La prisión (10)

vendida al diablo-mujer

LA PRISION (10)

Nos fuimos las cuatro a la ducha, y ahí estaba Oki con su gente. Sentía la mirada de ella constantemente sobre mí. Yo me sentía incomoda, nerviosa porque estaba con mi grupo y enfrente tenia al otro que quería llevarme. Además tenia miedo fuesen a pelearse y herirse o al alguna muerte.

Después de la ducha nos vestimos y fuimos a desayunar. Estábamos lejos del grupo de Oki y me sentí aliviada. Lo que mas deseaba en ese momento era estar encerrada en mi celda, para evitar cualquier cosa. Ellas pujaban por mí y mi opinión no valía para nada.

Salimos al patio, caminando las cuatro juntas. Matilde me llevaba de la mano.

En ese momento entro al patio Oki y su grupo. vi. que ella se desprendió de su grupo, para acercarse a nosotras, mientras su gente nos miraba atentamente.

OKI: hola, buenas. Matilde necesito hablar contigo a solas.

MATILDE: bueno adonde?

OKI: caminemos

Entraron a caminar alejándose de nosotras. Yo seguí atentamente con la mirada todos sus movimientos, pero no podía escuchar lo que hablaban.

OKI: mira quiero comprarte a la perra de Leticia. Me gusta y tengo planes para ella.

MATILDE: yo también tengo planes con ella y también me gusta

OKI: la verdad Matilde, crees que tienes mejores cosas y contactos que yo

MATILDE: no, pero yo recién me largo a trabajar en eso. Me faltaba una buena perra para ello.

OKI: las perras mías son como Griselda y Ana y sin embargo, trabajo mucho. A vos te falta mucho para llegar.

MATILDE: (acalorada) que sabes vos, estoy tendiendo las redes para lograrlo.

OKI: nunca lo vas a lograr. Yo tengo todo ya aceitado. Sino fíjate cuanto te di yo por una noche con ella. Una bagatela. Yo saco mucho más.

Yo presentía, que no iba muy bien la conversación por los gestos de ambas.

OKI: mira te ofrezco por la perra, una de las mías, a tu elección. Porros, coca, yerba mate y azúcar durante tres meses para ti y las tuyas.

MATILDE: ya te dije que

OKI: déjame terminar de hablar. Todo eso y 1.000 dólares en total.

MATILDE: como tengo que decírtelo.

OKI: mira es mejor para vos y las tuyas aceptar.

MATILDE: me amenazas?

OKI: no por favor, es un buen consejo. Bueno me voy, espero tu respuesta mañana a la mañana acá en el patio.

Se alejo de Matilde, que me parecía no había quedado bien con esa conversación. Nos acercamos a ella a preguntarle que quería OKI. Yo sabía que quería

MATILDE: después lo hablamos en la celda, acá hay muchas rondando. Vamos para allá, ya termina el recreo.

Caminamos lentamente en silencio, pero note que Matilde estaba nerviosa y no me llevaba de la mano ni del hombro. Como habrá sido la conversación? Llegamos a la celda y tras entrar se cerraron las puertas.

Ana vio un papel tirado en el piso y agachándose lo tomo en sus manos. Todas miramos el papel que decía: PIENSALO MATILDE.

Matilde se puso blanca cuando vio la nota. Luego comenzó a explicar lo que pretendía OKI y como iba a pagarlo.

MATILDE: eso es todo lo conversado con esa oriental de mierda. El problema es que tiene más gente que nosotras y más fuertes. La verdad estoy en una encrucijada, si digo que si, se acaba el problema y si es no, alguna de nosotras, menos Leticia naturalmente, corre riegos de vida. Sabemos como es y como actúa OKI.

LETICIA: tan fuerte es? No se puede hacer nada?

MATILDE: lamentablemente no, es muy sanguinaria y ya tiene varios accidentes y muertes en su conciencia. Sabemos que es clan más fuerte de la prisión.

LETICIA: y si nos unimos a otros clanes contra ella. Yo creo que debe tener muchas enemigas.

ANA: si tiene muchas enemigas pero es capaz de borrarlas de un plumazo. Además el personal carcelario la cubre por interés.

MATILDE: solo, si quieren podemos votar que hacer.

GRISELDA: si, yo voto por la venta.

ANA: yo también

MATILDE: yo también. Bueno esta resuelta la venta.

LETICIA: oigan, escuchen y yo que. Me van a entregar a esa sanguinaria y no puedo decir nada.

ANA: tú eres el botín.

GRISELDA: si eres mierda

LETICIA: pero yo estoy con Uds. No me vendan a esa tipa.

MATILDE: es lo único que nos queda, sino te tenemos que regalar. Por lo menos cobramos algo.

ANA: lo lamento Leticia, eres una buena mina, pero nosotras debemos cuidarnos.

MATILDE: además mientras cumplas, OKI te va a tener bien.

LETICIA: por favor hagan algo

MATILDE: no podemos, lo lamento Leticia. Ahora vayamos a dormir mañana va ser duro.

Me acosté como siempre a su lado. Ni siquiera me toco en toda la noche. Yo trate de hablarle que no me venda.

MATILDE: lo lamento Leticia, sabes que me gustas, pero le gustas mas a ella. No hay que hacer ni hablar. Cuando ella se mete en algo se termina todo.

Toda la noche estuve dando vueltas sin poder dormir. Pensaba como seria mi futuro con esa monstruosa mujer y mi corazón se agitaba. Había comprobado que era sádica. Ella parecía mandar a todas las reclusas, la palabra de ella era ley para todas.

Contaba con la protección de la guardia y no se sino también de la rectora.

Amaneció y yo despierta mirando el techo de la celda. Todas se levantaron con caras largas. Yo no quise levantarme.

MATILDE: buenos vamos a bañarnos.

LETICIA: yo no voy, me quedo acá

ANA: bueno, prácticamente no eres más del grupo

Se fueron la tres y quede sola, en medio del silencio de todas las celdas. Ahora que pasara? Pensé

A escasos diez minutos de irse ellas, se aparecieron en mi celda tres orientales de OKI. Me sacaron de los pelos y me llevaron a los baños. Estaba lleno de reclusas, todas desnudas bañándose incluyendo a mis tres amigas. Me tiraron al suelo a los pies de OKI, vestida y todo. Se me mojaba el uniforme.

OKI me agarro de los pelos y me levanto. Me saco mi ya mojado uniforme y quede con tanga y sujetador. Soltó ambos y se los regalos a dos reclusas

OKI: no necesitas más esto, solo usaras el uniforme. Y para ocasiones especiales te daré para que te pongas.

Me empujo a un rincón gritando "como te atreves a no venir a verme puta"" tus amigas firmaron tu venta antes de los previsto". Ahora eres mía y voy a hacer contigo lo que quiero.

Me dio dos tremendas cachetadas que me hicieron conmover la cabeza. Me cubrí para que no me pegara otra vez y recibí golpes en mis tetas.

Luego con sus dedos de las dos manos apretó mis pezones empujando para abajo.

Mis piernas se doblaron y caí de rodillas delante de ella y agarrandome de los pelos de mi nuca, incrusto mi rostro en su concha.

OKI: chupa puta chupa. Me agarre de sus caderas y comencé a chuparle la concha. De pronto sentí, mientras no dejaba de chupar, un fuerte golpe en mi nalga derecha, pero podía dejar. Luego en la izquierda. Me hacia temblar de dolor.

Seguí chapándole la concha y recibiendo golpes en las nalgas. Rogaba que pronto acabara, pero ella parecía resuelta a hacerme esperar.

Todas las reclusas miraron lo sucedido desde que entre ahí. De pronto pego un pego un grito y acabo en mi boca. Me levanto de los pelos hasta ponerme de pie.

Ahí vi. Que dos de sus secuaces eran la que habían pegado en mi culo, munidas cada uno de una paleta chica de madera.

Sentí mi culo un fuego. Se fueron vistiendo y yendo todas y quedamos OKI, sus tres mujeres y yo.

Me hicieron poner el uniforme todo empapado y fuimos al comedor. OKI estaba contenta al lado mío y cada rato pellizcaba mis tetas sobre el uniforme.

VIH que Matilde, Ana y Griselda se marchaban al patio, parecían abatidas. Después fuimos nosotras. OKI, se paro ante una carcelera y le dijo

OKI: permiso para ir a dirección.

CARCELERA: bien ven conmigo.

Al rato volvió a aparecer y se junto con nosotras. Yo me encontraba incomoda, estaba en medio de cuatro orientales, de piel mas bien oscura y yo blanca. Era como una mosca en la leche.

OKI: ya hable en dirección. En la celda donde estas vos Nácar voy a ir yo sola con esta y vos vas a mi celda. Bueno ahora vayan las cuatro a buscar todas mis cosas la llevan a mi nueva celda y tu Nácar muda lo tuyo. Cuando yo vaya con ella, debe estar todo listo. Y vos (dirigiéndose a mi) vamos caminar.

Me llevo a caminar por todo el patio, recibiendo las felicitaciones por la nueva compra. Ahí me di cuenta de la dimensión del miedo que todas las reclusas tenían con ella.

Luego nos dirigimos a la celda nueva, solo para nosotras. Me temblaban las piernas de solo pensar que iba a estar completamente sola con ella. Que iba a ser su hembra y trapo de piso.

En la puerta de la celda me empujo hacia adentro.

OKI: ves, este es nuestro nidito de amor.

Me hizo desnudar, lo que fue un alivio por estar toda la ropa mojada. Luego fue revisando lo que tenia en una caja. Me sorprendió que la caja estuviera llena de cosas para el sexo, como permitían las autoridades ingresarlas. Pero si ingresaban drogas, cigarrillos y otras cosas, no tenia que asombrarme de nada.

Me hizo poner de rodillas en el suelo, pegada de espaldas a los barrotes. Me dio una cachetada y un pellizco en mis tetas, que me hizo tambalear.

OKI: sabes ahora a quien perteneces y a quien obedecerás. No?

LETICIA: si OKI. A ti Oki.

OKI: bien, recuérdalo en cada instante de tu vida. Tu vida a partir de hoy me pertenece a mí. Serás y harás lo que yo diga. Cuando tengas algún problema o quieras resolver algo, me lo dices a mí y yo decido. Debes considerar que no eres nadie, solo una mas de OKI. Entendido!

LETICIA: si OKI.

Saco de la caja unos precintos y vino hacia mi

OKI: ábrete bien de piernas y brazos.

Así lo hice y coloco en mis muñecas, precintándolos con los barrotes. Hizo lo mismo con mis tobillos y quede sujeta a los barrotes en forma de equis. Yo estaba transpirando del terror que sentía.

Saco de la valija algo que no alcance a ver y se acerco. Me abrió la boca y metió una pelota que mantenía mi boca abierta. La sujeto a mi nuca con un elástico. Era una mordaza. No podía cerrar la boca y menos hablar. No se porque me dio otra cachetada.

Luego saco dos argollas. Tomo una y paso una teta por ella, y luego la otra. Fue un dolor que arrancaba lágrimas de mis ojos. Cuando termino de pasarlas las ajusto y yo veía que mi teta se iba inflando y parecía reventar. Luego hizo lo mismo con la otra. Mis tetas iban poniéndose de color rojas-morado al estar tan apretadas y mi dolor era cada vez mas intenso. Mire mis tetas y parecían reventar de apretadas que estaban.

Ella me miraba con satisfacción y se deleitaba con lo que me hacia.

Tomo unos broches metálicos. Puso uno en cada pezón. No se como soportaba ese dolor en mis tetas. Luego bajo y puso un broche en cada labio vaginal.

Estaba paralizada por el dolor, caían mis lagrimas y de salivaba constantemente.

Entro a tomar mis tetas, produciendo aun más dolor. Creí desmayarme.

Ella solo reía, gozando con mi cara de aterrorizada. Me agarro del pelo y tiro mi cabeza hacia atrás. Sentí su aliento en mi cara. Apretó con sus dedos mi nariz y entre la mordaza y mi nariz tapada, sentí no podía respirar. Parecía ahogarme y ella reía. Abrió sus dedos y respire agitadamente.

Así me tuvo varias veces hasta que dijo que iba a dormir. Durmió hasta la hora del almuerzo. Yo quede sola, en silencio y con todos mis dolores.

Miraba como ella dormía y yo no podía relajarme, estaba tensa porque cuando quería distenderme sentía dolores en todos lados.

Despertó y se me quedo mirándome. Yo temía lo peor por la forma de mirarme.

Abrieron las puertas de las celda, era hora de almuerzo, y pensé me liberaría, ya que no había desayunado y tenía hambre.

Ilusa de mi, salio dejándome y fue a almorzar con las otras.

Me quede perpleja. No sabía hasta cuando me tendría así. Había mucho silencio en las celdas, todas se habían ido a almorzar. Empecé a pensar en el desastre que era mi vida después de mi matrimonio, el estupro, la condena, la muerte del guardia y mi nueva condena hasta llegar a esto. Ahora era una reclusa esclavizada por una monstruosa mujer.

Me seguía babeando y mis pechos ya no los sentía si me quedaba quieta.

Después de dos horas, volvieron todas. Cada una fue a su celda. Ella entro en donde estaba yo, como si fuese una reina. Se sentía realizada de tener una hembra-esclava.

Rogaba me liberara de todo, pero ella indiferente, se tiro en el camastro y desde ahí me miraba.

OKI: tienes hambre?

Asentí con la cabeza. Pensé me liberaría por lo menos la boca para comer. Pero con OKI, aprendí desde momento, no se sabe con que va a salir o que va a decir.

OKI: estaba pensando en marcarte mi nombre a fuego.

Mis piernas volvieron a temblar, marcarme como al ganado.

OKI: pero acá no podemos, no tenemos con que. Igualmente pensare que tatuaje te pondré. Dile mañana a Nácar que te muestre el que tiene en la espalda.

Yo no sabia que hacer, esta inmóvil y ni siquiera podía decirle nada. Aunque mucho tampoco iba a importarle.

Se levanto y me saco las pinzas de mi concha y de los pezones. Luego aflojo las argollas de mis tetas. Igualmente al sacarlas en la misma forma como las había puesto me produjeron un dolor intenso. Luego corto los precintos y quede totalmente liberada. Pero no me sacaba aun la mordaza. Me moví un poco y mis tetas al bailotear me producían más dolor.

Por ultimo me saco la mordaza. Una vez libre de ella moví mi mandíbula que parecía adormecida. Pero lo peor era mis tetas que estaban sensibilizadas y trate de moverme despacio y no tocarlas con los brazos y manos.

Saco de su uniforme un sándwiches y corto con sus manos un pedazo tirandolo al suelo.

OKI: come pequeña, come

Tuve que tirarme al suelo para agarrarlo y comerlo. De frente a ella y en el suelo esperaba otro pedazo. Lo tiro por encima de mi cabeza y tuve que darme vuelta a buscarlo. Y así, tirando en diferentes lados y yo buscándolos pude comer. De a poco se fue normalizando la circulación y mis tetas volvían a su estado natural.

Me llamo y al levantarme para acudir a su llamado, sin mediar nada, se levanto y me agarro de los pelos

OKI: acá adentro andarás en cuatro patas. ENTENDIDO!

LETICIA: SI oki, entendí.

OKI: bien vamos a dormir una siestita, luego cuando abran las celdas vamos a bañarnos y a cenar. Acuéstate.

No sabia adonde, fui a uno libre me tiro una patada en el culo, que mi hizo ver las estrellas.

OKI: adonde vas puta, acá conmigo o no sabes que duermes conmigo.

LETICIA: si OKI, perdón, ahí voy

Me acosté temblando. Ella se tiro a mi lado. Rogaba que no me tocara hoy, pero parece que adivinaba mis pensamientos y comenzó a tocarme en todos lados en especial mis maltratadas tetas

Me mordía los labios para no quejarme del dolor, cuando las apretaba y mordía.

Luego los pezones, otros momentos terribles para mi. Luego me lleno de chupones mi cuello. Fue a mi concha. Por lo menos era lo que menos dolía.

Empezó a chupar mi concha y yo me dejaba hacer, no quería responder por miedo a los dolores. De pronto sentí un fuerte pellizco en mi teta derecha, que sumado ya al dolor que sentía de antes, me hizo escapar un pequeño grito.

OKI: no sabes responder a las caricias.

Tuve que responder y apreté sus pequeños pechos y succione sus negros pezones. De golpe freno de besarme y tocarme y se tiro en la cama. Me quede desconcertada

Enseguida ella me saco del desconcierto

OKI: quien te dijo que pares.

LETICIA: (mirándola en la cara) yo pensé, como frenaste, que te sucedía algo.

OKI: ves piensas, y sabes no debes pensar. Si no te digo nada no puedes parar.

LETICIA: perdona OKI, no volverá a suceder.

OKI: si va suceder hasta que te dome bien

Pensé que se creía que era una yegua para domarme, pero no dije nada y me zambullí en su concha. Un grito de dolor me hizo dejarla un momento y luego seguí.

Ella había retorcido con su mano mis labios vaginales.

OKI: que no me de cuenta que gozas porque serás castigada.

No dije nada y seguí chupandola, hasta empezó a convulsionarse toda y acabar en mi cara.

OKI: bien ahora es tu turno. Bájate de la cama y ponte en el suelo de rodillas mirándome a mí

Así lo hice, pensando que me va a hacer, ya podía esperar cualquier cosa.

OKI: pajéate mirándome, hasta el fin

Fue una humillación que no voy a olvidar en mi vida. Pajeándome delante de otra mujer. Tuve que hacerlo.

Puse mis dedos en mi concha, y comencé a tocarme mirándola. Luego metí dos dedos y luego tres en mi concha. Así seguí hasta acabar como una perra en el suelo, delante de ella.