La profesora 3
Continúa la follada con la profesora, esta vez mucho más extremo
Había pasado la tarde, pero ya había llegado el día, escuchó rumores en la casa, pasos en el pasillo, la cerradura en la llave, la puerta se abrió y en el umbral estaban dos hombres, su agresor y otro hombre más, negro y calvo, con los músculos marcados en su camiseta, se arrastró a la pared contraria, así que esan eran las intenciones de aquel canalla, hacer un trío con un negro.
-Hola perra, aquí está tu sorpresa-anunció Antonio
-Guau, no está mal la profesora-dijo el negro echándole una mirada
-Adivina lo que vamos a hacerte-dijo Antonio
-Follarme-respondió Mercedes
-Exacto, en honor a tu primera semana cautiva, mírala-dijo Antonio.
Se acercó a ella y le cogió sus pechos, separó las piernas y le mostró la raja, su Monte de Venus, generalmente bien rasurado, se hallaba ahora cubierto una capa de pelo corto, pero eso no parecía importarle a ninguno de los dos hombres, que le abrían los labios e introducían sus dedos
-Oh, yeah-dijo el negro metiendo sus falanges oscuras en la palidez de la cueva secreta de la profesora
-Mmm-se estremeció Mercedes
Volvió la cabeza hacia un lado y se encontró con la polla de Antonio apuntandole a la cara, sin preguntar siquiera abrió la boca y el hombre se la metió provocandole una arcada cuando el glande tocó la campanilla, pero no dijo nada y comenzó a mamar su verga. El negro mientras tanto le cogió ambos lados del coño y metió la boca entre ellos, investigando su interior buscando el clítoris. Antonio le tocaba una teta y se aseguraba de que le doliera, aunque sabía que si le mordía el pene aquel hombre la maltraría más salvajemente que usualmente
Y ahí estaba ella mamando la polla de Antonio mientras que de sus ojos salían lágrimas y de su boca se escapaban hilillos de saliva y semen
-Voy a correrme puta-avisó Antonio, algo extraño en él
Se corrió dentro de su boca como era costumbre, cuando la sacó tenía toda la garganta llena de su viscosa sustancia, no le dio tiempo a tragar, le pusieron enfrente la polla del negro, un pedazo de carne negra, muy larga y delgada
-No me va a caber-dijo Mercedes
-Ya verás como sí-dijo el negro
-Que no, en serio-insistió la profesora
Pero el negro se la metió y, obviamente, no entró, pero el negro se la metió más profunda, Antonio le taponó la nariz y la obligó a mirar hacia arriba, ella hizo señales de que se ahogaba, pero los hombres no le hicieron caso y el negro siguió introduciendo su larga polla por su boca hasta que finalmente cupo toda, entonces la sacó.
Mercedes cogió una bocanada de aire y se la metió en sus pulmones mientras los hombres reían
-Sois unos cabrones-maldijo la profesora
-Unos cabrones con una polla muy larga-dijo el negro
-Aún no me has dicho tu nombre-le espetó Mercedes
-Alto, para el carro, eso no tienes que saberlo-dijo Antonio
-Sois despreciables, enserio-dijo Mercedes
-Puedes si tú quieres-dijo Antonio
-No te creo-dijo Mercedes
-Toma, las llaves de la puerta, lárgate, no queremos verte aquí-dijo Antonio dandole un manojo de llaves
No se lo podía creer, iba a salir de allí, a darse una ducha, a relajarse y a olvidarse de todo, pensaba mientras recorría el pasillo pensando en qué dirección girar, hizo memoria de dónde provenían los pasos cuando los hombres se acercaban, de la izquierda, llegó al salón y vio la puerta, ahí estaba, a metro y medio, metió las llaves de la puerta, las giró y giró el picaporte, una descarga eléctrica la recorrió por todo su cuerpo, claro, había caído en la broma, no podía ser todo tan fácil, a sus espaldas los hombres reían. Entre los dos la cogieron y la llevaron de nuevo a la habitación, donde la tiraron al suelo
-Nunca vas a salir de aquí, asúmelo-dijo Antonio
-Te vamos a estar follando siempre-dijo el negro
-Tú no, tú de vez en cuando, pero yo siempre-dijo Antonio
-Voy a metertela, me gusta penetrar a blancas jovencitas-dijo el negro
Apoyó a la profesora contra la pared y le abrió las piernas, le metió la tranca en el coño sin cuidado alguno y bombeó con fuerza mientras la profesora gritaba, Antonio le puso la mordaza que había usado el día anterior para amortiguar sus gritos y contempló el panorama, los rizos rojos de la profesora estaban sin cuidar y se le pegaban a la cara sudorosa y lagrimosa, llevaba una semana sin ducharse por lo que su cuerpo debía de transmitir un aroma fuerte, aunque a los hombres solo le importaba su coño, ya que no le habían dado ni siquiera una esponja para lavarse.
Mientras el negro le destrozaba el coño y le tocaba las tetas, Antonio separó a Mercedes de la pared y le abrió las nalgas, le pasó un dedo por los surcos del ojete y le metió la polla. Mercedes dio un respingo y el negro le quitó la mordaza para besarla, ella intentó apartarse, pero Antonio le pegó la cabeza al negro, estaba atrapada entre los dos hombres mientras un negro la besaba y entre ellos se abrazaban,
-Cumming-gritó el negro
El negro se corrió copiosamente en su útero y cuando la sacó cayeron líquidos de su interior
-Yo también-avisó Antonio llenandole el culo de semen
-Venga, cambio-dijo el negro
Intercambiaron posiciones y el negro se la metió por el culo, la polla era larga y delgada y con ella pudo levantar a la profesora unos centímetros del suelo, entonces Antonio se la metió por el coño. El negro le cogió toda su melena y la agarró por encima de la cabeza de Mercedes
-Bonito pelo rojo-dijo mientras embestía el ano de la profesora, la cual no podría sentarse en un mes y entonces le llegó la peor urgencia que le podía llegar en ese momento, se cagaba, y no de miedo precisamente
-Me estoy cagando-dijo ella
-Pues te esperas a que yo termine-dijo el negro
-No puedo-dijo ella
-Sí puedes, sino te pasarán cosas peores que cagarte encima-dijo Antonio tirando de sus pezones dolorosamente
-Y cierra el esfínter por que como vea un miligramo de mierda en mi polla te enteras-amenzaó el negro
Ella lloró y afirmó con la cabeza mientras empujaba del culo hacia adentro, aunque las nalgadas y los embestimientos de ambos hombres no ayudaban en sus tarea
-Amigo, me vengo-dijo Antonio
-Yo también brother-avisó el negro
Se corrieron a la vez en el interior de los agujeros de Mercedes juntando las dos corridas en un solo engrudo. Sacaron las pollas y la tiraron al suelo
-Ahora limpia nuestras pollas-dijo el negro
Le pusieron ambas pollas delante suya y fue alternando mamando una primero, luego otra, después volviendo a la primera hasta dejarlas completamente relucientes
-Bien muchachita, ahora puedes cagar-ordenó el negro
La levantaron y la pusieron de cara a la pared, con el culo abierto. Observaron como el culo se dilataba más de lo que ya lo había hecho y expulsaba mierda junto con semen, ella gritó de dolor mientras la mierda salía de su culo y caía en el suelo, los dos hombres grababan con sus móviles humillándola mientras la profesora expulsaba mierda por su ojete
-Ya sé el nombre de este vídeo, "profesora cagando sin vergüenza alguna"-dijo el negro
La profesora lloraba con la cara oculta tras su frondosa melena, finalmente expulsó la última porción de mierda y respiró
-Bueno, aquí ya he terminado-dijo el negro
-Sí, un placer, como siempre-dijo Antonio, lo cual le llevó a pensar a Mercedes que esta no era la primera vez que aquellos dos sinvergüenzas violaban a mujeres juntos
-Sólo una cosa más, como recuerdo de esta magnífica velada-dijo el negro
Salió de la habitación y volvió con unas tijeras de cocina y una bolsa de basura
-No, no por favor-suplicó Mercedes
Pero el negro no le hizo caso y le cogió un mechón rizado de su cabello y lo cortó, tiró el mechón a la bolsa y cogió otro, continuó así hasta que Mercedes tuvo el pelo al raso, entonces Antonio salió de la habitación y entró con una maquinilla, la pasó por su cabeza hasta que no quedó pelo alguno, luego pasó una navaja para dejar completamente lisa
-Venga nena, no llores más, sino la navaja se puede deslizar sin querer hacia abajo, a tu cuello y...-dijo Antonio poniendo la hoja en la base del cuello
-Hazlo-dijo Mercedes llena de lágrimas
-No, queremos más diversión contigo-terminó Antonio
-Cómete eso, será lo único que comerás durante tu estancia aquí, aparte de nuestras pollas-dijo el negro señalando la mierda
-Sí, cómetelo todo, que papi esté orgulloso, te acompaño a la puerta-dijo Antonio
Salieron de la habitación y ella se quedó allí de rodillas, calva, sucia, con su coño y culo llenos de sangre y semen de dos tíos distintos, además no había sentido placer alguno, ni siquiera se había corrido. S egolpeó el coño una y otra vez, metió dentro sus dedos y rasgó las paredes, tiró de pliegues, hizo que sangrara, pero nada sirvió, el semen seguía estando allí y también la humillación. Se echó al suelo a 4 patas y comenzó a comer la mierda como un perro, su papel en aquella casa.