La prisión (6)

contiene la parte final del relato 5, publicado parcialmente

LA PRISION (6)

Dado que Todo Relatos publico solo una parte de La Prisión 5, aquí les escribo, nuevamente, la parte faltante de dicho capitulo.

En eso llego Ethel, saludo y fue al fondo. Faltaba un minuto para las 22 horas. Se cerraron las puertas de la jaula y se apagaron las luces.

Ethel ya estaba acostada. Me saque el toallon y le pedí permiso para pasar. Como no salio del camastro para dejarme, tuve que pasar por sobre su cuerpo.

E: que olor a limpia tienes.

No le conteste y me acosté bien pegada a la pared. La oscuridad era total. De nuevo comencé a sentir a dos, creo que las mismas, teniendo sexo. Trate de ver adonde era y no podía por la pared. Empecé a ponerme caliente, mordía mi sabana, para evitar algún sonido de mi boca.

E: (sobresaltándome) que pasa amor?

Y: nada, quiero dormir

E: trata de no escuchar y dormirás tranquila.

Si, nada fácil, pensé

Al rato un silencio total. Yo daba vueltas en la cama y sentía el calor del cuerpo de Ethel, cerca. Me puse boca arriba tratando de conciliar el sueño. De pronto sentí una mano en mis tetas, apretando mi pezón y la otra en mi concha. Abro mis ojos y veo su rostro cerca del mío.

E: esta mojada cariño

Su boca se acercaba a la mía y dijo

E:(mientras su cuerpo montaba el mío) vamos a solucionar esto.

Y (yo misma me extrañe) si, por favor.

Ahí mismo asumí que había claudicado. Que iba ser su hembra definitivamente. Abrí mis piernas de par en par, ella apretó su concha contra la mía friccionándola.

Mientras su lengua entraba en mi boca a provocar mi reacción. Esta no se hizo esperar y la abrace fuertemente, mientra mi lengua seguía besando la suya.

Fue a mi cuello y luego a mi pecho y pezones. Lleno de chupones, que me hacían saltar.

Y: si, sigue no pares, devórame

Mordió y succiono mis pezones, paso su lengua por mis aureolas.

Y: no me dejes por favor, te lo ruego.

Mientras ella llegaba a mi concha, tuve mi primer orgasmo.

mmmmm, ohhhhhhhhhhhhhh. no pares por favor, ayyyyyyyyyyy mi flujo estallo en su cara, apenas beso mi concha.

Eso la incentivo aun más. Abrió mis labios vaginales y paso su lengua por toda mi concha.

Yo que me estaba reponiendo, al sentirme besada, empecé a retorcerme en el camastro, gritando de placer, prolongando la llegada de un nuevo orgasmo.

De pronto estalle, como nunca en mi vida.

Sssssiiiiiii,, ohhhh,mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm,ayyyy, siiiiiiiiii.

Me convulsionaba toda. Era placer y delirio.

Mmmmmmmmmmmmmmmmm, ssiiiiiiiiiiii y quede exhausta

Me abrazo en sus fibrosos brazos y me acurruque en su pecho.

E; (dulcemente) chiquilla, porque tardaste tanto en entregarte

Y: (apenas audible mi voz) no se, pero te juro que esta ultima semana, sufrí mucho.

Y me quede dormida en sus brazos.

Hasta aquí es lo que faltaba de la publicación del capitulo 5. A partir de acá es el capitulo 6.

Dormimos abrasadas hasta la 6,30 de la mañana. Primero despertó ella. Yo me desperté apurada, para ir a trabajar.

E: tranquila chiquilla, hoy es tu cumpleaños y no trabajas.

Y: cierto, me olvidaba del franco.

E: dime, cuanto hace que no follabas ni te masturbabas

Y: hace más de ocho meses, desde que caí presa.

E: como aguantaste tanto

Y: con lo que estaba viviendo, no podía pensar en otra cosa.

E: bueno, ahora vamos a ir a bañarnos, luego un rato al patio y después almorzar, esta bien?

Y: si, parece me quieres pasearme como un trofeo. Como tu nueva hembra.

E: te parece mal eso. O no te gusta ser mi hembra.

Y: si, me gusta.

E: además he ganado la apuesta. Hoy vencía el plazo para comer de mi mano.

Y: si, esta bien, lo había olvidado.

Nos vestimos y fuimos a los baños a ducharnos. Cuando salíamos de la jaula, por el pasillo nos decían. "Epa que polvazo anoche no?" "Como gozaste Leticia" "Leti, que bárbara como gritabas y gozabas"

Al llegar a las duchas y desnudarnos

Y: mira mis tetas Ethel, están llenas de chupones.

E: y bueno, que vas hacer.

Se acerco otra reclusa y dijo "vaya Leticia, al fin. Mira tus tetas, llenas moretones. Parece le diste duro y parejo"

Yo estaba roja de vergüenza y todas, entre ellas, Ethel, reían

Luego de bañarnos fuimos al comedor para almorzar. Ethel tomo unos pedacitos de pan, en su mano y me los dio a comer, ante la risa de todo el comedor. Yo los tome con mi boca y los comí.

Para todas era como que me había domado y tuve que aguantar las risas de todos.

Luego paseamos por patio de la cárcel y el tema de conversación era mi entrega a Ethel.

Fuimos, después de un rato largo, a la jaula y nos acostamos a dormir una siesta. Supongo que ella estaría esperando que me insinuara y así lo hice.

Me abrace de su espalda, besando su cuello y al darse ella vuelta, sumergí mi cabeza entre sus atléticas piernas. Saboree su concha, nunca había estado con una mujer en la cama. Pase mi lengua por toda su raya, tratando de introducir mi lengua hasta el fondo. Comenzó a gemir y acelere los pasos. Subí a sus tetas, las chupe, las bese, las mordí y comenzó a jadear.

Tuvo un orgasmo fantástico. Yo había bajado y recibí un río de flujo en mi cara.

Pasaron dos meses de increíble amor. Yo ya estaba acostumbrada a ser su hembra y estaba feliz.

Seguía con mi trabajo en la cocina y a la noche era sexo y sexo.

Una noche viniendo de la ducha, tuve un problema cayendo al suelo, y me retrase.

En mis narices cerraron las puertas de la jaula y yo estaba desesperada, por no haber entrado. Vino Ethel y me dijo, que fuera a esconderme en algún lugar. Aterrada corrí de un lado a otro, buscando la forma de escapar al castigo. Cuando

Creía lograrlo, dos guardias me tomaron de los brazos y me arrastraron hasta el sótano. Gritaba como una desposeída mientras me arrastraban por el suelo de los pasillos. Uno de los guardias me tomo del cabello, lo que me provocaba un intenso dolor.

Estaba sola abandonada a mi suerte, ni siquiera Ethel, podía hacer algo. Alcance a conocer a algunas que habían pasado por esto. Algunas ni siquiera querían hablar de lo sucedido, otras vivían como en otro mundo, parecían zombies.

Me bajaron por ascensor a un lugar totalmente oscuro. Cuando encendieron las luces estaba rodeada de tipos, cuya única vestimenta era una capucha.

Fui atada a una cama, abierta de pies y manos. Fui violada reiteradamente por todos. Al tercero o cuarto que paso por mi, yo no mostraba ningún signo de resistencia. Hacían lo que querían conmigo.

Luego me desataron, no tenia fuerza ni para moverme, y me sentaron en una vieja, pero dura silla con respaldo y apoya brazos. Me ataron a ella, bien abierta de piernas y atadas mis manos.

Yo miraba todo con ojos de terror, sin atisbo de resistir. Pusieron en mis pezones dos tubos de plástico duro y transparente, que cubrían mis pezones y de la otra punta un cable que conectaba con un motorcito. En mi concha pusieron unos expansores que abrían bien mis labios vaginales. Dentro de mi boca una bola a modo de mordaza.

Uno de ellos dijo, bien ahora vas a saber los que es bailar. Vamos a tratar de ordeñarte.

Puso en marcha ese motorcito que estiraba mi pezón, produciendo un terrible dolor. Comprimía mi pezón y tiraba como si fuera una vaca que estaban ordeñando. En mi mente pedía por favor que saliera leche, para que dejaran de hacerlo, pero era imposible. Mis ojos parecían salirse del terror que tenia.

Mientras tanto en mi concha insertaron, creo algo similar a un consolador, sujeto a un extremo de barra. Era una cosa plumosa el consolador que me pusieron. Lo sentía entrar en forma lenta, pero efectiva y tenia un considerable grosor. De pronto aceleraban, con control remoto, y me producía, el entrar y salir un gozo indescriptible. Entraba normalmente, pero al salir se expandían las plumas.

Mientras mis pezones, seguían siendo tratados con el ordeñador, no produciendo efecto de salir leche.

Transpiraba, me sentía mojada de pies a cabeza. Era una mezcla de tortura con gozo. No se cuantos orgasmos tuve, pero fueron muchos y consecutivos. No terminaba uno que empezaba otro. Me dolían los pezones, de tanto tironearlos, sin efecto de lograr una sola gota de leche.

De pronto dejaron de hacer todo. Sacaron todo lo que habían puesto, me levantaron de la silla y tiraron sobre la cama. Yo no tenia fuerza ni para moverme.

Apagaron las luces y quede tirada sin poder moverme de la cama.

A la hora aparecieron dos de ellos y ataron con sogas gruesas por todo mi cuerpo. Parecía un matambre a punto de cocinar. Solo tenia libre mis tetas y mis dos agujeros. Era imposible moverse.

Puesta cola arriba, entraron uno por uno y se sirvieron de mi culo, sin yo poder hacer nada.

Una vez se cansaron me llevaron a un lado del sótano, junto a la pared y trajeron una manguera, tipo bomberos, abrieron el grifo y tiraron a mi cuerpo. Por efecto de fuerza del agua me caía y levantaba constantemente.

Luego me hicieron vestir con mi ropa, me sacaron de ahí y me tiraron en un pasillo, hacia las jaulas.

Como pude me levante y llegue a mi jaula. Entre y Ethel, me recibió en sus brazos.

Llore como nunca y ayudada por ella me desvestí y me tire sobre la cama