La prisión (5)

La noche de mi claudicación.

LA PRISION(5)

Desperté temprano, me sentía mojada, y toque mi concha y si, estaba toda mojada. Se ve que anoche me dormí pensando lo que escuche y sin querer me humedecí yo. Tenia deseos de bañarme, pero no podía levantarme hasta que Ethel lo hiciera, debido a que era mi única salida.

Además hoy va a ser mi primer día de trabajo, según Ethel. Me asignaron a cocina, así que no se que me espera.

E: buenos días

Y: buenos días (conteste yo, vistiéndome, aun en la cama.)

E: escuche dos chicas, anoche, tener sexo.

Y: también las escuche.

E: ya se, estabas muy nerviosa y parecías querer saber adonde era.

Y: te abra parecido a vos.

E: vamos a bañarnos.

Nos bañamos y luego me llevo hasta mi lugar de trabajo.

CARCELERA: veo has traído a la Prof., a trabajar aca. Jaja que ironía de profesora a reclusa trabajando de lava platos.

E: que se va hacer, tiene que trabajar.

CARCELERA: pero es tu hembra, creo que es la primera vez que mandas a una a trabajar.

E: no importa que sea mi hembra, tiene sus obligaciones y así le trabajan las neuronas. No es así Leticia?

Y: así es

CARCELERA:(rigiéndose a mi) a las 8,30 todos los días del año te quiero aquí.

Empezaras todas las mañanas, salvo otra indicación en contrario, a pelar papa y cebollas. Luego cuando no quede nadie en el comedor, levantaras las mesas, tiraras la basura y lavaras toda la vajilla. Terminado todo debes baldear los pisos y secarlos. Tus compañeras para están tareas son Antonia y Raquel del grupo de ETHEL. Entendido todo

Y: si Señora.

CARCELERA: tu hora de salida es a las 20, 30 horas.

Y: perdón Señora, pero a las 21 horas cierran las ducha.

CARCELERA: y que?

Y: pero vamos a tener olor a cebolla y otras comidas, además sudadas y sucias.

CARCELERA: y que? Acaso en tu celda no hay un pequeño lavatorio, lávate ahí, total te lavas las axilas, la concha y el culo, por si ETHEL requiere tus servicios.

A la mañana a las 6,30 se abren las duchas y tienes casi dos para disfrutar del agua.

Y: pero llego a mi celda, entre una cosa y otra, casi a las 21,45

CARCELERA: a las 22 horas ya hay luz, pues lávate como puedas o no te laves. No es así Ethel?

E: así es, como te dije, esta hembra necesita trabajar y mucha disciplina

CARCELERA: ponte ese delantal y gorro blanco y a trabajar. No quiero escucharte ninguna queja más

Me puse el delantal atado a mi espalda y el gorro.

Me indicaron mi tarea y comencé a pelar y pelar papas. Me decían que eran para mañana, que siempre íbamos un día adelantado.

Antonia le toco cebollas, odio hacer eso, porque termino siempre llorando.

ANTONIA: que castigo nos dieron Leti, cocina y limpieza

Y: piensas que esta tarea es por algo.

A: seguro

Y: pero si no hicimos nada malo, por lo menos de mi parte, en vos no se porque.

A: yo por negarme a tener sexo con una carcelera

Y: entonces yo por Ethel

A: no crea sea por eso, a lo sumo lo arreglan entre ustedes.

Y: entonces porque?

A: a vos te quieren bajar el copete.

Y: yo me doy con todas la de mi jaula, lo sabes bien

A: si pero tienes ese aire, de profesora.

Y: ya nunca más podré ser profesora. Y me siguen con eso.

A: además en las cárceles, tanto de hombres como de mujeres, joder chicos es mal visto.

Y: pero fue consentido por el menor. Fue una atracción mutua, que termino en un gran amor, por lo menos para mí, y quedo una hija, que sacaron de mis manos.

Bueno, ojo vienen las celadoras.

Habíamos terminado y esperábamos que terminen de almorzar, para levantar las mesas.

Trabajamos rápidamente y faltando 5 minutos, esperábamos nuestra salida. A las 20,30 horas marque mi tarjeta y Salí disparada a las duchas. Pasaba corriendo entre otras presas y por suerte llegue que faltaban 20 minutos. Que divina el fría circulando por mi cuerpo, después de un día de bochornoso calor y encima la cocina y la limpieza. Me sentía sucia, pegajosa, sudada. Me enjabone mi pelo y mi cuerpo y luego me quede enjuagándome, hasta que sonó la sirena de cierre. Envolví mi cuerpo con la toalla grande, agarre mi ropa y fui a mi jaula. Eran las 21,10 horas cuento llegue. ETHEL, aun no había llegado y me quede conversando con Antonia y otras presas.

En eso llego ETHEL, saludo y fue al fondo. Faltaba un minuto para las 22. Se cerraron las puertas de las jaulas se cerraron y se apagaron las luces.