La prision Nº 13

Preñada, tuve mellizos en la cárcel

LA PRISION

13ª PARTE

Estaba angustiada, me habían inyectado semen vaya a saber de quien, podía ser de una persona sana o enferma. Quien seria, no lo se, trataría de averiguarlo con Oki, pero era muy difícil que me dijera algo. Las demás solo cumplían órdenes de ella. Si no me lo decía ella Oki, nunca lo sabría. Al día siguiente me desperté llorando por mi triste sino.

OKI: que te pasa puta, que estas lloriqueando por los rincones.

LETI: y que te parece Oki, todas me tratan como a un mierda, soy tu hembra y encima arreglas con alguien de afuera para preñarme, inyectándome semen no se de quien. Por eso hace unos días hiciste el juego de las fecha de ovulación con varias de nosotras, para saber la mía y hacerme esto.

OKI: bueno vayamos por partes: 1) te tratan como la mierda que eres. 2) si eres mi hembra 3) si arregle preñarte por mucho dinero y concesiones para mí acá en el presidio. 4) si te preguntaba la fecha a vos sola, a lo mejor  hubieras mentido.

LETI: cuando me dejaran en paz cumplir mi condena

OKI: nunca perra, estas muy marcada, con el tiempo te colgaran otra muerte para que sigas acá. Vas a salir de aquí en un féretro cuando te mueras.

LETI: que espanto, porque, porque

OKI: además que vas a hacer afuera, trabajo no vas a conseguir, tendrás que acostarte con tipos y tipas para un plato de comida y dormir en la calle. Acá por lo menos tienes comida, un lugar para dormir y eres mi hembra, que te hago coger con quien yo quiera además de mi. En cuanto a la criatura no te preocupes, a los 10 o 20 días de nacer, se la llevan. Eres como un vientre alquilado. Te aconsejaría no te ilusiones con ella.

LETI: cuando dolor y humillaciones tengo que vivir por un amor perdido.

OKI: jajaja, sabes que pensaba?

LETI: alguna maldad que me involucre

OKI: no, pienso que tendré lechita de tus tetas por un largo tiempo, ya que no dar de mamar, hay que sacarla.

Instintivamente me tome de los pechos, como queriendo protegerlos o esconderlos. Estupida de mí.

OKI: bien vamos a bañarnos y desayunar.

Al ver que me quería poner mi vestido de presa dijo

OKI: no, vas a ir desnuda, siempre y a todos lados desnuda, así todas verán como crece tu pancita

Fuimos a las duchas y nos bañamos. Oki hizo que la bañara de pies a cabeza y luego la secara. Mientras lo hacia me retorcía mis pezones y metía su mano en concha con cara de lujuria total.

Fuimos a comer. Parecía  había una orden superior ya que me daban mas comida que a las demás. Luego al patio, que estaba repleto de presas, algunas desnudas como yo y detrás de su pareja

Luego de eso fuimos a la celda, ya no trabajábamos más, porque querían cuidar mi estado. No se que harían si fallaba el intento de embarazo.

Pasaron los días y todo seguía igual. Yo estaba como siempre, sin nada a la vista. Tuve la menstruación y respire aliviada, aunque ello me costase mucho por no haber quedado.

A los días empecé a ovular y apareció Oki con su jeringa y semen

OKI: bien nena, vamos a intentarlo de nuevo. Lo hacemos tranquilas las dos o llamo de nuevo a las chicas para que ayuden.

Oki puso almohadones en la cama para que mi cuerpo este inclinado y favorecer el posible embarazo.

Me abrí de piernas, otra no me quedaba, y acepte que Oki fuera metiendo la larga aguja por mi concha. Una vez instalada en mi cuerpo entro a descargar lentamente el seme helado.

Una vez que termino, me hizo quedar un rato en esa posición, mientra ella atendía un llamado telefónico. Yo trataba de escuchar con quien hablaba, pero sin éxito.

OKI: si la acabo de inyectar. Si es una lástima que no haya quedado, pero ahora quedara, porque sino a la tercera, la voy a moler a palos.

Encima sin no quedaba preñada me iba a pegar, sin saber las causas por la que quedaba. Sin saber si el semen que Traian era o no fértil. Siempre yo seria la culpable. Colgó y salio de la celda, recomendándome no moverme hasta que ella volviera. Que iría a hacer? Con que cosa nueva vendría? Ya tenia pavor de la cosas de Oki, por eso trataba de no contrariarla. A la primera ocasión me daría una paliza que me costaría varios días en cama. A veces Oki, se enojaba con cualquiera o por cualquier cosa y siempre cobraba yo. Se ponía muy violenta y me pegaba como a una bolsa.

Esa noche Oki estaba deseosa de tener sexo conmigo y no podía negarme. Me tomo en la cama contra la reja, del lado dormía yo, y empezó a mamarme las tetas, como si ya fuera a tirar leche. Me dejo los pezones lastimados y rojos y fue en búsqueda de mi concha. Abrió mis labios vaginales y comenzó a meter su lengua. Yo ya estaba caliente y mordía mis labios y lanzaba quejidos de gozo. Ella acelero, ante mi gozo y me llevo a la gloria de un orgasmo fenomenal. Luego yo hice lo mismo con ella. Al final nos quedamos exhaustas dormidas, con ella abrazándome por mi espalda.

A la mañana siguiente volvimos a la rutina de siempre, me hizo que la bañara y secara y luego al desayuno. Esa vez no quedamos en el patio hasta el medio día en que fuimos a almorzar. Oki en un momento me hizo poner detrás de ella, cubriéndome ante una pelea de dos reclusas por una tercera en discordia. Siempre había ese tipo de peleas de dos mujeres peleando por una tercera, pero se daba mas en aquellas reclusas que no tenían caudillas, como Oki. Con la hembra de Oki, no se metía nadie, salvo que lo autorizaba, para prestarme a alguna otra por una noche, a cambio de drogas, cigarrillos o dinero. A veces lo hacia para pagarles favores a los guardias.

Pasaron los días y un día en el baño a irme a duchar vomite. Tenía continuas arcadas. Oki me llevo a la celda y me hizo acostar en la cama.

A la mañana siguiente Oki, trajo de enfermería un test de embarazo, como que yo ya intuía que estaba preñada. Hizo la prueba con el palillo y dio positivo. Me abrazo y beso, estaba desconocida. Tomo el celular y marco un número. Apenas atendieron escuche que decía de mi embarazo, seguramente a quien estaba interesada en ello.

Seguimos la rutina diaria durante los siguientes meses mientras mi panza crecía vertiginosamente. Mis tetas también crecieron.

Me llevaron a enfermería y doctor me hizo una ecografía en la cual se veía la criatura y según él era una niña.

Seguí con mi embarazo y mis pechos estaban exaltantes, grandes

Y los pezones como siempre erectos.

Esa noche Oki me empezó a mamar, estando sumamente feliz.

Ya mi ritmo de caminar era más lento al igual que mis movimientos. Me notaba más gruesa que en mis embarazos anteriores, por lo que fui a ver al doctor.

Quien me examino y me hizo ecografía confirmando un palpito de él, la vez anterior que era dos y que al segundo no podía verle el sexo. Estaba oculto detrás del primero.

Ya casi me costaba caminar largos trayectos, todas las reclusas al pasar me tocaban la panza.

Oki le informo a la persona que había contratado mi embarazo que era dos y se puso, según Oki muy contenta por ello.

Empecé a tener contracciones primero espaciadas y en pocos días eran más fuertes y más seguidas.

Vinieron con una camilla y me llevaron a enfermería. Yo pensé me llevarían a parir a un hospital, pero no los tuve a los dos en la cárcel. Eran gemelos y eran un varón y una mujer.

A los cinco días me dijeron que vendrían al día siguiente a buscarlos y llore amargamente por ello. Aunque trate de no durante el embarazo y el parto de no encariñarme con ellos, era natural que yo los había parido y afloje y llore.

Al día siguiente vinieron a buscarlos y me lleve una sorpresa total. Quien había encargado a Oki que me embarazara era la directora de la prisión, con esperma de su fallecido marido. Como ella no podía tener familia, tomo mi vientre para hacerlo. Se retira del servicio, así que nunca iba a verlos más. Lo mismo que con mis otros hijos, nunca mas los vi.