La prisión

Que tal soy muñeko0 y me gustaría conocer a traviesas de puebla solo traviesas no me interesan hombres...

Quien se lo iba a imaginar que después de haberme cogido a casi la mitad de las mujeres del instituto, ahora yo fuera al que se lo estaban cogiendo.

Esa tarde quede con Nadia para ir a una fiesta, lo único que quería de ella era poder tirármela por su sabroso culo que tenia. Pero todo salio mal.

Al llegar ala fiesta todo estaba normal, fue hasta después de varias copas que le dije a Nadia fuéramos a coger, a lo que ella se negó, diciéndome que ella me quería y si yo la quería me tenia que esperar hasta casarnos.

No dije nada, solo me di la vuelta y fui a buscar lo que ella no me dio. Al día siguiente en la institución, todo trascurrió como de costumbre, solo que Nadia estaba muy enojada al menos conmigo.

Al salir me dijo que me iba a arrepentir de lo había hecho, solo me reí de ella y me fui.

En la noche recibí una llamada de una chica diciéndome que me quería ver, no recordaba su nombre, pero de todos modos asistí a su cita.

Al llegar al lugar, me encontré a una belleza de mujer. Nos fuimos a un bar, tomamos varias copas pero la ultima le tome un sabor extraño, aunque no me percate de ello en el momento.

Solo recuerdo que al salir por le auto caí al suelo y cuando desperté me encontraba en una celda si estaba en la cárcel. De pronto aparece la chica con la que estaba, diciéndome

sabes eres muy guapo y te tenia ganas pero me pagaron para culparte de una muerte que yo cometí, ahora tu pagaras mi condena y eso no es todo, pero mejor que te lo explique Nadia –

Me sorprendí jamás pensé que fuera a llegar hasta ese punto. Se fue la chica y llego Nadia

así te quería ver encerrado para que no lastimes mas a una mujer –

Nadia estas loca que te pasa, tu sabias perfectamente la clase de hombre que era yo-

eso es exactamente lo que te iba a decir eras un hombre, porque desde ahora jamás lo volverás a ser-

ese ultimo comentario me dejo muy pensativo y confundido, que era lo que ella quería hacerme?.

No fue muy difícil de saber la respuesta porque al otro día me trasladaron a una celda, donde mi compañero era un moreno como de 1.90 muy fuerte y con aspecto de malo.

En la noche se paso a mi cama y me comenzó a tocar, estaba muy nervioso quise enfrentarlo pero lo único que logre fue hacerlo enfadar mas y que me golpeara. Al final me violo toda la noche.

Al despertar por la mañana el culo me dolía demasiado y me ardía. Marcelo que así se llamaba el tipo me dijo que le habían mandado una rica putita y que además se ganaría un dinero extra conmigo, o mas bien con mis nalgas.

Desde ese día fue mi peor castigo, era un infierno vivir en la cárcel los presos me miraban con lujuria pero no se me acercaban ni siquiera me hablaban marce era uno de los mas respetados en la prisión y le tenían miedo. Por las noches fui la nena de marce, me enseño a chuparle la polla a moverme como una perra, en fin me convirtió en una puta muy puta.

Poco tiempo después me dio unas ropas de mujer diciendo que de ahora en adelante seria "paulina" su "mujer". Para mí ya era demasiado tener que aguantar sus cogidas, como para ser su "mujer".

Pues así me convertí en paulina solo en la celda, aunque eso era el principio. Ya metido en mi rol de mujer, aprendí a pintarme a vestirme sexy y a complacer a mi "marido".

Pero después de eso un día me dijo;

ya no tengo dinero para seguir comprándote ropa así que tendrás que trabajar

Ignorando cual sería mi trabajo en prisión le pregunte a lo que él me dijo;

lo primero que tienes que hacer es ponerte la ropa que está en la cama y después lo alcanzara en el comedor

Salió dejándome confundido.

En la bolsa había un disfraz de sirvienta muy corto era una minifalda negra, top de tirantes, tanga, sujetador y medias todo en negro, un delantal blanco y una cofia además de unos zapatos de plataforma con un tacón de aguja altísimos. Me puse todo y me arregle lo mas que pude, al terminar me encontraba muy excitado parecía una mujer, mas sin embargo me asuste cuando recordé que tenía que ir a verlo, debía salir así vestido y no quería imaginar lo que pasaría cuando los demás presos me vieran.

Así con todo el valor que tenia, salí a buscarlo al comedor. Al llegar me dice el cocinero preso también;

pero que linda muñequita me mandaron para ayudarme en la cocina

No sabía que decir ni que hacer. El tipo se me acerco y me agarro de las nalgas las acaricio y comento;

pero además estas muy sabrosa, todos dejaran su comida por comerte a ti mamacita- eso me asusto más de lo que ya estaba.

Pasamos la cocina y me dijo lo que tenía que hacer. Cuando llego la hora de la comida el lugar se lleno más rápido que de costumbre y nadie paso por su charola sino que todos se sentaron esperando su comida. Fue ahí cuando enrique el cocinero me dijo que yo era la sirvienta y les debía de servir su comida y llevársela hasta la mesa. No tuve otra opción y me apresure a servir.

Al pasar a dejarles su comida, como la falda era tan corta al inclinarme para darles su charola se me veía la tanga metidita en mi culito por lo cual todos me metieron su manota hasta que acabe de servir.

Me sentía muy humillado no podía soportarlo, paro al mismo tiempo me sentía excitado de ser la atracción de toda la prisión era extraño pero me empezaba a gustar lo que me hacían…..

CONTINUARA.