La profesora de Biología (3)

Se marchó para su mesa, a seguir la charla y las risas con los demás profes. Mi miraba, dudando de si cumplir con mis deseos. Me acerqué a la barra a pedir una ronda más para Cristina y para mí, y al pasar a su lado, la miré queriendo recordar mi petición.

Después de follarme a la profesora de Biología en una noche de fiesta, de verla entregada a mi como una adolescente más, estaba muy confundido. En mi mente de adolescente, y aunque nadie lo sabía, yo tenía una relación con ella, y con esa idea acudí el Lunes a clase. Yo iba al instituto andando, y llegué temprano, y así poder verla, hablar con ella, mirarle a los ojos de cerca, ..... Cuando aparcó su coche, me evitó completamente, optó por no saludarme, ni siquiera mirarme, pasó como si yo fuese un alumno más, como si lo que había pasado el Viernes fuese un sueño.

En clase, su comportamiento seguía siendo el mismo, y busqué el momento para hablar con ella. A finales de semana, fuí al departamento de Ciencias fingiendo unas dudas con la fecha de un examen, y allí podría tener algo de intimidad para hablar con ella. Llamé a la puerta, y escuché su voz detrás de la puerta:

  • Pasa, está abierto.

  • Hola profe, era por la fecha del examen.... - fingí interesarme.

  • Que haces aquí, Dani? - preguntó alterada, para que me diese cuenta de que estaba sóla.

  • Estás sóla??

  • Si, todos los profesores ya se marcharon a dar clase, y yo estaba saliendo.

  • Quiero volver a verte - solté directamente

  • No es posible, acepto lo que pasó, ya no sé si fue un error, el alcohol ó que soy una pervertida que se tiró a un alumno, pero tengo claro que tengo que cortarlo....

Su tono de voz y sus gestos no transmitían arrepentimiento, más bien la sensación de estar metiéndose en una historia inevitablemente convulsa, y con un final imposible de calibrar, pero que, a todas luces, nos iba a traer problemas. Y cogiendo su bolso y un par de libros de encima de la mesa, me soltó:

  • Me costará hacerlo, porque me gustas, pero no volveremos a vernos, evitaré pensar en ti. Y por tu parte Dani, por favor, olvidate de mí.

  • Yo no le he dicho nada a nadie, será nuestro secreto - le dije aceptando desde ese momento que de eso dependía poder seguir viendonos.

  • No Dani, no puede ser. Y ahora tienes que marcharte, llego tarde a mi clase - finalizó indicandome con su brazo la salida.

Durante los días siguientes a la conversación en el despacho, intenté mantener la distancia que ella me pedía, y centrarme en Cristina. Ella estaba un poco mosca, me veía distante, no le prestaba atención, e incluso habíamos dejado de follar tanto como lo hacíamos antes, en donde aprovechavamos cada momento de intimidad para hacerlo.

Los padres de Cristina tenía desde hacía más de 10 años un bar de copas, el único de esas características que había en el pueblo . Una cuidadosa decoración, con una zona amplia donde en las noches de los viernes, el Karaoke era su mayor atracción, todos habíamos destrozado alguna canción micrófono en mano. En esa zona, con un poco más de intimidad (decoración más oscura, sofás y mesas bajas, menos luz, ....) había una parte del local destinado a las incipientes parejas adolescentes que ibámos allí a desahogar nuestros excesos de líbido. Al fondo de ésta zona, se ubicaban escondidos los baños y una puerta que daba acceso a un cuarto de su exclusivo de la familia de Cristina. Ese cuarto había sido la solución que sus padres habían dado para conciliar su trabajo poniendo copas de noche con el descanso de sus 2 hijas, en aquella época todavía muy pequeñas para quedarse sólas en casa.

Ese cuarto, se había convertido en la habitación de nuestras experiencias y fantasías sexuales, en pareja e, incluso alguna vez, en grupo. Nuestros amigos además de ser clientes, se unían en alguna ocasión para hacer botellón allí, y también, para ver alguna pelicula porno que acaba con algunas pajas a manos cambiadas. Cristina era bastante abierta para aquella época, le gustaba fantasear y probar cosas nuevas. Vamos, era lo que llamabamos una chica muy lanzada.

Yo trabajaba en verano y algún fin de semana en el bar, y los viernes, aprovechando que no hay mucho movimiento, casi siempre cerramos nosotros el bar y así los padres de Cris se van antes para casa, cosa que nos agradecen dejándonos libertad para utilizar el cuartito para nuestras fiestas.

El caso es que se estaba acercando el último día de clase antes de las vacaciones de Navidad, y se montó un guateque en la discoteca del pueblo. Lo organizámos los del último curso, cosa que nos daba más trabajo que disfrute, pero lo hacíamos para conseguir dinero para la excursión de fin de curso. Por su parte, los profesores (muy a mi pesar) había declinado nuestra invitación, ya que ellos mismos organizaban una cena, a la cual se podía llevar a la pareja, y yo me había enterado por casualidad de que Teresa iría acompañada de su marido.

La tarde discurrió con normalidad, música de moda, mucho alcohol y medio instituto intentado aprovechar la tarde para bailar, beber y ligar. Pasadas la 9 de lan noche se vación las discoteca y los organizadores fuimos a comernos unas hamburguesas y después seguir de fiesta en el local de los padres de Cristina.

Llegamos sobre las 11 y media, y había buen ambiente, mucha gente del guateque había seguido allí la fiesta. Nos acomodamos en en los sofás y cogimos unas cervezas, y charlamos y nos reimos durante un buen rato. Hasta que sobre las 12 y cuarto más o menos, entra en el local un grupo de 12 o 13 personas, eran los profesores y sus parejas que habían salido de la cena.

La cara de Teresa cuando me vió allí era un mezcla de incredulidad y resignación, seguramente sólo iban a tomar una copa y le parececería increible que en el primer local que entran, allí esté yo, y por otra parte, se resignaba a manejar ese clima tenso que aparecía siempre que nos encontrabamos en público, una tensión sexual incontrolable, pero que teníamos que ocultar a los ojos de los demás.

Me ofrecí voluntario para echar una mano y servir las copas (lo hacía habitualmente, por lo que no podía extrañar).

Todos pidieron sus copas y al servirlas, me paré a mirar deliberadamente para Teresa, quería que se sintiese incómoda, que viese mi mirada clavada en la suya, y no pude evitar mirar su escote, llevaba una cazadora de cuero negro, un poco abierta, y por debajo una camisa blanca que dejaba adivinar esas tetas que me volvían loco. Yo disfrutaba de la vista y del momento. Conseguí mi objetivo, ya que apartó su mirada, e incluso le dió un beso a su marido, en un claro mensaje de que, con él allí, hoy no podría pasar nada. Mi impresión es que quería marcar una barrera insalvable que yo no pudiese cruzar esa noche.

Volví para mi grupo de amigos, y allí Cristina se me acerca al oído, y mostrando síntomas claros de que las copas ya le estaban afectando, me suelta:

  • Vaya radiografía le has hecho a la de Bio.

  • Que dices tía - exclamé con tono de sorpresa disimulando lo máximo posible.

  • No hace falta que te disculpes, desde el día que nos vió en la puerta del laboratorio, noto que la miras de otra manera, y es más, noto que ella también te mira diferente, no te mira como a los demás.

Estaba alucinando con lo que me acababa de decir, y yo que pensaba que estaba disimulando nuestra relación perfectamente. Pero la cosa no se quedaba ahí:

  • Y no sabes como me pone pensar que a la profesora más deseada del Instituto, le pone mi novio - me susurró con un tono de voz muy sugerente.

No me lo podía creer, mi novia , medio borracha, insinuando que le pone cachonda que Teresa me mire con ojos de deseo. Si ella supiera, pensé yo.

Justo en ese momento, Teresa se levanta le da un beso a su marido y se dirige al baño. Tan pronto como me di cuenta, traté de adelantarme a su paso por nuestro lado y me encaminé también a los baños.

Fingí esperar cola delante de la puerta del baño de hombres, y justo al pasar Teresa me moví para coincidir con ella en el paso estrecho, y que pudiese rozarse conmigo. Al ver que estábamos sólos en el pasillo, riendose me dijo:

  • No seas malo Dani, déjame pasar.

  • Por supuesto, profe, con un simple beso, te dejaré pasar sin problema.

  • No puede ser, no lo intentes Dani, no podemos seguir así, y menos hoy, está tu novia y mi marido, quieres que se monte un espectáculo

  • No quiero espectáculos, sólo quiero un beso .

  • Ni hablar, cualquier puede aparecer, por favor, déjame tranquila - me cortó tajantemente mientras se metía en el baño

Yo hize lo mismo, eché una meada y salí los más rápido que puede, y me la volví a encontrar.

  • Teresa no te besaré, pero quiero algo que sólo entendamos tu y yo, un gesto, algo.

  • Estás loco Dani, y lo que es peor, crees que yo también lo estoy

  • Quiero que te desabroches un botón de la camisa, desde donde yo estoy, tendré una buena vista de tus tetas y con eso me conformaré por hoy. Y además, tu también sabrás que te estoy mirando, y se qué eso te gustará, que tengo 18 años, pero no soy gilipollas - le dije envalentonándome.

  • Estás completamente loco - me repitió

  • Si, pero lo harás, y te dejaré en paz ....

Se marchó para su mesa, a seguir la charla y las risas con los demás profes. Mi miraba, dudando de si cumplir con mis deseos. Me acerqué a la barra a pedir una ronda más para Cristina y para mí, y al pasar a su lado, la miré queriendo recordar mi petición.

No sé el motivo exacto, pero lo que sí sé es que al llegar a mi mesa y volver la mirada hacia Teresa, pude ver un canalillo precioso asomar entre los botones de la camisa, había desabrochado un botón, y asomaban un par de tetas que no podía evitar verlas ante mi otra vez. Mi imaginación iba por delante de mi vista, y eso me encendió todavía más, y no quería que el grupo diera por terminada la noche. Fue por ello que se me ocurrió, poner otra ronda a todo el grupo de profesores, incluyendo a Teresa y su marido, claro está.

  • Invita la casa a otra ronda - les anuncié al llegar con la bandeja llena de copas de nuevo.

  • Nooo, que va, si ya nos ibamos, decía alguno de los profesores.

Sin embargo, nadie hizo ascos a la invitación, se veía que estaban llegando a ese punto de borrachera en el que no hay vuelta atrás. Además, el bar si iba llenando cada vez más, por lo que el ambiente era más propicio a la fiesta.

Fue en ese momento cuando Teresa regresó al baño, yo salía de la barra y fui detrás de ella, y cuando llegué a su lado, me paró en seco.

  • No, Dani, ya te dije antes, dejame por favor.

  • Tu cara no dice eso - me lanzé un poco más - Sé que te gusta el juego tanto como a mi, y estoy seguro que estás mojada como una perra...- le solté tratando de tocarle el coño por encima del pantalón

  • Dejame por favor.

  • Y ahora no te pediré un beso, esperaré a que tu seas la que me lo pidas....

  • jajaja, que estás diciendo - me dijo riéndose

  • Si, me pedirás un beso, y también me pedirás que te folle como nunca lo has pedido en tu vida...

  • Y que más?? - preguntó a modo de burla...

  • Nada, de momento, sólo quiero que salgas del baño sin el sujetador, quiero ver como tus pezones duros se marcan camisa.....

  • Y porque tendría que hacerlo??

  • Porque estás tan caliente como yo, y te encantará seguir el juego....

Dió media vuelta y se metió en el baño. Tan pronto se cerró la puerta del baño, se abrió la del cuarto privado, de donde salió Cristina, que con una cara que no le había visto nunca, me soltó una bofetada, y acto seguido, me soltó un morreo que casi me tumba allí mismo, incluso me llegó a empujar contra la pared del pasillo de los baños.

  • O sea que te has tirado a la de Biología, lo sabía. Eres un cabrón, jajajaja

La borrachera que llevaba y también su mente un poco perversa le hizo soltar una carcajada, le hacía gracia la situación, creo que la ponía cachonda, y no sólo por mi, si no por imaginarse a la siempre perfecta Teresa deseando ser follada por su novio, o sea, por mi. y me plantó otro morreo mientras me agarraba el paquete por encima del pantalón.

Justo en ese instante, salió Teresa del baño, nos miró, y como si algo se le olvidase dentro, volvió sobre sus pasos, y 30 segundos más tarde volvió a salir, metiendo algo en el bolso.

Esealgo, era el sujetador, se notaban sus pezones queriendo atravesar la fina tela de la blusa blanca. Está claro que quería jugar a ese juego que yo le había propuesto, y que la presencia de Cristina besándome y sobándome la polla por encima del pantalón, la había puesto toda perra, y había vuelto para mostrar sus armas.

Se quedó mirándonos, y Cristina, que había escuchado todo, le dijo:

  • Profe, a que es guapo mi novio, pues no sabes lo bien que folla, o si,.... y soltó una carcajada.

A Teresa le cambión la cara, estaba cachonda pérdida, pero no sabía que Cristina había escuchado nuestra conversación, mi petición y lo perra que se había puesto hasta el punto de acceder a quitarse el sujetador.

Teresa volvió a la mesa de profesores, y ahora si se le veía incómoda, además su marido estaba demasiado borracho, y quería irse, o más bien quería una cama para dormirla. Tanto era así que Antón, el profe de gimnasia, que llevaba todo el curso tirándole los tejos a Teresa, propuso llevarlo al coche a domirla, mientras los demás pedían otra ronda. Serví la 3ªronda y mientras volvía a la barra, Teresa volvió al baño, ahora no me dió tiempo a llegar antes de que se metiera dentro, la que si llegó fue Cristina, que entró con ella (que facilidad de las chicas para ir siempre de 2 en 2).

Esperé fuera, cuando salieron, Cristina me dió un morreo y apurando el paso se encaminó hacia dentro de la barra, y nos quedamos allí Teresa y yo.

Se me acercó al oído y me dijo:

  • Llegó el momento, bésame niñato

Y cogiéndome la mano me la llevó a sus tetas:

  • Mira como tengo los pezones, eres un cabrón.... - me insultó rindiéndose a mi plan.

La besé, y abriendo la puerta del cuarto privado, la empujé, y una vez dentro, contra la misma puerta la empotré violentamente, comiéndole la boca y desabrochándoles los pocos botones que faltaban para liberar esas 2 tetas que me volvían loco.... Chupé, lamí y pellizqué esos pezones que estaban a punto de estallar. Y entendiendo que no había tiempo para muchos preparativos, me empezó a desabrochar el pantalón.... y justo en ese momento, la puerta se quiso abrir, era Cristina, que nos pedía entrar:

  • Abrime, se que estáis ahí..

Teresa se cubrió un poco mientras yo abría la puerta, esperaba un espectáculo posesivo de Cristina, pero nada más lejos de la realidad. Entró con una botella de champán y 3 copas, la muy cabrona venía a unirse a la fiesta.

Yo estaba un poco sorprendido, aunque no tanto como Teresa, que negaba con la cabeza mientras se arreglaba la camisa dentro del pantalón como queriendo marcharse.

  • No es preocupéis, además de coger el champán, para darle un poco de magia al momento, también les he dicho a todos los del bar, que ya cerrábamos, que nos esperasen en la discoteca, todo controlado.

  • Imposible, esto es una locura - murmulló Teresa

  • No, no es ninguna locura - quise retomar la situación buscando con una mano las tetas de Cristina mientras volvía a besarla apasionadamente mirando fijamente a Teresa.

Nunca había visto a Cristina tan cachonda, y dejando las copas en una mesa de cristal plagada de papeles libros y adornos varios, se agachó sacando mi polla del pantalón. Y empezó a recorrer cada centímetro de mi polla, mientras miraba desafiante a Teresa, como queriendo demostrar que a pesar de sus 18 años, no tenía nada que envidiar a una mujer de 30 años, que además era la profesora más deseada del instituto.

Teresa quería salir de allí, pero cada vez estaba más caliente, y pude ver como mirando la mamada que me estaba haciendo Cris, comenzó a tocarse los pezones, primero los estimulaba poco a poco, para pasar posteriormente a pellizcarlos de modo más violento. No podría aguantar mucho tiempo más así sin correrme, por lo que aparté a Cristina de mi polla hacia el sofá grande en el que tantas fiestas nos habíamos montado. Me acerqué a Teresa, que ya había deabrochado totalmente su camisa y sentada en el sillón monoplaza la invité a tomar el relevo de Cristina. Si en el piso de su amiga ya la había visto fuera de sí, en éste momento, engulló mi polla entera en la boca como si le fuese la vida en ello, y comenzó un ritmo constante, directamente me estaba follando con la boca, mientras su mano masajeaba mis huevos. Al igual que antes con Cristina, no podía alargar mucho esa mamada, ya que no me quería correr todavía, ésto no había hecho más que comenzar.

  • Como la chupa la profe de Biología, que zorrón... - exclamó asombrada Cristina mientras comtemplaba la escena

Los comentarios de Cristina ya no le importanban a Teresa, que mamaba golosamente mi polla hasta que la aparté para no correrme.

  • Ahora os vais a comer el coño, primero tu Cristina.... - ordené viniendo un poco arriba

  • Tus deseos son ordenes - contestó la muy puta

Y metiéndose entre la piernas de Teresa, comenzó a mover la lengua jugando con sus labios, buscando el clítoris para presionar con fuerza mientras Teresa se retorcía de placer. En esta situación aproveché para meter sobar con mi coño y desde atrás el coño de Cristina, que chorreaba como nunca lo había visto. La muy zorra estaba cachondisima comiendole el coño a su profe de Biología.

Ante ésta situación, y poniéndola a 4 patas, decidí pasar follarla desde atrás, sin que dejase de comerle el coño a Teresa, incluso aprovechando las envestidas que yo le daba para presionar con más fuerza el clitorís de Teresa. Y como si de una orquesta se tratase, las 2 comenzaron a convulsionar conjuntamente, llegando ambas a su primer orgasmo.

  • Le debes una comida de coño, Teresa - le ordené para que fuese Cristina la se abriese de piernas esperando su ración de comida.

  • Nunca le he comida el coño a una chica - protestó tímidamente.

  • Pues será la primera, y además con la corrida reciente bajando por su piernas... Haz que se corra otra vez....

  • No te me hagas la estrecha ahora, pedazo de zorrón - intervino Cristina temiendo no recibir la comida de coño correspondiente.

Cogía la cabeza de Teresa y la acerqué al coño peludo pero bien arregladito de Cristina, y torpemente empezó a mover su lengua. En poco tiempo, Cristina pasó de la indeferencia a moverse al compás de la envestidas que yo empezé a darle a Teresa. Su coño chorreaba, por la corrida anterior, y porque sus jugos seguían humedeciendo es coño tan apetecible. Fuí aumentando el ritmo de mis pollazos , notaba que llegaba muy dentro, cada vez con más violencia, tanto que le dificultaba seguir comiendolo el coño a Cris.

  • Baja el ritmo Daniel - me dijo - O conseguiras que sólo se corra la profe - continuó en un tono casi maternal, como adueñandose de la situación.

En es momento, saqué mi polla, para descansar y obedecer a Cristina, ahora la que protestó fue Teresa.

  • Que hacer niñato? - preguntó sofocada - Metémela cabrón, quiero sentirte dentro, necesito correrme de nuevo con tu polla dentro de mi...

Y 2 minutos más tardes, las 2 entraron en un orgasmo brutal, otra vez las 2 al mismo tiempo.

Al instante me corrí como nunca lo había hecho, ni por el tiempo que duró mi corrida, ni por la fuerza con la que salió el semen de mi polla,...

Besé a Cristina mientras Teresa limpiaba mi polla con su boca, había tenido 2 orgasmos, pero seguía fuera de si, y me dejó seco.

  • Caramba profe, nunca me habría imaginado que sería tan putón, una auténtica zorra, experta en Biología, pero muy zorra - comentó Cristina queriendo ridiculizar a Teresa.

  • Tu tampoco te quedas atrás - le soltó Teresa - Pero claro, con este niñato como novio, también yo me emputecería con 18 años, y no con 30 - apuntilló para subir me ego.

  • Bueno chicas, creo que nos van a echar de menos, limpiémonos un poco y vayamos a la disco, no vaya a ser que se den cuenta de nuestra falta - corté la conversación.

Fuimos con el resto, Teresa se marchó con su marido, que seguía durmiendo en el coche, Cristina quiso volver al bar, la noche la había calentando hasta tal punto, que no quiso marcharse para casa sin ser follada otra vez, ésta vez los 2 solos.