La profe de estructuras

La profesora se aprovecha de su alumno distraido

Cada cual tiene sus habilidades y preferencias, las mías no pasaban por los cálculos de estructuras y tuve claro desde el inicio de curso que esa asignatura iba a ser un calvario para mí.

Los contenidos de la asignatura me resultaban aburridos y la forma en que los exponía la profesora no ayudaba nada para que fuera más ameno.  Nada más entrar en el aula se me caía el interés por los suelos, no me gustaba como explicaba ni tampoco su presencia.

La profe era una mujer mayor, de unos cincuenta años más o menos, bajita y con nulo sexappeal. Siempre vestía muy clásica y con poca gracia. No era fea pero tampoco guapa y las gruesas gafas que llevaba le conferían un aspecto de empollona que no ayudaba.

Con este panorama durante el primer mes me aburrí como una ostra y aprendí cero. Nada más empezar la clase desconectaba y me ponía a recordar las picantes aventuras vividas durante el verano, lo que provocaba mi ausencia total y mi nula atención.

Llego el primer examen y os podéis imaginar el resultado: Suspenso (me da vergüenza poner la cifra). La profe nos dijo que quien quisiera revisar la nota tenia que ir a las horas de tutoría a su despacho. Evidentemente yo no tenia ninguna necesidad de hacerlo pues por mucho que se retocase la puntuación no llegaría al aprobado.

Pasaron un días y en una pausa de la clase se me acercó para preguntarme:

-          “¿No quieres revisar tu examen y ver dónde has fallado?, si no prestas más interés ten por seguro que mi asignatura no se aprueba por la cara bonita de los alumnos”, añade con tu tono cercano a la reprimenda.

-          “Me esfuerzo pero no se me da bien… es que me resulta muy difícil… quizás no tengo la base suficiente” le argumento.

-          “al final de la jornada me quedaré un rato en el despacho, si quieres vienes y lo hablamos” me sugiere con un tono amigable muy poco habitual en ella.

Haciendo un gran esfuerzo me presento en su despacho a las 16:40, veinte minutos antes de terminar la tutoría pues no creo que se necesite más tiempo para revisar la porquería de examen que había hecho.

Me hace pasar y esperar a que termine de corregir unos trabajos. El tiempo de espera se me hace eterno y son las 17:15 cuando al final se levanta de su mesa, se dirige hacia la puerta, la abre, se asoma al pasillo, y tras comprobar que a esa hora ya no circula nadie, da un paso atrás y cierra la puerta con llave.

A mí me extraña bastante pero pienso que quizás lo hace para que el resto de alumnos no la molesten fueran del horario.

-          “A ver vamos a revisar ese examen…”, dice con tono despectivo. “Cada año tengo algún alumno que tengo que recuperar… sé que mi asignatura es algo complicada, pero todo se puede arreglar”

-          “Yo hago todo lo que puedo… pero no se me da nada bien”, le miento sin querer confesar que me aburre muchísimo y que ella no me motiva lo mas mínimo.

-          “Mira aquí, lo ves aquí te has equivocado de signo, has puesto mas y debía ser menos… y aquí has puesto la formula al revés”, dice mientras señala con el boli en el papel captando mi atención.

-          “Te tienes que fijar más en los detalles y ser más cuidadoso, y si tienes dudas vienes y me preguntas, que yo estoy para ayudarte”, me dice con tono paternalista al tiempo que nuestros cuerpos entran en contacto por primera vez de una forma intencionada.

Pensando que es un acercamiento casual mantengo la posición mientras que ella provecha para apretujar su cuerpo contra el mío. Como ve que no rehúyo el contacto me pone la mano en la cadera y lentamente la baja hasta tocarme el culo.

Víctima de mi inexperiencia me siento acorralado sin saber cómo reaccionar. La profe fea y desaliñada de la asignatura más difícil para mí me está metiendo mano y no sé qué hacer. Si le digo que me deje tranquilo quizás no apruebe en años y si no digo nada tendré que aguantar que se aproveche de mí.

-          “Creo que a partir de ahora nos vamos a entender y vamos a superar estos problemas académicos”, me dice mientras me soba el culo con descaro.

-          “Voy a poner todo de mi parte para sacar buena nota, y cuando digo todo es todo”, le digo haciéndole ver que puede continuar si a cambio se porta bien conmigo durante el curso.

Satisfecha por mi actitud me sonríe y se dispone a cobrar el primer pago de nuestro acuerdo. Por la forma de comportarse estoy seguro que este contrato lo firma cada año con alguno de sus alumnos poco dado al cálculo de estructuras como yo. Algo debo tener para que me elija y estoy seguro que lo va a buscar y encontrar.

Suavemente me empuja hacia atrás hasta que mi culo se apoya contra el lado de la mesa de trabajo. Veo como su cara se ilumina, sus ojos se abre y su expresión delata la lujuria que se ha desatado en su interior. Estoy seguro que me ve como la presa justo antes de ser devorada por la leona hambrienta.

Regodeándose en la maniobra, me deshace el cinturón y el botón del cinturón para poder meter la mano por encima del slip para rodear mi pene. Esta situación tan forzada y que ella no me atrae nada no favorecen el que pueda tener el mínimo conato de erección, así que tras varios tocamientos, me baja el pantalón y deja al descubierto mi polla con pequeña y flácida como cuando voy a mear.

Esto no la perturba en absoluto, debo pensar que es lo habitual, y se pone a juguetear con ella  pasándosela entre los dedos, corriendo el pellejo hacia atrás y amasando cariñosamente la bolsa de los huevos.

A pesar de que esta en horas bajas, tengo un buen instrumento y ella lo sabe apreciar. Con paciencia me va sobando y poco a poco “la cosa” va cogiendo la consistencia deseada.

-          “muy bien, sigue así… vas a ser un alumno de sobresaliente”, me reconoce mientras comprueba que me va creciendo y va cogiendo una buena dimensión, tal como ella esperaba.

Me agarro al borde de la mesa con ambas manos, echo el cuerpo hacia atrás y dejo que mi polla se proyecte hacia delante al alcance de sus manitas para que la puedan agarrar según le plazca. Estoy a su entera disposición, me subo la camiseta para dejar todo mi pubis desnudo y le dejo que disfrute de mi cuerpo tal como desee.

Mientras juguetea, contemplo su cara que refleja fielmente toda la lujuria que la colma. Mi polla ha alcanzado su máximo esplendor y en su cara se traduce en una mezcla de satisfacción y deseo reprimido.

Sus pequeñas y cuidadas manos se manifiestan como buenas expertas en la tarea de masturbar a un hombre. Sabe cuándo apretar y cuándo aflojar. Como subir y como bajar. A juzgar por la eficacia del trabajo, pienso que habrá hecho muchas pajas antes que esta.

Dudo que yo mismo me haya hecho una paja tan rica como la que me hace la profe. No falta la dosis de saliva para mojar el capullo, ni los golpecitos del puño cerrado justo debajo del capullo. Tampoco se le olvida amasar con la palma de la mano la punta ni hacer un mano a mano como el que estira de una cuerda.

Se sabe todas las técnicas y las practica a conciencia. Me cuesta trabajo mantenerme entero y aguanto todo lo que puedo, pues creo que los alumnos se deben esforzar al máximo para conseguir los mejores resultados a los que aspiran sus profesores.

-          “me gusta tu actitud… creo que este curso va a ser muy provechoso”, me dice sin dejar de darle fuerte a la zambomba. “Un alumno tan bueno no puede suspender nunca”.

-          “si, si profe… seré un alumno aplicado, y siempre que tenga dudas vendrá a preguntar”, le digo retorciéndome de gusto sabiendo que mi corrida está muy próxima.

-          “Después de esta explicación ya me sale el ejercicio… ya me saleeee”, le dijo mientras aprieto las nalgas y dejo que un buen chorro de leche salga disparado hacia delante.

Me sigue dando unos meneos más suaves que se acompasan con nuevas avenidas de leche. Sus manos pringosas se restriegan por mi polla y los huevos extendiendo mi propia leche como si fuese una crema.

A mi profe se la ve muy complacida y satisfecha, donde había una mujer gris y desangelada, ahora hay una mujer que roza la euforia y la felicidad. No cabe duda que acaba de repescar un alumno que a partir de hoy estará más atento a sus clases y si no llega al aprobado se someterá voluntariamente a las clases de “repaso pertinentes”

Deverano