La profesora

Ese chico la tenía todo el día con las bragas mojadas. Por fin llegó el jueves

Se había levantado algo nerviosa, siempre enfrentarte a lo desconocido , te provoca ese hormigueo en el estómago.

Elena era una mujer joven de unos cuarenta y pocos años y estaba muy bien, con un cuerpo excepcional y una gran proyección en la vida laboral. Ella es directora del nuevo colegio en el centro de la ciudad. La profesora de segundo de bachillerato había caído de baja y ella tendría que sustituirla prácticamente todo el curso. Estos chicos ya eran mayorcitos y siempre había algún repetidor que la intentaría intimidar. Se vistió lo más recatada que pudo, no quería revueltos desde el primer día. Así que se puso un jersey de cuello alto , bastante holgado y unos pantalones anchos de tela vaquera. Con unas botas camperas. Aun así llamaba la atención, pero no podía hacer nada.

Salió de su casa que estaba apenas a unos diez minutos del colegio y camino con tranquilidad hasta llegar al colegio. Su clase no empezaba hasta las once, por lo que tenía tiempo de hacer el trabajo de directora hasta entonces .

A las once menos diez sono la alarma, tenía tiempo para ir a la clase tranquilamente, ya que además era la vuelta del recreo. Llego antes que nadie y se sentó en la mesa, ya no había tablilla que alzarse la mesa como cuando ella era pequeña.

Lentamente los alumnos fueron llegando. Cuando ya estuvieron todos se presentó.

Buenos días, mi nombre es Elena y partir de hoy seré vuestra nueva profesora de lengua, la pobre Ángela ha tenido un desafortunado accidente y estará de baja unos meses. Hoy empezaremos por los clásicos.

Mientras hablaba se iba fijando en las caras de los chicos y casi ya sabía quienes iban a ser los conflictivos. Había uno alto rubio y fuerte, muy bien desarrollado que la miraba muy fijamente con unos preciosos ojos verdes. La pareció ver qué se relamía mirándola y se mordía el labio inferior, no le dio más importancia.

Conforme se fue desarrollando el curso, Pablo que así se llamaba el muchacho, se fue acercando más a ella. La miraba con ojos de depredador y eso a ella la ponía, sentirse admirada y deseada por un chico tan joven la volvía loca. Pero era solo un chaval…..

Un día estando en su despacho entro Pablo.

  • ¿buenos días, puedo pasar?

-por supuesto, pasa.

  • ¿Qué querías?

  • Pues mira, tengo un problema con las matemáticas y he pensado que igual me podías ayudar un poco.

  • -perfecto, eso está hecho. Mira los martes y los jueves vengo por la tarde, elige un día o los dos , como quieras .

  • Por mí está bien los jueves.

  • Pues ya está dicho el jueves empezamos.

  • Te espero aquí mismo a las cuatro y media.

  • Aquí estaré, gracias.

Parecía un chico majo, aunque había repetido el curso y no parecía que fuese de los más tontos. Seguramente habría otras circunstancias.

Elena estaba ansiosa de que llegase el jueves. Seguramente habría otras circunstancias por las que Pablo habría repetido, pero parecía buena gente. Aunque se la comía con los ojos, Elena pensó en calentarle, poco a poco. A ella también la ponía.

Se paso toda la semana pensando en el jueves, realmente la excitaba y su cabeza no dejaba de pensar. Ese chico la tenía todo el día con las bragas mojadas. Por fin llegó el jueves. Elena se vistió informal, pero más apretada que de costumbre y se puso una blusa para así poder mostrar escote. Quería calentar al muchacho.

Pablo llegó puntual a las cuatro y media en punto.

-Buenas tardes Elena, ¿Qué tal el día?

-buenas tardes Pablo, muy bien gracias.

-cuando quieras podemos empezar, ¿en que vas peor?

-pues el cálculo diferencial se me atraganta mucho pero en general todo me supone un problema.

-Bueno, ahora empieza el curso así que tenemos tiempo. Empezaremos por una hora y ya iremos viendo.

Elena busco en el libro y empezó a darle explicaciones sobre el cálculo diferencial. Pablo la miraba a los ojos y también el escote, una erección apareció en su pantalón de chándal. Bajo sus manos para taparse y Elena bajó la vista. Menudo aparato se gastaba Pablo , al quedarse mirando más tiempo del necesario, Pablo se dio cuenta y la miro con una sonrisa socarrona. Ahora el se fijó en sus pechos, redonditos y aparentemente duritos con unos pezones que se marcaban con claridad en su blusa. Pablo se quedó mirando esos pezones y su polla se puso aún más dura.

-bueno, empecemos con las derivadas, si esto se aprende bien, todo lo demás ya va sobre ruedas.

Elena le puso a Pablo unos problemas y paso a su mesa para hacer su trabajo.

Noto como Pablo con una mano sujetaba el bolígrafo y con la otra se acariciaba la polla, la miraba y se acariciaba. Elena se miró el escote y vio asustada que se le había soltado otro botón y casi sus tetas se veían enteras solo tapadas por el sujetador.

El ver a Pablo tocándose, la estaba poniendo a cien, esa polla tenía centrados todos sus sentidos. Se puso de pie y le dijo a Pablo.

  • Voy al baño, ahora vuelvo.

Ya en el baño, se quitó las bragas que estaban chorreando y se pasó un dedo por su rajita.

Estaba húmeda, muy húmeda. Llevo el dedo a su boca y lo chupo. Azorada se levantó y salió corriendo hacia el despacho, metiendo las bragas en su bolso. La puerta estaba medio abierta y se veía como la mano de Pablo subía cada vez más deprisa. No se pudo aguantar y se metió un dedo en su coñito. Miro a los lados cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, menos mal que no había nadie. Entro en el despacho y cerró la puerta con llave. Pablo se asustó y saco la mano de dentro de su pantalón con gran rapidez.

-¿Que tal vas?

  • ehhhhh bien, bien.

Se agachó sobre la hoja, dejando ver todo su pecho y sus pezones bien duros. El sujetador de encaje al menos dejaba adivinar lo que había debajo.

Pablo fijo los ojos en esas preciosas tetas y se las quedó mirando con descaro.

-tienes unas tetas muy bonitas, me gustan.

-serás descarado, ¿Cómo te atreves?

--me las estás enseñando y mira como se me ha puesto la polla.

-no veo nada, está muy tapada,¿ seguro que ahí hay algo?

Pablo agarrando su polla por la base la saco del pantalón. Su mano la abarcaba entera y aún le sobraba otro buen cacho.

Elena abrió los ojos y dijo.

-sí que gasta buena herramienta sí.

Elena fue subiendo su falda lentamente y apareció su coño totalmente depilado y brillante por los jugos segregados.

Pablo al verlo acelero sus frotaciones corriéndose en un par de segundos.

Hummmmmm que bonito.

Elena se dio cuenta que el muchacho no era muy experto en el tema sexual. Lentamente bajo su falda y dándole un beso, le dijo:

  • El próximo jueves habrá una nueva lección, si eres buen estudiante tendrás un premio.

Pablo salía sorprendido, la maestra le había enseñado el coño y le había dejado masturbarse contemplando su coño. Estaba deseando que llegase el jueves y puso mucho interés en resolver bien los problemas. Le hubiese gustado probar ese coñito tan rosadito y apetitoso, con esos juguitos. Se estaba volviendo a empalmar.

Llego el jueves de nuevo y Elena vio gratamente sorprendida los avances que Pablo había experimentado en las matemáticas. Estaba orgullosa de ese chaval que en un principio parecía perdido para el estudio.

Elena ese día no se había puesto ropa interior y los pezones amenazaban con romper la tela de la camisa negra que llevaba. Noto como una erección aparecía en el pantalón de Pablo y se levantó para ir a cerrar la puerta.

  • Has sido un buen estudiante y hoy tendrás tu premio, así hasta que apruebes o suspendas la asignatura. Si suspendes se terminaron las clases.

Subiéndose sobre la mesa dejo al descubierto su coño y le dijo a pablo.

-Ven comételo-

Pablo fue ávido y sediento en busca de ese manjar que se ofrecía ante sus ojos. Metiendo su cabeza entre las piernas empezó a chupar como un loco.

Elena corroboro que no tenía mucha experiencia.

-tranquilo, tranquilo. Saca tu lengua y acaríciame con ella, lámeme suave, lento, despacio.

Tras un rato lamiendo Elena sujeto la cabeza del chaval y la aparto de su coño. Abriéndose los labios del coño, le enseño el clítoris.

  • ¿Ves ese punto abultado?, pues sórbelo y chúpalo como que fuese un helado de limón.

Pablo se esmeró en su trabajo y la chupo con ganas el clítoris. Lo sorbía y rodeaba con su lengua y luego la hacía pasadas de izquierda a derecha. Elena se estaba volviendo loca con aquella juvenil lengua que no paraba de darle placer. Le agarro la cabeza con las manos y se la fijo en su clitoris.

-siiii huuummm siiiiiii asiiii

Cabroooooon siiiiiii

Queeee bieeennn lo haceeees siiiii hummmm siiiiiiii

Elena exploto en la boca de Pablo llenando su cara con sus jugos.

  • Joder chaval que bien has aprendido hummmmmm

  • ¿te gusto tu regalo?

Y mirando hacia abajo vio un gran charco de semen. Mientras la comía el coño se había masturbado.

-hummmm veo que sí.

  • El próximo jueves si te aplicas tendremos dos lecciones.

Agachándose le dio un beso en los morros a la vez que apretaba su polla.

-hasta el jueves