La profesora 4

Última parte de esta saga, espero la disfruten tanto como las anteriores

Esta parte será un poco diferente, no sé si les gustará, pero yo creo que le va bien como final.

Habían pasado algunos meses de aquella violación, su situación había mejorado un poco, no mucho. Seguía estando capturada pero ya no en la habitación, ahora podía ir por la casa a su antojo, claro que con ciertas imposiciones, tenía terminantemente prohibido subir alguna persiana, tocar alguna puerta, coger teléfonos o cuchillos, se veía obligada a llevar un collar de perro bien ceñido al cuello, su cabello había crecido hasta su barbilla, aunque despeinado y con las puntas abiertas, la barriga le había crecido, al igual que el vello corporal, que no se afeitaba, el negro decía que las perras (animal) no se depilaban y que ella era una perra. El negro ya era un habitual en la casa y la habían follado muchas veces. La tenían de sirvienta en la casa, que si hacer la comida (vigilada por uno de los dos), que si limpiar el polvo, que si echar un polvo. Acaba el día derrotada, se tumbaba en su cesta a dormir hasta las ocho del día siguiente, cuando hacía el desayuno para sus amos y se ponía de rodillas en el suelo junto a ellos con la espalda rígida, de vez en cuando ellos le preguntaban que si quería comer alguna salchicha, ella ya ni se negaba, simplemente se arrastraba hasta ellos de rodillas y les comía la polla y así sucesivamente, la follaban por delante y por detrás, sin importarle el bebé, cada vez más rudo, le cogían las tetas y se las estrujaban haciendole daño, usaban a la pobre de retrete, cada vez que durante la violación se hacían sus necesidades usaban la boca de la chica para orinar y cagar. Un día se metieron en la habitación donde ella dormía, olía fatal, en una esquina estaban concentrados orines y mierda, en otro rincón había dos cuencos, con comida de perro y bebida

-¿Qué es eso, perra?-preguntó Antonio señalando el rincón de los excrementos

Le dio una brutal bofetada

-Es su mierda, que no la recoge-respondió el negro

-¿Con que no recoges tu mierda? ¿No esperarás que lo hagamos nosotros?-preguntó Antonio

Ella se dirigió hasta el rincón a cuatro patas y lamió el pis, depués comió la mierda con arcadas y volvió a dirigirse a ellos

-Límpiate bien con la lengua los dientes y la lengua, no quiero que me dejes restos de tu sucia mierda en mi polla-dijo Antonio

Ella hizo lo que se le ordenó y abrió la boca para ellos, Antonio le metió la polla por toda la boca y la obligó a comérsela bien comida haciéndole saltar lágrimas mientras el negro se acercaba por su retaguardia, le abría las piernas y le cogía el culo, a esas alturas, su culo ya había sido follado muchas veces y estaba más que dilatado, cada día recibía como mínimo dos folladas en el culo y en el coño, estaba empezando el sexto mes de embarazo y las cosas podían dificultarse, cada vez había más riesgo de aborto, pero a ellos se la sudaba el bebé, ella era solamente un trozo de carne con agujeros para llenar y el resultado les daba igual

Ella ya estaba acostumbrada a los tirones de pezones, a los azotes, a los maltratos, pero aún así le dolían y seguía soltando lágrimas

-No seas tan patética, es lo mismo de siempre-decían ellos llenándola todos sus agujeros

Pero una tarde se pasaron, de la follada tan fuerte que le estaban dando por detrás la empujaron contra una pared y allí la follaron con más rudeza

-Ahhhh-gritó ella escandalosamente

Su coño empezó a soltar sangre

-¿Qué coño?-preguntaron los dos hombres saliendose del interior de la mujer

Ella había tenido un aborto, su bebé había muerto

-Has permitido que muera, eres una mala madre-dijo el negro

Metió las manos dentro del coño de la mujer y sacó el feto sin formar todavía, ella lloraba del dolor e intentaba revolverse, pero Antonio la tenía bien sujeta por detrás mientras el negro exploraba su interior

-Aquí está el feto-dijo el negro con el bulto entre sus manos, no debía medir más de 30 cm

-Es negro, era tu bebé-dijo Antonio

-Mi hijo- lloró ella intentando abalanzarse sobre el bebé

-Calla guarra, nada de él te pertenece, tú no tienes nada-dijo Antonio tirándola al suelo

La dejaron allí llorando por la pérdida del bebé y abrazada al feto

Al día siguiente llegó un nuevo hombre

-Mira puta, te presento a Miguel, será tu nuevo amigo-dijo Antonio

Miguel era un hombre de unos treinta años, cabello moreno peinado hacia atrás, en forma, le sonaba mucho, pero no sabía de qué

-Tienes una polla para chupar-dijo Antonio riéndose

Ambos hombres salieron de la habitación y se marcharon de allí dejándola a ella sola de nuevo mientras oía las risas de los tres en el salón divirtiéndose, finalmente todo cayó en un profundo silencio y se abrió la puerta de su habitación

-Merche ¿no?-preguntó Miguel, el hombre nuevo

-No-respondió ella

-¿No?-preguntó él extrañado

-No, soy tu perra-respondió ella poniéndose a cuatro patas enfrente de la polla de Miguel

-¿Qué haces?-preguntó él

-Voy a mamartela-respondió ella

-Déjate de pendejadas, vente conmigo-dijo él

-Mis amos no me dejan salir de la habitación a partir de las ocho-se negó ella

-No se darán cuenta-dijo él impaciente arrastrándola

Pasaron por el salón y vio a los dos hombres dormidos en el sofá con alguna copita de más

Miguel abrió la puerta y la sacó a la calle

-¿Me vas a liberar?-preguntó ella

-No, voy a ayudarte a salir de aquí-respondió él

La noche era oscura y fría, ella iba desnuda hasta el coche donde él la metió furtivamente

-¿Te conozco de algo? Me suenas mucho-preguntó ella

-Soy Miguel, tu vecino del quinto-respondió él

Le vino a la cabeza de inmediato, su vecino de piso, él vivía en el quinto, ella en el tercero, qué verguenza que la viera así

-¿Cómo has sabido donde estaba?-preguntó ella

-No lo sabía, venía paseando cuando escuché a ese negro hablar de una tal Mercedes, una pelirroja, que la estaban follando entre los dos, él hablaba por teléfono y yo le seguía a una distancia prudencial, pero él me pilló y le tuve que decir la verdad, qué le había escuchado y me había puesto como una moto, me invitó un día a follarte y bromeó sobre si yo era policía, no lo soy, he vendio, he comprobado que eras tú-respondió él

-¿Y por qué me sacaste de allí?-preguntó ella

-Bueno, eres mi vecina y...si te soy sincero, tenía un crush en tí-respondió él

-¿Eras tú el que llenaba mi buzón con flores y me escribía cartas de amor?-preguntó la profesora

-Sí...-respondió él sonrojándose

Habían llegado ya al edificio, de 6 plantas

-Me temo que ya no tengo casa ¿no?-preguntó ella, llevaba 6 meses sin pagar el alquiler

-No, casa no tienes, a ver, como tener tienes, pero no está a tu nombre-respondió él

-Explícate-respondió ella

-Después de que desaparecieras, pagué tus deudas cuando iban a embargártelo y he ido pagandotelo mes a mes-explicó Miguel

-¿2 hipotecas?-preguntó ella

-Sí, bueno, esperaba que un día volvieras-respondió él

-Gracias-dijo ella abrazándolo por encima de la guantera central del coche

-De nada-respondió él

-Oye ¿no tendrás un poco de ropa?-preguntó ella antes de salir

-Sí, toma-respondió Miguel

Se quitó su jersey y se lo puso, por lo menos le cubría el pecho, además, era de noche, estaba oscuro nadie les vería. La llevó a su casa y abrió la puerta. La casa estaba a oscuras, con las persianas bajadas, el polvo se había acumulado y había cartas de deudas en el suelo

-No te preocupes, está todo pagado, es simplemente que no las quité, no he entrado ¿sabes? No quería interrumpir tu privacidad-dijo él

La llevó al baño, ella se dejó hacer, Miguel llenó la bañera con agua templada y le quitó el jersey, la metió en la bañera y cogió una esponja

-¿Me dejas?-preguntó

-Sí, adelante-respondió ella complacida

Él comenzó a limpiarle la espalda hasta llegar a las caderas, luego cogió los brazos y los embadurnó de jabón, después el pecho y la barriga, le levantó una peluda pierna y le pasó la esponja por ella, terminando en la planta del pie haciéndole cosquillas

-Para-dijo ella moviendo el pie entre risas

-Ahora el número final-dijo él

Agarró la cabeza de Mercedes y la sumergió en el agua mientras lavaba bien el pelo, terminó con su pelo y la levantó, con la mocha de la ducha le quitó el jabón y le dio una toalla, ya estaba limpia

-¿Podrías hacerme un favor?-preguntó ella

-Claro, dime-respondió él

-¿Podrías depilarme?-preguntó ella

-Claro-respondió él

-Gracias-dijo ella sentándose en una banqueta.

Él empezó por los sobacos, tenía los pelos muy largos y él se los recortó hasta dejar una mata decente, luego siguió con el coño, el cual recortó en forma de triángulo invertido dejando únicamente unos vellos un poco largos pero cuidados en el Monte de Venus, luego depiló al completo las piernas

-¿Así te gusta?-preguntó ella mirándose

-Sí, me gusta así un poco velludo, si no te molesta-respondió él

-Así se queda entonces, gracias-dijo ella abrazándolo

La llevó hasta su dormitorio y la metió en la cama, desnuda

-Buenas noches-dijo él

-Una cosa-dijo ella

-Dime-respondió él en la puerta

-¿Qué va a pasar conmigo?-preguntó ella

-Nada, eres libre-respondió él

-Antes dijiste que no me ibas a liberar, que solo me ibas a sacar de la casa-recordó ella

-Era para mantenerte en intriga, pero eres libre de hacer lo que quieras-dijo él

-Gracias-dijo ella

Durante unos días ella no pudo salir de casa, tenía miedo de que volvieran a secuestrarla y se quedó en casa, las compras se las hacía Miguel ya que ella no tenía dinero, su móvil, sus tarjetas, todo, estaba en la casa donde había sido secuestrada. No pudo volver al trabajo, al menos aquel curso, le habían enviado un correo comunicándole su inmediata expulsión cuando llevaba 5 días seguidos sin ir al colegio, fue al colegio a protestar, acompañada de Miguel, y tras luchar, consiguió hacerse con una plaza para el curso siguiente, estaban en Agosto, podía estar un mes de descanso.

Se enteró de la detención de sus violadores, al negro lo metieron en la cárcel y a Antonio lo mandaron a un centro de menores. Miguel un día entró a devolverle sus cosas

-Hola Miguel, pasa-dijo ella

Estaba radiante, tenía un vestido naranja que le llegaba hasta las rodilla, su melena volvía a tener rizos, aunque aún estaba hasta la barbilla, estaba preparando la mesa para comer

-¿Quieres comer?-preguntó ella

-Ehhh, sí, claro-respondió él

Ella sirvió la mesa para dos y se sentaron

-¿Quieres decirme algo?-preguntó ella

-Sí, aquí tienes tu bolso-respondió él dándole el bolso que había recuperado

-Gracias Miguel, me sabía mal pedirte siempre dinero y me supo que me compraras ese teléfono-dijo ella

-A mí no me supo mal, ha sido el dinero mejor gastado de toda mi vida-respondió él

-Eres un amor-dijo ella pasándole la mano por la mejilla afeitada

-Tengo que pedirte un favor-dijo él

-Claro, dime-respondió ella

-Necesito quedarme aquí un tiempo-respondió él

-¿Algún problema?-preguntó ella

-Soy un patán y...he prendido fuego a mi casa-respondió él

-¿Pero como se te ha ocurrido?-preguntó ella

-Cosas que pasan, y ahora me veo en la calle ¿podrías darme asilo?-preguntó él

-No tienes que preguntar, esta casa la estás pagando tú, es más tuya que mía-respondió ella

-¿No te molesta?-preguntó él

-En absoluto, cómo si te quieres quedar a vivir para siempre conmigo, te estoy muy agradecida por haberme salvado-respondió ella

-Me instalaré en un cuarto-dijo él

La casa tenía 3 habitaciones, una principal con baño incluido (la de la profesora) y otras dos más pequeñas, luego estaba el salón, otro baño y la cocina

-No, puedes quedarte en el mío-dijo ella

-¿Y tú donde dormirás?-preguntó él

-Contigo-respondió ella

-No sé si será lo más adecuado-dijo él

-Bobadas, baja lo que puedas de tu casa y metelo aquí-dijo ella retirando los platos de la comida

Aquella noche ella se metió en la cama desnuda y abrazó a Miguel

-¿Puedes dejar de hacer eso?-preguntó él incómodo

-¿Por? Como si no me hubieras visto desnuda-respondió ella

-Ya, pero, no sé, es raro-dijo él

-Miguel, como he dicho esta mañana, te estoy muy agradecida por haberme salvado la vida, te quiero hacer un favor-dijo ella

-¿Cuál?-preguntó él

-Quédate aquí conmigo-propuso ella

-Pero-dijo él

-Nada de peros, me confesaste que te gustaba, y en estos días me has ayudado mucho, te mereces esto-dijo ella

-Eso significa que...-dijo él

-Sí, quiero ser tu novia y tu mujer luego, yo no creo en el matrimonio y no me casaré, pero quiero vivir el resto de mi vida contigo-respondió ella

-Me haces el hombre más feliz del mundo-dijo él

Ella se colocó encima de él y le besó

-Gracias-dijo él

-No, gracias a tí-dijo ella volviendo al beso

-Mmmm...te has dejado el vello-dijo él tocando las partes íntimas

-Sí, a tí te gusta y no me lo voy a depilar, de hecho, no me voy a depilar, serás tú quién me depile cuando tú quieras-dijo ella exponiendo sus axilas velludas (todas las mujeres son bellas, con o sin vello, no hace falta estar depilada para ser guapa, por eso le dejo el pelo)

Miguel recorrió su cuerpo buscando sus atributos y tocó sus pechos

-Mmmm-gimió ella

Él se metió el pecho en la boca y lo succionó mientras ella apoyaba la cabeza en la pared, luego fue bajando hasta encontrar la rajita de la mujer y la lamió mientras ella emitía sonidos de placer, le gustaba aquello, era la primera vez que disfrutaba del sexo en los últimos meses, él le estaba chupando el clítoris de una manera...increíble

-Me vengo-dijo ella

-Estaré gustoso de recibirlo-dijo él colocando la lengua bajo el coño

Ella se corrió copiosamente dejando caer todos sus fluidos en aquel hombre, el cual los degustó, se dejó caer sobre la cama y avanzó hasta Miguel bajándole el pantalón del pijama

-No es muy grande, no sé si te gustará-dijo él mostrándosela

En efecto, no era muy grande, le podía medir 10 cm, 15 empalmada, pero eso a ella no le importó y la mamó con gusto, por fin una polla decente y aseada, no las pollas malolientes de sus malechores, lamió con destreza el glande haciendo círculos con su lengua y le dio una pasadita por los huevos mientras él se quedaba en la gloria, él nunca había sido deseado, de joven era el gordito del salón, comenzó a adelgazar en la universidad, y ahora, aunque no estaba gordo, tampoco era deseado, había pagado a putas para que se acostasen con él, pero aquella mujer no, ella era diferente.

-Voy a correrme-avisó él

-Dámelo todo, en la cara-pidió ella, juguetona

Él sacó la polla de su boca y se la sacudió enfrente suya, 5 chorros de semen cayeron sobre ella manchándole la cara y la boca

-Mmmm-dijo ella relamiéndose, se pasó la lengua por los labios y se tragó el semen, el resto se lo quitó él con el dedo y se lo dio a chupar

Ella se levantó y a cuatro patas se acercó a él hasta colocar su polla debajo de su coño, con las manos apoyadas en el pecho de Miguel. Fue bajando despacito hasta introducirla en su agujero y escuchó como el hombre gemía de gusto

-Espera, no llevo el condón-dijo él

-Da igual, te voy a ser sincera, a mí nunca me ha gustado que se corran dentro mía, de hecho, me da un asco tremendo, pero esos bastardos me usaban como querían y siempre tenía el culo y el coño lleno de lefa que al final ya me acostrumbré a ello, puedes correrte dentro o fuera-respondió ella iniciando los movimientos arriba y abajo

-Pero, puedes quedar preñada-dijo él

-Ya tuve un bebé y me ví obligada a abortar, esos cabrones me maltrararon mucho-dijo ella

-Me lo contaron, lo siento-se disculpó él

-No fue tu culpa, el caso, yo siempre he querido un bebé, pero uno de un hombre que me hiciera plena y feliz, da igual si es hoy o mañana, o pasado, pero quiero que un día me llenes el coño de semen y me preñes-dijo ella

-Hoy mismo si quieres- dijo él bombeando

-Vamos a ello-dijo ella

Siguió cabalgando la polla de Miguel rápidamente mientras él le cogía los pechos y sus huevos chocaban con su culo

-Ohh, sí-dijo ella estimulada

-Me vengo-dijo él

-Dentro-dijo ella, arqueó su espalda hasta quedar sus cabezas juntas y él le llenó el coño de semen

-Ha sido maravilloso-dijo él

-¿Quieres penetrarme el culo?-preguntó ella

-Me encantaría-respondió él

-Sabes, durante estos meses he sido dominada-explicó ella

-Ya, me contaron que eras su perra-respondió él asqueado

-Puedo ser la tuya también-dijo ella

-No, yo jamás te trataré así-dijo Miguel

-Por fi, domíname en la cama, sé el macho que necesito-pidió Mercedes

-¿En serio?-preguntó Miguel

-Sí-dijo ella levantando el culo

-Bueno, pues entonces ábrete ese culo de puta que tienes-ordenó él

Ella se llevó las dos manos al culo y se separó los cachetes. Él le metió un dedo lubricado y vio lo grande que estaba, aunque habían pasado dos semanas desde que la liberó, su culo aún recordaba la brutal paliza, le metió la polla y empezó a follarla con rudeza mientras ella gemía de placer, él colocó una mano sobre el cuello de Mercedes y la apretó contra el colchón mientras él bombeaba

-Oh sí-dijo ella medio atragantada

-Te voy a llenar el culo de semen que vas a tener que apretar mucho para sacarlo todo-dijo él

-Sí, lléname de semen hasta la boca del estómago-pidió ella

-Ahhhh-gritó él cuando se corrió copiosamente en el culo

Se dejó caer sobre el borde de la cama y ella le dio la vuelta a su cuerpo y lo colocó bocabajo

-¿Qué vas a hacer?-preguntó él acomodando su cabeza

-Comerte el culo-dijo ella

-No hace falta-dijo él

-Se lo hacía a mis amos, ellos usaban mi boca de retrete y luego me obligaban a limpiarles el culo de mierda-dijo ella recordando aquellos malos momentos

-Por eso, como son malos no lo hagas conmigo-dijo Miguel

-Gracias, pero lo que sí me gustaría hacer contigo es otra cosita-dijo Mercedes

-Dime, estoy abierto a sugerencias-dijo Miguel

-Me gustaría metertela-dijo ella

.¿Cómo que...?-preguntó él

-Un consolador, por el culo, es una vieja fantasía-respondió ella

-A mí ese rollo gay no me va, pero adelante-dijo él poniendo el culo en pompa

-¿En serio?-preguntó ella

-Por completo-dijo él

Ella rebuscó en un cajón de su mesilla hasta que encontró su viejo consolador, esperaba que después de esos meses siguiera funcionando y sí, funcionaba a las mil maravillas, él se colocó en una mejor posición y permitió que ella le metiera el consolador por el culo

-Ahhh-gritó él de dolor

-¿Quieres que pare?-preguntó ella

-No, sigue-respondió él sosteniendo una lágrima, si a ella eso le gustaba, que siguiera

-Sé que no te ha gustado-dijo ella al terminar, él aún con el consolador en el culo

-Pues no, no me ha gustado-dijo él

-Pero gracias por dejármelo hacer-dijo ella abrazándolo

-¿Puedo hacerte una pregunta?-preguntó él

-Claro-respondió ella

-¿Puedes dormir con mi polla en tu coño?-preguntó él

-Sí, pero déjate el consolador en el culo, me parece lo justo-dijo ella

-Hecho-dijo él

Se acurrucaron uno encima del otro, él con la polla en el coño de ella y ella encima de él y así se durmieron

Tras los 9 meses de embarazo dio a luz a un bebé de cabellos oscuros, como su padre, y decidieron hacer otro intento, el cual fue niña, de cabellos rojizos com su madre. Vivían todos en el piso de ella, aunque lo pagaba él ¿vosotros de quién creéis que es?

De Antonio y el negro solo sabemos que están en la carcel, el negro está siendo follado en las duchas y sodomizado y Antonio lo está pasando muy mal en el centro de menores

Pd: Como ya les dije esta parte es diferente, espero que les guste y nada a disfrutarla. Últimamente mis relatos están teniendo muy pocas lecturas, menos de 10.000 y me gustaría que subiese un poco, la verdad, desmotiva un poco, yo agradezco a los que están siempre ahí, en serio lo agradezco, no sé quienes sois los que me leeis por que no me viene el nombre de los usuarios, pero gracias, y nada, esperemos que esta situación cambie y yo seguiré durante un rato escribiendo y publicando relatos, recordad que tengo también relatos publicados en mi otra cuenta, llamada "the fucking boss" que podéis encontrar en mi lista de autores favoritos, ahí también subo relatos de vez en cuando. Un beso y cuidaos.