La Princesita de mi Tío…mi primer oral

Mi primer encuentro con un hombre como nenita tv de closet..

Holis a tod@s y bienvenid@s a mi primer publicación...Q emoción tengo que admitir :3 Les cuento...día 63 en cuarentena.....si efectivamente, así es como nace este Blog. En las noches, me fascina tomarme el tiempo para leer relatos eróticos, sobre todo los relacionados con nenitas tv como yo. Me encanta imaginarme siendo una de las tantas protagonistas... todo una sexy sissy, arreglarme y jugar con mis juguetitos. Fue así como se me ocurrió en lugar de esta vez ser la lectora, escribirles un relato de cómo me convertí en la princesita personal de mi tío.

En fin, antes de comenzar mi relato, les cuento un poco acerca de mí. Tengo 25 años, vivo en la ciudad de Puebla, México de dónde es la mayor parte de mi familia. De día en la universidad o cuando estoy en público salgo como niño a la  calle, y en cuanto llego a mi casa, me transformo en Rebecca…una sexy nenita tv de closet pasiva & sumisa que le encanta sentirse toda una mujercita cada vez que puede. He llegado a salir a la calle en algunas ocasiones en otras ciudades (incluso de fiesta), pero el resto del tiempo soy una chica tv de closet closet ya que mi familia es bastante conservadora. Soy alta, delgada y de piel clara (por mi herencia holandesa)…con mis piernas siendo mi principal atributo, seguida por mi pequeña pero firme colita. La historia que les voy a contar, tomó lugar a cabo unos años atrás antes de irme a la universidad, cuando tenía 17 años y todavía asistía a la preparatoria. Vivía en casa de mis papás, y mi hermana mayor Sofía. Mi papá como neurólogo cirujano casi nunca estaba en casa y mantenía a mi mamá que se la pasaba gran parte del día gastando su dinero en compras, desayunos con sus amigas, viajes, etc.

En mis tiempos libres, y cada vez que me encontraba solita en casa, aprovechaba para arreglarme y vestirme con las ropitas sexys de mi hermana. Apenas me encontraba sola, iba directo al cuarto de mi hermana para probarme toda la ropa que tenía. En esos tiempos, mi hermana Sofía estaba en su fase de "rebelde" por lo que empezó a vestir de manera muy provocativa (para mostrar sus hermosos atributos que estaban ya terminando de desarrollarse); por lo que tenía a mi disposición desde muy pequeña una infinidad de ropita sexy de niña que ponerme. Con el dinero que ganaba mi hermana como host de uno de los hoteles más lujosos de la cuidad los fines de semana, más la generosa mesada que le daban mis papas, le alcanzó para en menos de un año llenar todo su closet de ropa de marca, accesorios y maquillaje. En esa época comenzó a cambiar sus panties de niña por tangas, cacheteros de encaje, medias... incluso llegué a encontrar escondidos bajo su cama unos ligueros y varios babydolls bastante provocativos. Para mí...el paraíso. Ese verano recuerdo se fue a Europa de mochilera por lo que me quedé sola en la casa (bueno, con el jardinero y la muchacha en las mañanas y tardes con los que tenía muy poca interacción). Para mi gran suerte, mi mamá comenzó ese verano a “trabajar” en las mañanas para ayudarle a una amiga con su negocio recién abierto. Pongo “trabajar” entre comillas porque realmente lo ocupaba como excusa para quedarse a chismosear con su amiga durante todo el día. Fue un verano increíble. Tenía por fin la casa para mi solita por horas y me la pasaba arreglándome, maquillándome y tomándome fotitos.

Así pasé las primeras tardes de ese verano, hasta que un martes de la semana, me avisó mi mamá estaría fuera hasta tarde para ayudarle a su amiga con un evento. Mi tío, me dijo, llegaría en la tarde para checar que todo estuviera en orden. Mi tío Arturo (esposo de mi tía por parte de mi mamá), era un señor ya grande en sus 50tas+. De su familia, fue el único que en lugar de dedicarse a la academia como todos los demás, había trabajado toda su vida en diferentes trabajos manuales. Por su complexión (185 de altura, de amplio pecho y hombros), trabajó de joven como cargador en bodegas después que su abuelo lo echará a los 16 años de la casa. De ahí fue trailero un tiempo hasta que abrió su propia compañía de logística al cumplir los cuarenta años. Para entonces, ya era un hombre de negocios con su propia flotilla de camiones y personal de trabajo. Por su trabajo, se veía obligado a vivir en varias partes de la república, por lo que no estaba mucho en casa y terminó divorciándose de su mujer en esa época. En la familia todos sabían que era un perro de lo peor -cómo solía decir una de mis tías después de unas copas- y había escuchado muchas de sus aventuras extramaritales. Tenía a sus amantes (la mayoría chicas muy jóvenes) en cada lugar donde pasaba más de unas semanas. Lo veíamos esporádicamente; pasaba con regalos a saludar y de un día a otro volvía a desaparecer.

En fin, ese martes, apenas salió mi mamá en la mañana, me dirigí al closet de mi hermana como de costumbre para escoger los conjuntos que me iba a poner ese día. Cómo sabía tenía esta vez más tiempo, decidí darme un buen baño caliente en el jacuzzi de mis papás, que teníamos estrictamente prohibido usar mi hermana y yo. Me tomé tiempo para depilarme todas las piernas, axilas, etc (por suerte siempre he sido casi lampiña). Saliendo fui al cuarto de mi hermana para comenzar a vestirme; me puse como primer prenda unas hermosas medias negras de encaje con una abertura atrás a la altura de mi colita, seguidas por un cachetero bastante sexy y una faldita súper corta de color rosa que apenas si llegaba a cubrir mis nalguitas. Al decidir qué zapatos probarme ese día, no tuve mucho que pensar: unos estiletes negros aterciopelados que guardaba mi hermana como recuerdo de sus XV años. Rellené con unos calcetines el brassier negro de mi hermana que le veía usaba siempre que se quedaba en casa de su novio, y me puse una blusita blanca escotada que me amarré a la altura de la cintura. Me maquillé con unas sombras fussia-moradas para hacerle juego a la faldita, delineador rosa y un lipstick neutral color rosita también. Por accesorios me decidí por unos aretitos de clip que me había comprado un día de escondidas en el mall y un collar negro de cuero con 2 líneas rosas y un corazón plateado en el centro (que en mi opinión le habían vendido a mi hermana como un collar "dark-gotico", pero más bien se veía como uno de esos collar que llevan las perritas french poodle). Por último, me puse la única peluca rubia que tenía en ese tiempo como toque final y me vi al espejo. Toda una colegiala princesita provocativa sexy fue lo primero que pensé al ver mi imagen reflejada en el espejo. El vestido entallado hacía lucir mis piernas y la redondez de mis nalguitas que estaban más paraditas por los estiletes; mientras que la blusa acentuaba mi cintura. Estaba muy contenta con mi look. Me veía como una niña buena de papi, versión comic de manga (algo putilla).

Prendí la laptop para meterme a chats, platicar con hombres que le gustan las tvs y ver videos de entrenamiento sissy. Comencé a tocarme mientras me veía al espejo, que me quedaba a un lado del diván. Como ese día me sentía algo traviesa y caliente empecé a meterme un dedo con ayuda de lubricante que encontré escondido en el fondo de un cajón del clóset de mi hermana. Así estuve un buen rato acostumbrándome a la sensación, hasta que ese dedo se convirtió en 2 y de ahí 3…Al mismo tiempo veía en la pantalla como un negro bastante dotado se cogía violentamente a una travesti amateur de perrito. Abrí con ambas manos mis nalguitas y empecé a meterme más y más rápido los dedos en mi colita. En esas estaba, imaginándome que era yo esa nenita que se cogían… escuchando los gemidos que provenían de la computadora, y viendo en el espejo como entraban y salían mis dedos de mi cola, cuando de repente vi un reflejo inesperado en la esquina del espejo.

No sabía cuánto tiempo llevaba ahí, pero en el espacio entreabierto de la puerta alcancé a vislumbrar una mirada. En ese instante me quedé helada. Pausé el video y apague lo más rápido que pude el monitor. Cuando me volví, vi que la mirada pertenecía nada más ni nada menos que a la de mi tío Arturo. Estaba parado ya dentro de la recamara de mi hermana a unos metros de donde estaba.

No quedamos viendo unos segundos, que para mí se sintieron como toda una eternidad. Me miraba con unos ojos que no había visto antes en él. Eran ojos de deseo. De macho alfa que sabe va a disfrutar de una rica hembra.

- "Quién lo hubiera imaginado…así, que eso es lo que le gusta a mi sobrinita..." dijo enfatizando la terminación femenina y dirigiendo la mirada hacia el monitor, que para mi mala suerte no había logrado apagar por las prisas. El video se había pausado y se alcanzaba a ver cómo el negro le estaba taladrando la cola a la chica tv que estaba empinada en un sofá recibiéndola todita. Yo seguía sin saber qué decir, ni dónde empezar. Ahí me encontraba vestida con las prendas de mi hermana frente a mi tío, vestida no sólo de mujer, sino encima de todo dándome placer y gimiendo como loca..

- "Toqué, pero como vi la puerta abierta y nadie abría, entré porque pensé estaba tu mami en casa." Yo seguía sin poder emitir sonido alguno. Lo único que hice fue cerrar mis piernas y acomodarme discretamente el cachetero y la faldita mientras me sentaba en el diván frente a la cama.

-"Pensé que llegabas hasta en la tarde", fue lo único que atiné a decir.

-"Ya veo cómo ocupas tu tiempo libre sobrinita..." fue lo que contestó mientras entraba en la recamara y cerraba la puerta con seguro. Qué querrá de mí fue lo primero que se me vino a la mente al escuchar el seguro de la puerta. Por un instante, ese pensamiento causó un hormigueo en mi vientre. Una nueva sensación nunca antes surgida en mí...una mezcla de miedo y excitación combinados.

- "Dime sobrinita, desde hace cuánto te vistes así?"

- "Desde la secundaria tío", alcancé a decir con vergüenza y una voz temblorosa.

- "A ver, acércate, quiero ver cómo te ves de mujercita…"

Me temblaban las piernas, pero así como pude, me levanté algo nerviosa y caminé hacia él de la forma más femenina que pude.

- "Date la vuelta, quiero verte toda" me ordenó.

Al voltearme, sentí un calor del lado derecho de mi pierna. Mi tío había aprovechado que estaba de espaldas para darme una fuerte nalgada, que me puso los pelos de punta.

- "Que ricas están sobrinita. Me gusta cómo te arreglas. Toda una princesita. Me recuerdas a tu hermana cuando tenía tu edad…”

-“Y dime, como te gusta que te llamen princesa?"

- "Rebecca", fue lo único que pude contestar.

Yo ya no podía más con la pena. Intenté regresar al diván, pero mi tío me sujetó con fuerza del brazo.

- "A donde tan rápido Rebequita? No te he dicho que volvieras a sentarte."

- "No le vayas a contar a mis papás por favor" le dije con voz de súplica.

- "Eso va a depender totalmente de ti, me contestó."

- "Qué quiere tío? Dígame."

-"Sabes Rebequita, ya tiene un tiempo que no estoy con tu tía y uno como hombre tiene ciertas necesidades…", me contestó mientras se agarraba descaradamente con una mano su paquete ya para entonces bastante pronunciado.

-"No tío, cualquier otra cosa por favor", contesté ya con un poco de desesperación en la voz .

-"Harás lo que yo te ordene" dijo alzando la voz, mientras me mostraba la pantalla de su celular. Desde donde me encontraba podía distinguir que se trataba de mí gimiendo y metiéndome los dedos en la colita. El muy desgraciado me había filmado con su celular mientras me acariciaba frente a la computadora. El mundo entero se me vino abajo y sentí unas náuseas incontenibles.

- "Escúchame bien" , me dijo. " Voy a la camioneta por algo y regreso en 2 minutos. Si no quieres que se sepa nada de esto más vale no te muevas NI UN CENTÍMETRO y estés aquí cuando regrese." Dicho esto, guardó su celular y se dio media vuelta, no sin antes agarrarse de nuevo el bulto sobre el pantalón que se notaba todavía más grande. Yo ya tenía una idea de lo que iba a suceder esa mañana...así como lo veía no me quedaba de otra alternativa más que obedecerle. Me volví rápidamente para apagar el monitor en lo que regresaba, cuando justo entró mi tío de nuevo a la recamara.

- "Qué fue lo que te dije perra! Ni un centímetro!Eres toda una nenita rebelde como tu hermana. Ya aprenderás" me dijo agarrándome fuertemente del brazo, obligándome a doblarme hacia el frente para empinada darme 3 fuertes nalgadas en cada cachete. Nunca nadie en mi vida me había hablado tan vulgarmente y mucho menos alzado la mano.

-"Nooo tio, no por favor." Grité mientras dos lágrimas corrían por mis mejillas. " Me comportaré. Lo Prometo. Haré todo lo que me ordenes."

Me alzó, y de una forma delicada volvió a sentarme en el diván.

  • "V eo te queda muy bien el collar que le regale a tu hermana…"

Se acercó a más a mí y extendió su mano: " Póntela." Era la cadena de su perra Dobermann. La agarre y me hice la malentendida, hasta que me mostró el celular de nuevo: " o quieres q todo el mundo se entere? Apresúrate !" me ordenó, " que no tengo mucho tiempo ." Aseguré la cadena de perra al collar mientras pensaba si mi hermana igual había pasado por lo mismo.

-"Escúchame bien, de ahora en adelante vas a ser mi putita personal. Voy a disponer de ti cuando y cuantas veces quiera. Entendido?" Yo no sabía qué decir. Era la primera vez que alguien me decía putita...me sentí ofendida, pero al mismo tiempo sucia y un poco caliente debo de admitir.

- "Contéstame chinga! "

- "Si tío"

- "Si tío q…"

- "Si tío, seré tu putita…"

- "Que más?"

- "Voy a dejar que me cojas cuando quieras..." Al decir estas palabras, mi lado sumiso empezó lentamente a tomar las riendas.

- "Así me gusta golfa. Ahora sácale la verga a tu tío y enséñale cómo te gusta complacerle con tu boquita de princesa ."

- "Ya sabes que hacer puta", dijo mientras se desabrochaba el cinturón.

Algo en su voz o la forma que me miró hizo dejara de pensar para solo seguir sus indicaciones…Me hinqué ante él y le baje el pantalón con todo y bóxer…Frente a mi estaba el miembro de mi tío. La primera que había visto de cerca. Bastante ancha y con unos 18 centímetros de largo. Nunca había visto algo tan grande más que en los videos porno en la computadora. Estaba parada, dura y caliente al tacto.

-"Nadie habló de usar las manos putita" me ordenó cuando la tomé con una mano. Jalando la cadena de mi collar me dirigió hacia su miembro. Abrí la boca obedientemente y me metí toda su cabeza lentamente para empezar a chuparla como si tratara de paleta. Era la primera verga que chupaba y me encantaba la sensación y el sabor agridulce que desprendía.

-"Eso es zorrita. Así síguele ." Decía mi tío entre gemidos.

-"Eso es putita, chúpale toda la verga a tu tío", me dijo tomando mi cabeza y metiéndome la mitad hasta la garganta.

- "Así mero. Ya te acostumbrarás me dijo al ver que me estaba causando arcadas la boca. No falta mucho perrita ya te estas ganando la lechita de tu tío…"

Después de varios minutos y sin advertencia alguna, me tomó de la nuca y metió toda su verga completa hasta la base de su tronco mientras pegaba un gemido y descargaba su leche dentro de mi garganta. Sentí que me ahogaba pero no me quedó de otra, más que tragarme la enorme cantidad de leche que salía por su verga… La mayor parte de su descarga se fue directo dentro de mí, mientras el resto me escurría por las comisuras de mis labios. Tenía un sabor agridulce y por lo espeso se veía que llevaba efectivamente un tiempo guardada en los huevos de mi tío. Me volví al espejo. Hincada de rodillas, frente a mi tío. El maquillaje había resistido algo, pero mi labial y mi rímel se habían corrido un poco. Así hincada, con la verga todavía erecta de mi tío dentro de mi boquita, me identifiqué con una de esas tantas sissies de los videos porno que tanto veía en la laptop…Sacó su verga de mi boca, la cual seguía escurriendo espesa leche.

-"Aprendes rápido perrita. Ahora límpiala bien."

Lamí el resto de la leche que había quedado pegada en la base de su miembro. Me dio dos cachetadas con su verga todavía dura, la guardo, se subió el cierre del pantalón y me dijo:

- "Vuelvo este viernes. Misma hora. Te me arreglas y limpias bien que te voy a estrenar.. ."dijo obligándome a levantarme y dándome una fuerte nalgada. Me acercó a él y apretó ambas nalgas por debajo de mi faldita. Amarró la cadena a la silla y salió de la habitación de mi hermana como si nada hubiese ocurrido.

Al volver a mi cuarto me percaté había un sobre color amarillo sobre mi almohada. Chequé mi celular y vi un mensaje de un número desconocido: Discúlpame si fui un poco tosco contigo princesa, pero las nalgadas que te di, te las ganaste por desobediente. Aquí te dejo un poco de dinero para que vayas y te compres algo de ropa. Te quiero más putona la próxima vez que te vea. Viernes sin fallas sobrinita o ya sabes lo que pasa. Deja la puerta abierta. Abrí el sobre y vi había varios billetes de alta denominación…lo cerré sin contarlos y me acosté para asimilar lo que me había ocurrido…me sentía sucia y usada, pero de alguna forma también contenta de por fin haber hecho una de mis fantasías realidad.

Esta es la primer parte de una secuencia de encuentros que tuve el resto del verano con mi tío hasta que me fui a la universidad al extranjero. Mi primer relato en la web :) Háganme saber si les gusto . Besitos!