La prisión 18ª parte
Tiempo de revanchas
LA PRISION
18ª PARTE
Hacia diez que había enterrado a Oki y pensaba la forma de sobrevivir en esa selva humana. Las orientales por suerte aun no me habían molestado para nada. Yo trate de llevar mi luto lo más dignamente posible. Durante el día me mostraba dura y durante la noche lloraba entre medio de las sabanas. Un día en un rincón encontré una faca y la guarde entre mis ropas. Cuando llegue a mi celda, la mire y parecía bien hecha. La escondí para usarla en defensa personal. No se quien la había perdido pero a nadie se le iba a ocurrir decir si alguna la había encontrado. Se perdió y punto. Volví a la rutina que hacia con Oki. Me bañaba todos días temprano y luego iba a desayunar, para luego ir a la celda. Al medio día a almorzar y luego un rato al patio, cerca de la puerta donde estaban los guardias y lejos de las orientales.
Luego volvía a mi celda y a veces no iba a cenar. No quería encontrarme con la sorpresa que me agarraran. Tenia que hacer algo para hacer trascurrir las horas de ocio. Fui a la biblioteca y traje un libro de matemáticas de la cual, saben, soy profesora. Lei 10 pagina y lo deje para devolverlo al día siguiente. Ese libro me traía recuerdos buenos y malos. Mi vida con mi marido e hijo, hasta que a los 33 años me enamore de un alumno mío, menor de edad. Cuando nos descubrieron yo estaba embarazada. Fui a la cárcel por estupro, me condenaron y la madre de mi amante se llevo legalmente a mi hija. Eso me costo el divorcio con mi marido y el desaparecer de el y mi hijo a quien nunca mas vi. No quería recordar más y a la mañana siguiente devolví el libro. Como no sabia que traerme, me quedaba en la biblioteca leyendo varias cosas. Un día note que una oriental me observaba. Me dio miedo y volví a la celda. Dormía con la faca bajo la almohada y decidí llevarla siempre debajo del guardapolvo.
Tenia que pensar en una forma de hacerme fuerte, como lo era Oki y reunir una grupo de chicas que pensaran como yo, pero el miedo hacia que muchas no querían meterse por temor a sufrir represiones o del penal o los distintos grupos.
El grupo oriental estaba formado por mujeres de distintos países orientales. Nadie sabía a ciencia cierta quien era la jefa suprema del clan.
Tenían a su merced mujeres de otros países, color y religión, a quienes usaban tanto laboral como sexualmente.
Mi temor era ser atrapada por ellas, ya que sabia que en varias oportunidades intentaron comprarme a Oki. Una mañana fui a bañarme, siempre trataba de hacerlo cuando había muchas presas para evitar estar sola y ser victima de un ataque. Esta precaución, lamentablemente no la tomo Oki y termino apuñalada.
Cerré los ojos disfrutando del agua que caía sobre mi cuerpo, cuando note que iba a quedarme sola y que algunas que venían a su baño, se iban sin hacerlo. Mire a mi alrededor y estaba sola. Me di la última refrescada apurada para irme y dos mujeres orientales me cerraron el paso. Quise gritar y una de ella puso su mano en mi boca y la otra saco una faca y la puso en mi cuello, amenazándome degollarme. Me quede paralizada en un rincón contra las cerámicas blancas y frías de las paredes. No podía llegar a la faca mía que estaba envuelta por mi guardapolvo en un banco.
Ninguna de las dos hablaba una palabra y estaban como esperando. Sentí miedo `por su actitud. No decían nada, no me mataban pero amenazaban con su faca y sus caras no eran de buenas amigas. Aparecieron tres mas que ocuparon distintos sitios del baño, como cuidando que nadie se acercara, todas con facas en sus manos. El agua fría caía sobre nosotras tres en ese frío rincón.
Escuche unas voces acercarse y eran dos mujeres mas, que yo tenia como jefas de esa organización. Una seria, circunspecta y la otra con una risita irónica y burlona, moviendo la faca de mano en mano, como queriendo demostrar su habilidad en su manejo.
Las dos que me sujetaban dejaron de hacerlo al ver que la escena de situación estaba completamente dominada. Cerraron la ducha y se apartaron unos pasos ubicándose detrás de las recién llegadas.
La seria tiro de mi pelo hacia el costado donde ella estaba parada, mientras la otra con su faca amenazaba con rebanar de cuajo mi pezón izquierdo. Lu la que comandaba ese grupo seguía tironeando mi cabello, haciéndome saltar lágrimas, mientras miraba a la otra amenazando mi pezón. Sentí un pánico como nunca lo había sentido en mi vida.
LU: (con voz áspera, calma pero amenazante) viste que tarde o temprano serias nuestra.
Presiono con otro tirón de pelo para que yo asintiera. La risita burlona de la otra presionando mi pezón con la faca me ponía más tensa y temerosa. Aun no sabía que querían de mí.
LU: el director esta de vacaciones. Vuelve en una semana. Pides ir a verlo y le dices que quieres ser trasladada con las zorras orientales. Si te pregunta porque, no se, que te enamoraste de una de nosotras u otra razón. A partir de ese día tienes dos días para levantar tus cosas y venir con nosotras. Escuchaste y entendiste! lo que dije. La vamos y la vas a pasar bomba juntas
Asentí con la cabeza, no me salían palabras.
LU: a partir de ese día sino no cumples considérate otra Oki. Considera que esta reunión nunca existió entre nosotras si?
Asentí nuevamente. Se retiraron las dos de mi lado y luego sucesivamente fueron yéndose las otras. Cuando vi que estaba sola abrí el agua fría, me senté en el suelo con las piernas encogidas y mientras caía agua sobre, con las manos sobre mis rodillas llore amargamente. Me levante y vi que se habían llevado mi guardapolvos. Cuando estaba lamentando la faca, la vi tirada en el suelo, seguramente cayo por las hendijas del banco y nadie se percato. Salí de los baños con paso mas firme y fui a mi celda.
Llame a un grupo de reclusas y les conté lo sucedido. Eran 7.
LETI: no me importa lo que me suceda a mí, pero después puede expandirse a las demás y todas seremos esclavas de ellas. Yo propongo unirnos y defendernos. Atacar si nos atacan. Dentro del encierre quiero que seamos libres. Peor de lo que estamos no queremos estar. Unión de todas. Que opinan.
Todas opinaron de unirnos y conseguir más chicas de confianza para unirse. Por unanimidad me nombraron jefa del clan.
LETI: tenemos que fabricar más facas, si ellas podían nosotras también. Nada de vender drogas o explotar mujeres.
En el grupo todas somos una y todas opinamos.
Con gran entusiasmo comenzamos. A los pocos días teníamos un arsenal de facas, lazos, púas y aprendimos a manejarlas. Un día antes de la llegada del director considere que estábamos preparadas. Urgimos un plan para tomar a la de la voz ronca y a risitas.
Tres de las nuestras tomaron por sorpresa a risitas y la llevaron al lavaderos de ropa, de ahí eran casi todas las nuestra y era nuestra fortaleza. Yo esperaba ahí. Cuando a risitas la trajeron, al verme se puso pálida y su sonrisa de irónica y burlona paso a temerosa.
RISITAS: (cuando me vio) vos son la jefe de estas, cuando las agarremos las haremos mierda.
El revés que le dio una de las nuestras le hizo dar vuelta la cara y sangrar la boca. Asustada no hablo mas.
Luego de un rato trajeron a la otra. Una de las tres que la traian le había puesto un lazo corredizo en el cuello y parecía ahogarse, de los tirones que Mabel, así se llamaba, le hacia. Cuando me vio, me señalo diciendo vos?
MABEL: no señales hija de puta
LETI: si yo, Leticia la viuda, como me llaman Uds. Mañana tendría que ir a ver al director y no voy a ir. No acepto tus bravuconadas. Y cualquiera del grupo nuestro que sea atacada lo pagaran.
MARTINA: (otra del grupo) matémoslas como ellas lo hicieron Oki, Leti
Risitas sangrando yla Roncacon el nudo corredizo al cuello, me miraron como pidiendo piedad yla Risitasllorando.
LETI: (pensando unos minutos) no, tengo una idea mejor, que firmen una confesión de quienes formaron el grupo de las que mataron a Oki y quien lo ordeno.
MABEL: no lo van a confesar Leti, es inútil
LETI: te aseguro que van a cantar como el mejor pájaro. (Señale a una de las nuestras) trae papel y lapicera que las chicas están inspiradas para escribir su vida.Vos Mabel tenes la llave de la carnicería?
MABEL: si acá la tengo, porque después tengo que ir a picar carne.
LETI: ves ahí esta. Vamos a picarlas a ellas si no confiesan.
MABEL: bárbaro Leti, llevémoslas allá.
Se unió a nosotras la que fue a buscar papel y lapicera y marchamos hacia la carnicería. Primero quisieron retobarse pero unas trompadas a Risitas y un tirón de cuerda ala Roncaacabaron con la resistencia. Llegamos a la carnicería y las pusimos al lado de la picadora carne de boca ancha. Mabel tomo un trozo de carne y lo pica, bien picada, delante de las dos, que tragaron saliva.
LETI: primero la Ronca.
Martina puso el brazo de ella en la picadora, sin llegar a fondo. A una seña mía Mabel puso en marcha la picadora yla Roncagrito
RONCA: esta bien, no lo hagan confesare.
Le alcance la lapicera y el papel y nerviosa comenzó a escribir. Una vez termino lo leí en voz alta. Confesaba que ella, Risitas y dos mas, llamadasLa Rosiy Caléndula habían matado a Oki por orden de Zaina, la jefa suprema.
LETI: perfecta y bien detallada. (mire a Risitas) y vos que preferís escribir como la puta esta o la picadora
RISITAS: confieso, confieso.
Escribió casi un calco de Ronca.
LETI: vieron chicas a estas valientes. Cuando sintieron el miedo que nos hacían sentir a nosotras se cagaron encima.
MABEL: que hacemos con ellas, las faenamos
LETI: no Mabel, para que recuerden lo que tienes que decir en el juzgado, solo tomaremos un meñique de cada una.
Mabel ni lerda ni perezosa cerceno un dido a cada una y los tiro a la basura. Risitas y Ronca gritaban y le pusimos mordazas. Lloraban pedían piedad. Martina vertió alcohol en un recipiente y puso las manos de ellas. Eso las llevo casi al desmayo. Luego las liberamos amenazándolas si contaban algo.
Volvimos a mi celda y en un papel pusimos letras recortadas de un diario. En forma anónima en un sobre le adjuntamos las dos confecciones. La nota decía “esta es la confección de quienes mataron a Oki y otras presas y el nombre de quien lo ordeno.
Llevamos el sobre, pasamos la guardia diciendo que Matilde, ora del grupo, se indispuso e íbamos a la enfermería. Llegamos a la oficina del directo y tiramos el sobre en el buzón de la puerta.
Esa noche dormí tranquila agradeciendo a mi amada Oki haberme dado la fuerza y el temple para hacer lo que hice.