La prisión (3)

Me humilla, me pega, me estoy convierdo, sin quererlo en su sumisa.

LA PRISION (3)

Estaba sola, en su cama, desnuda a su merced, rogaba que no viniera. Trataba de pensar en como poder zafar de esta situación y sabía que no tenía salida. Había caído en el pabellón más violento y dentro de ese pabellón en el grupo de los más jodidos. Sabia que me quedaban casi ocho años más de encierro y que tenía que apretar los dientes y seguir adelante si quería sobrevivir.

Se apagaron las luces del penal y en medio de la oscuridad me sentí sola, perdida, sin saber como afrontar esta pesadilla.

De pronto sentí que un cuerpo, seguro que era ella, se acostaba a mi lado. Trate de apretarme mas a la pared y era imposible.

ETHEL: tuve que arreglar un problema con una, que quería pasarnos, pero ya estoy aquí bombón.

No conteste nada, no sabia que

ETHEL: mira que armaste quilombo desde que llegaste, pero a partir de hoy caminaras derechito, te lo aseguro.

Yo seguía sin contestar

ETHEL: así que eres la famosa prof.. de que?

YO: de matemáticas

ETHEL: por fin hablaste, yo CREI que solo llorabas y gritabas. Jajaja

Las carceleras estaban hartas de vos. No se como no fuiste a solitario.

Yo seguía en silencio

ETHEL: pero ahora que eres mi hembra no debes temer a nada

De pronto, su mano, debajo de la sabana apretaba mi teta izquierda. Quise apartarla pero su otra mano, se instalo en mi concha.

ETHEL: tendremos que depilar mañana esa conchita, mientras seguía disfrutando de ella.

Quiso besar mis labios y le di vuelta la cara. En un segundo estaba sobre mí. No pude sacarla de encima mío era demasiado fuerte. Dejo mi concha, me tomo del pelo, enderezo mi cabeza, quedando frente a frente

ETHEL: a mi nadie, pero nadie, me da vuelta la cabeza cuando la beso.

Me beso en los labios y con su mano libre retorció mi pezón, fui a gritar y al abrir mi boca para hacerlo, introdujo su lengua en mi boca de tal forma que parecía me ahogaba. Tiro de la sabana que nos cubría y quedamos desnudas cuerpo con cuerpo. Beso mi cuello y llego a mis tetas, dándole tremendos chupones, succiono y mordió mis pezones. Luego a mi concha, yo apreté mis piernas, pero ella es fuertísima, las abrió y metió su cabeza en mi entrepierna, comenzando a lengüetear mi concha.

Yo estaba como un témpano, fría, dura, no goce en todo lo que me hacia. Una vez que harto de hacerme cosas se tiro a mi lado.

ETHEL: tienes un cuerpo hermoso, para disfrutarlo. Ya veraz lo que eres capaz de hacer.

YO: podrás jugar y hacer lo que quieras con mi cuerpo, pero podrás con mi mente.

ETHEL: JAJAJA, no solo voy a dominar tu cuerpo y tu mente, sino que voy a dominarte de tal forma que te dire cuando puedes tener orgasmos, cuando orinar,

Cuando cagar, toda, toda dependerás de mí.

Un frió intenso cubrió mi cuerpo, pensando lo que dijo e hizo conmigo. Ethel era capaz de cualquier cosa con tal de conseguir lo que quería.

Amaneció en el penal, por parlante anunciaron la apertura de las duchas. Las que quieran ya podían hacerlo. Agarre mi ropa, que alguien había dejado en la puerta de mi celda.

ETHEL: vas a bañarte vos

YO: Si, necesito sacarme la suciedad de anoche

ETHEL: Vos no vas a ningún lado sin autorizarte yo y menos sola.

YO: Voy a llamar a la carcelera y decirle que quiero bañarme y no me dejas.

ETHEL: hazlo

Vio que dudaba

ETHEL: lo haré yo. Carcelera un momento por favor

Me puse roja como un tomate

CARCELERA: SI, que pasa.

Que desesperación me agarro.

CARCELERA: dime LETI

Me quede muda del asombro, como ella dominaba la situación.

ETHEL: aca, mi hembra, dice que no la dejo ir a bañarse

CARCELERA: ah, no, peleas de pareja no.

Y se fue, yo no salía del mi asombro, como dominaba las situaciones y causaba silencios en mi.

ETHEL: y porque no hablaste, no querías una celadora?

Baje mi vista, pero reaccione y la mire a los ojos, pero era tarde.

ETHEL: ves que tengo razón, en unos días comerás de mi mano.

Tuve ganas de insultarla, arañarla, pero temía su reacción.

ETHEL: esta es tu ropa, cuélgala ahí

YO: Me falta el sujetador y la tanga.

ETHEL: aca no vas a necesitarla, es muy fina esa ropa para vos, así que las vendí

YO: pero

ETHEL: aca no hay peros y se hace lo que digo.

Yo no supe que decir y empecé a tener mucho miedo. Hizo lo que ella quiso con el baño con mi ropa y con la carcelera.

ETHEL: Kalinda, ven

Apareció una negra, fea grandota.

KALINDA: si jefa

ETHEL: trae para depilar a esta.

KALINDA: SI JEFA

Volvió enseguida con una brocha, jabón y una maquinita.

ETHEL: ( a mi) acuéstate

No tuve más remedio que hacerlo. Enjabono mis axilas y mi concha.

ETHEL: Kalinda rasura bien las axilas.

Mientras ella jugaba con la brocha y el jabón en mi concha

KALINDA: las axilas están, mire como quedaron

ETHEL: muy bien, ahora ayúdame con la concha

Paso la afeitadora por mi concha, mientras Kalinda, le ayudo en mi labios vaginales. Yo moría de vergüenza, indignada, que dos hicieran eso.

ETHEL: quedo hermosa, pasando su mano. Toca Kalinda, mira que suave es su piel.

Kalinda toco también mi depilada concha. Me propuse no llorar más y no llore.

ETHEL: bien ahora acuéstate en la cama, yo voy a bañarme y vengo.

Hija de puta, no deja ir y ella va. Me vestí y me dije yo voy, total que puede pasar, tirara la bronca y chau.

Llegue a la ducha, me desnude. Ella me miro y no dijo nada. Gozaba yo del agua correr por mi cuerpo. Me enjabone toda, incluida mi cabeza, cuando siento me agarran de mi cabello. Era ella, fuera de si, me saco toda enjabonada de la ducha y tirándome del pelo salimos del baño camino a la celda.

Ella ya se había vestido. Trate de patearla, pero podía, tiraba de mi pelo muy fuerte.

En el camino algunas presas reían, otras decían:" átala a la cama""pénele una montura y doma la yegua" y muchas cosas mas.

Llegamos a nuestro lugar.

ETHEL: puta así que quieres desafiarme.

Y comenzó a golpearme, en la cara, en mis tetas, en el resto del cuerpo. Caí al suelo de rodillas, me pego igual. Me agarro del pelo, me hizo levantar y siguió dándome cachetadas

YO: basta por favor, basta

Me dio unas cachetadas más y grito a mi oído.

ETHEL: quisiste desafiarme y hacerme quedar mal ante todas. Ahí tienes tu castigo. Desafíame otra vez y te cortare la lengua. Ahora escucha bien te acuestas, así enjabonada como estas, y te quedas todo el día y toda la noche quietita, no quiero oírte ni respirar. No almorzaras ni cenaras en todo el día, ni sentirte para nada. ENTENDISTE!

Asentí con la cabeza.

ETHEL: dilo

Se me estaban hinchando los labios.

YO: SI

Nunca en vida me habían pegado. Mis padres cuando me portaba mal, me retaban o explicaban que había echo algo malo, o que consideraban ellos era malo. A lo sumo un chirlo en la cola o dejarme sin postre o sin salida al cine o bailar.

En mi juventud y hasta ahora he tenido discusiones como cualquiera pero pegar o recibir semejante paliza jamás.

Me levante a la mañana siguiente toda dolorida. Me mire en un espejo y vio reflejada en mi un monstruo. Tenia un ojo completamente morado y cerrado, mis labios hinchados, los dos a gatas podía hablar, sonreír era imposible. Sobre mi ceja izquierda un arañazo, seguramente al pegarme alguna uña de ella lo produjo. Tenía moretones en mi pecho, en mis brazos y piernas. Yo solo recordaba algunos golpes en el cuerpo, pero eran muchos más. Me costaba hablar y me dolía la cabeza de tanto tironearme del pelo. Mi estado era lamentable. Justo entro ella.

ETHEL: buen día, vístete y vamos a bañarnos y a desayunar.

Lo dijo de espaldas a mí

YO: prefiero quedarme estoy muy dolorida.

ETHEL: te pregunte yo que preferías? o te ordene algo.

YO: esta bien, ya me visto.

ETHEL: lo mío era un pedido o una orden.

Me seguía humillada, una forma de que yo supiera quien mandaba y quien obedecía.

YO: una orden

ETHEL: entonces no pongas peros o quieres la medicina de ayer

YO: no esta bien.

Sabía como humillarme, rebajarme

Fuimos a bañarnos, me desnude y todas me miraban el cuerpo y cara marcadas y comentaban entre si.

Deje que me enjabonara, la verdad yo no podía, y luego me enjuago. Después me seco y ayudo a vestirme. Fuimos a desayunar y yo sentía roja mi cara de vergüenza, todas las miradas estaban en mi rostro. Cuando salimos para ir al patio, por el pasillo venían dos carceleras y una mujer de civil.

Nos paramos con ellas

ETHEL: La señora es la directora del penal. Salúdala

YO: Mucho gusto Sra., soy LETICIA HIDALGO.

DIRECTORA: el gusto es mío LETICIA. Vos eras esa llorona y gritona, que tanto molestabas a mis carceleras

YO: si señora, pero

DIRECTORA: pero nada, y ahora que te paso.?

ETHEL: desobedeció una orden mía señora.

DIRECTORA: calla ETHEL, le pregunte a ella.

Más humillaciones, imposible.

YO:(me costo decirlo) si, desobedecí una orden de ella, señora.

DIRECTORA: bien, ustedes son pareja no?

ETHEL: si señora hace tres días estamos juntas.

DIRECTORA: ETHEL, no contestes más vos, estoy preguntándole a ella

YO: SI

DIRECTORA: SI QUE?

YO: si somos pareja sra.

Me costo decirlo una barbaridad

DIRECTORA: y tu eres la hembra no?

Mis piernas vacilaban, mi rostro encendido y esta vieja me estaba haciendo claudicar delante de Ethel.

YO: si señora, soy la hembra

DIRECTORA: Espero la pasen bien juntas. Ethel mañana esta tu paquete

ETHEL: gracias por todo señora.

Ethel me dio un codazo pequeño.

YO: gracias señora

EN SILENCIO NOS DIRIGIMOS AL PATIO.