La princesa cautiva

Cuento erótico sobre una princesa sometida a los deseos de su carcelero, dedicado especialmente a diozverde.

La Princesa cautiva

Aquel reino estaba siendo devastado, el rey no quiso ceder parte de sus tierras a los aldeanos y estos decidieron vengarse de él. Entre todos, mataron al rey y el gobernador le suplantó, además , por si eso no fuera poco, secuestraron a su única hija, una inocente y bella princesa, y la encerraron en las mazmorras del palacio.

Todos se daban a la buena vida con grandes banquetes mientras la princesa se moría de hambre.

Un día , su carcelero, apiadándose de ella le llevó un cuenco de agua y un mendrugo de pan que encontró tirado por la cocina.

Llegó a la celda y ,abriendo uno de los grilletes que la tenía cogida por ambas muñecas y atada a la pared, la permitió que comiese y bebiera lo que él le había traído.

La princesa, agradecida, sonreía al carcelero a cada bocado. El carcelero se

había percatado ya de su hermoso cuerpo y sentía deseos de tocarla, pero esperó a que terminase de comer, luego la volvió a atar con el grillete a la pared y una vez sujeta le acarició la cara y luego bajó ambas manos por su cuello hasta llegar a su pecho, a pesar de que la tocaba sobre la tela, la princesa, que no estaba acostumbrada en su inocencia a estas caricias sentía escalofríos en su interior al contacto de aquellas viriles manos.

El acarició su cintura, pero no siguió más porque oyó ruido en la escalera de fuera y se marchó dejando a la princesa ansiando su contacto.

Cuando el carcelero se fue , la princesa apretó las piernas y sintió entre ellas una humedad que no le era conocida, ya que nunca antes le había sucedido algo igual.

Al día siguiente el carcelero regresó, esta vez le traía agua y dos manzanas, volvió a desatarla y ella comió con avidez la fruta y se bebió el agua, cuando volvió a atarla el hizo ademán de marcharse, pero ella le pidió que se quedara. Así que él se acercó a ella y la acarició como el día anterior, pero cuando iba ya por su cintura el silencio reinaba en aquella parte del castillo, así que prosiguió con sus caricias.

Le subió las faldas y se las colocó por los hombros y bajó sus pololos encontrándose con un pubis rizado y suave en toda su plenitud, en el que destacaban unos labios rojos, ardientes de deseo.

Poniéndose frente a ella le pidió que lamiese el dedo que la ofrecía y ella, solícita, lo hizo. A continuación abrió su rajita con una mano y metió el dedo mojado de la otra hasta que alcanzó el clítoris y se puso a mover su dedo en movimientos circulares mientras ella se retorcía entre espasmos de placer. Como vio que ella gozaba mucho quiso darle más , así que introdujo el dedo en lo más profundo de su ser y lo movió rápidamente, el dedo removía las paredes jugosas y gelatinosas de su vagina y ella no podía parar de gemir y estremecerse de placer, hasta que finalmente se corrió de gusto en la mano del carcelero y el la sacó empapada de su coñito caliente.

La miró a los ojos, olió su dedo empañado del placer de la princesa y lo chupó , para después besarla apasionadamente, y antes de marcharse le susurró al oído "porque no tengo más tiempo, si no te follaría muy bien" y se marchó...

Los días pasaban, semejantes unos a otros, cada día el carcelero volvía a la celda con alimentos , y luego la follaba con sus deditos, ella esperaba ansiosa su llegada, no por la comida (también necesaria) si no por el placer que la hacía sentir .Siempre se despedía con la misma frase de la primera vez que acarició su coñito ardiente.

Un día ,después de comer el queso y el pan que el carcelero le había traído ella abrió las piernas toda dispuesta para que el la masturbara, pero el le bajo la ropa y en vez de meterle los dedos acercó la boca a su coñito, ya húmedo por la excitación.!No sabía que pudiera hacerse eso!

Exclamó la princesa entre el asombro y el placer mientras el se alimentaba de los jugos de su coño ardiente, jugueteó con su lengua en la cavidad de ella hasta que sus jugos crecieron y ella gimió y gimió hasta ser interrumpida.

Su orgasmo había sido tan profundo que se excedió en sus gritos alarmando a los soldados que acudieron a ver que sucedía descubriendo al carcelero comiéndole el coñito a la princesa.

De este modo el carcelero fue desterrado del reino y la princesa no volvió a comer ni a saciar su sed de sexo.

La idea original del gobernado era que la princesa muriese de hambre en la celda, así nadie le robaría el reino que tanto le había costado conseguir.

Pasaron un par de semanas y la princesa ya desfallecía de hambre y de dolor pues se había enamorado de aquel carcelero que tanto placer le proporcionaba sin pedir nunca nada a cambio.

Mientras tanto, llegó al pueblo un guerrero que decía ser merecedor del reino, proclamaba que se batiría en duelo con el gobernador, que le mataría y se quedaría con el reino.

Todos se reían de él, hasta que llegó el día del duelo y , tal como vaticinó mató al gobernador. Antes de tomar los poderes como nuevo rey irrumpió en los salones donde se estaba celebrando un convite, cogió una pierna de cordero y una botella de vino y se dirigió a las mazmorras del palacio.

Una princesa desfallecida y débil le miró entre las rejas sin reconocerle pues llevaba aún puesto el casco de combate.

"Venís a matarme??" preguntó ella, el negó con la cabeza y le ofreció el cordero y el vino, le quitó ambos grilletes y se sentó a observar como comía. La había echado de menos, sintió atracción por ella desde la primera vez que la vio ,pero esa atracción había ido convirtiéndose poco a poco en algo más profundo.

Ella le dijo, "antes, el carcelero venía a traerme comida, pero lo apartaron de mi lado..."

"Qué mas te traía el carcelero? "preguntó él, pero ella se sonrojó y no le contestó.

"Queréis a cambio de la comida lo mismo que tomaba él para si?"

"Creo que vos erais su alimento, y que se muere de hambre," dijo él quitándose el casco

Sois él!!!dijo ella con regocijo y dándose prisa por terminar de comer, acabó y se levantó las faldas y se bajó los pololos ella misma , ofreciéndole su coñito hambriento

El sonrío mientras se acercaba a ella

Qué hareis con el??? Lo tocareis con vuestros dedos???lo comeréis como la última vez???

No, princesa, nada de eso haré, recordáis lo que os decía al despedirme cada día de vos?

Sí, decíais "Si tuviera más tiempo , os follaría bien"

Pues ahora tengo todo el tiempo del mundo.

Cogió la mano de ella y la apoyo sobre la entrepierna hinchada de su pantalón, ella, comprendiendo, le bajó los pantalones y le dejó en cueros, y luego rozó su coñito húmedo contra la tiesa y enorme verga de él, se abrazaron tanto que la verga empezó a entrar en su coño y entonces se tumbaron en el suelo y follaron como posesos hasta el anochecer.

Comentan las malas lenguas que aquel rey descuidaba sus quehaceres pues se pasaba día y noche dando placer a su princesa...

FIN