decir verdad lo que me había hecho recular era que estaba acostumbrado a llevar la iniciativa y que fuese ella la que me cortejase me desequilibro. Caminamos rápidamente de vuelta hacia la moto sin hablarnos. Al llegar mientras se ponía el casco me dijo
- Podrías acercarme a mi casa
- Por supuesto sera un placer - respondí
Arranque mi moto y Monica se apretujo fuertemente contra mi cogiendome por la cintura.Sentía el calor de sus manos en mi abdomen. Al pasar los kilómetros mientras se hacia de noche comenzó a moverlas acariciadoramente por mi tórax una de ellas se puso sobre mi bragueta y yo vi desesperado como mi verga se colocaba otra vez en posición de ataque. Le cogí la mano y con suavidad la subi hacia mi pecho. Me estaba poniendo a mil y lo que menos quería era tener un accidente con una estudiante regresando de la playa.
Ya era noche cerrada cuando llegamos a la ciudad. Monica vivía en un barrio apartado y cuando aparque la moto apenas se veía gente por su calle.
- Muchas gracias por el paseo - me dijo tendiendome el casco con cara de perrito apaleado.
- Ha sido una tarde muy agradable para mi.Te acompaño hasta la puerta. - le conteste sonriéndole
Ya en la entrada de la casa abrió la puerta y volviéndose me tendió la mano.
- ¿Amigos? - me dijo con ojos interrogadores
- Por supuesto. Lo de antes fue muy hermoso. Me alago. - le dije mientras acariciaba su mano con las mias.
Monica me miró profundamente a los ojos y cogiéndome por la solapa de mi cazadora me hizo entrar en el portal mientras me besaba apasionadamente. En la oscuridad del local solo iluminado por la luz de la calle nos estrechamos en un ardoroso abrazo mientras nuestras lenguas se entrelazaron frenéticamente en nuestras bocas. Con el rabillo del ojo vi un hueco oscuro al lado del ascensor y la fui arrastrando para ocultarnos ante la posible entrada de algun vecino.
La apoye contra la pared y comencé a estrujarle un pecho mientras mi boca le proporcionaba pequeños mordiscos en su largo cuello. Monica empezó soltar a gemidos de placer que se incrementaron cuando descubrí uno de sus senos y comencé a juguetear con su pezón que se empitono inmediatamente.
- Joder que tetas tiene esta tia- pensé
El tamaño perfecto ni pequeñas como una jovencita ni grandes como ubres. Colgaban levemente dando movimiento a las mismas , tenían la turgencia de una manzana y el tacto del melocotón.
Le meti mi otra mano bajo la falda y recorrí sus muslos hasta llegar a su pubis. Comencé a frotarle el coño por encima de sus braguitas y sentí como apretaba sus piernas aprisionando mi mano y estrujandola contra su sexo. Empezó a subir el tono de sus jadeos y enloquecida por el gusto que la estaba proporcionando se abalanzo sobre mi labio inferior y me lo mordio.
Restregaba una pierna contra la otra mientras yo seguía frotandole sintiendo como sus bragas se humedecían. Estaba caliente como una perra. Su movimiento cimbreante aumento el ritmo hasta que senti como alcanzaba el paroxismo del orgasmo. Me estrujó fuertemente contra su cuerpo para luego relajarlo y comenzar a besarme tiernamente.
Yo con un empalme portentoso frotaba mi paquete contra su pierna mientras ella se desmadejaba entre mis brazos con la respiración alterada.
Tras recuperar el aliento me apartó y me dijo.
- Ven subamos a mi casa. - cogiendome de la mano se encaminó hacia el ascensor.
Mientras subíamos la besaba. Ella frotaba con sus manos mi polla constreñida dentro de mis pantalones. Me cogia el culo y apretaba mis nalgas mientras me empujaba hacia ella frotando su pubis en mi paquete.
Al llegar al piso abrió con prontitud la puerta y me empujo dentro de la vivienda. Sin siquiera desprenderse de su mochila comenzó a desabrocharme el cinturón. La cogí de las manos y la detuve.
- Despacio, bonita. No hay prisa
Ella se detuvo, se desprendió de la mochila y de su chaqueta e indicandome una puerta abierta me dijo
- Pasa al salón y sirve unas copas, traeré hielo.
- ¿Que te pongo?
- Lo mismo que tomes tu. - y tras besarme tiernamente se marchó pasillo adelante.
El cuarto denotaba bien a las claras que vivía en un piso de estudiantes. Libros sobre todas las mesas y las paredes decoradas con posters de diversos temas y laminas de obras de arte clavadas con chinchetas a la pared. Sobre un aparador estaban varias botellas. Tomando una de Whisky lo serví en dos vasos que cogi de una bandeja. Con más detenimiento me dedique a fisgar por la estancia. Abrí algun libro hojeando sus páginas y viendo que tardaba me senté en un desvencijado sofá granate con los vasos en la mano. Recorrí con la mirada las paredes y sonreí al ver una lamina del David de Miguel Angel en una de ellas.
- Siempre las proporciones- pensé mientras sonreía.
Estaba ensimismado contemplando los objetos de la habitación cuando oí a Monica que decía
- Ya estoy aqui. Perdona la espera he aprovechado para cambiarme.
Al alzar la vista la vi en el quicio de la puerta. Llevaba puesta una larga bata de seda estampada con motivos orientales. Parecía una Diosa con el pelo cayendo a ambos lados de su cara. Posé los vasos sobre la mesita y me dirigi a ella. Le quite la cubitera de las manos y la bese apasionadamente. Luego desató el cordón de su bata y la desnude lentamente.
Me retire para admirar su cuerpo y lo que vi me dejo boquiabierto. Su cuerpo totalmente desnudo era la proporción hecha carne. Sus redondeados pechos que enmarcaban a la perfección dos redondos pezones. Su delgada cintura hacía destacar a sus caderas poderosas que descansaban sobre unas hermosas y torneadas piernas. Su curvilínea figura tenía el pálido color de la gente del norte y su piel sin mácula recordaba el marfil. Todo el conjunto parecía estar tallado por las expertas manos de un maestro.
Me acerque a ella y la bese en el cuello mientras mis manos recorrian todo su cuerpo, deteniéndome sobre su culo en el que pude constatar la turgencia de sus carnes. Ella me abrazaba mientras se movía ansiosa al compás de mis caricias. Luego apartándome comenzó a desabrocharme la camisa mientras besaba con suavidad mi pecho mordisqueando, de vez en vez, suavemente mi piel. Luego desabrocho mi cinturón y se oyó el sonido de mi cremallera. Palpo mi falo y sin tregua deslizó la mano dentro de mis calzoncillos y lo recorrió en toda su longitud hasta llegar a mis testículos para luego aferrarlo con fuerza. Cerro su mano sobre mi capullo con tal fuerza que estuve a punto de gritar.
- Con suavidad hermosa, con suavidad- le dije en un susurro
Se detuvo y quedo mirandome desorientada como una niña pillada en falta. Baje mis pantalones y comencé a guiar sus movimientos. Parecía que nunca hubiese tenido una polla en sus manos pensé extrañado. Ella miró hacia abajo y creí observar una expresión de sorpresa en su rostro.
Se que estoy bien dotado. Larga y gruesa, con un poderoso capullo que se angosta en su base dando paso a un palo que se va ensanchando para luego volver a estrecharse cuando se une al cuerpo. Alguna de mis amantes me había dicho que tenerlo dentro era como sentir el rabo del cruce de un perro y un burro. Pero aquella cara de asombro me hizo dudar de la experiencia amatoria de la joven.
Una vez que la instrui en el manejo de, a sus ojos, asombrosa herramienta, deslice mi mano entre sus muslos y pude sentir el suave tacto de su vello en mi mano. Suave como la piel de una marta y fino como los hilos de seda. Mis expertos dedos acariciaron los labios de su bulba, cerraditos como los de una niña en la pubertad. Una leve humedad empezó a destilar ente el roce de mis yemas. Cuando intentaba suavemente introducir mi índice en su vagina de un salto culeo hacia atrás y se quedo mirandome con cara de espanto. Me retiré y la quede mirandola sorprendido. Luego tras unos momentos de reflexión lo comprendí todo.
- Tu eres virgen - le dije mientras la miraba de arriba a abajo.
Toda su cara se torno como la grana mientras afirmaba con la cabeza y tapaba su sexo con las manos.Menudo papelón pense para mis adentros.
- Si quieres lo dejamos- le dije mientras acariciaba su acalorada cara
- No, quiero que seas tu. Lo supe desde el dia que te vi. Luego cuando en la Facultad me dijeron como follabas y me reafirme en mi decisión
- Pero.. ¿Quien te hablo de mi?
- Todo el mundo. Te has tirado a media Facultad - me contestó retadoramente.
Mire al suelo mientras me rascaba la cabeza pensando lo cotorras que eran mis alumnas. Nunca pensé que mi vida amorosa fuera la comidilla de las estudiantes. Por eso una tras otra caían en mis brazos a la primera ocasión. Y yo que pensaba que era mi labia.
- Bueno esta bien. ¿Pero no sería mejor que te entregases a un chico de tu edad? - argüí con un tono paternal.
- No, quiero que seas tu. Quiero a un profesional - me contestó airada
- ¡Joder! Un profesional. Gracias por el piropo - le dije mientras me reía sarcásticamente
- Perdona no quise ofenderte. Pero se que eres increible en la cama, que follas como los ángeles.Todas me han dicho que eres un maestro en el arte del amor.
- No chica te confundes. Soy un maestro con amor al arte. - la corregi mientras estallaba en carcajadas
- Bueno si es que no te gusto, me lo dices y basta - me replicó humillada
Retire sus manos que seguían ocultando su sexo y abrazándola le dije
- No es eso. Me gustas mucho. De hecho me gustas muchisimo.- y cogiéndola en brazos le pregunte - ¿Donde esta tu habitacion?
……..
La deposité sobre el lecho mientras acababa de desvestirme. Monica no dejaba de mirarme la polla totalmente rígida sobre la cama. Me acerque le separe las piernas y me arrodille entre ellas. Luego apoyando mis manos a ambos lados de su cuerpo la empece a besar comenzando por la cabeza, sus ojos, su nariz ,su boca y fui lentamente descendiendo hasta llegar a sus pechos. Me entretuve chupando sus pezones y presionandolos en ocasiones, observando como se estrechaban sus aureolas y se ponían duros como canicas. Descendí por su pecho hasta llegar a su vientre donde hice que la punta de mi lengua recorriera todos los rincones hasta llegar a su pubis. Le meti mis manos bajo las corvas de sus rodillas y le hice que doblara las rodillas tirando de ellas. Pase mi nariz a lo largo de su vello púbico continuando el roce a través de los labios de su vulba. Olía como el mar desde la pradera. Fresco y limpio como la brisa marina. Monica soltó un profundo suspiro.
Sin detenerme sobre su sexo comencé a morder y pasar mi lengua por la cara interior de sus muslos subiendo poco a poco hacia su monte de Venus. Empuje sus piernas hacia el exterior y la mantuve totalmente espatarrada mientras me deleitaba mirando su coño.
Este tenia una pequeña mata de lacio pelo rubio por encima y muy ralo alrededor de sus labios. Su chichi formaba una raja perfecta en la que apenas se veían sus labios internos coronados por un diminuto clítoris. Me incline sobre ella y con la punta de mi lengua lo recorría de arriba a abajo hasta llegar a su clítoris que comencé a toquetear con mi lengua apuntada. Comenzó a gemir suavemente a medida que su boton iba creciendo. Me entretuve jugueteando con el mientras ella de vez en vez movía su cuerpo como si la recorriera una descarga eléctrica.
Cuando ya jadeaba continuamente me dirigi a su chocho y comencé a lamer sus labios mientras con una mano los separaba para ir penetrando en su interior. Ella me cogio del pelo y estrujo mi cabeza entre sus rodillas. Pacientemente la abrí de nuevo totalmente dejándola expuesta a mis envites. Comencé a chupar, lamer y ensalivar todo su coño preparándose para dejar el camino expedito a mi cipote. A la vez mis dedos acariciaban su sexo y se introducían suavemente en su interior. Cuando entró el primero senti como su coñito se humedecia con sus propios jugos que tenían la untuosidad de una almeja.
Me incorporé y empecé a ensalibarme todo el rabo para facilitar el deslizamiento en su interior para a continuación frotarlo entre sus labios repetidamente. Luego mientras la miraba a los ojos fui introduciendo lentamente muy grueso capullo.
- Joder que fuerte. Que gorda. No se si entrara - me dijo Monica
- No te preocupes entrará - le conteste.
Comencé un ligerisimo mete y saca mientras le acariciaba el clítoris y los labios del coño. Cuando vi que se destensaba, fui penetrando en su interior lentamente. Ella entre jadeos y quejidos ponía un mohín de temor ante mi penetracion. Al fin tope con un obstáculo que frenaba mi avance. Sabia que habia llegado el momento. Me retire levemente y de tres fuertes empellones traspase su barrera y le clavé la polla hasta los huevos. Descanse sobre su cuerpo y ella me abrazó estrechamente mientras me decia al oido.
- Dios mio es enorme. No creo que pueda aguantar
- Demasiado tarde. Ya la tienes toda dentro- le dije
Permanecí quieto besandola sin apenas moverme. Sentía los latidos de su cuerpo en mi cipote y la estrechez de su hueco lo oprimía fuertemente. Comencé a chuparle el cuello a la vez de un cadencioso y lento vaivén de mete y saca que prolongue durante minutos. Poco a poco fui aumentando el ritmo y la amplitud de mis movimientos casi la sacaba para volver a enterrarla hasta el fondo. Parecía que Mónica comenzaba a recuperarse y comenzaba a participar cimbreando su cuerpo mientras la penetraba.
- Dios mío que gusto. Que gusto, Que gusto - repetía machaconamente.
Me detuve con la polla casi fuera y mientras la miraba le die
- ¿Te gusta? ¿Te hago daño? ¿Quieres que me detenga?
- No. Follame, follame sin descanso. Por Dios clavamela hasta el fondo - me contesto con una mirada de lujuria en sus hermosos ojos.
- La voy a estar clavando hasta que quedes harta - le dije con una sonrisa torcida y se la espeté de un fuerte empujón hasta las trancas
- Eso dame polla. Mete ese monstruoso priapo hasta que me salga por la boca
- Joder con la tierna jovencita. Como te gusta darle el manubrio. - le dije
La cogí por los tobillos elevando sus piernas e inicie un frenético mete y saca que la hacía retorcerse de placer. Un orgasmo hizo que su cuerpo se estremeciera de punta a punta mientras su coño se contraía espasmódicamente. A ese orgasmo siguió otro y otro.
Joder era la primera vez que me encontraba con una virgen multiorgasmica. Estaba alucinando de como follaba la muy zorra. Evidentemente era una alumna aventajada. Al fin agotada me detuvo y dijo.
- Dejame descansar un rato. Tengo el coño que ni lo siento
Me retire y quede arrodillado ante ella con mi mástil enhiesto chorreando de un liquido rosa. Cuando lo iba a limpiar me detuvo y dijo
- Aguarda- y poniéndose a cuatro patas se lo metió en la boca.
Su inexperiencia hizo que sus dientes rozasen mi glande. La detuve y le dije
- Cuidado sin dientes. Me puedes hacer daño
Me la empezo a chupar lentamente metiendose todo el capullo en la boca. Luego sacaba mi verga y la lamia desde la punta a través del frenillo hasta llegar a mis pelotas que estaban repletas y prestas a descargar. En un ataque vi como mi mota atravesaba su campanilla y se adentraba en la garganta lo que le produjo una arcada que la obligó a retroceder para luego volver a chuparmela frenéticamente. La detuve
- ¿No te gusta? - me pregunto.
- Si. Me has hecho una mamada de campeonato pero vas a hace que me corra y no quiero hacerlo en tu boca. Date la vuelta
Sus posaderas quedaron ante mi vista. Joder que culo. Amplio, redondo, turgente; con unas nalgas respingonas como las de una gimnasta. Volví a lamerle el chocho y luego me acerque y se a clave de un golpe.
Comencé a follarla de nuevo a todo meter. Mi cuerpo golpeaba su trasero en cada acometida y sentía el sonido de mi verga entranda y saliendo de su mojado coño.Al mirar hacia un lado pude vernos reflejados en el espejo del armario. Veía como mi cipote entraba y salía de ella mientras sus tetas se bamboleaban en cada empuje. Nuestras miradas se cruzaron en el espejo y vi como una sonrisa libidinosa mostraba sus hermosos dientes. La cogí fuertemente por las caderas y ella comenzó a empotrarse contra mi cuando iba a su encuentro.
- Me estas destrozando pero dale mas fuerte que me muero de gusto - me dijo
- Quieres verga pues toma verga. Vas a quedar harta de rabo para una buena temporada
- Dale sin miedo. - me dijo entre jadeos.
Frenéticamente comence a darle fuertes empujones. Toda la cama temblaba y por un momento pensé que se iba a desarmar. Sentí como mi cipote se hinchaba al máximo y los primeras sensaciones eyaculatorias aparecieron.
- Me corro. Me corro - grite
- Hazlo dentro de mi. Llename entera- me dijo mientras comenzó a follarme con ímpetu.
Sentí como mi polla comenzaba a descargar interminables trallazos de leche en su interior y como Mónica empezaba a estrujar mi rabo intentando extraer hasta la ultima gota mientras un orgasmo brutal recorría todo su cuerpo. Al fin agotado me desplome sobre ella aplastandola contra la cama. recuperando la respiración acaricie su cuerpo mientras mi polla se desinchaba y comenzaba lentamente a salir de su interior. Al fin me incorpore y ella se dio la vuelta.
- Verdaderamente eres un maestro. Follas como los ángeles - me dijo sonriente
Con las piernas totalmente desparramadas mostraba su abierta flor de la que que se destilaba el néctar de mi semilla.
CONTIUNUARA....