La Profe

Cuando fui profesora detecté al que evidentemente sería un alumno problema. Vaya problema!

La Profe

Hace años trabajé como profesora universitaria. Dictaba una materia teórico-práctica sobre diseño en la artesanía.

Desde la primera semana descubrí que un chico, de esos que aparentan ser el durito de la clase, se fijaba en mí y me desnudaba con la mirada. Sabiendo cómo tratar con ese tipo de muchachitos que recién han alcanzado la mayoría de edad y creen que el mundo está hecho para que ellos abusen, fui con él la profesora más dura y exigente. Si tenía preguntas para hacerle al grupo, escogía la más difícil para él y no me dolía en absoluto humillarle cuando la respuesta era errada.

Un día en el que opté por ir a dictar mi clase con una falda ajustada que me daba a medio muslo él se sentó en primera fila de la clase. Para dejar algunas anotaciones en el tablero di la espalda al grupo. Cuando terminé lo que necesitaba escribir me giré súbitamente y descubrí que su mirada había estado clavada en mi culo. Posiblemente otros alumnos estarían haciendo lo mismo, no lo sé, sólo sé que él lo hacía y decidí vengarme de su atrevimiento.

-Oscar- le dije mostrándole una fotografía que había llevado para hablar de la evolución de los muebles a través de la historia- a qué tendencia pertenece esta silla?

Mi alumno se puso pálido, tartamudeó para decirme "no sé".

-Es idiota o su estupidez es aparentada para mortificarme? – le increpé.

-María Camila, yo…-

-A mi me llama profesora, que estoy muy lejos de darle la confianza para que me trate por mi nombre, cretino.-

Oscar agachó la cabeza, le estaba humillando frente a todo el grupo. A esas alturas faltaban sólo cinco minutos para el final de la clase.

-Mire, mediocre- le dije casi gritando- no tengo que soportar en mi clase a alguien que no tiene las capacidades para obtener el título profesional, así que ahora mismo será su última oportunidad para salvar su futuro.-

-Cómo?- Preguntó aterrado.

-Le haré una prueba inmediatamente, a solas, si logra demostrar que es un poquito menos inepto de lo que yo creo, subiré sus calificaciones obtenidas hasta ahora a un aceptable para que, estudiando intensamente, tenga alguna posibilidad de aprobar mi asignatura. Si por el contrario usted confirma mis temores y es un total inepto, lo repruebo de una buena vez para que no pierda más tiempo viniendo a las clases que faltan.

-Pero Mar… Profesora… yo no sabía… yo no he estudiado…-

-Necesito que sepa, la vida no le va a dar la oportunidad de estar estudiando. Los problemas vienen sin avisar. No le estoy ofreciendo una oportunidad, se la estoy obligando y es ya. Fuera todos! - Grité para que el resto del grupo saliera y lo hicieron en estampida.

Cuando salió el último alumno fui a la puerta y la aseguré.

-Nadie nos va a interrumpir, cretino, la prueba constará de dos partes, una escrita y una oral.-

Oscar estaba sudando, casi juraría que sus ojos estaban llenos de lágrimas, no sé si de miedo o de ira.

-Parte escrita – continué – en el tablero escriba una lista de las diferentes tendencias y corrientes del arte y del diseño con tres representantes de cada una.

El alumno se levantó temeroso y borró el tablero. Ya empezaba a escribir cuando decidí hacer más difícil su tarea.

-No puedo creer que alguien haya llegado a mi curso con tan pocas aptitudes, es que no sabe nada de nada, Usted debe tener máximo 19 años, todavía puede buscar otra profesión y no obtener un título para vergüenza de sus colegas.-

-En realidad tengo 18 años- respondió con voz temblorosa

-No le estoy preguntando nada!- le grité – siga en su tarea, no se distraiga. Su problema es lo distraído Oscar, nunca se concentra.-

Oscar escribía, rebuscando en su memoria, intentando sobreponer su concentración a mi fastidiosa cantaleta. Cuando vi que empezaba a lograrlo decidí cambiar de táctica; sentada en una silla de la primera fila y sin dejar de hablar, comencé a arrojarle bolas de papel que hacía con las hojas de un cuaderno. El seguía escribiendo. Me detuve para echar un vistazo, para mi sorpresa, Oscar avanzaba eficientemente y lo que escribía estaba absolutamente correcto.

-Cinco minutos más Oscar- le dije para ponerle más presión. Él aceleró su ritmo de escritura

-Parece que ya nos distraemos menos. Hasta podría lograr aprobar mi materia.

-Pero mientras estoy en clase no me distraigo, mis ojos siempre están sobre Usted- me dijo sin parar de escribir.

-Claro que están sobre mí, desnudándome, cree que no lo he notado?

Oscar se sonrojó.

-A usted siempre le distrae imaginarse esto. A ver si viéndolas deja de perder concentración imaginándolas- le dije parada a su lado derecho. El giró su cabeza y ahí estaba yo, me había sacado la blusa y el bra.

Pude ver cómo me observaba con la boca abierta.

-Tres minutos Oscar, concéntrese en lo que está haciendo. No hay términos medios, si no está completo le reprobaré.

Oscar seguía escribiendo y mirándome de reojo, lo cual aproveché para empezar a bailar muy cerca de él sacándome la minifalda y quedándome sólo en mi tanga tipo hilo. Me giré y me doblé con las piernas separadas hasta tocar el piso con mis dedos. Oscar dudaba entre observarme o terminar su trabajo; finalmente optó por esto último. Cuando sólo le quedaba un minuto entré gateando entre él y el tablero, me arrodillé allí, le desabroché el pantalón y lo bajé así como sus pantaloncillos. Oscar se esforzaba por seguir escribiendo. Cuando sintió el calor y la humedad de mi boca comiéndole la verga no pudo seguir. Me metí esa polla hasta que sus huevos golpearon mi barbilla y repetí ese movimiento unas 5 veces. Entonces lo saqué de mi boca y apoyando mis manos en sus abdominales le separé del tablero.

-Tiempo terminado. Se lo dije, Usted se distrae y no es capaz de cumplir rus asignaciones.

Entonces, sin poder reprimir una sonrisa emocionada, Oscar respondió, - en realidad si lo terminé.-

Me levanté del piso y me giré. Era increíble. Todo estaba bien, no había forma de objetarle. Entonces me senté sobre mi escritorio de profesora, vestida sólo con mi tanga y le dije –bien, ese veinte por ciento del trabajo está bien hecho. A ver cómo le va en el resto.-

-Pero Usted dijo…-

-Dije dos preguntas, pero no dije que tuvieran el mismo valor.-

Vi cómo el miedo hacía que la erección de Oscar se cayera de inmediato.

Entonces subí mis pies al escritorio en el que estaba sentada, separándolos hasta las esquinas del mismo, con mi mano moví a un lado mi tanga exhibiéndole mi coño afeitado y húmedo.

-Venga Usted a presentar la parte oral.- le dije

La erección empezaba a recuperarse y me miró con gesto de duda.

-El tiempo está corriendo Oscar. Su futuro está en juego.

Entonces él se acercó apuntando a mi concha con su enorme verga.

-No le digo que Usted no entiende nada, Oscar?- le reprendí.

-Creí que Usted quería… - dijo mientras retrocedía

-Le dije que la segunda parte era oral. Entiende el concepto de oral?

De nuevo la cara de sorprendido. Un segundo de duda y luego se agachó para empezar a devorar mi coño. Era un artista y pronto me tenía gimiendo de placer, acostada sobre el escritorio.

Tras una cadena de cuatro orgasmos consecutivos atiné a decirle – Oscar, en esta parte oral es Usted un artista. No puedo reprobarlo. La asignatura está superada.-

-No Señora. No creo haber aprobado aún- me dijo mientras halaba mi cuerpo por la cintura hacia él. Resbalé sobre el escritorio y sentí como al deslizarme me penetraba con su tranca.

No pude reprimir un grito de placer.

-Le gusta a Usted gritarme, verdad? Bueno, ahora le daré razones para gritar.-

Entonces puso mis manos bajo mi culo y se retiró del escritorio un par de pasos. Entonces me giró poniéndome boca abajo con la cara contra el escritorio. Se aferró a mi cintura y empezó a clavarme con un ritmo acelerado.

-Me reprobará por esto profesora?- Preguntó casi gritando.

-No Oscar, estás aprobando. Lo haces delicioso.

-Quiero que me repruebe.

-Qué? Por qué?

-Quiero repetir el curso. Volver a ser su alumno y que Usted siga siendo mi puta.

-Cómo me llamaste imbécil?

Entonces Oscar me sacó la polla y poniéndola justo a la entrada de mi coño me dijo

-Te llamé puta, porque eso serás para mi durante el próximo semestre

-Métemela- supliqué.

-Serás mi puta y repetiré el curso?

-Deja de tratarme así y fóllame- le grité

-Se hará como pedí?-

-Como digas cabrón, pero fóllame- le exigí impulsándome hacia él para que me la clavara.

Entonces se echó más hacia atrás sacándomela por completo.

-No más malos tratos. Ahora me llamarás Señor Martínez frente a la clase, o te castigaré con días sin verga.

-Como mande Señor Martínez, pero fólleme, se lo ruego.-

Entonces Oscar me la volvió a meter hasta el fondo y como una máquina me folló. En cuanto sintió que me corría y como si tuviera un control automático se dejó venir dentro de mí. Me llenó de su leche y se acercó a mi cara. Metió su polla en mi boca y la restregó a placer contra mis mejillas, mi paladar y mi lengua mientras yo sentía su leche escurriendo de mi concha por mis muslos y mis piernas. Entonces se vistió y salió del salón sin importarle que yo aún estaba ahí, doblada sobre el escritorio, intentando recobrar el aliento.